Hola a todos. Primero los personajes son del autor Masashi Kishimoto, yo sólo los uso para hacer este fanfic de YugiNaru que me encantan como pareja. Los primeros capítulos serán como un prologo para que entiendan de que va la historia. No es un simple lemon, en la historia encontrarán escenas de violencia con algo de sangre, romanticismo, en algunos capítulos erotismo, etc., etc.

CAPITULO 1. LA JOVEN YUGITO NII

Érase un día soleado en los riscos cerca del país del Rayo, donde se encuentra la Aldea oculta de la Nube. En esta aldea se halla una ninja cuyo nombre es Yugito Nii, una joven de cabellos dorados y ojos color verdes profundos.

Hace tiempo atrás, por orden del Raikage, se decidió por sellar al Bijū de dos colas en el cuerpo de Yugito. La bestia al nombre de Nibi, es un gato fantasmal con el poder de invocar a los muertos, es una de las nueve bestias que sobrevivió a la Gran Guerra y que el Raikage selló para utilizarla como arma en futuras guerras.

Otro Bijū que también se encuentra sellado esta en Killerbee. La bestia en su interior es Hachibi, un toro gigante de ocho colas con un poder destructivo. Pero a comparación de Yugito, él es muy respetado, no sólo por ser el hermano del Raikage sino también porque es muy fuerte. Su ego es tan grande que siempre quiere ser el centro de atención en todas las batallas, al igual que sus famosas rimas que lo lleva a discutir con su bestia interna. Tiene un sentimiento de rencor y celos hacia Yugito por verla como un rival por poseer un Bijū en su interior.

Como Yugito no tenia familia, el Raikage decidió dejarla a cargo de una familia adinerada, hasta que ella creciera y pudiera valerse por si sola. Aunque la familia aceptó el encargo no estaban contentos de tener a la joven jinchūriki.

Esos días fueron tormentosos para ella, quien era humillada y maltratada por los miembros de la familia. La dejaban durmiendo afuera o en los establos junto a los animales, la hacían trabajar en los campos hasta desfallecer, y si lo hacia mal la reprimían con duros golpes. La joven sólo acataba las órdenes de éstos ignorando sus abusos, sabía que no tenía otra salida. Los trabajadores de dicha casa solo veían impactados los maltratos pero tampoco querían hacer nada al respecto, primero porque podrían ser ellos los castigados y segundo tenían miedo de la joven por ser una jinchūriki.

Una noche mientras Yugito terminaba sus labores escucho ruidos como si de una batalla se tratara. Cerca de los campos de cultivo se veía una figura impotente llena de rayos terminando con la vida de varios perseguidores a su alrededor. El hombre cuyo poder del rayo se inclino para poder orar a las personas que el mismo mato terminó desmayándose por usar lo último de su chakra. La joven se acercó poco a poco y al ver que aun seguía con vida decidió llevarlo dentro del establo para curarlo. Después de terminar de curarlo, el hombre despertó.

– ¿Se siente bien, señor? –pregunto Yugito tímida.

– ¿Tú me curaste? –preguntó el hombre. – ¿Cómo te llamas?

– Yugito, señor.

– Bien, Yugito-chan. Soy Raiga Kurosuki, uno de los siete espadachines legendarios.

– Su espada es realmente grandiosa –comentaba Yugito con brillo en sus ojos.

– Esta espada es Colmillos de Ikazuchi, canalizo mucha electricidad y se convierte en un gran poder ofensivo... –explicaba Raiga cuando fue interrumpido por unos gritos que proveían de fuera.

– ¡Baka! ¿Dónde rayos estás? –gritaba el hermano mayor.

– Ah... lo si-siento... debo volver a mis la-labores –tartamudeo la joven y se alejó.

Al salir del establo corriendo un hombre la vio y la agarro con fuerza.

– ¿Dónde estabas? siempre holgazaneando, termina con los labores del campo y ve a limpiar la casa ¡Deprisa!

Yugito sin mas se puso manos a la obras para terminar con sus cosas pero su mente estaba en la pelea que presenció del señor Raiga.

Al terminar sus labores y los de la casa se volvió al establo para seguir platicando con el espadachín.

– Raiga-san le traje algo para que coma –se acercó despacio.

– Dime... ¿Ellos son tu familia? –pregunto intrigado el espadachín.

– No, ellos sólo se encargan de mi por orden del Raikage... yo... no tengo familia –dijo triste Yugito. –Pero me gustaría ser una ninja muy fuerte –término diciendo agarrando una katana y soltando una pequeña técnica, el Raikyū, dando justo en dos bolsas de arroz. Raiga quedo impresionado al ver una técnica compleja siendo usada por una pequeña aunque no estuviera bien echo.

– Tienes talento, niña –comenta Raiga observándola fijamente, Yugito ríe nerviosa.

Al otro día como de costumbre la pequeña se levanto temprano para hacer sus labores del campo, mientras que el más joven la maltrata y la insulta, haciendo su trabajo más difícil. Así transcurrió todo el día. Por la noche toda la familia se fue a dormir, Yugito cayó rendida en la puerta del establo y quedo profundamente dormida. Ya la madruga volvían los hermanos mayores, del joven de la mañana, de una fiesta con sus amigos. Por como se tambaleaban y cantaban se diría que se habían pasado de copas. Muy alegres se encontraban cuando pasaron por los establos y vieron a Yugito durmiendo en la puerta.

– Hey, hermano mira –decía uno señalando a la joven durmiendo.

