Renuncia: todo de Noelle Stevenson.
n.a: LETS GO LESBIANS HERE WE GO LESBIANS
n.a2: son otp y serán canon, fight me. Esto va por el femslash february obvio :_)
Catra es una navaja.
Adora lo sabe mejor que cualquiera (secreto) porque suele empuñarla —a Catra, eso es— (secreto secreto) para que no lastime a los demás innecesariamente al perseguir sus sueños de ambición y acosta de cortarse ella por accidente con su filo al no saber manejarla del todo— aún. Y porque en el fondo tal vez le gusta delinearle como en un ritual la piel a Catra con la punta de los dedos, tal vez le gusta notarla temblar no por miedo ni enojo bajo su tacto de sol y maravillarse al sentir su sangre bailar y sacudirse, la de ambas (secreto secreto secreto).
Sólo quizás...
Da igual que Catra termine hiriéndola con intención una vez crecen, cuando Adora se da cuenta de que todo está mal ahora—
nononono siempre estuvo mal ¿no es así?
desde que había una catracatra más pequeña que lloraba en secreto por las noches y tenía moretones y cortaduras nuevos cada día y un corazón un poco demasiado grande en donde únicamente hubo cabida para adoradora
—y Catra se empeña en aferrarse a la oscuridad para ocultar una herida más profunda que la que produce su nueva espada o las sombras que la(s) criaron. (—porque Adora, tu ausencia es lo que más me ha lastimado.) Le enseña los colmillos y le muestra las garras y a Adora le retumba el pecho y eso. Eso es algo nuevo. O no, no con exactitud. Resulta familiar la sensación, diferente, no tan desconocida.
(después de todo)
Catra es una navaja.
Y Adora siempre ha sentido que muere un poquito en su presencia de cualquier modo.
En una vida pasada y en la vida actual y en una vida venidera
juntas juntas juntas juntas—
(¿...lo prometes?)
Da igual, en serio, y tampoco cambia nada. No podría cambiar nada.
Porque todos aman a She-ra pero Catra solo quiere a Adora. Porque She-ra ama a todos pero Adora solo quiere a Catra.
Y esto es un hecho universal, como que el pasto es verde y el cielo es azul. Como que Adora tiene ojos de océano que arde constantemente en un deseo de luchar por causas justas y Catra detesta el agua y sin embargo no deja de observarla, por horas y directamente y a modo de desafío, como contemplando la seria posibilidad de saltar en estos, sus ojos— piadosos y bonitos y tan crueles— y estar dispuesta a ahogarse en ellos si eso significa que Adora le mire un par de segundos aunque sea.
Adora podría decir: no es verdad. Adora podría decir: te veo también, siempre lo hice. Adora podría decir: nunca he amado a nadie más que a ti. Excepto que Catra sacudiría la cabeza y le daría una sonrisa sin sentimiento.
— ¿Entonces me viste a mí pero no a mi dolor? Hey Adora, cuánta consideración de tu parte, gracias. Estoy realmente conmovida.
Y le duele la posibilidad.
Por eso Adora no dice nada y se muerde la lengua.
Por eso luchan, ambas.
Sólo quizás...
(preferiría morderle a Catra los labios, con ternura.)
(prefería atraerla hacia sí misma sin ningún titubeo, sin ninguna responsabilidad sobre sus hombros, enredar las manos-canción de hueso en las hebras de su pelo castaño, las caderas muy unidas, y besarla fuerte, besarla con la boca abierta y los párpados cerrados, besarla como si se asfixiara en sal y el fantasma amortajado de un "discúlpame discúlpame disculpa—".)
Está bien no obstante, van a estar bien. En el fondo Adora lo sabe. Más importante, Catra igual.
(después de todo)
Catra es una navaja.
Y sin embargo corta todo menos su afecto por ella. (—Tú me cuidas a mí y yo te cuido a ti, ¿vale?)
.
.
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aún oye el eco de dos risas infantiles lado a lado.
