Hola a todos, me llamo Melisa y tengo 15 años, bueno después de tanto
tiempo me decidí y escribí mi primer fic, acá les mando un par de capítulos
para que se entretengan, les prometo mandar capítulos lo más rápido
posible, pero bue. Si tienen alguna sugerencia, duda, felicitaciones o
tomatasos, me pueden escribir a Lily_Hermione@ciudad.com.ar acepto de todo,
y les ruego que en asuntos pongan fans fictions, muchas gracias.
HARRY POTTER Y LA ORDEN DEL FENIX
Por Lily_Hermione.
1º La corazonada.
Privet Drivet era sin duda alguna, un barrio ordinario de las afueras de la ciudad. Sin embargo en el número 4 de esa calle, ocurrían cosas muy raras. Allí vivían los Dursley una respetable familia de tres personas; pero todo el mundo desconocía la existencia de otro niño que vivía en ese lugar. Harry Potter era muy diferente, en varios aspectos, a sus abominables tíos y a su insoportable primo. Tío Vernon trabajaba en una compañía de taladros, era grande, robusto y tenía la cara colorada. Tía Petunia era huesuda, tenía cara de caballo y se pasaba la mayor parte del tiempo espiando a los vecinos, que eran aburridísimos y muy respetuosos de las normas. En cambio, Harry tenía pelo negro azabache, ojos verdes que se esconden detrás de los anteojos redondos y era muy delgado. Desde hace catorce años que Harry vive con ellos ya que sus padres, como se lo habían dicho sus tíos, habían muerto en un accidente automovilístico. Pero no fue así, hace cuatro años que se enteró de la verdad. Sus padres, Lily y James Potter, fueron acecinados por lord Voldemort, cuando éste intento, mediante un maleficio, matar a Harry le rebotó dejándole una cicatriz en forma de rayo y Voldemort fue desterrado de su cuerpo y Harry se hizo famoso. Ahora Harry va al Colegio Hogwarts de Magia Hechicería, donde se hizo dos excelentes amigos: Ron Weasley y Hermione Granger.
Era muy tarde, pero Harry seguía haciendo la tarea de pociones que le había mandado el odioso de Snape, en realidad todos los profesores les habían mandado un montón de deberes, ya que ese año tendrían las MHB (matrículas de honor en brujería), que se toman en quinto curso. Tirado en la cama ya no había un chico bajito y esmirriado haciendo su tarea, sino un chico alto, de pelo negro y ojos verdes que exactamente hace quince minutos había cumplido quince años. Harry en las vacaciones de verano creció muchísimo e incluso le cambió la voz. No tenía ni idea de la hora que era, porque su reloj se había roto en la segunda prueba del torneo de los tres magos -el torneo - pensó Harry, recordarlo le causaba mucha tristeza, sus padres, Cedric muerto y Voldermont. Se preguntaba que ocurría en el mundo mágico y por qué sus amigos no le escribían. Se levantó de la cama y se dirigió hacia la ventana, la noche era la típica de verano y a lo alto brillaba la luna llena. A menudo pensaba en Lupin cuando la veía y se preguntó como estaría el y Sirius; porque recordaba las palabras de Dumbledore -avisa al antiguó grupo y quédate por un tiempo en la casa de Remus Lupin. Estaba absorto en sus pensamientos y no se dio cuenta que se acercaban cinco lechuzas, que al entrar todas se apoyaron en su cama. Una era su propia Hedwing que traía dos paquetes y una carta de Hermione. Harry abrió la carta y decía.
Querido Harry:
¡Feliz cumpleaños! Espero que la estés pasando muy bien y que no tengas problemas con los muggles. En estos momentos estoy en Bulgaria con Vicktor, no te podes imaginar lo hermoso que és este país y que buenos que son los padres de Vicktor conmigo. Adivina que ¡ME HAN HECHO PREFECTA! La semana pasada McGonagall me envió una carta explicándomelo todo. Espero que te guste mi regalo, té hacia falta. Ah si, me olvidaba, el otro paquete te lo envía Vicktor.
Besos de Hermione
P.D: no le digas nada a Ron que estoy en Bulgaria, se enojaría y no sé por qué.
Harry ya sospechaba que a Ron le gustaba Hermione desde el baile de Navidad. Abrió el paquetito que le envió y rebelo un reloj sumergible, con luz y a cronómetro, y ella tenia razón era justo lo que él necesitaba. El otro paquete era grande y pesado, en definitiva un libro, pero no cualquiera sino un libro de mantenimiento para Saetas de fuego y había una nota adjunto con el libro.
