Prologo
Mi mente está destrozada.
Mi cuerpo está destrozado.
Estoy jadeando en busca de aire, rasgados y despedazados, huesos y músculos completamente destrozados, el olor a sangre es suficiente para hacer que me ahogue. Mi conciencia comienza a desvanecerse y comprendí que mi cuerpo ahora no era más que un trozo de carne.
Ese recuerdo me volvió al presente, era como despertar de una pesadilla solo que esta pesadilla había sido real, sentí un escalofrió recorriendo mi espalda hasta mi cabeza y eso fue más que suficiente para despertarme de golpe, un recuerdo del pasado para enfocarte en el presente, era para mí un recordatorio de lo que ahora tenía, en este momento estaba libre y no encerrada y eso era mil veces mejor que nada, pero ahora no tenía tiempo para enfocarme en eso tenía un asunto entre manos un asunto bastante jugoso, el viento soplo al sur llevándose algunos pétalos de cerezo.
-Hace viento, esto tal vez me dificulte las cosas-susurre pero claro nadie podía oírme estaba sola en un tejado en Japón, Tokio frente una gran y lujosa mansión japonesa, su fachada era tradicional con moderno a comparación de las mansiones tradicionales echas con madera esta era de concreto sus paredes estaban pintadas con rojo, dorado eran las estatuas de diferentes animales que sutilmente decoraban el hermoso jardín con su estanque lleno de peses koi de tantos colores y un verde esmeralda era el toque final para sus techos de tejas en fin era un deleite para el ojo humano ver la maravilla arquitectónica que era pero claro no todo lo hermoso estaba ligado a algo bueno.
Porque la muralla que separaba todo eso de las demás personas estaba adornada con unos grandes dragones dorados era el signo que pertenecía a una de las más grandes mafias de Japón los trece dragones que controlaban el 40% de las pandillas por lo tanto decir que son importantes era poco, dinero, drogas, armas, prostitución, asesinatos, era el pan de cada día para ellos y hoy se reunirían los trece jefes para discutir sobre los negocios que manejaban a los demás miembros.
Hoy las cabezas del dragón se unirán y mi trabajo será cortarlas, mire silenciosamente como las limosinas llegaban con los miembros hasta que el último de los trece entro, fue cuando entonces yo comencé a moverme, prepare las balas que necesitaría para mis pistolas, mis katanas afiladas y listas colgaban dentro de sus fundas en mi cinturón una a cada lado, mis cuchillos escondidos dentro de mi chaqueta y unos más en mis botas, una vez lista prepare el sniper cargándolo con balas anti concreto, me acosté en el techo boca abajo acomodando el arma, hoy me tocaría ser francotirador cosa que no hacía muy seguido pero no por eso dejaba de ser buena en ello fije la mirada a mi objetivo era uno de los hombres de traje que estaban en la entrada de la mansión.
-Bien aquí hay, uno…dos…tres…cinco….siete…nueve….once….quince son pocos vaya entonces los demás están adentro, no?- mientras miraba todos mis objetivos a eliminar por el lente, solo tendría unos diez segundos para matarlos todos ellos si quería que el plan saliera tal y como yo quería.
Suspire.
-Noa calcula la fuerza del viento- de inmediato en mi campo de visión aparecieron números y líneas trazando las ondas del viento y su fuerza. Esto era algo bueno de poder hacer tus propias armas la mejor que tenía era mi casco negro que no solo ocultaba mi identidad sino que también era mi computadora personal, echo con metales livianos pero fuertes, recubierto con un vidrio antibalas que me protegía sobre todo si alguien quería darme el tiro de gracia y sobre todo a los lados tenia botones que me ayudaban a calibrar y a abrir mi casco sellado que evitaba que entrara el agua si necesitaba nadar.
-Las condiciones son favorables, el viento no representa ningún problema- respondió una voz femenina serena y con un toque de amabilidad.
-Bien…espera un momento-presione el botón derecho de mi casco iniciando la visión térmica había más personas escondidas detrás del muro, unos quince más si no me equivocaba (cosa que no pasaba), eso era bastante inusual pero considerando el evento de hoy era predecible, suspire.
