N/A: Iba a ser un oneshot pero bueno, ahora es un three-shot. Me disculpan cualquier error entre los tiempos, no acostumbro escribir en presente pero para este fandom casi que se me sale solo. Basado en el prompt "We hooked up randomly at a party once and it turns out you are friends with my brother" y pues, esto fue lo que me salió xD Clasificación M por lenguaje e insinuaciones.
Caricias, mordiscos, lamidas, susurros y gemidos inundan la habitación. Una mano aquí, una mano allá; piernas se enredan entre sí y se turnan para dominarse el uno al otro. Ambos son unos salvajes en la vida cotidiana y unas bestias en la cama. Sus cuerpos y energías se complementan a pesar de que se conocen hace menos de dos horas; la atracción es tan clara como el agua.
Su lengua roza un punto especialmente sensible y se derrite bastante literalmente sobre su acompañante, quien solo le dedica una sonrisa arrogante y así comienza la siguiente ronda, ya ni sabe por cuál van.
Un ruido lejano la saca de su ensoñación y Kagura abre primero un ojo y luego el otro, la habitación no está tan clara como esperaba y agradece por ello.
Recuerda el sueño que estaba teniendo y el sonrojo aparece en su rostro, como lo hacía cada vez que pensaba en esa noche sin ataduras en la cual nombres nunca fueron intercambiados. Ya había pasado poco más de dos años de eso y su memoria del rostro del hombre no era más que un manchón castaño entre sus piernas pero su cuerpo no olvida nunca la sensación ni el placer que experimentó.
Siente la humedad en su ropa íntima y deja salir un suspiro. Tendrá que arreglárselas mientras se ducha.
...
Baja a desayunar una vez aseada y la sorpresa de ver a su familia entera en la mesa la desubica por un momento.
-¿Quién murió?
Su padre tiene la mirada ensombrecida mientras que su hermano calla y ella no puede evitar preguntarse si realmente murió alguien.
-Nadie -contesta su padre finalmente -Siéntate, queríamos hablarte de algo -se sirvió un tazón de cereal e hizo como le dijeron-. ¿Recuerdas a Okita-kun?
-¿El tipo que fue compañero de Kamui en la universidad? -Ella no lo conoce, pero había escuchado en varias ocasiones a su hermano hablar sobre él.
-Ese mismo. Verás, pronto es el aniversario de la muerte de su hermana por lo que tiene planeado venir pero no tiene donde quedarse. Y Kamui le ha ofrecido nuestra casa.
No es que la idea de tener a un desconocido en casa la emocione pero tampoco le veía mayor problema, siempre y cuando se mantuviera alejado de sus asuntos —entiéndase como su comida.
-¿Cuándo? -Su padre deja salir un gran suspiro y ella frunce el ceño al verlo adoptar esa mirada oscura nuevamente-. ¿Qué?
Kamui rueda los ojos y contesta ambas preguntas con una sola respuesta.
-El fin de semana.
Aaaah, así que de eso se trata. Su padre se irá a un viaje de negocios esos mismos días por lo que no le costó sumar dos más dos y saber que no está muy feliz con la idea de dejar a un extraño en su casa mientras no esté.
-Kagura-chan, papi no estará cerca para protegerte, así que si no te gusta la idea no lo permitiré.
-Calvo, puedo protegerme sola. Si ese sujeto me hace algo, le romperé la cara, sí. Además, si es amigo de Kamui debe ser un adefesio, con tan solo que me hable le romperé la cara. La gran Gura-sama no tiene tiempo para seres inferiores.
-Hermanita, tienes cereal en el cabello.
Kagura tira el tazón ahora vacío al rostro de su hermano.
...
Desparramada en el sofá escucha a su padre y a su hermano discutir al umbral de la puerta detrás de ella. Que mejor me quedaré, no es seguro; que ya vete, viejo; que no me llames viejo; que calvito, entonces; que niño insolente; que el taxista se va a largar con sus maletas si no sale de una buena vez; que la seguridad de su hija es más importan—
Oye a su padre dejar salir un grito y luego el portazo. Un par de gritos después finalmente se sube al auto y este se aleja.
-¿Lo pateaste? -Kamui se sienta en el sofá individual y asiente-. Dile a tu amigo que traiga el almuerzo, no hay nada para comer.
-Ya lo hice.
Sonríe complacida, tal vez no sea tan malo.
...
Película y media, un tazón de palomitas y tres refrescos después suena el timbre y a ella no le podría importar menos que la escuchen mientras le grita a su hermano que la comida llegó. Kamui aparece nuevamente en la sala, ignorando el hecho de que ella no se había movido ni un solo centímetro, y abre la puerta. Ella se enfoca en la basura de película que está viendo mientras espera que la alimenten.
-Oi, Kagura. Saluda.
