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Promesa de alianzas de oro
Un beso de oro
…
Despierta gracias a Viktor, quien le mira con alegría y nostalgia profunda.
Hay una sonrisa en su rostro, sabe que debe ganar, algo dentro de sí arde para poder ganar. Hay tantos deseos dentro de él, excitado quizás ésa pueda ser la palabra, pero es una extraña motivación. Algo que lo impulsa solamente a salir de su cama.
El anillo, mira ese precioso anillo en su dedo y luego mira el de Viktor. Se pregunta si lo de casarse va en serio, pero con Viktor Nikiforov no hay mentiras. Él siempre va directo al grano y cumple sus promesas, al menos con él ha sido así.
—Viktor —su voz suena descansada, a pesar de estar un poco apagado por recién despertar, su voz suena viva y llena de deseo.
—Yuri —Viktor suena tan tranquilo y quedo que jura a Dios que es jodidamente feliz.
Quisiera quedarse en ese momento para siempre.
—¿Es hoy? —pregunta, sabe la respuesta. Pero quiere escuchar la voz de Viktor confirmando el hecho.
—Sí —dice Viktor, pero para su sorpresa no solamente le convence con un sí, se acerca a él y le da un casto beso en los labios.
De nuevo le sorprende. No importa cuántas veces finja que no es sorprendido por las acciones de su entrenador, siempre le sorprende. Y ese casto beso le ha dejado totalmente sedado y más motivado que nunca.
—Viktor —le vuelve a llamar y toma la camisa, quiere agradecerle pero no sabe cómo—, ¿cómo agradecerte todo esto?
Viktor es bloqueado por una nube de pensamientos. Su corazón late con tanta fuerza.
Gana, eso quiere decir, gana y no te rindas hoy ni nunca. Quédate a mi lado así ganes o pierdas. No me dejes ir. Por primera vez en mucho tiempo soy sumamente feliz. Puedo reír sin pensar en que debo ser perfecto y sin obligarme a mí mismo a ser único y diferente. Haz que mi promesa se cumpla. Haz que estas alianzas sean algo más que solamente oro alrededor de nuestros dedos.
Pero las palabras no salen de su boca. Solamente se quedan en sus pensamientos, está bloqueado. Totalmente bloqueado. No sabe qué decir porque los ojos brillantes de Yuri le miran con tanta esperanza y ensueño.
—Yuri —le dice—, ¿cómo puedo ser tan feliz con solamente mirarte cada mañana?
Yuri se pierde en una laguna de sentimientos dentro de sí. Siente que es una chica siendo tomada de la mano por el chico que le gusta en medio de un festival de verano mientras miran los fuegos artificiales. Pero en realidad se siente más como los fuegos artificiales. Explotando en maravillosos colores de mil emociones. Ya no hay oscuridad.
No me esconderé en un baño a llorar, piensa con orgullo y seguridad mientras mira los hermosos ojos de Viktor, no voy a hundirme en la depresión y dejar que todo caiga sobre mí de nuevo si pierdo. No voy a perder. Quiero ser un ganador a tu lado. Quiero que tu nombre se luzca. Quiero embriagarme con la belleza de ganar y con el sólido sonido del triunfo rugiendo en mi interior.
—Hoy ganaré —promete de golpe, ha sorprendido a Viktor.
Esta vez no son: Lo intentaré o daré lo mejor de mí. No, esta vez ha prometido sórdidamente ganar a como dé lugar.
—Yuri —quiere decirle que no se exija, pero no sería justo. Lo desmotivaría—, espero una medalla de oro colgando de tu cuello.
Ambos dan un largo suspiro.
Pero Yuri tiene otra duda, una duda que no debería existir. Mas no lo puede evitar.
—Viktor —dice de nuevo.
Y a Viktor realmente no le importa cuántas veces diga su nombre, no se aburre, no se hostiga y no se harta.
—Entiendo —dice, se acerca de nuevo a él para darle un leve y casto beso en los labios.
Se sorprende.
¿Cuántas veces Katsuki Yuri lo sorprenderá esa mañana?
Las manos de Yuri toman su rostro, y lo vuelve a besar. Pero un roce de labios. Uno que dura varios minutos y puede sentir la sequedad de los labios de Yuri, la respiración de él y la suya siendo una sola. Combinándose con inocencia. No hay malos deseos y tampoco un hambre sexual acaparador. Es solamente un casto beso, lleno de sentimientos de oro y también de pureza realmente hermosa. Como la primavera en Japón.
No quiero soltarte, eso piensa Yuri mientras cierra sus ojos para acaparar una sensación llena de emociones cálidas, quisiera quedarme así para siempre. Con tus manos buscando alguna parte de mi cuerpo para sujetarme para siempre. No quiero que me dejes caer así como yo tampoco te dejaré ir. No quiero dejarte caer y dejar de ver esos hermosos llenos de emoción que se pierden en emociones infantiles cuando miran algo que les encanta. Quiero lanzarme a tus brazos cuando se anuncie que he ganado.
No es necesario que Yuri diga sus sentimientos, Viktor lo ha entendido a la primera. Ése beso de oro le ha confirmado todo lo que él deseaba saber.
No te pongas bajo tanta presión, eso es lo que él quiere transmitir él y no sabe si esos sentimientos llegarán a Yuri. Trata de analizar la situación miles de veces, pero termina encasillado en los labios de Yuri presionando los suyo, ¿cuánto tiempo seguiremos así? ¡Cuánta hambre tienes de mí, Yuri Katsuki! ¿Por qué solamente no pides que no salgamos de aquí y nos quedemos así para siempre? Con tus labios y los míos siendo uno solo, y quizás, probablemente en un futuro, podemos intentar unir nuestro cuerpos. Las alianzas unen nuestras almas así como nuestra pasión por el deporte en particular.
—La promesa —dice Yuri—, nuestras alianzas, son más que solamente oro rodeando nuestros dedos, ¿verdad? —Hay tantas cosas que se muere por preguntar, pero la cercanía y el aroma de Viktor, lo confunden y lo traicionan. Quiere besarlo de nuevo. Pero no más.
Viktor le rodea con sus brazos y se acuesta a su lado en la cama, su piel comienza a erizarse. ¡Mierda! Siquiera ha tomado un baño y este hombre le abraza como si fuera un tesoro, un trofeo. Quiere alejarlo pero no puede. No tiene fuerzas para hacerlo. Le es imposible. Los labios de Viktor besan su cuello y todas sus terminaciones nerviosas le avisan que dentro de poco explotará por tantas emociones.
—Medalla de oro o no —comienza hablar Viktor en su oído—, las alianzas son lo que son, alianzas de compromiso.
Y luego se va, sin siquiera dejarlo refutar o decir algo. Sin siquiera decirle que no bromee. Se queda con el sabor de un beso de oro y la promesa que va más allá de aquellas alianzas de oro.
Viktor Nikiforov no miente, cumple sus promesas y Yuri Katsuki ya lo sabe.
No sé por qué siempre termino escribiendo de estos dos, pero es algo que amo hacer. Espero que les guste. Le pondré el "complete" pero en realidad no lo está, continuará, por ende les aconsejo que le den follow porque probablemente haya otros dos capítulos.
Espero les guste este escrito. Me he pirado de mi trabajo unas horas para poder hacer esto.
Espero sus comentarios y crítica.
Les quiere, Ray.