Harry:
Un muy feliz cumpleaños, que te guste mi regalo, Hermione me ayudó a escogerlo. Espero que la pases bien.
Krum.
Harry se sorprendió mucho por el regalo del famosísimo buscador, pero se lo agradeció. Harry pudo reconocer a tres de las lechuzas restantes, una era Pig que revoloteaba sobre su cabeza, la otra era Errol y estaba tirada en su cama, y última era la lechuza rojiza de Hogwarts. Le quitó el paquete a Pig y a Errol, que le agradeció ululando levemente. La carta de Ron decía lo siguiente:
Querido Harry:
¡Feliz cumpleaños! Espero que la estés pasando bien y que los muggles no te estén molestando demasiado. Te enteraste lo de Hermione ¡LA HAN HECHO PREFECTA! Me alegro mucho por ella, se lo merecía, pero por el bien nuestro espero que no se haga más responsable, y aguafiestas, si eso es posible. Este verano, Dumbledore vino a nuestra casa y nos dijo que estarías más seguro en Privet Drive, por el tema del Innombrable. La otra carta es de mi mamá.
Ron.
P.D: Las bombas fétidas y los petardos son para Malfoy, será nuestra manera de darle una educada bienvenida.
Luego de leer esto Harry abrió la carta de la mamá de Ron.
Querido Harry:
Te lo digo aunque me parece que Ron ya se ha encargado de contártelo. Este verano el profesor Dumbledore vino a casa y nos dijo que era mejor que tú te quedaras, al menos durante el verano, en casa de tus tíos. No te preocupes por los libros Dumbledore te los mandará.
¡FELIZ CUMPLEAÑOS!
Molly Weasley.
- No será muy feliz que digamos ¡UF! Un verano entero con los Dursley- Harry no creía que volviese a acostumbrarse, desde que entró en Howarts no ha pasado un verano entero con sus tíos. ¡Pero que Dumbledore le mandaría el material escolar! Esto ya lo superaba, por lo menos quería ir aunque sea un día al mundo mágico. Sí, se dijo, mañana le mandaré una carta. La otra carta era de Howarts indicándole que las clases empezaban el 1º de Septiembre y a ésto se le adjuntaba la lista de los libros que necesitaría ese año. Harry ojeó la lista y se detuvo en el título siguiente: Defensa contra las artes oscuras, todo lo que hay que saber para poder defenderse_ por Arabella Figg. Ese nombre le sonaba conocido, pero no lo pudo relacionar con nada. Con la carta de Howarts también venía una de Hagrid. Harry la abrió, y lo único que consiguió entender fue "en colegio" "Feliz... no se qué" se supone que cumpleaños. Su amigo le enviaba unas tortitas caseras, pero Harry ya tenía la experiencia suficiente como para comerlas, así que las dejó en un rincón. En el alféizar de la ventana esperaba una lechuza marrón, era una carta de Sirius. Su carta parecía estar escrita entre una mezcla de amenazas y alegrías.
Querido Harry: ¡¡¡Feliz cumpleaños!!! Espero que te guste mi regalo, me costó mucho encontrarlo.
Un consejo, nunca vivas con tu mejor amigo, te lo digo por propia
experiencia: De las dos veces que he vivido con un amigo hemos acabado discutiendo y lanzándonos maldiciones. Esta época que estoy viviendo con Remus, me está recordando a cuando vivía con tu padre, teníamos 18 años y
fue un desastre. Por fin se ha conseguido sacar ciertos objetos de tus padres que estaban en la casa del Valle de Godric, la mayoría estaban rotos, te mando unas cintas
de vídeo donde aparecen tus padres.
Te digo una cosa, Harry, a partir de este momento estoy de acuerdo con Snape en todos los castigos que te ponga por culpa de tu irresponsabilidad. Si me entero de que te has escapado de Howarts o ese tipo de cosas que tu padre y yo hacíamos, y que por herencia, tu harás, voy acabar haciendo lo
que Voldermont no ha conseguido en tantos años.
Sirius.
P.D: Lunático te manda saludos.
Harry abrió el regalo que le mandó Sirius, era una cinta de video muggle en ese momento Harry sintió unas ganas inmensas de que llegase mañana para poder verla, y un libro de color azul oscuro con letras doradas que decía:
Cuando la oscuridad cayó sobre Gran Bretaña
Por Lillian Andrews.
