Universo: He-Man and the Masters of the Universe


Personajes

Adam / He-Man, Campeón de Grayskull y Príncipe de Eternia.

Beast Man, Capitán de los Hombres Bestia.

Clawful, Hombre cangrejo al servicio de Skeletor.

Cringer / Battle Cat, Tigre de He-Man.

Danton, Rey de la Isla de las Lágrimas.

Enchantress, Poderosa Bruja Gorrión.

Evil-Lyn, Bruja al servicio de Skeletor.

Kittrina, Guerrera de Felis Qadia.

Man-At-Arms, Capitán de la Guardia Real.

Marlena, Reina de Eternia.

Panthor, Pantera de Skeletor.

Randor, Rey de Eternia.

Sibyline, Hechicera de la Isla de las Lágrimas.

Skeletor, Señor de Montaña Serpiente.

Teela, Capitana de la Guardia Real.

Warmaster, Guerrero de Felis Qadia.

Whiplash, Hombre lagarto al servicio de Skeletor.


Capítulo 1

He-Man estaba decidido a acabar con Skeletor, y había viajado a la Montaña Serpiente para detenerlo de una vez por todas.

Logró derrotar a los esbirros que salieron a su encuentro, a Beast Man, a Clawful, a Whiplash e incluso a Panthor, hasta quedar cara a cara con Skeletor.

—¡Ríndete! —le dijo Battle Cat, rugiendo, y saltó contra él.

—¡Battle Cat, no! —le dijo He-Man, pero ya era tarde, pues la ilusión de Skeletor desapareció y Battle Cat desapareció tras una trampa.

—¡Aquí estoy! —dijo el verdadero Skeletor— ¡Y esta vez soy real!

—¡Maldito! —gritó He-Man saltando contra él, y la espada de poder chocó contra el báculo oscuro.

—¡Ahora, Evil-Lyn! —gritó Skeletor. La bruja, que estaba escondida con un rifle láser, emergió detrás de He-Man y le disparó con el rayo. El hombre más poderoso del universo comenzó a sentirse débil, cada vez más débil, y finalmente perdió el conocimiento.

Skeletor se sentó en su trono, y recogió la Espada del Poder.

—Lo logramos, Skeletor, derrotamos a He-Man —dijo triunfante Evil-Lyn.

—¿De qué estás hablando? Lo vencí yo —dijo él—. Llévatelo.

Evil-Lyn, molesta, hizo levitar a He-Man y se lo llevó, pero Skeletor no notó que ella lo miraba con lujuria.


Skeletor, ya en su trono, meditaba qué hacer con He-Man. La Espada del Poder estaba suspendida en un campo de fuerza, a un lado de su trono. Panthor estaba sentado a sus pies.

—Haré que lo decapiten y expondré su cabeza ante toda Eternia —dijo triunfante. Sus esbirros aplaudieron, en especial todos los que habían sido golpeados por He-Man.

—Skeletor, es una gran idea —dijo Evil-Lyn—. Pero eso sólo hará que los guerreros heroicos luchen con más ánimo.

—¿Acaso tienes una idea mejor? —dijo él molesto.

—Pues sí —dijo ella—. podemos hacer que se una a nosotros.

—Eso es imposible, él es el Defensor del Castillo Grayskull, nunca trabajará para nosotros. Lo mejor será matarlo.

—Déjame intentar convencerlo —dijo ella—. no pierdes nada con intentarlo. Además, con tus cadenas de poder no podrá liberarse ni intentar nada.

El amo de Montaña Serpiente lo meditó un rato.

—Está bien, puedes hacer un intento —dijo él.

Evil-Lyn sonrió, más de alegría que por satisfacción.


He-Man despertó estando encadenado en un altar, de similar manera a como estaba prisionero en la Isla de las Bestias, en Etheria, cuando se encontró con su hermana Adora.

Intentó liberarse, pero las cadenas eran demasiado poderosas. Luchó contra los grilletes, los cuales tenían el mismo brillo dorado que en Etheria.

—Skeletor logró robar algunos planos de las armas de Hordak antes de escapar de él —dijo alguien acercándose a él. Pudo ver a Evil-Lyn.

—¿Qué quieres? —dijo molesto.

—Skeletor quiere que mueras —dijo ella quitándose el casco. Él pudo ver su cabello blanco, corto.

—¿Y tú has venido a matarme? —preguntó él— ¿Vas a torturarme primero?

—No voy a torturarte —dijo ella quitándose su capa. Dio algunos pasos adelante.

—Tú eres una bruja cruel.

—Soy cruel con quienes odio —dijo ella mirándolo a los ojos—. Yo no te odio, He-Man.

Él la miró, confundido.

—¿De qué hablas?

—Skeletor quería matarte, pero yo le dije que te dejara vivir si aceptabas trabajar para nosotros.

—¡Eso jamás! ¿Por qué le dijiste eso a Skeletor?

—Porque no quiero que mueras. Quiero tenerte cerca de mí.

He-Man la miró aún más confundido.

—¿Qué...?

—Piensas que soy una bruja cruel —lo interrumpió Evil-Lyn—. Pero soy capaz de amar. Soy capaz de entregarte mi corazón, He-Man.

Él no lo podía creer. Ahí estaba la malvada bruja contra la que se había enfrentado en tantas ocasiones. Y ella confesaba amarlo.

—No caeré en tu trampa —dijo serio.

—No es una trampa —dijo ella desabrochándose su leotardo—. Skeletor me desprecia y no me toma en cuenta, y no me interesa ninguno de estos monstruos. Pero tú..., tú me gustas desde que te negaste a hacerme daño.

Dejó caer su leotardo al suelo. Usaba ropa interior negra, la cual apenas cubría sus generosos senos. He-Man se sonrojó.

—No lo entiendo..., tú eres mi enemiga.

—No tenemos para qué ser enemigos. Ni siquiera debes traicionar a Eternia. Sólo quiero que seas mi pareja, que sobrevivas y me ames. Que me desees como yo te deseo a ti —dijo ella, caminando de manera coqueta, y caminó alrededor de él. He-Man pudo ver que su ropa interior dejaba al descubierto la mayor parte de sus nalgas, y sintió algo que hasta entonces sólo había sentido con Teela.

Pero ahora la sentía con Evil-Lyn, y ella confesaba amarlo.

Ella terminó su recorrido alrededor del altar, de espaldas a él, y movió de manera seductora sus caderas, para encenderlo. El la miró sin aliento.

—Realmente eres preciosa.

—¿Qué dices, He-Man? —dijo desactivando las cadenas.

Él sobajeó un poco sus muñecas, y la miró. No notó mentira en sus ojos. Podría intentar huir, pero sin su espada y sin Battle Cat, sería muy fácil para Skeletor detenerlo. En cambio, aceptando a Evil-Lyn, podría ayudarlo, tendría más oportunidades para escapar, y además podría yacer con ella.

La deseaba tanto...

Caminó hacia Evil-Lyn, y la abrazó. Ella gimió con lujuria cuando sintió en su piel los poderosos músculos de He-Man. Trató de quitarle su arnés.

—Acepto, Evil-Lyn —dijo desnudándola del todo. Ella rió, y acarició sus músculos con desesperación. Se recostó en el altar, y He-Man se colocó encima de ella, apretando sus poderosos pectorales contra sus senos.

Aquello pasó desapercibido en las mazmorras de Montaña Serpiente.