Título: "Pastel Salvaje"
Autor: Susimamie / Ela
Aclaración:Ningún personaje de esta serie me pertenece.
Hola que tal, de vuelta con otra historia Aokaga, aunque quizás intente escribir algo de Aokise, pero tengo ganas de escribir algo trágico con ellos. Bueno esta historia vino de un antojo pasajero, lo que el hambre ocasiona. A leer se ha dicho, espero que disfruten.
-Pastel Salvaje-
Aomine Daiki se encontraba en la azotea de su escuela mirando el inmerso cielo que estaba encima de él, escapaba de todo el asunto del festival que tenía que hacer como club en esas fechas, Satsuki sabía de ante mano que por mucho que ella tratara de convencerlo de ayudar, él no iba a mover ni un solo dedo, y el capitán ni se preocupaba lo más mínimo, sin embargo Aomine estaba aburrido, mañana comenzaba el festival y él tenía pensado faltar, mientras dormía como oso todo el día en su casa, si no fuera porque su celular sonó para romper esa ilusión mental, frunciendo su ceño por el haber interrumpido con su calma, abrió el teléfono y noto que era un mensaje de Tetsu, cuando lo abrió, se levantó de golpe al ver la imagen que estaba en su celular, después de un rato por estar babeando masivamente por el pedazo de pastel que hacia florecer sus papilas gustativas, se empeñó a leer el mensaje, este decía "Aomine-kun, este es uno de los aperitivos que está preparando nuestro club para vender en nuestro festival, ¿Quisieras venir mañana a probarlos? Fueron hechos por Kagami-kun" y con solo leer el nombre del pelirrojo, se hecho al suelo, mostrándole una sonrisa burlona al cielo.
Tetsu, su antigua sombra se había percatado de algo, que el mismo Aomine, ni siquiera se había dado cuenta, no había pasado ni siquiera una semana, cuando estos 2 hablaron de ello, Kuroko había notado que en sus conversaciones con Aomine, a este nunca le molestaba oír las historias de Kagami, sino al contrario, a veces el mismo Aomine le preguntaba cómo estaba el pelirrojo o que nueva estupidez había hecho en el club, al pasar lo meses de la terrible derrota de Touou, Aomine se había puesto más comunicativo con el peliceleste, pero inconscientemente, sus conversaciones eran de el gran famoso Bakagami, incluso una vez el negro se encontró a los 2 en Maji Burguer y no pudo evitar quedarse molestando un poco al pelirrojo, haciendo que el pequeño Kuroko se quedara observando la sonrisa del moreno, que para él era un mito poder observarla tan de repente.
Y pues en efecto la conversación de la semana pasada trataba sobre ¿Quién creen? El estúpido de Bakagami, Kuroko tenía sus sospechas y cito al moreno en el famoso restaurante de hamburguesas, que solía frecuentar para comprar sus malteadas.
-Aomine-kun hablare sin rodeos, quiero que me digas la verdad- el negro se quedó observándolo, mientras este tomaba su refresco mordiendo su popote, mientras miraba a la nada, sin tomarle importancia a las palabras de Tetsu.
- ¿A ti te gusta Kagami-kun? – Al escuchar esto la reacción de Aomine fue esperada por el pequeño, Aomine escupió su bebida, mientras miraba a Kuroko con una cara sorprendido.
-Tetsu, ¡idiota!, como piensas que a mí me puede gustar el idiota de Bakagami – Hablo tan rápido que no se dio cuenta como repitió la palabra idiota 2 veces*, mientras busco unas servilletas para poder limpiarse, ya que la bebida se había derramado encima de él.
-Tengo mis razones – menciono el chico, que dio un pequeño sorbo para saborear su malteada y continuar hablando – Últimamente, te llevas muy bien con él y no solo eso, siempre me preguntas sobre él, incluso sonríes cuando lo ves, cuando antes lo único que hacías era enojarte al verlo y maldecirlo una, tras otra vez. – Aomine lo miro sorprendido, mientras limpiaba su ropa.
-Bueno es algo… - pero las palabras no salieron de la boca de este, así que el peliceleste prefirió seguir hablando – Yo te conozco desde hace mucho tiempo, y se cuándo te encariñas con algo – se quedó callado, mirando al moreno con los ojos abiertos como platos, el otro solo se enfocaba mirando la mesa, este trata de pensar algo rápido para evitar que lo Tetsu estuviera diciendo fuera verdad.