Cuando Harry ojeó el libro y se encontró con la foto de la autora, una mujer muy bella de ojos verdes, pelo rojo y rizado; de la impresión el libro se le escapó de las manos. Su madre. Rápidamente volvió a mirar las páginas una por una hasta que llegó a la dedicatoria.
A mi marido James Potter, al que quiero con locura.
Y a mi hijo, Harry, ya que gracias a él he pasado
los mejores momentos de mi vida.
A Harry se le inundaron los ojos de lágrimas, aunque no dejó caer ninguna. Andrews debía de ser el apellido de soltera de su madre, y su madre había sido escritora. Se leyó diez veces la dedicatoria, miró la foto de su madre y fue leyendo párrafos del libro, palabras que habían salido de la mente de Lily, que le hacían imaginar a su madre escribiendo en una máquina de escribir y soñando en publicar ese libro. Una pregunta le emergió de su cabeza, aunque nada tenía que ver en ese momento... o... tal vez sí. Empezó a revolver en su cerebro, en cada recodrijo en busca de una explicación, pero ¿era posible? No, no podía serlo, sino ya se lo hubiera dicho o tal vez no. No podía ser posible que la sñra Figg, fuera la misma que mencionó Dumbledore al final del año pasado o ¿si?. Harry ante la duda se levantó de la cama, se calzó las zapatillas, bajó las escaleras y salió a la calle. Concretamente, fue a la casa de la sñra Figg. A mitad de camino decidió volver por dos razones: era muy tarde y seguramente la sñra Figg estaría durmiendo y estaba en pijama en el medio de la calle a las 12:30 de la noche - que absurdo ¿no? - se dijo Harry, y volvió a la casa de sus tíos. Pero decidió ir a visitarla mañana por la mañana, dijo mientras se metía en la cama. -¡ES LA ÚLTIMA VEZ QUE TE LLAMO, SINO BAJAS HORA MISMO NO DESAYUNAS!- gritó tía Petunia. Harry se sobresaltó. Eran las nueve y media. Se vistió y se lavó como si acabaran de decirle que Snape venía hacerle una visita a casa de sus tíos. Pero antes de abrir la puerta de la habitación se volvió para mirar el libro azul que yacía encima de la vieja mesilla de noche. No se le ocurrió que los Dursley le quitarán el libro o que no era de buena educación leer y comer al mismo tiempo - aunque Harry solo quería estar cerca de su madre - lo agarró y bajó a la cocina. Tía Petunia le puso muy bruscamente el plato ante las narices, como si lo culpara de todos los males del mundo, Dudley veía embobado la televisión, aunque tenía una cara de no comprender el argumento de los dibujos animados - veía los Teletubis, aprender a decir La- la o Po estaba fuera de la capacidad intelectual de su primo - y tío Vernon discutía acaloradamente con tía Petunia. - Maldita sea, cariño, a mí también me gustaría ir a veranear a Mallorca, pero... Muy bien- dijo tío Vernon- imagínate que vamos. - Iremos. - IMAGÍNATE que vamos, ¿Dónde lo dejaremos? ¿Eh? - respondió tío Vernon dirigiéndose a Harry, como lo hacía habitualmente, Harry ni siquiera levantó la vista ya estaba acostumbrado a que lo trataran de ese modo. - Oh- dijo tía Petunia, llena de esperanza- al chico lo podemos dejar con la sñra Figg, ayer por la tarde hablé con ella y dijo que estaba dispuesta a cuidarlo por unos días. - Y si se entera de su anormalidad- preguntó dubitativo tío Vernon. - No se enterará- dijo Petunia, mirando a Harry con cara de pocos amigos. Mientras tanto Dudley estaba devorando sus tostadas con mermeladas. La idea de poner a dieta a Dudley no funcionó que digamos ¡no bajó ni un solo kilo! Y por el bien de Harry, decintieron. En ese momento, Dudley dejó de intentar descifrar la misteriosa conversación entre La-La y Tinky Winky, para prestar atención a la conversación de sus padres. Como sus tíos estaban muy ocupados, Harry terminó de desayunar y se sentó en el sofá a leer la primera página. Trataba de una chica de origen muggle que durante la época en que Voldemort se hacía poderoso, se vio amenazada por ser de origen muggle. En fin, la historia de su madre. Ah eso de las 5 de la tarde, se fue a preparar las cosas para ir con la señora Figg al día siguiente, al final con tanto ajetreo se había olvidado de preguntarle a la señora Weasley si podía ir al callejón Diagon.