Cerré los ojos, respire hondamente preparando mentalmente el escenario, apuntaría al objetivo sin dudarlo, sin miedo, ni duda alguna, dispararía a la cabeza una muerte rápida e indolora, antes de que alguien pudiera reaccionar, dispararía una y otra vez hasta que todos los objetivos fueran eliminados y ahora solo tendría 3 minutos para trasportarme al techo, me levantaría rápidamente, saltaría del techo ágilmente, estando en el aire dispararía un gancho y este daría en el techo automáticamente estaría ahí, saltaría al suelo del jardín que ahora debía estar cubierto de cuerpos, pasaría al lado de ellos sin siquiera mirarlos o sentir, sacaría mis pistolas mientras camino a la puerta principal por donde entraron antes los jefes, escucho tumulto adentro seguramente ya sabían sobre sus compañeros caídos, no me importa porque nadie saldría vivo de aquí esta noche, sin testigos, sin pruebas ese es el lema, doy una patada con todas mis fuerzas y la puerta cede con un crujido como respuesta, apunto al objetivo y disparo otra vez, pero esta vez habría una respuesta las balas pasan sin tocarme, me muevo ágilmente, rápido sin pausas, disparo y ellos me disparan un juego ruidoso pero no dura mucho ellos son muchos pero yo soy más rápida y no fallo ni un solo tiro. Nunca fallo.
Los cartuchos sin balas caen al suelo, repiqueteando con las baldosas, escucho más hombres corriendo hacia mí pero yo no tengo tiempo para ellos, tomo de mi cinturón una granada que contiene un gas venenoso es rápido en actuar solo respíralo una vez y en cinco minutos ya estarás muerto, le quito el seguro y la lanzo, mientras la granada cae a un lado yo corro al otro, la explosión resuena mientras que yo vuelvo a salir por la puerta al jardín y trepo a lo más alto del techo de la mansión donde una cúpula de cristal protege el botín a aniquilar, la distracción había funcionado miro por la cúpula como los hombres que protegen a los jefes salen y solo los guardaespaldas personales se quedan, las cosas están tensas miro como discuten entre ellos, saben que algo pasa pero lo más importante quieren saber quién es lo causo eso.
Me preparo saco las Katanas de sus fundas, sus hojas negras brillan parecen que sonríen porque saben que serán pintadas, solo hasta que la puerta se cierra me muevo ahora ellos están atrapados sin salida, salto y rompo el cristal en mil pedazos, caen junto conmigo como una lluvia al centro de la mesa redonda, una vez que mis pies tocan algo firme, las katanas se vuelven una extensión de mí, comienza una danza que pinta de rojo las paredes y separa partes del sus cuerpos, como marionetas que se les cortan los hilos caen algunos ponen resistencia pero no dura mucho más de lo que tarda una vela en apagarse al viento, al final de mi danza cuando las katanas estén manchadas de rojo y salpiquen el suelo, me detendré.
Abrí mis ojos y solté el aire que habían contenido mis pulmones, fije mi vista y apreté el gatillo.
Una vez fuera de la mansión guarde mis Katanas en sus fundas luego les limpiaría la sangre, salte al techo donde se había quedado abandonado el sniper, rápidamente pero sin prisa me lo colgué me el hombro lista para irme cuando una pequeña luz parpadeo en mi hemisferio derecho.
-Tienes una petición nueva- la voz de Noa dijo alegremente, suspire no había pasado ni una hora y ya tenía otro pedido.
-Bien, pero primero envía el mensaje al cliente de que el trabajo esta echo- salte a siguiente techo sin esfuerzo.
-Entendido, mensaje enviando- seguí saltando de techo en techo hasta quedar lo más cerca posible del hotel donde me hospedaba.
-¿De quién es la petición?-pregunte mientras aterrizaba, al techo del hotel donde una puerta de acceso me esperaba.
-Es de aquí mismo de Japón a unos 4 kilómetros de aquí- respondió.
-Bien no muy lejos, dime ¿cuándo solicito una cita?- camine a la puerta mientras comenzaba a calmarse la adrenalina de mi cuerpo.
-Si es posible inmediatamente- me pare en seco, ¿inmediatamente? No encontrabas muchas personas que solicitaran tan rápido una cita y mucho menos a mí.
-¿Quien solicita la cita?-
-Es una organización llamada el Clan del Pie-z que mis pies tocan elvia al centro de la mesa redonda lices porque saben que seran cosas estan as rapida
