Los recuerdos no se olvidan

Cáp. 1

1935 INGLATERRA

¡¡¡Cuidado¡¡Es muy peligroso!!

¡¡¡No me digas que hacer!!!

Miré aquel montón de costales de abono, pero no me importó, seguí ese camino¡Una pila de estiércol jamás sería obstáculo para mi!; ¡Para la gran Adelaide McCartney!

Con fuete y gran saña en mi mano, golpeo al hermoso caballo negro que me llevaba en su lomo, segundos después sentí los resultados de mis golpes¡Pues Cameron corría tan fuerte!..., exactamente cómo a mi me gusta. Y vislumbrando la gran montaña de suciedad, tomé las riendas de mi caballo para dar el brinco de gracia y apoderarme del mundo.

¡¡¡¡NO!!!!

Escuché al aristócrata de mi primo en medio de mi salto, milésimas de segundos después comprendí el porqué de su grito. Sentí un tropezón trasero, y apenas pude voltear cuando me vi. en el suelo, con mi caballo lastimado sobre mi cuerpo. ¿Mi cuerpo¿Qué cuerpo?, si yo ya no sentía nada...

¡Adelaide¡¡Adelaide! Adelaide...!!

Lo único y lo último que logré escuchar, fueron las desgarradoras exclamaciones de John, su rostro demostrando preocupación... el único "McCartney" que se preocupaba por mí...

Flash Back

1924 INGLATERRA

¡Adelaide querida, ven aquí!

¡Mami, mami!

¡Vamos, ven, tú puedes hacerlo!

Corría, tan rápido como mis piernitas podían. Allí estaba mi mamá, vestida de un verde excepcional, y su descomunal belleza llamándome para permanecer a su lado.

Algunas ramas cortaban mi rostro, pero no me importaba, quería llegar rápido con mi mamá.

¡Vamos, cariño, ven, apresúrate!

La mirada de mi madre estaba fijada en mí, yo sabía que quería protegerme, Lloraba¡Y mucho!, pero no entendía porqué, sí por mi desesperado deseo de abrazarme con mi madre, o por que acaso presentía que no faltaba poco para que me dejara para siempre...

Ya estaba cerca de mi querida madre, cuando repentinamente... una criada le entrego un sobre.

Mi madre por unos minutos se olvido de mí y se puso a leer la carta…cuando hubo acabado, desde lejos, me miró con su rostro preocupado, vi. Sus verdes ojos que denotaban confusión...trato de correr a pasos lentos, sin embargo, algo la detuvo me miro y me dio su última sonrisa…

¡¡¡MAMI, MAMI!!! – mi querida madre ya hacia caída en el suelo. Pronto vinieron por ella, yo me quede llorando solita. De pronto mis ojos se fijaron en una foto…

. Yo ya conocía a ese señor, previamente ya lo había visto…

¿pero esa mujer a su lado?

FIN DEL FLASH BACK

INGLATERRA 1935

Mamá... ayúdame mamá...

¡Vaya, por fin despertaste!

Volteé ligeramente hacia mi izquierda, y allí... a un costado de la cama se encontraba el miembro más respetable de mi familia.

La vi. tejiendo el suéter que desde hace días había comenzado con fervor y dedicación; como todo lo que hacía.

¿Qué... ha pasado? - le pregunté con mi debilitada voz

Te caíste de tu caballo y estuviste inconsciente por dos días – me respondió con su acostumbrada sequedad

¡¿dos... días?!

No podía creerlo.

Apenas recordaba mi caída y nada más. Intenté incorporarme, algunos caireles cubriendo mi rostro. Pero cuando traté de sentarme sentí un terrible dolor en la parte derecha de mi estómago.

¡Ahhhhh! - grité de dolor

¡No te levantes niña, estás convaleciente!

Más había tardado en sentarme que en volver a recostarme pesadamente en mi cama.

¿Convaleciente¿Qué diablos me había pasado¿Acaso mi accidente fue tan grave?

No puedes levantarte bajo ningún motivo, el médico lo ordenó

¿Médico?

¡Si, MÉDICO¡¿Acaso debo repetirte todo lo que digo?! – me gritó con enojo

Perdóneme, abuela...

No dije nada más... solo cerré mis ojos para evitar mirarla por más tiempo.¿A quién llamabas?

¡¿Ehh?! – pregunté sin comprender, abriendo lentamente mis ojos

¿Te estoy preguntando que a quién llamabas?

¿Yo llamaba a alguien¿Cómo..., cuándo?

Antes de que despertaras...

Nuevamente cerré mis ojos, intentando recordar el sueño que había tenido. Y en cuestión de instantes una imagen vino a mi mente, la imagen de mi madre.

No lo recuerdo... – le mentí a mi abuela

¿No? – preguntó ella son suspicacia, arqueando una ceja

No

Pues yo si lo recuerdo...

¿Cómo?

Clamabas el nombre de esa mujer, le pedías ayuda...

No... lo recuerdo, lo siento – le dije, sintiendo una punzada en mi estómago

Llamabas a tu madre

Silencio...

No pude responder¿Qué podía contestarle¿Con qué argumentos podía negar sus palabras tan llenas de veneno y rencor?... ¿Tenía yo derecho a defender a mi madre?... ¿Tenía mi madre derecho a ser defendida?

Te quedaste callada

Nuevamente silencio...

Realmente, no era capaz de contestarle. Cómo un carrusel de imágenes comencé a visualizar aquel sueño. Aquél dónde mi madre perdía poco a poco su vida... por ÉL. ¡Ese maldito...!

