Nota.- ¡Esta no es mi historia! Esta historia le corresponde a jumblegut-Lane y la misma tiene el nombre de Afterschool. En lo personal esta historia me gusta mucho, así que pensé que sería una buena idea traducirla al español y que la lean.
Autor original: jumblegut-Lane
Lenguaje original: Inglés
Antes de empezar, esto es Sakura pensando, y esto es Sakura interna.
Disclaimer: Los personajes de Naruto pertenecen a Masashi Kishimoto. Afterschool pertenece a jumblegut-Lane
Capítulo 1
Ella detestaba los pasillos. Los pasillos eran pasarelas, donde todas las miradas estaban sobre ti. La única diferencia entre los dos es que en una pasarela, la gente te juzga abiertamente, mientras que en un pasillo, no obstante, las personas pretenden no juzgarte, o incluso notarte, aunque lo hacen. Este era el por qué ella solo cogía sus libros cuando era necesario, y, después de conseguir sus libros, ella siempre se deslizaba lejos en el extremo del pasillo y de la sociedad. Hizo todo lo posible para pasar desapercibida, lo cual no era fácil cuando tienes un pelo de color rosa brillante. Pero aun así, se las había arreglado para pasar todo el primer trimestre sin mayores incidentes. ¡Buen trabajo! Se felicitó a sí misma, apenas logrando no darse una palmadita en la espalda.
Mientras ella se escabullía, un susurro de movimiento nervioso entró en erupción a lo largo del pasillo que incluso Sakura fue sacada de su aturdimiento. Suspiró al notar que la causa era, como de costumbre, Ino Yamanaka. Pasarela o pasillo, Ino se pavoneaba con absoluta confianza, flanqueada por dos de su (por falta de un mejor término) grupo. La manada circundante de adolescentes en el pasillo se detuvo y miró, derramando fingida indiferencia por las miradas de pura admiración. Sakura negó con la cabeza, usando la distracción para deslizarse lentamente hacia el cuarto de baño, pero su cuerpo se congeló cuando ojos verdes y azules se cruzaron en la extensión de los cuerpos. Miró hacia la puerta del baño, luego de vuelta a Ino. Aunque su cuerpo estaba congelado, su mente estaba corriendo.
¡Ella te está mirando!
¿A mí? Ella no me está mirando. ¿Por qué diablos iba a estar mirándome?
Oh, Dios mío, está caminando de nuevo. Mierda, estamos jodidas. ¡Joder, joder, joder, joder!
¡Entra al baño, tal vez no nos vio!
Por supuesto que nos vio, ¡idiota! Solo actúa calmada. Actúa calmaaaaaada…
Se apoyó contra la pared y cruzó sus brazos. Cuánto Ino más se acercaba, más nerviosa se ponía Sakura. Por el momento Ino estaba a unos seis metros de distancia, el temblor comenzó. Sakura cerró sus ojos y pronunció la letra de Teenagers para calmarse.
–¿Hablándote a ti misma, fenómeno? No me di cuenta que estabas tan desesperada por amigos. – Sakura abrió los ojos a una sonrisa burlona. Cualquier niño que había estado algo cerca de ella comenzó a dispersarse. Nadie quería ser atrapado en el fuego cruzado de Ino. Ino no se dio cuenta, flexionándose para gruñir en la oreja de Sakura. –Baño.
Ella hizo un gesto a sus dos delicados matones. –Vigilen la puerta por los maestros.– Las dos asintieron, divertidas.
Mientras tanto, el cerebro de Sakura estaba funcionando a mil por hora.
¿Deberíamos tratar de correr?
Ella no nos puede obligar a entrar; ¡somos más fuerte que ella!
¡Sí!
Así que, ¿correr o no correr?
Esa es la pregunta.
Vamos a conseguir ser la mierda golpeada, ¿no?
Síp.
Ella se asomó dentro, yendo completamente en contra de sus instintos nerd. Apenas tuvo tiempo para registrar los aburridos azulejos marrones y verdes del suelo del baño antes de que Ino la empujara en un cubículo, aislándolas aún más. Se quedaron cara a cara, o más bien, cara a barbilla en el pequeño cubículo.
–¿Por qué el cubículo? – preguntó Sakura. No había nadie más en el baño para oír su conversación (o golpearla) de todas maneras.
Ino le lanzó una mirada llena de desprecio. –¿Qué pasa si alguien se las arregla para entrar? Ellos me verían. Contigo. –la rubia se burló. Sakura sintió su ira crecer. No había entrado aquí a dejarse insultar.
–Mira, ¿qué es lo que quieres? –ella espetó. Levantó la barbilla para mirar a la cara de Ino. La rubia se le quedó mirando por encima del hombro con altivez, la sonrisa de antes se ha ido. Ella miró a la izquierda, luego a la derecha antes de atreverse a hablar. –Necesito tu ayuda.
