24 de octubre de 2005, la oscuridad reinaba en Tokio, las nubes negras delataban el inicio de una gran tormenta.
En las afueras de la ciudad Nipona, donde la naturaleza reinaba Matsuoka-Masamune abrazaba el cuerpo inerte de Tachibana-Hotaru.
Su corazón no podía soportarlo, se negaba a creer que Hotaru estuviera muerta, ella su compañera de equipo, su primer amor ya no estaba.
Los miembros restantes de Toy-Gun-Gun querían gritar, mientras que el equipo Hoshishiro no se atrevía a decir nada, ellos igual estaban heridos. Once-Dogs había jugado sucio, el uso de armas reales iba en contra de los Survival-Games.
Haruki solo temblaba, lloraba maldiciendo su debilidad, si tan solo se hubiera dado cuenta que el arma era real, Tachibana no lo hubiera arrojado al suelo y seria el que estuviera ahí, muerto.
Hotaru le salvo la vida, su hermano menor Haruki solo le sostenía del brazo, podía sentir el dolor de su gemelo.
Masamune se quedó ahí hasta el final, acariciando el rostro sin vida de la joven. Sus dedos delineaban cada rasgo, sintiendo la piel fría calar sus dedos.
Ho..Hotaru.-Masamune no pudo más, quedo inconsciente mientras sujetaba a la niña.
El tiempo paso lento, las ambulancias llegaron, atendieron a cada integrante. El cuerpo de Tachibana fue colocado en una bolsa negra y cargada en una ambulancia.
Después de aquel día Hoshishiro y Toy-Gun-Gun se unieron en un solo equipo, se juraron se seguir jugando en memoria de Tachibana.
Once-Dogs fueron enjuiciados por asesinato en primer grado, más otras acusaciones de diferentes grupos que decidieron romper el silencio.
Once-Dogs quedo en el pasado.
Según la cultura Japonesa, el pasado se repite pero el cambiarlo está en tus manos.
En esta vida y en las que viene siempre te amare Hotaru.-Murmuro un joven de cabellos rubios y ojos azules, mientras abrazaba a una joven de rubia de ojos verdes.
Yo igual te amare Matsuoka-san.-Contesto apenada.
Han pasado dos siglos sin verla Tachibana-san, que bueno que volvió.-Grito Fujimoto al verla.
Tachibana solo sonrió, ahí frente a ella estaban todos sus amigos.
Incluso Haruki se abalanzó sobre ella. Ocasionando un caída estrepitosa.
¡No te vayas nunca más Hotaru!.-Chillo el oji-café.
Jamás lo are.-contesto alegre la oji-verde.
A ver cuando piensan darme sobrinos.-Bromeo Midori, mientras los miraba de forma picara.
Tachibana y Masamune se pusieron rojos de la vergüenza.
Algunas cosas jamás cambian.-Pensaron todos en unísono.
Su amistad y rivalidad seguiría en pie a pesar del tiempo. Todos juntos como un gran equipo.
