Crónicas de una Mary Sue
Resumen: No sólo los lectores sufren penurias cuando un badfic es creado. Los personajes también se llevan su parte. [Dedicado a LMF 0.1 SLASH.
NdA:Después de ver tantas parodias acerca de las Mary Sues desde el punto de vista de los personajes, me he decidido a hacer una desde la perspectiva de la Mary Sue. Ser tan perfecta les debe molestar en algún momento¿no?
Gracias a Gaby-ota por betear.
Prologo de este fic
La muchacha recorría los bordes del lago negro con los brazos cruzados y expresión enfurruñada. Sólo llevaba diez minutos yendo de un lado al otro, pero ella ya se creía capaz de afirmar que habían sido horas, unas horas largas y fastidiosas. Es más, todas las horas que había pasado en el Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería le parecían bastante tediosas, hasta el punto de que le hubiera sido difícil señalar las diferencias entre una y otra, suponiendo que las tuvieran.
Ella estaba cansada de pertenecer a ese fic, y lo único que deseaba en esos momentos era irse de una buena vez. Ansiaba llegar al tan preciado final. Según las notas de la autora, que, como siempre, habían resonado dentro de su cabeza con una voz chillona y aniñada, alguien en el Mundo Real había puesto en evidencia su condición de Mary Sue, además de criticar la ortografía descuidada y el uso constante de emoticones como manifestación de emociones; provocando que la autora, ofendida en su frágil espíritu, decidiera ponerle punto final a su pequeña historia. No estaba segura de haber entendido muy bien todo lo que la autora había querido transmitir, dada la ausencia absoluta de pautas, proporcionada por la inactividad de comas o puntos, pero, al parecer, el fanfic en el que se hallaba había recibido las criticas tras ser llevado a esa pagina de críticos en Internet, curiosamente llamado "el barco pirata", por la misma persona que había tenido el coraje de criticarla en primer lugar.
No era la primera vez que la muchacha, hecha imposiblemente perfecta a capricho de su autora de turno, se veía en "el barco", y había situaciones en las que agradecía infinitamente la existencia de ese sitio. A través de su experiencia, ella había presenciado el decaimiento de una gran mayoría de autores tras recibir los correctos señalamientos hacia sus errores, de los que muchos eran conscientes, fuera de la manera que fuese, lo que al final significaba un alivio para ella, que ya no tendría que estar obligada a vivir lo que calificaba como una soberana jaqueca. Lo único que le preocupaba era el terrible pensamiento de que la próxima historia a la que sería asignada fuese la mitad de fastidiosa de lo que era la actual.
Pasado unos dos minutos, la muchacha consideró que abrir un hoyo en el piso con sus idas y vueltas no ayudaría a pasar el tiempo más rápido, así que se resignó a sentarse en el suelo, al borde del agua cristalina. Cruzó las piernas sobre el césped húmedo por el rocío en posición india, y posando la cabeza perezosamente encima de una de sus palmas, observó a su reflejo devolverle la misma abulia que portaba en el rostro. Nunca entendería cómo en cada fandom nadie encontraba ni remotamente extraña la apariencia que las que eran como ella debían tomar.
Sobre su cabeza, brillando a la luz del sol, había una cabellera morada larga y lacia, adornada con unas mechas plateadas a los costados que ya había comprobado cambiaban de color a partir de su estado de ánimo. La misma característica que poseían sus ojos azul eléctrico. Menuda ocurrencia. ¿Qué problema tenían con una imagen realista? Y esas malditas cejas que llevaba…
Los autores nunca se detenían a pensarlo, pero una vez que plasmaban en pantalla el color de su pelo, este también le iba a todo vello corporal. Al menos era una suerte que en esa ocasión la autora se hubiera preocupado en aclarar que, ya que poseía sangre elfica en sus venas, era inmune a ciertas incomodidades humanas, tales como la depilación, porque tenía control absoluto sobre cada aspecto de su cuerpo, incluidos los sitios donde decidiera que hubiese vello. Quitando el hecho de que era terriblemente vergonzoso el que todos pudieran pasarse imaginando los lugares lampiños, debía admitir que resultaba una cualidad provechosa. De otra forma, ahora sus brazos estarían cubiertos por una capa morada, haciéndole parecer aún más absurda de lo que ya era. Como si un personaje original necesitara semejante extravagancia.