Creo que la condesa ya no necesitaba respuesta, pues la lágrima que poco a poco corría sobre mi mejilla despejaba toda duda sobre el tema.

¿Hasta cuándo aprenderás, Adelaide? – dijo ella soltando un suspiro, para ponerse de pie y salir lentamente de mi habitación

Seguí llorando, como cuando era una pequeña niña de cinco años... como en mi sueño.

Es verdad... ¿Hasta cuándo aprenderás Adelaide?

Me dije a mi misma, con la impotencia que había adoptado mi ser desde hace tiempo, desde que leí...

¡Ah, maldición!

Y seguí llorando, cómo en mi sueño...

¡Qué hermosas flores! – escuché una voz a mis espaldas

¡Abuela, me asustaste!

¡Oh John, te felicito... son las rosas más bellas que he visto!

No tan bellas cómo tu, abuela

Proseguí mi labor de plantar aquél rosal en la maceta, mientras sentía cómo mi abuela tomaba asiento a mi lado. Ella adoraba el invernadero que por toda mi vida yo había cultivado, y también disfrutaba estar a mi lado.

¡Bueno, ya está listo!

¿Es para mí? – preguntó la condesa - ¡Es hermoso!

Lo siento abuela, está rosa es para Adelaide, iré a dejarla en su habitación

Ah... para ella

Reí dentro de mí, estoy seguro que ella quería esa humilde y roja rosa para ella.

No te preocupes abuela, pronto te daré otra igual de bella – le dije, depositándole un beso en la frente, para después retirarme

Pude adivinar su enfado, pero no me importó en lo absoluto.

Caminé hacia la residencia, alejándome cada vez más del invernadero.

Dulce y simbólico invernadero..., jamás dejaré de agradecerle su herencia y sus enseñanzas a mi tía, en paz descanse.

Entré a mi dulce hogar para dirigirme a las escaleras y en un dos por tres llegar hasta dónde mi prima se encontraba.

Aún recordaba su estúpida caída del caballo...

Se lo advertí, pero fue testaruda¡Cómo siempre! – pronuncié con enfado

¡

Llegué hacia su recámara, no toqué, después de todo ella estaba inconsciente, así que sin más cuidado la abrí.

Y allí, postrada en esa cama se encontraba Adela. Su largo cabello castaño claro entrenzado magníficamente, su rostro de dulce muñequita francesa.

¡Qué belleza! - dije y he dicho por millonésima vez a lo largo de mi vida

Y me comenté, que si ella no fuese mi prima, me hubiera asegurado de convertirla en una de mis tantas conquistas.

¡Es que eres tan bella!

Me avergoncé por admirarla de esa manera... ¡Por Dios, es mi prima!.

Me destiné a su buró para depositar su nuevo rosal, dedicado únicamente para ella.

Y sin poder resistirme, nuevamente volteé a mirarla...

¿Cuándo dejarás de ser tan coqueto, John?

Me dijo sorpresivamente, dándome un buen susto. Abrió sus hermosos ojos esmeraldas, para después dedicarme una de sus burlonas sonrisas.

¿Te hice una pregunta?

¡Despertaste!

Si, ya lo ves... gracias por preocuparte por mi

No tienes nada que agradecer - le dije hincándome, para poder verla más de cerca – eres realmente estúpida¿Sabías?

Si, si lo sabía...

Me miró detenidamente, para después acariciar mi mejilla. Yo observé fijamente su rostro, para percatarme después de un rasguño que cruzaba una de sus mejillas.

Maltrataste tu rostro..., deberías preocuparte más por tu belleza – le dije guiñándole el ojo

Mi belleza no se maltrata con nada

Los dos reímos juntos, ambos disfrutando de la compañía del otro.

Yo siempre me cuestiono¿Qué hubiera sido de ella sin mi?. Siempre tan desamparada, sin la compañía del alguien...

¿Qué es ese aroma? – interrumpió súbitamente mis pensamientos

¡Ah!, es una rosa que te acabo de traer¿No es hermosa?

Adelaide volteó abruptamente, y al parecer su lastimado cuello resintió el movimiento. Pero finalmente encontró lo que buscaba...

¡¿Una rosa?!

Si, acaba de florecer y es para ti – le dije sonriente

Nuevamente volteó, depositando su mirada en la nada. Y sus ojos, demostrando rencor... ya temía lo que se venía...

No me gustan las rosas... ¡Lo sabes perfectamente John!

¡Fue un regalo, y te gusten o no, no dejan de ser hermosas! – le respondí, correspondiendo su tono de voz

¡Las odio¡¡Sácala de aquí inmediatamente!!

¡No lo haré, estoy harto de tu odio por mis rosas!

¡¡Esas no son tus rosas, y lo sabes!!

Me quedé petrificado ante su comentario, pero ella se encargó de sacarme de ese estado. Pues de un rápido movimiento, sin saber de dónde sacó las fuerzas necesarias, se destinó a la maceta que descansaba en su buró para arrojarla al infinito.

¡CRASH!, fue lo único que oí, para después virarme y ver que una de MIS rosas yacía muerta, en el suelo...

¡¡¡¡ODIO LAS ROSAS!!!!

Exclamó ella exasperada, entre lágrimas...

Continuará...

NOTAS

Chicas del mundo de fans de candy les saluda Lady

Les traigo una nueva historia, una historia que me llena de emoción y alegría ya que en esta nueva aventura están mis queridas amigas que conocí en este hermoso espacio,

Me brindaron su apoyo desde el primer momento, al sueño que me propuse y juntas ahora formamos el grupo de escritoras: "Plumas al viento".