Título: Despertar.
Fandom: Karin (Chibi Vampire)
Claim: Elda Marker
Notas: Para cada vampiro es diferente… cada vampiro tiene motivos diferentes y cada uno lo supera de manera distinta.
Advertencias: Teen. +13.
Disclaimer: Karin no es mío, pertenece a Yuna Kagesaki.
Con sabor a amor.
Lloraba.
La ahora adulta lloraba amargamente. Tendida a mitad del bosque, soltando fuertes gritos de dolor cada vez que recordaba. Con el alma desgarrada y el corazón en un puño, retorciéndose inútilmente con las manos el estómago.
En un penoso intento de negar su propio cuerpo…
Los intestinos hinchados de sangre cálida. El olor dulzón mezclado con óxido en los labios manchados del líquido. El hermoso vestido de niña mancillado con escarlata. Y el corazón deshecho de una niña que hacía unos momentos vivía su primer amor…
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El niño se había declarado a Elda, entregándole una rosa blanca para sellar su primeriza confesión. Ella lo conocía y lo quería, había vivido cerca de ella. No la había despreciado, pese a lo diferente que era ella; aunque obviamente no sabía lo que era.
Las manos de la niña se retorcían ávidamente en las faldas de su vestido, sus mejillas estaban sonrosadas y el aliento se le escapaba de su pecho, su corazón martillaba fuertemente en su pecho. Los ojos brillantes estaban ligeramente desenfocados.
El niño esperaba ansiosamente su respuesta con una sonrisa en el rostro y los pómulos teñidos de carmín. La cordura de Elda trastabilló un momento y sus ojos se inundaron de poder. En menos de un segundo estaban tumbados en el suelo, Elda encima del niño, con su frente pegada al cuello de éste. Preocupado movió al cuerpo encima de él; la sintió separarse y posar sus labios en el cuello. Sabía que ella tenía experiencia puesto que era mayor pero jamás imagino algo así; cerró inevitablemente los ojos.
Profanó con su lengua los terrenos vírgenes y hundió sus colmillos en la tierna piel infantil, succionó la sangre fuera de sí, no alcanzaba a comprender del todo sus actos pero se sintió muy joven para aquello. Se sintió dividida entre penas y placeres, angustia y saciedad.
Fue incapaz de parar, no se supo controlar. La cálida sangre infantil estaba hecha de amor… la bebió toda hasta el final… sin remordimientos, sin culpa, sin pensar.
Escapó.
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Jadeó.
Entendió la diferencia vital entre ambas razas y por primera vez se supo peligrosa, ella no quería ser esa clase de monstruo de pesadilla del que sus padres estaban orgullosos. No quería pasar el resto de sus días encerrada en un ataúd durmiendo por años y años, ni que sus descendientes tuvieran que pasar por ello jamás…
Todo lo que quería era dejar de ser lo que era. Renunció a ser un vampiro, prometiéndose que nunca sería aquella bestia de ojos rojos y poderes paralizantes capaz de beber hasta la última gota… Supo entonces que la contención de su naturaleza le sería cobrado caro pero lo dejó pasar.
Dejaría su inmunda naturaleza para ser como un humano, sencillamente normal.
Fue todo lo que deseo…
Cuando aquel cuerpo frió le brindó el último suspiro enamorado…