En fin, no podía decir que no había logrado acostumbrarse, luego de unos largos veinte capítulos.
-¡Mica!-llamó alguien a sus espaladas de forma entusiasta, y ella se volteó sin más ganas de actuar que antes.
Micaela Romita Vetusta Radnolf. Ese era el nombre con el que había sido bautizada para ese fic, dejándole el "lindo" diminutivo de Mica, para quienes era sus amigos. Estos, casualmente, eran todos los personajes interesantes del fandom.
Como lo eran Ginny Weasley y Neville Longbottom, los mismos que corrían a su encuentro.
-¡Mica!-volvió a gritar Neville, agitando como desesperado la mano en el aire para atraer su atención, ganándose unas cuantas miradas envidiosas de los pocos chicos a su alrededor.
De algún modo no tan curioso, ni tan sorprendente, siempre había chicos por donde Mica caminara, babeando cual aguacero, pero ninguna chica, salvo que para poner en relieve la superioridad de Mica, como toda buena Mary Sue. Imaginando a qué se debía, ella decidió levantarse con una elegancia que de seguro ni la misma reina de Inglaterra estaría cerca de comparar.
Ginny, una de las escasas mujeres que había en existencia, parecía estar extasiada en su presencia abriendo mucho los ojos en admiración, causando un estremecimiento en Mica del que ninguno de se percató. Cuando ambos jóvenes lograron dar con ella, la pelirroja se tropezó de repente con sus propios pies de un modo espectacular, digno del mejor payaso de circo.
Neville sólo reaccionó dándole una mirada de asco, como si la considerara una cucaracha, sin ofrecerse en ayudarla. Mica no pudo evitar el suspiro que se escapó de sus labios, compadeciéndose de la pobre chica. Ni siquiera en el último capitulo a la autora se le acababan las ideas para el innecesario bashing. Mica no entendía cuál era el afán por hacerle pasar vergüenzas cuando Weasley era del grupo de los buenos.
-¿Estás bien, Ginny?-inquirió con una forzosa mueca condescendiente, aunque en realidad no era su deseo hacerlo.
Consecuencias de actuar a partir de la narración.
-Sí, por supuesto-contestó Ginny, levantándose del suelo-. Gracias, Mica. Soy increíblemente torpe. Este año me he tropezado con todo.
"Incluso con los tentáculos del calamar gigante" agregó para sí Mica.
Era un consuelo saber que el personaje estaba Ooc, porque si Weasley era en serio tan bruta como para no encontrar nada raro con que fuera el blanco de tantas desgracias, de verdad se las merecía. Aunque Neville, o al menos el que la autora creía que era, tampoco resultaba mejor.
-Deberías fijarte por dónde caminas-espetó el muchacho, sin ninguna expresión que respaldara el deje de desprecio en su voz.
Así sucedía cuando en los escritos se tomaban a los emoticones como reemplazo de las emociones deletreadas. Los autores ignoraban que cuando los usaban, en realidad no expresaban nada. Hasta ese punto de su vida, Mica pensaba que esperar que se pusiera simples palabras como "contento" o "triste" era pedir milagros.
-¿Me buscaban para algo, amigos?-Dios, como odiaba ese tonito amable a la Mary Poppins. Era tan irritante.
-¡Oh, sí!-dijo Neville, acordándose de pronto, tras estar momentáneamente embobado por la muchacha ante él-. Harry y Draco se preguntaban si no irías a ver a su hija.
La hija. Salida del vientre de Harry. Y la explicación a tal suceso era el amor verdadero.
-No, lo siento, chicos-no esbozó lamento alguno en su rostro-. Mis padres vendrán a buscarme y me pidieron que los esperara aquí.
-¿Tus padres, los Elfos Superiores?-cuestionó Ginny, luciendo de pronto apenada.
-Me temo que sí. No podía pretender que me quedaría según mi voluntad. Saben que mi padre no está bien de corazón, y por eso alguien debe ocupar el trono-A Mica le gustaría enterarse qué tan Superiores podían ser unos seres que sucumbían ante algo tan humano como la presión alta-. No tengo otra opción.
