I Found you

La ropa ya se había secado pero eso no significaba que ella estaba libre de algún resfriado, no había querido o siquiera pensado el cambiarse de ropa, se había encerrado en su cuarto, había comido poco y dormido mucho o al menos eso creyó ella pero al ver el reloj de su habitación supo que sólo habían pasado cuatro horas.

Volvió a poner música que llevaba escuchando desde que pasó eso, no era necesario buscar que tipo de música, ella era de las personas que gustan de música relajante, que hacía que te relajaras aun cuando estuvieras al borde de un colapso, encendió el tercer cigarrillo de la segunda cajetilla, y cruzó las piernas, sentándose así en el piso con la mirada a la calle desde su gran ventana, el día era gris, lloviznaba y una brisa fresca hacía que se pensara que estaban en pleno invierno, pero de hecho era verano, en otro momento hubiera dicho que era el día era perfecto, no porque estuviera acorde a su humor, era un clima lleno de inspiración.

¿Qué había pasado? ¿Por qué estaba triste? Ella hubiera dado lo que fuera para volverlo a ver pero ¿Qué fue lo que sucedió? Cuando sus miradas se cruzaron, él reaccionó y fue directo hacia dónde se encontraba pero ella escapó del reencuentro que tanto había soñado, que había de dejarla en insomnio las primeras semanas, incluso lo vio como en sus sueños esperaba que él volviera: su cabello algo largo, negro con las puntas ligeramente maltratadas y de un color más claro, delgado, una playera sin mangas que hacían notar sus tatuajes, su brazo izquierdo cubierto de ellos y del brazo derecho sólo la mitad, no aparentando los 29 años que debería tener.


Lo vio en el centro de la ciudad cuando ella iba camino a su librería predilecta o él la había vuelto su favorita porque estaba de hecho enfrente de su trabajo, vendían libros de segunda mano, nuevos, música, de todo, había ido en su día de descanso, sintiendo que por fin encontraría aquel libro.

Lamentablemente encontró a alguien y no algo.

Por mero instinto miró hacia el frente y se quedó sin aire, era imposible no reconocerle al instante, se quedó de piedra, lo peor fue cuando el giró y la vio: unos centímetros más alta, casi no se notaba la diferencia, cabello largo, lacio y rosa, jeans ajustados y un suéter algo grande para su complexión y sus inseparables tenis.

Parecía que el tiempo se había detenido cuando sus miradas se encontraron, las personas que iban y venían habían desaparecido al igual que los autos.

—Sasuke-kun— dijo ella para sus adentros.

—Sakura—dijo él como si hubiera leído sus labios, sonrió y empezó a cruzar la calle.

Tuvo suerte, su cuerpo reaccionó un segundo después dando media vuelta y empezó a caminar, volteó y lo miró confundido, apresuró el paso y desapareció.

El sólo recordar lo sucedido, le causaba cerrar los ojos y patalear creyendo que el suceso se borraría de su mente y tal vez hasta de la mente de él.

Dio una última bocanada a su cigarrillo, tiró la colilla a su lado.

Vio cómo las pequeñas gotas de agua cada vez se hacían más grandes y escuchó los primeros truenos, cerró la cortina y miró su mano izquierda y se dibujó en su cara una sonrisa amarga, al lado del exquisito y lindo anillo había otro, grande y plateado con 2 serpientes rodeando una diminuta piedra color morado, el anillo que él le regaló, Sasuke, un día que salieron.

Sus amigos constantemente le reprochaban el hecho de que aún lo tuviera pero tiempo después vieron que lo llevaba puesto más por costumbre que por gusto y porque ellos pensaban que era lo único que valía la pena conservar de él

Se quitó entonces los dos anillos, se sentía extraña pues hace exactamente un mes, había recibido el primer anillo, cierto, cumplía un mes de haberse comprometido con el amor de su vida y ahora, justo un mes después aparecía el dueño del otro.

El destino sí que era un bastardo con ella, colocó los anillos en el pequeño mueble que se encontraba al lado de su cama, fue al baño para lavarse la cara, se miró al espejo y sintió algo de satisfacción al ver que el tiempo no había pasado en ella pues sentía que estaba igual que hace unos años, si acaso el largo del cabello era un factor importante.

Secó su cara con la toalla que tenía a la mano y caminó a oscuras hasta la cocina, preparó un té, lo puso en la mesita que tenía enfrente del sillón y se recostó en éste, suspiró.

Su mirada vagó por todo el lugar hasta encontrarse con la foto que se había tomado hace unas semanas, ni siquiera había tenido tiempo de conseguir un marco, en ella salían su prometido y ella

Y fue allí cuando sonrió y se dio cuenta de la tormenta que hizo en un vaso de agua, en verdad sería una tonta y una muy grande si esto la afectaba, es decir, sólo porque volvió a ver a aquel ¿Iba a dejar ya varios años de relación? ¡No, claro que no!

