Academia Cross… Noche… Dormitorios Luna… Aidou Pov… Cena…

¡Maldición! ¡Maldición! ¡Maldición! ¡Y mil veces más: Maldición!

"La vida debe odiarme" Suelo pensar últimamente ¡Todas las desgracias me tenían que tocar a mí!

¿¡Que se creía ese Kiryuu!? Hasta hace solo unas pocas semanas le profesaba un odio enorme a la clase nocturna ¡Y ahora resulta que no solo habla amistosamente con Kaname – Sama, sino que también con Kain!

¡Eso no lo permito! ¡Una cosa es meterse con Kaname – sama, y ser su pareja; pero otra cosa es que hables animadamente, mientras me ignoran, con EL!

Bajé las escaleras rápida, pero silenciosamente. No quería que nadie se percatara de mi presencia todavía... Entre ah la cocina, sin decir una palabra a los sirvientes del por que estaba ahí. Simplemente sonreí, eso es lo que todos quieren, nadie nunca se detiene ah pensar en si es falsa o no. Simplemente no le importo verdaderamente ah nadie. Ni siquiera ah Kain.

Hace poco me di cuenta, me enamore perdidamente de mi primo, no lo quería aceptar, pero igual ¿Qué más da? El ya prefiere a Ruka, ¿O ahora se le dio por cambiar y le gusta Kiryuu? ¡Que importa ahora! ¡Estuve esperando tres horas! ¡Tres condenadas horas bajo la nieve con este frio! ¿¡Y para que!? ¿Para entrar por mi ventana, bajar y ver como Kain en vez de acudir al lugar donde lo llamé hace tres horas estaba conversando como si nada con Kiryuu?

Encontré mi objetivo: Las copas para el brindis final. Cada vez que terminábamos de cenar, cada día, hacíamos un brindis y nos retirábamos. Cada copa esta etiquetada con el nombre de su dueño. Localice la que quería: Kiryuu Zero. Saqué el sobrecito blanco de mi bolsillo y volqué su contenido en aquella copa, escuche el grito de uno de los sirvientes, anunciaba que servirían las copas pronto. Por a verme distraído, se derramó un poco en otras copas ¿Y que me va importar? Humillar al orgulloso Nivel E tiene su precio.

Salí de la cocina, y me dirigí al comedor. Me senté en la silla reservada exclusivamente para mí, enfrente de Kain, estuve en silencio mientras los demás charlaban amenamente. Cada tanto le daba discretas miradas a la escena frente a mi; Kain conversando amistosamente con Kaname – Sama y Kiryuu. Ahora que me daba cuenta, estaba tiritando. Por muy vampiro que fuera, estar tres condenadas horas bajo una tormenta de nieve también me afectaba, no tenía ganas de nada, quería simplemente deleitarme con la humillación que iba a sufrir el maldito cazador, luego me iría a mi habitación compartida con Kain y le diría que no me sentía bien a los sirvientes.

Continuara…

¿Qué les pareció mi nueva idea? =D