-¡Pero no puedes irte!-clamó la pelirroja cono los ojos, hacía apenas un segundo secos, inundados de lagrimas-. ¡No puedes dejarnos¡Tú has sido mi mejor amiga este año!
-Ha sido tu única amiga este y todos los años pasados, Ginny.
"A pesar de que no hemos cruzado más de dos frases", reflexionó Mica, mientras el personaje que interpretaba sonreía benevolente.
-Mi único objetivo al venir a Hogwarts-"e ingresar en séptimo año"- siempre fue el de ayudar a Harry a cumplir la profecía, y vencer al Señor Oscuro. Después de eso, no tengo nada más que hacer aquí.
-Lo sé, pero…-Ginny parecía estar destrozada, pero de alguna forma consiguió decir la siguiente frase sin sufrir el menor quiebre en su voz- pero Harry y Draco esperaban que vieras a su pequeña. Draco dice que le gustaría llamarla Micaela en tu honor.
Era de esperarse. Después de todo, era gracias a la presencia de Mica, de quien Draco se había sentido irremediablemente atraído a primera vista, que Harry se había dado cuenta del innegable cariño que le tenía al rubio y que éste era su alma gemela. Y semejante descubrimiento se había llevado a cabo en menos de tres días. Mica ya había perdido la cuenta de las veces en las que había desempeñado la misma función.
-Será un placer para mí que lo hagan, sin embargo, es mi deber y no puedo eludirlo.
Una objeción lastimera, y seguramente patética, estaba latiendo tras los labios temblorosos de Ginny, pero la mano firme de Neville sobre su hombre la detuvo al segundo, señalándole que no era el momento para dramas.
-Lo entendemos, Mica.
La aludida no pudo evitar dibujar en su rostro el desagrado que le provocó el tono exageradamente contenido del muchacho, dando a entender que gran parte de su fuerza se iba en la despedida de su amiga. Por supuesto que ninguno de los dos lo notó, fieles a la ceguera de aquellos personajes que era incapaces de actuar por cuenta propia.
-Gracias, Nev. Los extrañaré-en su vida la joven había pronunciado tal mentira. No iba a extrañar en lo absoluto pertenecer a ese fandom.
-Nosotros también-Ginny la abrazó fuertemente, sin tomar en cuenta el bajo entusiasmo de la otra por corresponderle. Lo cual en su interior Mica deseaba disimular, siquiera levantar un poco los brazos para solidarizarse con ella, pero, a voluntad de la autora, ambos miembros permanecieron pegados a sus costados.
Luego llegó el turno del chico, a quien sí se le permitió actuar en respuesta de su gesto. Cuando se separaron los ojos cafés de Neville se veían cristalinos, y Mica sintió sus labios estirarse en esa hipócrita sonrisa de dizque santa. Lejos de ser su deseo, también sintió su mano moverse hacia la mejilla de Neville en una caricia que pretendía infundir ánimos. Ella conocía el motivo por el que él estaba tan desolado, pocas veces éste variaba. Resultaba que desde el primer instante en que la vio, Neville fue flechado por una de la implacables armas amorosas de Cupido, sólo para terminar viviendo indecibles tormentos cuando Mica le aclaró que lo apreciaba como un simple amigo.
-Siento que no haya podido ser-y la cursilería no acababa.
-No importa, Mica, Sé que ser la reina de la Tierra de la Fantasía era tu destino desde el principio.
Mica tomó una de sus muñecas, aunque lo que ella quería era salir de ese capitulo de una vez, y no consolar un dolor sin sentido.
-Discúlpame con Draco y Harry-esta vez no sufrió fuerza alguna sobre su cara. Debía ser el efecto de un emoticon-. Y diles que les deseo suerte con su hija.
-Lo haré. Adiós, Mica.
Entonces Neville, haciendo acopio de toda su fuerza de voluntad, le dio la espalda, y le dirigió a Ginny un ademán impaciente para que se largaran.
-Adiós, Mica.
-Adiós, Ginny.
La pelirroja le dedicó una última mirada dolida antes de seguir el camino de Neville sin agregar palabra. Mica observó el castillo mágico al cual ambos se encaminaban, y un suspiro lleno de una pseudo-nostalgia se escapó de sus labios carmesí por naturaleza. No podía minimizar su ansiedad por largarse, la que estaba segura era completamente suya.