Chasqueando la lengua levanta la mano y la sacude un poco sin despegar los ojos de la pantalla.
-Tan grosera como tú, se nota que son familia.
-Tan delicado como tú, se nota que son amigos -le devuelve el insulto porque algo en su tono la molesta.
-Más importante, ¿trajiste comida?
Sabe que a Kamui realmente le parece más importante que el hecho de que ni se conocen y en menos de cinco minutos ya se insultaron mutuamente. No lo culpa, es comida.
Okita responde que sí y ella se levanta. Mira finalmente al amigo de Kamui y nota con disgusto que no, no es un adefesio.
...
En la mesa Kamui prácticamente inhala la comida y entre bocados entabla una conversación con Okita. Ella, por su parte, come más despacio de lo normal y se queda observando al segundo. Y no, no es porque Okita sea guapo ni porque ella trate de actuar más femenina. No, ninguna de esas pendejadas. Es que el muy imbécil se le hace familiar.
Reacciona al ver que ambos la están mirando y sabe que le acaban de hablar pero no sabe qué fue lo que dijeron por lo que solo deja salir un "¿Huh?"
-Que por qué me miras tanto.
Uy, eso fue su culpa. Avergonzada pero actuando como si no, responde.
-No es nada, es que siento que te he visto antes.
Estaba preparada para que le respondiera con una burla pero el castaño solo frunce el ceño y dice que él también la encuentra familiar. Lo mira sorprendida pero Kamui interviene antes de que realmente lo pueda pensar.
-Fácil. Tú la encuentras así porque es prácticamente idéntica a mí y tú seguro lo viste alguna de las veces que fuiste al campus a dejarme lo que olvidaba.
Ambos aceptan la explicación, pero ella lo hace de mala gana. Siente la respuesta en la punta de la lengua pero no logra recordarlo.
...
La decisión de ver televisión mientras bajan el almuerzo termina en una guerra por ver quién se apodera del control remoto. Los cojines vuelan, insultos viajan de un lado a otro y más de una amenaza es lanzada a todos y a ninguno a la vez.
El teléfono familiar suena en el fondo y no es hasta al tercer minuto que suena sin parar que Kamui se digna a contestar; no sin antes empujar a Kagura, haciéndola caer en el sofá y arrojar el control en el proceso. Cae a sus pies, pero el esfuerzo por levantarse y recuperarlo es demasiado y se resigna a ver lo que sea que los chicos quieran.
Okita se agacha y es justo en el momento en que su cabeza queda a la altura de sus rodillas en que el recuerdo le cae como rayo.
Por todo el sukonbu, él era el tipo con el que se había acostado y que todavía le provoca sueños húmedos.
Se atraganta con una palomita y comienza a toser, jurando que está cerca de escupir el hígado en medio del ataque. Okita la voltea a ver desconcertado y se queda como idiota aún en el piso mientras ella siente las lágrimas ya a punto de bajarle por las mejillas. Y como ella quiere vivir, le da un manotazo en la cabeza pidiendo auxilio.
El muy imbécil se refugia en el sofá individual y le sonríe sádicamente.
...
-Pude haber muerto.
-Ya, pero no lo hiciste.
-Pero pude haberlo hecho.
Okita la ignora y cuando Kamui regresa y le pregunta por qué se ve así, ella da gracias por casi ahogarse, que así tiene excusa para el sonrojo —que, para el estado en el que se encuentra su cara, la palabra se queda corta.
Por el pánico dice que dará una vuelta a la manzana y sale disparata hacia la calle, escuchando como le gritan que no se queje del programa de televisión luego.
A ella no le puede importar menos.
...
Unos, dos, tres timbrazos después finalmente contesta.
-¡SOYO!
-¿Kagura-chan? ¿Qué sucede?
-Es él, está en mi casa.
-¿Qué?, ¿quién?
Con palabras atropelladas le explica la situación a su mejor amiga y termina su relato inhalando bruscamente; se ha quedado sin aire.
Siente la ira estallar dentro de sí cuando escucha la carcajada al otro lado de la línea.
...
Soyo le ha dicho que aproveche y se dé un revolcón nuevamente pero ella sabe que no es tan simple. Que es —o era— el mejor amigo de su hermano y ni siquiera se acuerda de ella.
Y ella espera que siga así.
No es tan complicado, piensa, cuando se acostó con Okita andaba el cabello negro, por una mala broma que Kamui le jugó. No la va a reconocer tan fácilmente, tan solo debe asegurarse de no darle la oportunidad.
Maldice el hecho de que su única amiga haya salido de la ciudad justamente ese fin de semana y piensa a dónde más podría escapar.
Da un par de respiraciones antes de entrar a su hogar y lo que la recibe son los chicos jugando videojuegos.
Ok, puede hacer esto.