Era amor, ella amaba a su prometido, con él comprendió que el pasado era una lección aprendida y un escalón para caminar al futuro, salió del baño y tomó el anillo de compromiso.

Escuchó que tocaban la puerta, para ese entonces el reproductor de música puso algo a lo que la pelirrosa creyó muy adecuado.

The raindrops are falling
But we're staying dry
And I'll be holding on
I'll be holding on
Making tears fall down
Ready to fight
I know that I'm right*

Corrió feliz hacia la puerta, sabía que él se negaba a tener las llaves de su casa y cómo estaban reparando el auto debió tocar para asegurarse si ella estaba en casa, abrió de golpe y allí estaba: mojado, temblando y sus ojos negros proyectaban una felicidad algo perversa

—Te encontré

Y eso era cierto, su pasado la encontró.

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— ¿Sabes? Está lloviendo— exclamó el muchacho con una sonrisa ladina.

—No te pedí que vinieras en plena lluvia

— ¿Me vas a dejar entrar?

— ¿Qué haces aquí, Uchiha?

—Verá señorita Haruno, vengo a hablar sobre nuestro señor, ¿tiene un momento?

Ella soltó una sonora y sincera carcajada

—No creo en Dios, él no pondría un demonio en mi puerta

—¿Demonio? Creí que te gustaban.

—Gustaban, creo que es tiempo pasado ¿Qué se te ofrece?

—Vaya formalidad, sólo vine por lo que me pertenece

En ese momento se borró la sonrisa de la chica de cabellos rosados, se puso pálida.

—¿Q -qué?

—No seas tonta Sakura aunque, hablando seriamente, ¿Puedo pasar? No es el mejor clima para hablar, en plena puerta

—No vas a entrar— dijo la chica, segura, siempre le molestaba la actitud que tomaba ese chico.

— ¿Por qué? —Sasuke frunció el ceño y el gesto hostil que siempre ponía nerviosa a Sakura apareció.

—Porque no quiero y punto

—Oblígame— Sasuke la hizo a un lado y entró como si la casa fuera suya, estaba a punto de sentarse en el sofá más cercano y fue cuando ella reaccionó.

— ¿Qué? Hey no, alto bien tu ganas pero no te sientes maldita sea Uchiha, traeré ropa seca, sólo no te muevas— No podía estar pasando, quien se cree para entrar así a su casa, estúpido, arrogante y sensual Sasuke… Espera, ¿sensual? Si, vamos él era delgado, la ropa mojada pegada a su cuerpo hizo que se hiciera visible su bien trabajado abdomen, negó con la cabeza levemente Sasuke pareció percatarse de que él la estaba desconcertando.

—Oye linda no me mal interpretes pero dudo que me quede tu ropa, además de que no soy de los que piensa que es sexy usar ropa de mujer, aunque si aún conservas esa playera que te robaste, con gusto me la pondría—Lo decía tan calmadamente sin dejar de sonreír de esa manera tan coqueta, ahora odiaba esa sonrisa, le provocaba golpearlo en la cara.

—Cállate— Sakura rodó los ojos y pensó en voz alta —Tal vez la ropa de él te quede.

—¿Él?—como por arte de magia la sonrisa de Sasuke desapareció y lo que ahora resaltaba en su rostro era un ceño fruncido, Sasuke "celos innecesarios" Uchiha apareció, estaba a punto de tomar del brazo a la joven que ya le estaba dando la espalda, pero ella supo de sus intenciones y caminó lo más rápido hasta llegar a su cuarto y abrir el clóset, sólo encontró una pijama de cuadros negros y grises, una playera blanca de su novio y unos bóxers ¿Eso no sería demasiado? No, sonrió con malicia, si se los daba eso podría herir su orgullo, así sabría que no es el único hombre con el que no ha estado.

Sakura se dirigía a la sala y se detuvo a ver al pálido hombre viendo sus fotos, él ni notó la presencia de ella hasta que un carraspeo hizo que volteara.

—Muy bien idiota, toma— le lanzó la bola de ropa en la cara

— ¿Quieres que me cambie aquí? — levantó una ceja la miraba curioso pero luego sonrió de nuevo ¿Seguía siendo tan bipolar como antes?

—La regadera está en el segundo piso, genio—ella le dio la espalda y se fue a la cocina —No te tardes ¿Quieres algo?

—Algo de cerveza no me vendría nada mal

— ¿Quieres té?

—Té verde por favor

—Café sin azúcar entonces—dijo Sakura aun de espaldas con una sonrisa en su rostro.

—Carajo, sólo prepara algo

Quería dirigirle una sonrisa tan falsa como la de Sai, pero él ya había estaba en el segundo piso, abrió el cajón a lado de la estufa y sacó una cajetilla de cigarros, sabía que su novio solía guardarlos allí y a veces olvidaba dónde los dejaba, lo encendió pero al instante siguiente sintió culpa, se produciría un cáncer por todos los cigarrillos que se fumó en un lapso d horas, sólo fumaba cuando estaba nerviosa , recordó que fumaba menos cuando salía con Sasuke aunque éste solía bromear y decirle que era una chimenea humana.