Bajó la vista hacia sus manos, descritas como de porcelana y suaves como la seda (lo que era engorroso a la hora de querer agarrar una escoba), y comprobó con alegría que éstas comenzaban a desvanecerse ante sus ojos. Sólo faltaba un detalle más y el final estaba asegurado.
Finalmente sta historia termino contentos, pendexs del barko?
El último pensamiento de Mica fue una bendición para los miembros del foro.
Cuando Mica volvió a tomar consciencia del sitio donde se hallaba, una autentica sonrisa de alivio se esbozó en su rostro. Sintiéndose libre de las influencias de un teclado, se permitió regocijarse en el hecho de que el colegio de magia, con su M-preg estilo rosa, bashing incesante y obligada condición de hueca Mary Sue habían quedado atrás.
Estaba ahora en una recepción bastante familiar para ella, con paredes de colores pasteles y ningún adorno sobre estas. No había tampoco silla sobre las cuales sentarse a esperar, por la sencilla razón de que no se requería tal cosa.
-¿Final feliz?-inquirió una voz permanentemente cantarina, y ella se giró para enfrentarse al único mueble presente, y la persona tras él.
Sentada en una silla detrás de un escritorio de caoba, estaba ubicada la querida Cocorumba, quien la miraba afable mientras que con un dedo perezoso controlaba desde la distancia una brocha con esmalte de rosa chillón sobre una uña en la mano opuesta.
Cocorumba debía ser la única Mary Sue en el mundo fanfictions cuya belleza extraordinaria sólo podía ser justificada si su personaje asignado era un extraterrestre de otro planeta, o se estaba drogado. Pero ninguno de los casos jamás se daría, ya que Cocorumba había renunciado hacía años a participar en cualquier fic, originales incluso, dado que su apariencia era inmediato aviso de la poca credibilidad que poseería en un futuro cercano, ganándose invariablemente el aborrecimiento de los Anti-Sues, quienes resultaban conformar la mayoría de los lectores.
Y Mica, a pesar de su aprecio por la mujer, debía admitir que un personaje con cabellera, cejas y mirada de siete colores era difícil no tenerle sospecha. Originalmente había sido creada para el fandom "La guerra de las Galaxias", como la chica que enamoraría al malo de turno, Dark Valder o algo por el estilo, para lograr cambiarlo al lado bueno, pero el fic había sido llevado al barco pirata y el autor había decidido poner el punto final al día siguiente. Desde entonces, Cocorumba había pasado de historia en historia, todas terminadas de forma abrupta por el modo en que siempre superaba a todos los demás personajes. Hasta que ella finalmente se hartó, y se dispuso a tomar el papel de quien asigne a los OC.
Por otra parte, Mica había tenido la fortuna de proceder de una historia original como una simple extra, lo cual le proporcionaba la habilidad de cambiar su aspecto, y en gran parte su esencia, para su disgusto, en cuanto era introducida en un nuevo fandom. Las que eran como Cocorumba estaban condenadas a tener demasiadas características de Mary Sue sin importar nada.
-Tuvo un final-respondió Mica, sonriendo-, eso me hizo feliz a mí.
Cocorumba sonrió comprensiva. Hacía apenas unas semanas había conseguido que no se viera tan falsa, y casi podía afirmar que era sincera.
-¿Tan mal fue?-por suerte, su tono melodioso se había aplacado con los años y ahora estaba cerca de sonar como una hablante normal, y no alguien que vive cantando.
.-No fue uno de los mejores trabajos de la tierra-Mica se encogió de hombros-. En general estaba bien escrito, pero el Ooc era inaudito.
-¿Cómo sabes que eran Ooc? Tú no conocías el canon antes de entrar.
-Es que no creo que algo tan popular como Harry Potter tenga personajes tan empalagosos.
-Lo mismo dijiste sobre la protagonista de Sakura Card Captor-repuso Cocorumba, guiando la brocha hacia su envase y enroscándolo en la boquilla sin la necesidad de tocarlo.
Mica se estremeció ante el recuerdo de lo que había pasado en su única experiencia en ese fandom. Los dolores de cabeza que conllevaron la pretensión de entender las múltiples notas de autora en mitad de la narración, fueron bíblicas. Aún hoy se lamentaba la negativa de la autora a recibir ayuda, hubiera sido una buena historia si no fuera por el rápido ritmo de los sucesos. Y claro, una que otra revisada a un diccionario para comprobar el significado de algunas palabras tampoco habría sido de más.
