Bien, aquí les traigo mi primer intento de fic de Harry Potter, no sean crueles, pero si honestos XD Espero les guste, me inspiré. ;D

Malditos celos, bendito amor.

Cap. 1 Aprendiendo a vivir.

Amar y Sufrir.

La vida nunca antes había sido tan dura ni tan confusa para Ron. Por primera vez se encontraba dándole vueltas al mismo asunto, a la misma persona, un nombre que hacía tiempo ya era especial para él, el nombre que lo hace temblar de miedo y caer al piso de amor, aquel nombre que era el actual culpable de aquel sufrimiento; Hermione Jane Granger.

En medio de la tempestad de los pensamientos de Ron, había algo que no cuadraba. El extraño comportamiento de la chica.

-Ron.- La voz de Harry lo sacó de sus pensamientos.

El susodicho pegó un salto y volteo a ver a su compañero, que se encontraba sentado sobre su cama.

-Mmm.- Las palabras simplemente no salían de su boca.

-Es hora de clases, vamos.-

Ambos tomaron sus cosas, y caminaron lentamente a su primera clase del día; adivinación.

-¡Chicos!- Las voz de Hermione los hizo voltear.

-Hola, Hermione.- Dijo Ron, con una genuina sonrisa adornando su rostro. Su voz emanaba emoción.

-Hola.- Dijo Harry, casi igual de alegre.

Hermione corrió lo suficiente para ponerse a la altura de ellos, y tomó un mechón de su cabello que le nublaba la vista, para acomodarlo en su coleta.

-¿Van a adivinación?- Preguntó, sin dejar de sonreír.

Algo le decía a Harry que algo malo pasaría, y que algo afectaría a Ron.

Últimamente su amigo había estado sufriendo mucho, pero ni siquiera Ron sabía por qué. No entendían nada de lo que pasaban.

-Sí, esta vez no me pintearé clases, los castigos me dan flojera.- La voz de Ron era casi ausente, como si viviese en su ilusión.

Y en ese momento Harry comprobó sus sospechas/preocupaciones.

Los tres entraron en clase de adivinación y se sentaron juntos en una mesa para comenzar la clase.

Harry notaba como las palabras fluían en una vívida conversación entre Hermione y Ron, y, aunque ellos le llamaban, él los ignoraba. Trataba de encontrar sentido en lo acontecido en las últimas semanas.

-¿Harry? ¡Harry!- Hermione lo llamaba una y otra vez, hasta que Harry se dio cuenta.

-¿Qué pasa?- Su voz era pastosa, como si se acabase de despertar.

-Te quedaste dormido- Esta vez fue Ron el que contestó. –La clase ya comenzó-

Después de eso, ninguno cruzó palabra.

Ya había terminado la clase, y Cho, Luna, Ginny y Hermione platicaban animadamente mientras caminaban a la sala común, acompañadas por Neville, Harry, y Ron. En ese momento una lechuza entró por una ventana cercana y soltó una carta a los pies de Harry y de Ginny, y seguía volando, hasta que se estrelló contra el vidrio del otro lado de la habitación.

Ginny se agachó a recoger la carta, al tiempo que Harry lo hacía, así que sus manos chocaron, pero fue Harry quién la levantó, un tanto sonrojado.

-De: George Weasley, para….-

Todos voltearon a verlo, esperando escuchar el destinatario.

-Hermione Granger.- Terminó Potter, en una bocanada de aire, mientras le tendía la carta a su amiga.

La cara de Ron se descompuso al instante.

Las últimas semanas, Hermione había estado pasando mucho tiempo con George, y se veían más que alegres. Incluso los gemelos se notaban un poco más distanciados, pues George pasaba más tiempo con Hermione que con Fred.

Las chicas se amontonaron sobre el hombro de Hermione, entre risas, tratando de leer todas la carta.

Harry se acercó a Ron, quién se encontraba como petrificado en medio del corredor. Neville lo miraba, y se acercó, dándole un leve en el brazo.

-Todo estará bien.- Le susurró.

Los 3 eran grandes amigos, y los confidentes de Ron esas últimas semanas. Él confiaba enteramente en ellos, todo.

Las chicas corrieron a la sala común, para leer la carta.

-¡Harry, Ron, Neville!- Gritó Hermione.

GInny les hizo señas para que las siguieran.

Lentamente, los chicos las acompañaron hasta que llegaron a la sala común y se sentaron frente a la fogata, y Hermione empezó a prepararse para leer la carta que acababa de recibir.

