Capitulo 1:
No puedo creer que este llorando en este momento por alguien como ella. Como pude ser tan idiota de creer que podría llegar a sentir algo por mi. No, ella tiene novio y los veo todos los dias. Los escucho cada ves que se dicen cuanto se aman. Yo solo era un pasatiempo, para que no se aburriera mientras su "perfecto novio" visitaba a su familia en Canadá. Fui tan idiota de creer que ella podría sentir lago por mi, claro que no lo hará. Jade siempre va a amar a Beck y yo siempre voy a estar en segundo plano.
PERO COMO PUDE SER TAN IDIOTA DE ENTRAR EN SU MALDITO JUEGO? No puedo culparla, yo misma acepté jugar bajo sus reglas. Pero ya estoy harta, ya no quiero seguir así. No pensé que esto me afectaría de esta forma. Ya no lo voy a soportar. Acabaré con este juego mañana mismo.
Me dispongo a dormir aun con lagrimas en mis ojos y pronto consigo conciliar el sueño.
Despierto gracias al sonido del despertador. Me indica que son las 7, asique comienzo con mi rutina de todas las mañanas. Cuando ya estoy lista bajo a desayunar y veo que esta mi mama preparando su desayuno.
-buen día, tori.
-buen día, mamá. Trina ya se levanto?
-de echo si y ya se fue
-QUE? Y por qué no me espero?
-dijo que tenia que pasar por alguien de camino a la escuela o algo asi- dijo mi mama desinteresadamente moviendo sus manos
-perfecto! Bueno, solo desayunaré algo rápido y me iré caminando otra ves- dije remarcando las últimas dos palabras
-tranquila hija, yo ya te preparé el desayuno. Anda, come algo- dijo colocando un plato y un vaso de jugo de naranja sobre la mesa
-gracias mamá
Luego del desayuno ya estaba camino a la escuela. Por qué tiene que quedar tan lejos pensaba mientras caminaba. Tardaba en llegar mas de media hora. Obvio tardaría menos si Trina no se hubiera ido sin mi.
Ya estaba a mitad de camino cuando escucho una bocina demasiado cerca asustándome. Me doy vuelta para ver quien había sido y era nada más y nada menos que la persona de mis pesadillas. Jade.
-Vega, por que tan sola?- y ahí está ese usual tono de burla en su voz.
-caminando a la escuela. Que mas podría estar haciendo? - trate de contestar lo más fría posible.
-OK- pareció sorprenderle mi respuesta pero no le dio importancia- sube, te llevo.
-no hace falta. Prefiero caminar. Ademas ya no estoy lejos-no quería ir con ella, no la quería cerca de mi.
-Vega, no seas terca y sube al maldito auto- se estaba agotando su paciencia, aunque Jade nunca tuvo mucha por no decir nada.
-NO QUIERO! vete y dejame tranquila- no soy de mucha paciencia cuando se trata de Jade.
-no me obligues a subirte al auto por la fuerza
-si, claro! Quisiera ver que lo intentaras- y con eso dicho, me doy la vuelta y sigo mi camino. Pero no logro hacer ni tres pasos cuando ciento que alguien, mas bien dicho, Jade me toma del brazo y me gira bruscamente a ella y me levanta como si fuera un bolsón de harina.
-Jade, que rayos crees que estas haciendo? Bájame!- decía mientras me llevaba hasta su auto. Pero no hacia caso a lo que le decía. Con un brusco movimiento me metió al auto y me puso el cinturón de seguridad para luego cerrar la puerta y rodear el auto y subirse de su lado.
-ok Vega. Dime que te pasa? Jamas rechazas que te lleve de echo lo disfrutas- esto último lo dijo con una sonrisa picara
-ya no quiero seguir, Jade. Quiero que te alejes de mi, que me dejes en paz. Me canse de tu maldito juego! Quiero que las personas se acerquen a mi y me puedan invitar a salir. Pero no les puedo decir que si porque es una de tus maldita reglas de un maldito juego que vos inventaste y no tengo idea de porque acepte. Es injusto que me prohíbas de salir con otras personas y tu tengas a tu jodido novio...
-tori, quizás deberíamos hablar en otro momento...-me interrumpe, pero yo no voy a dejar que siga dominándome
-NO! tu preguntaste que me pasa y lo que me pasa eres tu. Se terminó Jade. Este jueguito tuyo me harto y no lo voy a tolerar más! Tienes necesidades? Quieres follar mientras tu noviecito no está o no tiene ganas? BÚSCATE OTRA IDIOTA!- con eso ultimo dicho, desabrocho el cinturón y me bajo del auto volviendo a retomar el camino a la escuela.
Debo admitir que eso no fue fácil, pero me ciento mucho mejor. Quizás ahora las cosas cambien por el bien de las dos.
Pero hay todavía una pregunta que ronda mi cabeza. Por qué acepté participar en su juego desde un principio?
