Éste es mi primer Jacob/Bella, espero que les guste.
La canción en la que me inspiré se llama Me enamoré de ti, y es de Chayanne (Mi candente favorito)
Empty heart
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No te importaban los reclamos de Charlie, ni que afuera estuviera lloviendo con tormenta.
Tomaste las llaves de tu camioneta y corriste bajo la lluvia, tus brazos desnudos temblaron ante el contacto de lo gélido, y la desesperación te consumió un poco más. No tenías tiempo de cubrirte. Estabas muriendo.
El rugido del motor era muy similar a los truenos sobre tu cabeza, y las llantas al deslizarse sobre el mojado pavimento te hubieran asustado de haber sido en otro momento. No recordabas el camino, ni siquiera estabas lo suficientemente consiente de saber que estabas conduciendo. Pero necesitabas llegar.
Y le viste, luego de derrapar fuerte y casi estamparte contra un árbol. Saltaste del asiento sin importarte apagar el motor o las luces y corriste hacía él, que te esperaba.
Sus brazos te envolvieron en el instante exacto en que tus piernas no tuvieron más fuerzas, y solo te sentiste ser levantada en el aire. Eras una muñeca rota, de esas que jamás se reparan. Pero el era el artesano que te cuidaba como un tesoro.
—Jacob —susurraste contra su pecho, jalando sus cabellos para acercarlo más a ti. La paz te invade de golpe y la lucidez te dejó ver entre toda la tiniebla. Sientes que el aire vuelve a entrar en tus pulmones, y que el calor de su piel evapora la lluvia sobre ustedes.
Te abrazas más fuerte, cerrando los ojos y dejándote llevar. Estas sanando, te dice una voz. Y le crees, aún cuando sabes que la cicatriz no se irá, pero quieres creerlo, necesitas creerlo… y por extraño que parezca, cuando estas con él sientes que puedes hacerlo.
«Si no estas conmigo se me escapa el aire,
Corazón vacío.
Estando en tus brazos, sólo a tu lado siento que respiro…»
—Bella —susurró en tu cuello, y temblaste al calido aliento. Las lágrimas comenzaron a correr por tus mejillas, confundiéndose con las gotas de lluvia que ninguno atiende.
«…Eres mi rayo de luz a cada mañana,
Y sin pensarlo el tiempo me robó el aliento.
¿Qué será de mí, si no te tengo?»
Soltaste un audible suspiro de goce. El dolor de había ido, y con él, el amargo recuerdo. Aún cuando sabes todo eso durara unos minutos, no te importa.
Porque ya nada importa si lo tienes a él para volver a respirar.
Fin