-Es diferente-masculló, resentida interiormente por eso. En esa ocasión los personajes habían estado increíblemente IC y había tenido oportunidad de conocerlos como realmente eran-. Ella era cursi en el sentido tierno e infantil. Esos tíos estaban en su plan "vamos a magnificar la gloria de la Mary Sue del momento". Me desesperaban a toda hora. Y el basheo hacia la chica Weasley era impresionante. ¿Qué rayos hizo la pobre para que esa paloma con patas de caballo la dejara en lo alto de la Torre de Astronomía?
Cocorumba, como parte de su trabajo, estaba muy bien informada acerca de varios aspectos de los fandom actuales. Ella se atusó un mechón azul entre los dedos distraídamente.
-En realidad yo tampoco lo entiendo. En los libros me da la impresión de ser una chica con mucho carácter, pero agradable hasta cierto punto-comenzó a enredar un mechón rubio platinado con el primero-. Supongo que se debe a que en el "Príncipe Mestizo" se hizo novia del protagonista.
Mica bufó con tedio, girando los ojos. Por supuesto, solamente porque una chica era novia de uno de los chicos lindos era motivo suficiente para hacerle pasar infiernos. ¿Es que no se daban cuenta esos autores que ninguno de los dos era real en su mundo?
Cocorumba mantuvo la tenue sonrisa, a pesar de su gesto despectivo.
-Agradece que no estuviste aquí en la época en que se estreno "La Orden del Fénix". Entonces se volvió una moda bashear a una asiática por ser la primera a la que Harry besó.
Su intención con ese comentario era animar a Mica, pero se vio desalentada cuando ella le dirigió una mirada aburrida.
-¿Incluido el embarazo masculino?-preguntó con ironía.
Cocorumba frunció el ceño, forzando su memoria. La pequeña arruga no la afeó en lo absoluto.
-No, que yo recuerde no era tan conocido por ese entonces.
-En ese caso, no podría haber sido peor que lo que hay ahora. Es decir, no tiene sentido-agitó la cabeza a los lados en ademán de negación-. ¿Dónde se supone que un hombre va a gestar un bebé si no tiene ovarios ni nada que se le parezca? Me alegro de que los del barco se lo hicieran saber a la autora.
Ante la mención del barco, Cocorumba borró todo rastro agradable de su rostro.
-Pues yo pienso que ese foro crea más problemas de los que resuelve-espetó fervientemente-. Si creen que un autor necesita mejorar no veo necesidad de exponer sus errores como si fuera un fenómeno de circo. Ese tipo de asuntos deberían tratarse en privado.
Esa era una cuestión en la que ellas dos nunca estarían de acuerdo.
-Si una persona le señala sus errores al autor, es más que probable que este la ignore, pero si otros la respalda crecen las posibilidades de ser escuchados.
-Pero hay formas y formas de dar opiniones. Muchas de las personas en ese sitio deberían considerar abstenerse de dar críticas. No hacen más que lanzar sarcasmo, y de esa manera nadie aprende.
Cocorumba había tenido sus encuentros con los del barco, pues había sido criticada ahí por lo menos cinco veces. En ninguna de sus visitas se había quedado con la mejor de las impresiones.
-Los tiempos cambian-respondió Mica, encogiéndose de hombros -. El problema es en gran medida los escritores-siguió comentando-. Muchos sólo buscan esos adorados reviews, sin importarles si los merecen o no.
Como había sido con la escritora del ultimo fic, se dijo con tristeza. En las notas finales de cada capitulo (excepto en el ultimo, en el que aparentemente se le había olvidado) siempre estaba la mágica frase; "si no recibo 9 reviews para mañana no hay mas capis"
El cabello de Cocorumba, al igual que sus cejas, se tiñó de un rojo intenso ante la insinuación de defensa hacia lo que ella todavía consideraba digno de aborrecimiento. Mica en parte entendía su postura, y por otra la encontraba irracional. Su creación se había dado mucho después que la de Cocorumba, pero nunca faltaban las lenguas que hablaran acerca de las variadas apariciones en el barco cuando aún participaba en fics. En ese sitio, en sus comienzos, la habían destrozado sin piedad, remarcando repetidas veces con sarcasmos no del todo necesarios, las razones por las que merecía el calificativo de Mary Sue. Palabras tales como "hueca, tonta, inútil" habían sido proclamadas. De cierta forma, había que entender que la saña estuvo más dirigida hacia el personaje original, que al autor, quien no sabía cómo manejar sus personajes de un modo realista y nadie le había enseñado a hacerlo. Pero Cocorumba no tomaba esto último en cuenta, pues en su mente prevalecía el recuerdo de las frases más hirientes. De esos sucesos ya hacía años, y ella no olvidaba ni perdonaba.