– Vamos a divertirnos –respondió riendo.

Mientras se acercaban a Yugito con mucho esfuerzo, ella se dio cuenta y los saludos, pero éstos tenían otros planes. Unos segundos después, uno de ellos que la tenía bien sujeta empezó a acariciar sus muslos de arriba a abajo. Comenzó a acariciar la parte superior de su pierna para poco a poco empezar a acariciar la cara interna de la otra. El otro excitado, empezó a romperle la camiseta y los shorts por completo. Yugito asustada trataba de zafarse sin conseguirlo, le daba vergüenza la situación en la que estaba. Al instante de rasgarle toda la ropa, lentamente le acarició los senos con las yemas de los dedos y empezar a pellizcar los pezones. El otro que la tenia agarrada metió su mano en la entrepierna de la joven abarcando toda su intimidad, es decir, desde su pubis hasta su ano.

Ya resignada a los dos que usaban su cuerpo a su antojo sólo trataba de no sentir sus manos tocando toda su entrepierna y apretando sus pechos, a la espera de que se cansaran y la dejaran en paz, pero como temía, eso estaba lejos de lo que ellos querían y en ese momento sintió cómo su cuerpo la traicionaba. A pesar que trataba de alejar sus pensamientos, su cuerpo se contorsionaba y se movía al compás de los dedos del hombre que estaba entre sus piernas.

Raiga, quien estaba durmiendo placidamente, se despertó al escuchar unas risas con leves gemidos y se asomó por una ventana para ver que ocurría. Lo que vio lo asombro y sin pensarlo fue a ayudar a la joven.

– Déjenla en paz, malditos degenerados –dijo Raiga.

– ¿Quién eres tú? –pregunto uno sin distinguirlo.

– Hermano, creo que es el asesino que buscan en Konoha –dijo el otro asustado.

– No puede ser... –dijo en voz baja mientras soltaba a Yugito. En ese momento Raiga blandió su espada y les cortó las cabezas, llenando de sangre toda la puerta del establo. Yugito de a poco se levanto.

– Disculpa si te interrumpí –dijo con una sonrisa leve.

– ¿De qué estás hablando? –dijo Yugito enojada, tratando de taparse.

Raiga se acercó a la joven y pasó su mano por la entrepierna de está que salió mojada. Yugito se sonrojó de la vergüenza. El espadachín la abrigo con su larga capa.

– ¿Quieres venir conmigo? yo puedo hacerte mas fuerte –dijo seriamente

– ¿De verdad? Sí, quiero ir –dijo animada.

– Pero antes de venir conmigo tendrás que demostrarme que tan fuerte eres –continuó. –Asesina a los miembros de esta familia.

– ¿¡Quée!? –se sorprendió la joven.

– Sino lo haces, ellos te matarán.

Yugito estaba muy sorprendida por la condición dada, no sabia si era capaz de hacerlo. ¿Ellos la matarán...? ¿Qué tal cierto era eso? ¿Y si fuera verdad? Ella quería irse de ese lugar, no soportaba el abuso y maltrato de ésa gente, quería ser fuerte y la oportunidad... la tenia delante de ella. Yugito no le hacía gracia el de asesinar gente porque si, jamás lo había echo... pero esas personas se lo merecían, la trataron mal... ¿Porque no vengarse de eso...? Además sino lo hacia... Raiga se iría... y con él, el deseo de irse...

Su cabeza era un mar de líos por decidir lo que era correcto. Lo cual al final, ganó su parte asesina. "Sí, lo haré". Con sus pensamientos en las cosas desagradables que tuvo que pasar en esa casa, entro decidida a matarlos. Entro al cuarto del más joven y alzando su katana lo mató, aullando éste agonizante. Los demás miembros de la familia escuchando el grito desgarrador del menor fueron a ver que ocurría pero fue tal el espanto de sus rostros al ver la escena, cuyo cadáver yacía en un charco de sangre y su verduga sosteniendo el arma homicida. Yugito ya no era la de antes, su mirada reflejaba locura y confusión.

– ¡Malditaaaa! –dijo el cabeza de la familia elevando un palo para golpearla, pero quedó inmóvil al ver que la katana de Yugito atravesaba su estomago, y caiga pesadamente.

– ¡AAAAAAAHHHH! –gritaban las dos mujeres de la familia espantadas y aterradas.

Mientras que las dos señoras gritaban, el único miembro masculino que quedaba, por el miedo que tenía decidió correr por los pasillos buscando salir vivo de esa. Yugito miró a las señoras y les sonrió, para luego asesinarlas de un solo golpe.

La joven fue en busca del último que quedaba, y con paso lento fue caminando por los pasillos como si de un fantasma se tratara.

El hombre estaba detrás de la puerta de una de las tantas habitaciones rogando que no lo encontrara ni lo matara. Suplicaba que le perdonara la vida, pero sus ruegos fueron interrumpidos cuando toco la punta de la katana que atravesaba su cuello. Su mano paso cerca de la espada viendo la sangre derramada y murió. Raiga desde el jardín observaba como, ahora aprendiz, tenia en su mano la katana ensangrentada y su vista mirando al cielo.

– ¡Qué belleza de imagen! –comentó.

Luego fue en busca de Yugito para desaparecer de la aldea de la Nube en la oscuridad de la noche como renegados.

CONTINUARÁ...

Bueno, esto fue un prologo para que sepan de que trata la historia. Espero que les guste como primera parte. Besitos.-