¡Hola! Soy Ellen :) Este es mi primer fic Dramione, así que espero que os guste y me dejéis un review o sigáis la historia para así sentirme más animada a la hora de escribir, me anima mucho, en serio :) Estoy muy entusiasmada con esta historia, así que tengo planeado subir muy a menudo. Y ya dejo de enrollarme y aquí va el principio de la historia, ¡espero que os guste! ❤️
También tengo que decir que todos los personajes de este fic pertenecen a JK Rowling :)
1. El final es el comienzo
"-¿Crees que Draco hubiese sido capaz de hacerlo?
-No, estaba bajando la varita -respondió Harry a la pregunta de Hermione-. El año que viene no volveré a Hogwarts. No puedo volver, tengo que terminar la tarea que Dumbledore empezó. Intentaré mantenerme en contacto con vosotros por lechuza y...
-¿Sabes, Harry? Siempre he admirado tu valor, pero no pensarás que vas a destruir todos esos horrocruxes tú solo, ¿verdad? -le dijo Hermione entornando los ojos.
-No puedo exponeros a ese peligro, esta es mi guerra, no la vuestra.
-Deja de ser gilipollas Harry, te acompañaremos -dijo Ron para zanjar el tema de una vez por todas.
Y los tres amigos se sumieron en un abrazo, con la fantástica imagen del lago atardeciendo, despidiéndolos para siempre de la que durante seis años había sido la casa de los tres, despidiéndolos de Hogwarts. Para siempre."
Hermione decidió abrir los ojos, dejar de hundirse en sus pensamientos, pero dos frases seguían rondando por su cabeza.
"-¿Crees que Draco hubiese sido capaz de hacerlo?
-No, estaba bajando la varita"
¿Por qué? ¿Por qué Draco Malfoy, el chico que la había torturado durante años, no había sido capaz de matar a uno de los dos magos más poderosos de todos los tiempos? ¿Y si él no quería saber nada de esa guerra? ¿Y si las condiciones de su familia le habían llevado a ser lo que era? ¿Y si no le quedaba otro remedio que ser un mortífago?
-HERMIONE, ESTAMOS ESPERANDO -le gritó su madre desde el garaje.
Olvidándose de todo lo que acababa de pensar, bajó las escaleras y fue a despedirse de su familia. A despedirse para siempre.
-Hija mía -le dijo su madre mientras la abrazaba desesperadamente-. Escríbeme con un pájaro de esos siempre que puedas, ¿vale? ¿Lo llevas todo? Estoy segura de que los exámenes de fin de curso, esos tan importantes, te van a salir genial. Por algo vas a ser la mejor bruja de todo Hogwarts. Te voy a echar mucho de menos, hija -y la volvió a achuchar.
-Los ÉXTASIS mamá, seguro que sí... Escuchadme, -se apartó de sus padres y los miró a los dos- pase lo que pase, no olvidéis que os quiero muchísimo, que sois lo mejor que la vida me ha dado y que no podría estar más orgullosa de tener los padres que tengo, ¿vale? -y los abrazó y empezó a llorar desconsoladamente.
-Hermi, hija, ¿qué te pasa? Esta es la séptima vez que hacemos esto y es duro para todos, pero no te pongas así palomita mía -le dijo su padre mientras la miraba con preocupación.
Hermione se apartó de ellos y se secó las lagrimas con la manga.
-Nada papá, que os quiero y siempre os querré más que a nadie en mi vida -los volvió a abrazar mientras sacaba la varita de su pantalón-. Obliviate -murmuró mientras los apuntaba.
Hermione hizo desaparecer el baúl de Hogwarts, cogió su bolsito de cuentas y se giró una última vez para ver, posiblemente, por última vez a sus padres, pero lo que vio la derrumbó. El desconcierto en los ojos de sus padres era notable, no sabían que hacían allí, y mucho menos sabían quién era la extraña que estaba mirándolos con lágrimas en los ojos. Su madre ahogó un grito.
Hermione salió corriendo por la puerta, y no se quedó a ver cómo desaparecía de todos los cuadros, ni cómo su habitación se convertía en una despensa, ni se giró a ver por última vez la que había sido tantos años su casa.
El final de una capa negra rozó con la pared de un callejón al doblar la esquina. Varita en mano, el enmascarado murmuró unas palabras y la pared que tenía en frente se convirtió en una antigua reja oxidada, que se abrió sin necesidad de que la empujasen. Cuando el mortífago llegó a la puerta, una mujer rubia con cara de preocupación le abrazó durante unos segundos y le decía que todo iba a salir bien. La verdad es que él ni la escuchaba, tenía la mente en blanco, no era capaz de pensar nada que no fuese la muerte. Se alejó de ella y se dirigió a la gran puerta del fondo de madera gruesa y oscura. Todo allí olía a rancio y a viejo.
-Draco... te estábamos esperando -dijo siseando y con la voz rota Lord Voldemort.
Draco le sostuvo la mirada, ojos de serpiente y ojos del más frío hielo. Todo en él a Draco le recordaba una serpiente hecha hombre. Sin nariz, sin cejas, sin pelo, sin apenas labios, lo único que tenía era la piel blanca y descompuesta como un cadáver, y dos ojos de serpiente con las pupilas rojas capaces de inmovilizarte en solo un segundo.
-Sobrino, sobrinito -dijo una voz melosa, que provenía de una mujer desquiciada a la que Draco conocía muy bien, Bellatrix-, ¿cómo osas a presentarte aquí con la ropa de un mortífago? Señor -dijo volviéndose a su amo- por favor, déjeme acabar con él, después de todo es mi familia.
-Cállate -sentenció el-que-no-debe-ser-nombrado sin mirarla-, hoy, para suerte de tu querido sobrino, no voy a acabar con él. Draco, me has fallado, te encomendé la misión de matar a ese viejo chiflado de Dumbledore y no pudiste ni apuntarlo con la varita un minuto. Dime, después de tantos años, ¿le cogiste cariño?
-No. Sé muy bien que no pude acabar con él porque no estaba preparado para matar. Era un niño.
-¿Y ahora no lo eres? -dijo Lord Voldemort con casi una sonrisa.
-Quizás me equivoque, pero estoy seguro de que no. Con mi padre en Azkaban y mi madre depresiva, he tenido que buscarme la manera de sobrevivir estos tres meses. He tenido mucho tiempo libre, mucho tiempo para reflexionar. Para reflexionar sobre todo esto, sobre la guerra que se avecina, y creo que mis reflexiones son correctas. Si no me vas a matar, dime, ¿qué quieres de mi?
-¿CÓMO TE ATREVES A TUTEAR AL SEÑOR TENEBROSO, TRAIDOR?
-Bellatrix, cállate. Me impresiona tu actitud Draco, sé que has llegado a las reflexiones adecuadas. No, no tengo en mis planes matarte por ahora, quién sabe en un futuro. Lo que quiero que hagas es algo que creo que tú puedes hacer mejor que nadie, y que me servirá para ver si has llegado a las mismas reflexiones si yo, para saber a quién le eres leal.
Draco arqueó una ceja. No se imaginaba lo que esa serpiente descompuesta tenía que decirle. Ni Voldemort se imaginaba cuál eran sus reflexiones.
-Draco, draco... -Voldemort hizo una mueca en un intento de sonrisa- quiero a Hermione Jane Granger y a Ron Billius Weasley. Quiero a los amigos de Harry Potter.