Después de todo, muchos escritores de fics principiantes eran niños, y no lo suficientemente estables en el plano sentimental para asimilar que no todas las personas les hablaran con tacto materno. La mujer creía fielmente que había que decir todo de buenas maneras, y Mica pensaba que Internet era demasiado diverso como para reclamar eso.
-Mejor olvídalo-resopló Cocorumba, inflando los cachetes en el clásico mohín infantil de los personajes japoneses. Era una característica sacada de uno de esos fics en los que el autor tenía un amor desmedido por las animaciones de ese continente, omitiendo el hecho de que la historia sucediera en un sito totalmente ajeno.
Mica simplemente cabeceó. Sería un debate interminable de cualquier modo.
La cabeza de la adulta retornó a su estado anterior, y su amplia sonrisa se volvió especialmente encantadora. Sus ojos se aclararon y parecieron brillar de pura inocencia. Instintivamente, la otra dio un paso hacia atrás. La misma cara había visto segundos antes de meterse en la historia de la que acababa de salir.
-Tengo una nueva historia para ti-anunció con voz cantarina, elevando una carpeta amarilla, que seguro contendría el perfil del autor.
-Ni hablar-espetó Mica rápidamente.
Cocorumba simuló una mueca de terrible desilusión, con ojos de cachorro perdido incluidos.
-Pero ni siquiera has oído de ella.
-Y no pienso hacerlo. Ya demasiadas locuras me hiciste pasar como para meterme en otra.
Un suspiro dramático fue expulsado desde los labios carnosos de Cocorumba.
-No seas injusta. Siquiera dale una oportunidad. Es una principiante y promete mucho- eso no tranquilizó en nada a su acompañante. Según Cocorumba, todos prometían mucho -. Además ella ha expresado sus deseos de mejorar, y parece dispuesta a aceptar ayuda.
A partir de la experiencia de Mica, sabía que muchos escritores afirmaban esto, sólo para actuar de energúmenos a la primera muestra de sinceridad. Negó con la cabeza.
Cocorumba ladeó la suya a un lado, de aquel modo tan ingenuo que hacía cuestionarse a uno qué edad le había dado su creador, a pesar de su apariencia madura.
-¡Oh, vamos! Te aseguro que será una linda experiencia.
Entonces Mica se percató de que algo estaba mal en ese cuadro. Hasta ese punto, ella estaba segura de que Cocorumba habría procedido a ignorar su voluntad y entregarle el perfil de la autora. Lo cual quedaba como un mero formalismo porque al siguiente momento ella se veía literalmente empujada hacia un nuevo capitulo. Esta falta hacia la rutina encendió una nueva alarma en su cerebro.
-¿Quién es la chica?-preguntó, aprensiva, conocedora de que muy probablemente lamentaría oír la respuesta.
La sonrisa de la mujer se incrementó, revelando, tal vez sin notarlo, un tic nervioso a un lado de su nariz. Quien sea que fuera la autora, estaba provocando tantas dudas en Cocorumba como a ella misma. Y tomando en cuenta su fe casi ciega hacia todos los fanfikeros, eso ya era de miedo.
-No debes guiarte por las apariencias. La muchacha intentó una vez escribir algo para Harry Potter, pero no le salió muy bien, y ahora quiere integrarse a un nuevo fandom para probar suerte. La historia es sobre Duelo Xiaolin, el que me dices que te gusta tanto. Podrás trabajar mano a mano con ese chico tan lindo; Jack Spicer, y ese otro, Chase…
-Coco-interrumpió Mica, cansada de la incertidumbre-¿quién es la autora?
