Disclaimer: The Lost Canvas no me pertenece


Tenma miraba con preocupación cómo el ceño fruncido de su amigo Alone se hacía cada vez más y más pronunciado. El joven llevaba lo que para él estaba pareciendo una eternidad sentado en una silla de madera sin moverse. Bueno, sin moverse demasiado. El muchacho de cabellos castaños cambiaba ligeramente de postura cuando sentía que se le dormían las piernas esperando que el rubio no lo notara. Probablemente sí lo hacía, pero no hizo comentarios al respecto, consciente de que su retrato le estaba tomando más tiempo de lo previsto.

—Está mal—dijo el joven artista tras examinar su obra inacabada con ojo crítico.

Alone había insistido en hacer un retrato de su mejor amigo antes de su partida hacia el Santuario, donde entrenaría día y noche para convertirse en un caballero de Atenea. Un caballero de armadura de oro había descubierto el potencial de Tenma y le iba a llevar con él al lugar donde podría hacerse más fuerte y aprovechar sus poderes para luchar por el bien. Ya era el segundo caballero dorado que se iba a llevar a alguien importante para el joven rubio, pero no dijo nada porque veía muy emocionado al chico al que estaba intentando dibujar. Desde que había recibido la noticia de la partida, sentía como si le hubieran arrebatado una parte de su ser. Simplemente no era el mismo que unos días atrás.

—No logro conseguir el color que necesito—explicó, ligeramente frustrado. Era consciente de que Dohko de Libra les esperaba fuera y de que se le acababa el tiempo—. Estos colores, estos tonos, transmiten algo totalmente equivocado. Busco que tus ojos digan Hasta luego pero no obtengo más que un Adiós—Alone soltó su pincel, derrotado, haciendo que éste cayera sobre el suelo, dejando manchas de color carmesí. Bajando el tono y evitando la mirada de su mejor amigo, continuó hablando—. No quiero una despedida. Quiero volverte a ver.

Tenma no era idiota. El aspirante a caballero era perfectamente consciente de las inseguridades de Alone. Sabía que estaba comparando su partida con la de Sasha, pero no tenía muy claro cómo hacerle ver que él solamente se iba porque quería ser más fuerte. Fuerte para poder proteger a su inocente y gentil amigo. El enérgico muchacho de cabellos castaños jamás se iría para no volver si no era con el artista de ojos azules.

—Entonces déjalo por hoy—dijo, levantándose de la incómoda silla para acercarse a su amigo—. Practica mucho y algún día, pronto, podrás encontrar el tono exacto de un reencuentro—con una sonrisa, le alborotó ligeramente el pelo a Alone para ver si le sacaba de su pequeña depresión.

Alone sonrió ligeramente, entendiendo las palabras de su amigo. Volverían a verse. Para entonces, Tenma sería un caballero fuerte capaz de defenderle a él, que ya sería un artista experimentado. Juntos podrían vivir en paz. Juntos saldrían adelante, como habían hecho hasta ese momento.

—Vamos, el caballero Dohko te espera—recordó el joven, sintiéndose más animado. No iba a decir adiós. Pronto se volverían a ver en ese mismo pueblecito italiano. Pronto volvería a sentirse completo.