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Sasuke se sentía extraño, cual maldita puerta debía abrir, había una abierta que era obvio el cuarto de ella, pero enfrente de las escaleras había 2 malditas puertas, abrió la primera de la derecha que estaba al lado del cuarto de Sakura y se encontró con un estudio, quiso entrar pero la ducha era importante, abrió la que seguía y allí estaba el baño.

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El café estaba listo puso la taza del chico en la mesa y ella se recostó en el sillón tomando la taza de té que de seguro ya se había enfriado y la cajetilla de cigarros en la mano, encendió el televisor, no ponía atención a lo que estaba frente al televisor, su mente hizo que nada le llamara la atención, el té estaba a la mitad y los cigarros estaban a punto de también ir a la mitad.

¿Por qué ahora? y ella tan estúpida le brindó techo, comida y ropa, que pasaría cuando llegara su lindo novio, él era igual de celoso que Sasuke, ¿y si se peleaban a golpes? Una sonrisa se curvó en su rostro, porqué el sentimiento de ver a dos hombres pelearse era horrible pero a la vez le daba cierta satisfacción ¿Se estaba volviendo loca? Su cabeza empezaba a divagar, que pasaba si trataba de propasarse, cómo si eso fuera malo… Sí, sí que lo era, tenía que deshacerse de él porque su novio no tardaba en llegar ¿Debería lanzarlo a la lluvia de nuevo? pero la ropa de él y si le decía a Neji que saldrían otro día, ¡OTRO DÍA! Hoy tenían esa cena con unos amigos de Neji, ¿Por qué preocuparse? Debía empezar a arreglarse ¿no?, bueno no tenía ganas de ir, Sasuke era la excusa perfecta…

—Oye Rosita fresita, puse la ropa dónde supongo que es la lavandería— la voz de Sasuke la sacó de sus pensamientos, el Uchiha dijo esto caminando hacia ella, tomando su taza de café y poniéndose a un lado de ella, queriéndole modelar la ropa pero ella simplemente fijó su vista en el televisor.

—Está bien y deja de decirme así — lo miró y sonrió —Aun con ropa en buen estado sigues viéndote como un vago.

—Gracias nena ¿tienes más de esos?—le preguntó apuntando al cigarrillo que ella tenía entre sus dedos.

Ella miró el cigarrillo que estaba a punto de encender y se lo tendió —Tómalo.

Sasuke lo tomó y lo colocó en su boca y volvió a extender su mano hacia la chica—Encendedor.

Ella se lo aventó y él lo atrapó en el aire, encendió el cigarro y se sentó en el sillón que estaba al lado de ella, le dio una buena calada al cigarro, volteó a verla, de piernas cruzadas, su cabeza siendo detenida por su mano derecha y la taza de té en la izquierda.

—Bueno, ¿cómo estás?— le sonrió con evidente sarcasmo, queriendo romper el hielo.

—Supongo que bien, no creí que te encontraría aquí en el Kumogakure

—Un pequeño viaje, tal vez trabaje aquí unos meses— la miró de reojo esperando ver su reacción pero ella seguía viendo a la televisión con gesto relajado, cómo si estuviera hablando sobre el clima con alguien a que odiaba.

"Maldita sea, esto no es divertido Dios, enserio sólo mátame ya" Pensó, tal vez su mirada parecía estoica pero había tensado los hombros y Sasuke no pasó esto por desapercibido.

—Tranquila hermosa, sólo vengo de paseo y quisiera arreglar unas cosas y ver si no es demasiado tarde

—Estoy tranquila—ella volteó a verlo.

—No lo estás, recuerda que tus ojos son muy expresivos

Ella se puso de pie y él hizo lo mismo haciendo que sus miradas se encontraran, ella estaba enojada y nerviosa y esa combinación no era buena en ella, respiró hondo y ladeó su cabeza haciendo un ademán que denotaba cansancio.

—Oye, Neji está a punto de llegar y…

— ¿Neji?, un momento así no se llamaba un…

No terminaron sus oraciones, al ser interrumpidos por el sonido de una puerta abrirse y se asomó primero una cabeza con largos cabellos color negro y después unos grandes y misteriosos ojos blancos.

—Linda sí que tienes suerte, la cena se canceló y tenemos la noche y el día de mañana para nosotros solos, tenía pensado ir a…—Se detuvo y vio a su hermosa chica con un tipo pálido, despeinado y extraño, el semblante de Neji cambió, fue cuando frunció el ceño estaba a punto de gritar cuando su novia habló

—Cariño, él es

—Sasuke Uchiha— dijeron los dos hombres al mismo tiempo.


* La canción es I'll be Yours de Those Dancing Days