Cocorumba calló, ampliando más si cabía su mueca, mientras su tic comenzaba a volverse compulsivo y le alcanzaba la carpeta. Mica lo tomó no muy segura, y lo abrió.
El perfil no tenía información alguna, ni una frase significativa para la autora, o un saludo para los que lo visitaran. Lo único plasmado en esa hoja de papel era el nombre de su dueña. Nombre que provocó un estremecimiento de pavor en la joven, y casi se le cayera de lo que temblaron sus manos.
-Ome Black-murmuró.
Elevó la mirada hacia la mujer, esperando una señal que evidenciara una broma de mal gusto. Pero la enorme sonrisa que vio le desvaneció toda esperanza.
-Por favor…-musitó con verdadero miedo-, no me mandes con ella.
-No es para tanto.
Esto dejó a la chica con cara de no conocer a ese personaje.
-¿Que no es para tanto?-repitió, incrédula.
Ome Black era prácticamente una leyenda entre los personajes originales. El coco con el cual se amenaza a los pequeños niños originales para que se durmiera, o comieran sus verduras. Cientos de veces, Mica había oído en su vida; "si no te calmas, Ome Black vendrá a recogerte para su nuevo fic"
La causa de que los valientes lloraran clamando por sus madres, y los prudentes corrieran a ocultarse bajo una roca.
-Siempre he creído que todos exageran respecto a ella-menospreció Cocorumba con un grácil movimiento de su mano.
-¿Exagerar¿Te parece una exageración creerla el terror del teclado luego de lo que le hizo a Cleopatra?
A nadie se le olvidaba el horrible destino que sufrió Cleopatra en el two shot de Ome Black; "uNa Rep1iK4 x L4 L13r74ad De cLeOp47r4 y R3muz" (1). Un intento vano por protestar contra el barco pirata. Las múltiples faltas ortográficas, y el impronunciable uso del lenguaje MSN, habían terminado por lograr un dislocamiento permanente en la mandíbula de Cleopatra tras intentar pronunciar sus diálogos. Por no mencionar sus aires maniacos de grandeza, que trajeron como consecuencia que finalmente Cleopatra fuera recluida en el hospital post-Sueismo extremo. Nadie había vuelto a verla desde entonces. Cocorumba estuvo muy cerca de ir ahí, pero, por suerte, su indignación porque sus autores fueran criticados superó su vanidad.
La mujer se santiguó (2), otra costumbre aprendida de otro fic, en memoria de la muchacha original. Luego suspiró nuevamente con visible cansancio, y se llevó dos dedos índices hacia las sienes para frotárselas en círculos.
Mica estaba segura de que casi podría escuchar una larga serie de pensamientos negativos siendo a duras penas reprimidos.
-Mira, sé que Ome fue un caso difícil en su tiempo-expresó, aun sin levantar la cabeza. Tomó aire antes de continuar-. Pero es probable que haya madurado. Como mínimo, yo pienso que merece el beneficio de la duda. Sabemos que lo que escribió lo hizo así de mal adrede, lo cierto es que no conocemos su verdadero potencial. Quizá termine siendo una gran escritora.
No necesitó erguirse para saber que Mica la miraba como si se hubiera vuelto loca.
-Ella ha escrito una disculpa en el barco pirata-reveló, adoptando una expresión seria poco habitual en ella.
Se inclinó hacia un lado de su escritorio y desde uno de los cajones, sacó una hoja y se la entregó a la otra. Ella lo aceptó, demasiado extrañada para preocuparse.
-¿Disculpa?
-Sí, hace tres días. Al parecer leyó los comentarios que le habían hecho en su historia, y algunos fueron tan razonables que la convencieron de que podía aspirar a algo mejor-esbozó entonces un sonrisa de medio lado, expresando su sentimiento de orgullo-. Por lo visto, las buenas maneras funcionaron con ella mucho más que esos usuales sarcasmos.
Su acompañante ni siquiera pareció escucharla, interpretando de a poco lo que tenía entre sus manos. Increíblemente, aquello sin lugar a dudas era una disculpa. Con comas sobrantes, cierta ausencia de algunos acentos, redundancias varias y repeticiones por poco consecutivas de "lo lamento", pero a fin de cuentas el mensaje se entendía. Ome de verdad estaba arrepentida, y anunciaba que su acto de redención sería el estreno de un fanfic en el que, según ella, sí se había tomado la molestia de pasar por un programa de corrector ortográfico.