HARRY POTTER Y LA ORDEN DEL FENIX
Por Lily_Hermione.
1º La corazonada.
Privet Drivet era sin duda alguna, un barrio ordinario de las afueras de la ciudad. Sin embargo en el número 4 de esa calle, ocurrían cosas muy raras. Allí vivían los Dursley una respetable familia de tres personas; pero todo el mundo desconocía la existencia de otro niño que vivía en ese lugar. Harry Potter era muy diferente, en varios aspectos, a sus abominables tíos y a su insoportable primo. Tío Vernon trabajaba en una compañía de taladros, era grande, robusto y tenía la cara colorada. Tía Petunia era huesuda, tenía cara de caballo y se pasaba la mayor parte del tiempo espiando a los vecinos, que eran aburridísimos y muy respetuosos de las normas. En cambio, Harry tenía pelo negro azabache, ojos verdes que se esconden detrás de los anteojos redondos y era muy delgado. Desde hace catorce años que Harry vive con ellos ya que sus padres, como se lo habían dicho sus tíos, habían muerto en un accidente automovilístico. Pero no fue así, hace cuatro años que se enteró de la verdad. Sus padres, Lily y James Potter, fueron acecinados por lord Voldemort, cuando éste intento, mediante un maleficio, matar a Harry le rebotó dejándole una cicatriz en forma de rayo y Voldemort fue desterrado de su cuerpo y Harry se hizo famoso. Ahora Harry va al Colegio Hogwarts de Magia Hechicería, donde se hizo dos excelentes amigos: Ron Weasley y Hermione Granger.
Era muy tarde, pero Harry seguía haciendo la tarea de pociones que le había mandado el odioso de Snape, en realidad todos los profesores les habían mandado un montón de deberes, ya que ese año tendrían las MHB (matrículas de honor en brujería), que se toman en quinto curso. Tirado en la cama ya no había un chico bajito y esmirriado haciendo su tarea, sino un chico alto, de pelo negro y ojos verdes que exactamente hace quince minutos había cumplido quince años. Harry en las vacaciones de verano creció muchísimo e incluso le cambió la voz. No tenía ni idea de la hora que era, porque su reloj se había roto en la segunda prueba del torneo de los tres magos -el torneo - pensó Harry, recordarlo le causaba mucha tristeza, sus padres, Cedric muerto y Voldermont. Se preguntaba que ocurría en el mundo mágico y por qué sus amigos no le escribían. Se levantó de la cama y se dirigió hacia la ventana, la noche era la típica de verano y a lo alto brillaba la luna llena. A menudo pensaba en Lupin cuando la veía y se preguntó como estaría el y Sirius; porque recordaba las palabras de Dumbledore -avisa al antiguó grupo y quédate por un tiempo en la casa de Remus Lupin. Estaba absorto en sus pensamientos y no se dio cuenta que se acercaban cinco lechuzas, que al entrar todas se apoyaron en su cama. Una era su propia Hedwing que traía dos paquetes y una carta de Hermione. Harry abrió la carta y decía.
Querido Harry:
¡Feliz cumpleaños! Espero que la estés pasando muy bien y que no tengas problemas con los muggles. En estos momentos estoy en Bulgaria con Vicktor, no te podes imaginar lo hermoso que és este país y que buenos que son los padres de Vicktor conmigo. Adivina que ¡ME HAN HECHO PREFECTA! La semana pasada McGonagall me envió una carta explicándomelo todo. Espero que te guste mi regalo, té hacia falta. Ah si, me olvidaba, el otro paquete te lo envía Vicktor.
Besos de Hermione
P.D: no le digas nada a Ron que estoy en Bulgaria, se enojaría y no sé por qué.
Harry ya sospechaba que a Ron le gustaba Hermione desde el baile de Navidad. Abrió el paquetito que le envió y rebelo un reloj sumergible, con luz y a cronómetro, y ella tenia razón era justo lo que él necesitaba. El otro paquete era grande y pesado, en definitiva un libro, pero no cualquiera sino un libro de mantenimiento para Saetas de fuego y había una nota adjunto con el libro.
Harry:
Un muy feliz cumpleaños, que te guste mi regalo, Hermione me ayudó a escogerlo. Espero que la pases bien.