Sakura casi se echó a reír, la situación era tan ridícula. La chica que literalmente había hecho de misión hacer la vida escolar de Sakura en un infierno ahora estaba preguntando (o más bien, exigiendo) por su ayuda. Sakura pasó junto a ella y se dirigió a la puerta del cubículo. Ella la abrió sólo para que fuera cerrada de golpe, segundos más tarde. El sonido hizo eco en todo el vacío baño. Sakura se giró para enfrentar a Ino, mirándola como si ella hubiera perdido la cabeza. Ino empujó contra la puerta del cubículo, con una mano en cada lado de Sakura, atrapándola efectivamente. Sus ojos estaban muy abiertos y llenos de pánico, y ella miró abajo para recomponerse. Cuando volvió a mirar su expresión era tranquila, pero su palabras tenían un olor amenazante.
–Mira perra, estoy hablando en serio en este momento. –explicó, mirando a Sakura hacia abajo. Sakura le devolvió la mirada. –Necesito a alguien que me enseñe esta mierda de Cálculo, y todo el mundo sabe que tú eres la más inteligente, además de Shikamaru– Sakura sonrió. Después de todo, era cierto.
–Ahora dime, ¿por qué demonios debería ayudarte? –Sakura preguntó, disfrutando el dulce sonido de las tablas siendo volteadas. –Nunca has sido otra cosa más que una perra para mí y mis amigos.
Ino sonrió y asintió, mirando casi orgullosa, pero cambió a su máscara tranquila de nuevo, cuando vio el puño de Sakura apretarse. –Mira, tú sabes que yo prácticamente manejo este colegio– Sakura frunció el ceño, pero asintió a regañadientes. –Voy a parar de forma activa de buscarte a ti y a tu banda de fenómenos, siempre y cuando tú cooperes. Los ojos de Sakura se agrandaron y se llenaron de codicia mientras consideraba las implicaciones.
No, ¿Ino?
¡Podríamos comer el almuerzo en la cafetería sin tener que ser acribilladas con espaguetis!
¡Podríamos estudiar en la biblioteca sin tener nuestros libros robados!
¡Podríamos cambiarnos en el vestuario con seguridad!
¡Podríamos sentarnos en la parte delantera del aula sin peinar los escupitajos de bolas de papel por la noche!
¡Podríamos caminar a través del pasillo sin zancadillas o sin ser fastidiadas!
¿Dijiste pasillo? ¡Porque yo amo los pasillos!
Podríamos… –Hay algunas reglas, por supuesto–interrumpió. Sakura frunció el ceño, cortándola de su celebración interior. –¿Qué quieres decir?
–Bueno–Ino empezó a enumerar las normas sobre su dedo. –Número uno: No puedes decirle a nadie, y quiero decir a nadie acerca de esta cosa de la tutoría. No quiero ser asociada contigo. –Su labio se curvó con disgusto ante la idea. Sakura asintió con facilidad. Ella realmente no tenía mucha gente a la cual contarle de todas modos. No es que sus amigos le creerían.
–Número dos: Aléjate de mí. Solo porque no te estaré buscando, no significa que puedas venir hacia a mí y esperar a que yo no haga nada. Como una cuestión de hecho, sólo mantente como a 9 metros de radio lejos de mí todo el tiempo. –Sakura asintió de nuevo. Estas reglas solo se estaban poniendo mejor y mejor. Ino continuó.
–Y, como tú sabes tengo que animar después de la escuela hasta las 5 y otras cosas, así que voy a venir a las… digamos ¿seis? –La entonación de la oración hecha parecía como una pregunta, pero Sakura sabía que no lo era. Ella frunció el ceño. – ¿Seis? ¿Por qué tan tarde?
Espera un minuto…
¿Venir?
–¿Venir? –Sakura protestó. –¿Por qué no podemos simplemente hacerlo en la biblioteca o en alguna parte? Porque no te quiero en mi casa. –Ino suspiró y sacudió la cabeza como, esta idiota.
–Porque entonces alguien podría vernos–explicó. Ella pronunció cada palabra cuidadosamente como si se dirigiera a un niño lento. Ella se apartó de la puerta y camino alrededor de Sakura, dejándola en el cubículo sola. Miró hacia atrás, como si recordara algo que había olvidado. –Entonces, ¿qué es entonces? –
Sakura respiro por primera vez en lo que parecía siglos. –N-necesito algo de tiempo para pensar en ello.
–Lo que sea–Ino respondió, girándose sobre sus talones y saliendo. Sakura la observo irse, incapaz de ver la sonrisa victoriosa que se había extendido a través de las características de la rubia.
Este es un no, ¡un rotundo no!
Pero el estudio en la librería…
¡Ella quiere venir a la casa!
La caminata en el pasillo…
¡Ella fue una completa perra para nosotros!
La dulce, dulce vista desde el frente del aula…
Voy a decir que sí, ¿verdad?
Sip