-Oh…-fue todo lo que pudo decir. Estaba impresionada- Guau.
Cocorumba sonrió complacida.
-Exacto, es un gran "guau". Entonces-dijo, mientras apoyaba los codos sobre el escritorio -¿lo harás de buena gana o me veré en la desagradable obligación de empujarte?
Mica aún no parecía dispuesta a reaccionar, esforzándose en asimilar el hecho de que el legendario coco, resultaba ser una muchacha capaz de expresar algo a través de un teclado. El monstruo había caído, y la prueba más fehaciente era la que acababa de leer.
-Me voy a levantar de mi silla…
-Está bien-replicó ella, algo atontada.
Dejó el perfil y la nota sobre el mueble. Parpadeó un par de veces, notando con cierta molestia el modo en que Cocorumba se reclinaba dignamente en su asiento, como toda reina sobre su trono. Esto la hizo fruncir el ceño, sabiendo que la adulta estaba disfrutando de lo lindo el fracaso del barco.
-¿Y la tarjeta?-pidió, sin saber qué más decir.
Hubiera aceptado la derrota sin más, pero la discreta euforia de Cocorumba restregándosela en la cara le quitaba las ganas. La adulta tan solo sacó la usual tarjeta azulada desde el interior de la manga de su chaqueta, y se la pasó, sin perder en ningún momento su sonrisa.
-Ya sabes qué hacer-canturreó en un tono que cualquier habría interpretado como dulce.
Mica agarró la tarjeta, y le dio la espalda al dirigirse hacia una puerta blanca al otro lado del cuarto. Una que sólo se materializaría cuando el personaje aceptaba su nuevo fic. A un lado del marco, pegada a la pared, vio una caja, también blanca, con una ranura circundante en su centro, por la que pasó la tarjeta. Una lucecita azul se encendió arriba de la puerta, mientras una sencilla palabra aparecía impresa sobre la placa argentina bajo el foco.
"Stranger", leyó mentalmente el titulo de lo que sería el fic. Se consoló al comprobar que estaba bien escrito, sin mayúsculas o números entrometidos. Parecía un buen comienzo, aunque no sabría decir si apropiado.
Tocó la perilla de plata, y corrió la madera. La luz que la recibió fue tan intensa como siempre había sido, y ella se cubrió veloz los ojos con el antebrazo. Cerró la palma alrededor de la tarjeta y dio un paso al frente. La sensación de traspasar la entrada era curiosa, y en un principio lo había comparado con lo que uno siente al salir del agua rápidamente. Pero no la cabeza, sino el cuerpo completo. Era una especie de brisa envolvente que, sin embargo, no enfriaba.
-Buena suerte-deseó Cocorumba con alegría pueril.
La muchacha giró por instinto, y al siguiente momento la puerta se movió, dándole justo en las narices. La luz se disipó, y ahora fue rodeada por la oscuridad absoluta.
Entonces sucedió. Apenas si tuvo tiempo de soltar una maldición cuando el suelo bajo sus pies desapareció.
(1) Como yo sí tengo respeto por los ojos de mis lectores, les traduciré esto; "Una replica por la libertad de Cleopatra y Remus".
(2) Santiguarse significa hacer la señal del "Padre, el Hijo y el Espíritu Santo"
Ahora bien, esta es la parte en la que tengo que decir "espero que les haya gustado", "espero sus comentarios","cualquier opinión es valorada", "se aceptan comentarios" y demás variantes. Pero resulta de que estoy perezosa, así que me limitare a confiar en que los lectores saben que acepto comentarios (y que espero recibir constacia de que alguien me ha estado leyendo), de que su opiniones son importantes para mi (de otra forma no me hubiera molestado en publicar) y que les me gustaría saber si les ha gustado o no (valerme de mi propio juicio es algo que prefiero dejarle a Perlita).
Suerte, cuídense, besos, abrazos, nos leemos, invítenme si se portan mal, si no me dan 30 reviews no publicó más, hasta la próxima, conduzcan con cuidado, etc., y etc.
¿Se me olvidaba algo? Ah, sí.
Atte: Candy002 (por si les quedaba alguna duda;))
