Hola! siento lo de los otros fanfics, pero mi compu se daño, y tengo que arreglarla para poder publicar lo que tenía escrito, así que por eso le voy a compensar con esta historia, la estoy escribiendo desde el teléfono, así que siento cualquier error.
Este capítulo es corto, porque recién nos estamos ubicando en la trama de la serie.
Los dejo con The Last Chance...
Prólogo
-Adiós papá- dice el pequeño Roland, mientras pone la flecha atada a una rosa, sobre la tumba de su padre, con los ojos, rojos, y una cuantas lágrimas resbalando por sus mejillas.
Es el turno de Regina, se acerca y pone la flecha sin decir, nada, pero pensando en todo, otra vez, alguien que ama, esta muerto, y otra vez es por su culpa. Se aleja del ataúd, y le hace una pequeña sonrisa a Roland, y el niño se la devuelve.
Todos está ahí celebrando la ceremonia de entierro, el funeral de "Él ladrón de los bosques" Robin Hood .
-Y ¿cual será su nombre?- pregunta la morena mientras ve a su pequeña sobrina, envuelta en las cobijas rosadas, en manos de su hermana.
-No había pensado en ello- dice Zelena sorprendida al darse cuenta que su hija todavía no tenía un nombre, y ella ni siquiera se había puesto a pensar en ello.
De pronto una idea se le vino a la cabeza, era un nombre bonito, y así rescordarían a Robin, siempre. -¿Qué te parece Robin?- dice Zelena a Regina.
-¿Robin?- dice la mujer, piensa un poco y luego sonríe -es perfecto- dice al final.
El funeral ha acabado y todos se van a sus casas, todos menos una cabellera Rubia, que se dirige cabizbaja a otra tumba, en la que se encuentra el hombre que amó y que por mas que quiso, no pudo salvar. Siempre era igual, todos los que amaba morían, Neal, murió en sus brazos, Hook murió por su culpa, no debió dejar que se quedaran en Camelot, es todo su culpa, pero jamás se arrepentiría de haber salvado a Regina, ella le había prometido que la ayudaría a buscar su final feliz, aunque ahora esté enterrado tres metros bajo tierra, en ese momento una idea se le vino a la cabeza.
-Gracias Killian, has sido mi amor, y siempre lo serás- dijo arrodillándose frente a la tumba de Killian -Te llevaste la oscuridad de este mundo contigo, hasta Belle se quedó sin su amor, embarazada y sin el señor Gold, él también murió en el infra mundo, recuerdas, espero que no se estén peleando -dijo riendo- en serio, hazlo por mí, y busca a Robin, y dile que mi promesa de ayudar a buscar a Regina su final feliz, sigue en pie, no descansaré, hasta que ella vuelva a ser feliz, dile que puede irse tranquilo. Sabes Killian, quisiera que estuvieras aquí, te extraño a mares, y es curioso porque tu eras un pirata, Te Amo y siempre te amaré me oyes- decía Emma con lágrimas en los ojos -Adiós Killian-.
Se levantó con la mirada hacia el piso, hacia la tumba de Killian y sonrió. Todo a su alrededor tenía un ambiente sombrío, tantas muertes, en tan poco tiempo, tantas personas sin sus finales felices, solo quedaba su padre, con vida, y con su madre, ahora tenía que protegerlo, esta familia se esta quedando sin finales felices, primero, Killian, quitándole su propio final feliz, luego Gold, dejando sin final feliz, a Belle y a su hijo, luego Robin, dejando a Regina y a sus dos hijos, Roland, y la bebé, sin nombre, es cierto pensó, debo preguntar como se llama la pequeña; sin final feliz, y por último, aunque básicamente el causante de todo, Hades murió a manos de Zelena, dejándola a ella sin su final feliz. Solo quedaba su padre y ella debía protegerlo, su madre no podía quedarse sin final feliz, no lo soportaría, y ella no soportaría perder a su padre.
De pronto una voz la sacó de sus pensamientos, una voz, que no pensó escuchar detrás de ella jamás, una voz que esos momentos, no debería estar ahí, una voz... que ella conocía a la perfección.
-Swan...-