Krum.
Harry se sorprendió mucho por el regalo del famosísimo buscador, pero se lo agradeció. Harry pudo reconocer a tres de las lechuzas restantes, una era Pig que revoloteaba sobre su cabeza, la otra era Errol y estaba tirada en su cama, y última era la lechuza rojiza de Hogwarts. Le quitó el paquete a Pig y a Errol, que le agradeció ululando levemente. La carta de Ron decía lo siguiente:
Querido Harry:
¡Feliz cumpleaños! Espero que la estés pasando bien y que los muggles no te estén molestando demasiado. Te enteraste lo de Hermione ¡LA HAN HECHO PREFECTA! Me alegro mucho por ella, se lo merecía, pero por el bien nuestro espero que no se haga más responsable, y aguafiestas, si eso es posible. Este verano, Dumbledore vino a nuestra casa y nos dijo que estarías más seguro en Privet Drive, por el tema del Innombrable. La otra carta es de mi mamá.
Ron.
P.D: Las bombas fétidas y los petardos son para Malfoy, será nuestra manera de darle una educada bienvenida.
Luego de leer esto Harry abrió la carta de la mamá de Ron.
Querido Harry:
Te lo digo aunque me parece que Ron ya se ha encargado de contártelo. Este verano el profesor Dumbledore vino a casa y nos dijo que era mejor que tú te quedaras, al menos durante el verano, en casa de tus tíos. No te preocupes por los libros Dumbledore te los mandará.
¡FELIZ CUMPLEAÑOS!
Molly Weasley.
- No será muy feliz que digamos ¡UF! Un verano entero con los Dursley- Harry no creía que volviese a acostumbrarse, desde que entró en Howarts no ha pasado un verano entero con sus tíos. ¡Pero que Dumbledore le mandaría el material escolar! Esto ya lo superaba, por lo menos quería ir aunque sea un día al mundo mágico. Sí, se dijo, mañana le mandaré una carta. La otra carta era de Howarts indicándole que las clases empezaban el 1º de Septiembre y a ésto se le adjuntaba la lista de los libros que necesitaría ese año. Harry ojeó la lista y se detuvo en el título siguiente: Defensa contra las artes oscuras, todo lo que hay que saber para poder defenderse_ por Arabella Figg. Ese nombre le sonaba conocido, pero no lo pudo relacionar con nada. Con la carta de Howarts también venía una de Hagrid. Harry la abrió, y lo único que consiguió entender fue "en colegio" "Feliz... no se qué" se supone que cumpleaños. Su amigo le enviaba unas tortitas caseras, pero Harry ya tenía la experiencia suficiente como para comerlas, así que las dejó en un rincón. En el alféizar de la ventana esperaba una lechuza marrón, era una carta de Sirius. Su carta parecía estar escrita entre una mezcla de amenazas y alegrías.
Querido Harry: ¡¡¡Feliz cumpleaños!!! Espero que te guste mi regalo, me costó mucho encontrarlo.
Un consejo, nunca vivas con tu mejor amigo, te lo digo por propia
experiencia: De las dos veces que he vivido con un amigo hemos acabado discutiendo y lanzándonos maldiciones. Esta época que estoy viviendo con Remus, me está recordando a cuando vivía con tu padre, teníamos 18 años y
fue un desastre. Por fin se ha conseguido sacar ciertos objetos de tus padres que estaban en la casa del Valle de Godric, la mayoría estaban rotos, te mando unas cintas
de vídeo donde aparecen tus padres.
Te digo una cosa, Harry, a partir de este momento estoy de acuerdo con Snape en todos los castigos que te ponga por culpa de tu irresponsabilidad. Si me entero de que te has escapado de Howarts o ese tipo de cosas que tu padre y yo hacíamos, y que por herencia, tu harás, voy acabar haciendo lo
que Voldermont no ha conseguido en tantos años.
Sirius.
P.D: Lunático te manda saludos.
Harry abrió el regalo que le mandó Sirius, era una cinta de video muggle en ese momento Harry sintió unas ganas inmensas de que llegase mañana para poder verla, y un libro de color azul oscuro con letras doradas que decía:
Cuando la oscuridad cayó sobre Gran Bretaña
Por Lillian Andrews.