-Bien, aquí vamos-

El resto de las chcias se sentaron en el suelo frente a Hermione, y los chicos en sillones cercanos. Ron sentía como sus venas quemaban, como la sangre ardía al moverse, su corazón daba vueltas, negándose a seguir latiendo. Sus ojos de nublaban, debido a las repentinas ganas que sentía de llorar.

-Querida Hermione.- Comenzó Luna, leyendo la carta. –Estas semanas han sido las mejores de toda mi vida, me he divertido muchísimo contigo. Esto es increíble. Pero no estoy seguro de ser capaz de dar el siguiente paso, quizá sea mejor seguir así, para que yo tenga más valor.- Terminó de leer para pasársela a Cho, para que ella continuara.

-En serio te agradezco todo lo que haces, estoy fuera de Hogwarts por el momento, debido a que tenemos un viaje del curso, por eso te lo mando con la lechuza de un amigo. Gracias, preciosa. Espero que estés de acuerdo conmigo y que no te moleste. No sé qué diría Ron si supiera lo que pasa, pero bueno, no hacemos nada malo, ¿cierto?- La carta pasó a manos de Ginny.

Antes de que comenzaran a leer de nuevo, todos miraron a Ron, quién no se inmuto en moverse. Su boca estaba ligeramente abierta en un claro acto de asombro, y su mirada estaba mirando fijamente la carta que su hermana sostenía suavemente.

Ginny tomó un tanto de aire y continuó.

-Solo espero no te moleste tener que continuar con esto. Es que soy un poco cobarde. Me cuesta parar de hacer mis constantes bromas para comportarme de manera tranquila, así que espero me entiendas, preciosa. ¿Qué te parece si nos vemos mañana de nuevo? Te tengo un regalo, nos vemos en ….-

En ese momento se puso de pie y camino decidido hacía su habitación.

-¿Ron?- Preguntó Ginny extrañada.

-Ron.- Llamó Hermione, caminando para acercarse a él.

Neville tomó a Hermione del brazo y negó con la cabeza, dándole a entender que no lo siguiera, para después él ir detrás de Ron y Harry, quién había seguido a Ron casi en el momento en el que Neville paraba a Hermione.

En cuanto entraron a la habitación, Ron se recostó sobre la cama, con la mirada perdida, no quería hablar con nadie. El mundo se le había vendió abajo en tan solo unos segundos.

Harry caminó hasta su cama y se sentó, la depresión al rojo vivo en sus ojos. A él también le dolía que Hermione estuviese cada vez menos tiempo con ellos, que Ron sufriera de esa manera tan incontrolable, sentirse en una burbuja apartada, fuera de todo. Pero sabía que no era así. Sus amigos lo querían, y se lo habían demostrado más de mil veces.

La mirada baja de Neville dejaba muy en claro que realmente se sentía fuera de esto. Hasta que, con una seña, Harry le indicó que se sentara a su lado. Lentamente el chico obedeció.

-Estoy enamorado de ella. Y ella sale con mi hermano.-

Esas fueron las palabras de Ron, antes de que una tibia lágrima se resbalara por sus mejillas y chocara contra la almohada.

-Esto…Esto no me puede estar pasando. No ahora.-

Porqué apreciar a las personas no está mal, pero sí el dejarlas ir.

El no hacer nada para lograr lo que quieres, y el lastimar a seres queridos para lograrlo. Un dilema. El quería a Hermione, y él quería a George. Pero ellos se querían entre sí. ¿Qué hacer? Porqué amar es el peor sentimiento que hay. Te puede llevar directito al cielo, y traerte de vuelta al infierno, sin opciones. Y es que este maldito amor siempre ha hecho sufrir a la gente. El querer, el amar. Pero, ¿qué sería del mundo sin eso? Y aún así, en ese momento, Ronald Bilius Weasley deseaba que ese sentimiento desapareciera de su ser. Para no sufrir, para no llorar.

La confusión que inundaba su cuerpo era inmensa.

George no podría estar saliendo con Hermione, ¿Cierto? Eso era imposible.

Bien, ¿qué les parece? Nunca me había metido en fics de Harry Potter porqué los personajes son mucho más complejos, pero haber si no hay mucho OoC. Me dicen que opinan o si mejor lo dejo hasta ahí xD Nunca se me ha dado la escritura así que,,,jajaja ;)