Cuando Harry ojeó el libro y se encontró con la foto de la autora, una mujer muy bella de ojos verdes, pelo rojo y rizado; de la impresión el libro se le escapó de las manos. Su madre. Rápidamente volvió a mirar las páginas una por una hasta que llegó a la dedicatoria.
A mi marido James Potter, al que quiero con locura.
Y a mi hijo, Harry, ya que gracias a él he pasado
los mejores momentos de mi vida.
A Harry se le inundaron los ojos de lágrimas, aunque no dejó caer ninguna. Andrews debía de ser el apellido de soltera de su madre, y su madre había sido escritora. Se leyó diez veces la dedicatoria, miró la foto de su madre y fue leyendo párrafos del libro, palabras que habían salido de la mente de Lily, que le hacían imaginar a su madre escribiendo en una máquina de escribir y soñando en publicar ese libro. Una pregunta le emergió de su cabeza, aunque nada tenía que ver en ese momento... o... tal vez sí. Empezó a revolver en su cerebro, en cada recodrijo en busca de una explicación, pero ¿era posible? No, no podía serlo, sino ya se lo hubiera dicho o tal vez no. No podía ser posible que la sñra Figg, fuera la misma que mencionó Dumbledore al final del año pasado o ¿si?. Harry ante la duda se levantó de la cama, se calzó las zapatillas, bajó las escaleras y salió a la calle. Concretamente, fue a la casa de la sñra Figg. A mitad de camino decidió volver por dos razones: era muy tarde y seguramente la sñra Figg estaría durmiendo y estaba en pijama en el medio de la calle a las 12:30 de la noche - que absurdo ¿no? - se dijo Harry, y volvió a la casa de sus tíos. Pero decidió ir a visitarla mañana por la mañana, dijo mientras se metía en la cama. -¡ES LA ÚLTIMA VEZ QUE TE LLAMO, SINO BAJAS HORA MISMO NO DESAYUNAS!- gritó tía Petunia. Harry se sobresaltó. Eran las nueve y media. Se vistió y se lavó como si acabaran de decirle que Snape venía hacerle una visita a casa de sus tíos. Pero antes de abrir la puerta de la habitación se volvió para mirar el libro azul que yacía encima de la vieja mesilla de noche. No se le ocurrió que los Dursley le quitarán el libro o que no era de buena educación leer y comer al mismo tiempo - aunque Harry solo quería estar cerca de su madre - lo agarró y bajó a la cocina. Tía Petunia le puso muy bruscamente el plato ante las narices, como si lo culpara de todos los males del mundo, Dudley veía embobado la televisión, aunque tenía una cara de no comprender el argumento de los dibujos animados - veía los Teletubis, aprender a decir La- la o Po estaba fuera de la capacidad intelectual de su primo - y tío Vernon discutía acaloradamente con tía Petunia. - Maldita sea, cariño, a mí también me gustaría ir a veranear a Mallorca, pero... Muy bien- dijo tío Vernon- imagínate que vamos. - Iremos. - IMAGÍNATE que vamos, ¿Dónde lo dejaremos? ¿Eh? - respondió tío Vernon dirigiéndose a Harry, como lo hacía habitualmente, Harry ni siquiera levantó la vista ya estaba acostumbrado a que lo trataran de ese modo. - Oh- dijo tía Petunia, llena de esperanza- al chico lo podemos dejar con la sñra Figg, ayer por la tarde hablé con ella y dijo que estaba dispuesta a cuidarlo por unos días. - Y si se entera de su anormalidad- preguntó dubitativo tío Vernon. - No se enterará- dijo Petunia, mirando a Harry con cara de pocos amigos. Mientras tanto Dudley estaba devorando sus tostadas con mermeladas. La idea de poner a dieta a Dudley no funcionó que digamos ¡no bajó ni un solo kilo! Y por el bien de Harry, decintieron. En ese momento, Dudley dejó de intentar descifrar la misteriosa conversación entre La-La y Tinky Winky, para prestar atención a la conversación de sus padres. Como sus tíos estaban muy ocupados, Harry terminó de desayunar y se sentó en el sofá a leer la primera página. Trataba de una chica de origen muggle que durante la época en que Voldemort se hacía poderoso, se vio amenazada por ser de origen muggle. En fin, la historia de su madre. Ah eso de las 5 de la tarde, se fue a preparar las cosas para ir con la señora Figg al día siguiente, al final con tanto ajetreo se había olvidado de preguntarle a la señora Weasley si podía ir al callejón Diagon.