- Estúpido, aun si fuera así, es porque nunca había tenido un rival como el, a mí me gustan las mujeres de grandes pechos, no soy ningún homo para enamorarme de un idiota – menciono mientras que Kuroko lo miraba con la misma expresión, que hacia tensar al propio Aomine, era claro que para el moreno esto era un shock ya que ni el mismo había considerado, ni se había dado cuenta de sus acciones hacia el pelirrojo.
-¡Oh!... – menciono Tetsu mirando sorprendido a otro lugar, por lo que Aomine se volteo y encontró al rey de sus conversaciones entrando por al restaurante, cuando Kagami se percato de estos dos y no pudo evitar sonreír mientras se dirigía a ellos, por lo que Aomine sonrió, pero en un instante cambio de expresión por la mirada fija y sonriente de Tetsu.
- Kuroko, Aomine ¿Qué están haciendo aquí? – Menciono muy sorprendido el ingenuo pelirrojo.
- Solo tomábamos un par de bebidas, ¿quieres unírtenos? – Menciono sonriente Kuroko, mientras que Kagami asentía con la cabeza, mostrando una sonrisa tan clara de felicidad que hasta el propio Tetsu aún no se acostumbraba a observar.
-Solo esperen, iré a buscar mis hamburguesas – dijo el pelirrojo mientras que caminaba hacia la caja haciendo su pedido de montañas de hamburguesas, al momento en que este se fue, Kuroko le hablo rápidamente a Aomine.
- Pero piénsalo Aomine-kun, haz estado actuando muy fuera de sí, incluso ahora te pusiste alegre de tan solo verlo ¿No es eso una señal? ¿Eres tan tonto? – Menciono Kuroko tratando de bajar lo máximo su voz y hablando tan rápido, para tener una rápida conversación y terminar con el asunto de una buena vez.
-Tetsu, yo no estoy enamorado del idiota de Bakagami, aun si lo estuviera tendría deseos de besarlo o algo así como piensan las homos de ahora – al decir esto, los 2 voltearon a ver a Kagami –Entonces… ¿no tienes deseos sexuales hacia él? – menciono Kuroko sonriendo, mientras que Aomine despejo la mirada de pelirrojo y la dirigió hacia el – ¿No me digas que tú? – Kuroko no dijo nada y solo se quedó en silencio, mientras tomaba de su malteada tranquilamente –Tetsu maldito, saca esas ideas de tu mente – al decir esto, Kuroko abrió sus ojos encontrando a un Aomine con el ceño fruncido - ¿Qué Aomine? ¿Celoso? – Al decir esto Aomine se levantó de la mesa y pego sus puños en ella – ¡Deja de decir idioteces! – como un felino le gruño, al peliceleste.
- Entonces acepta que te gusta de una buena vez, vamos que te cuesta – lo miro tranquilamente, mientras soltaba de sus labios aquel popote que sostenía. Aomine muy sorprendido por lo que había hecho, se tiro en el asiento mirando con miedo al pequeño.
-Maldición, no puede ser – lo dijo en un hilo de voz que llevo a su frente se topara con la fría mesa, no podía ser cierto que el poderoso Aomine, el as de la generación de los milagros, haya caído en una trampa de amor tan rápida y que precisamente con el estúpido de Bakagami.
- Aunque si lo miras de otra manera creo Kagami-kun sería perfecto para ti, son muy parecidos pero también tan diferentes, que se complementan el uno al otro – solo pudo escuchar como el pequeño sacaba cosas de su boca, pareciendo que apuñalara su conciencia y hombría del pobre moreno.
- ¿Eh? ¿Pasa algo? – Escucho la voz del pelirrojo, por lo que alzo la cara de inmediato y se levantó de la mesa, tomando su chaqueta – me tengo que ir Tetsu, adiós… - dijo mirando a Kagami, mientras que este lo miraba confundido, dejando sus montañas de hamburguesas sobre la mesa y jalando del brazo al moreno – ¿Espera porque te vas? – al sentir el jaloneo, Aomine sintió un calor en su pecho y volteo a ver a Kagami con una cara de decepción que lo conmovió por un momento, pero luego regreso a sus cabales, aun su hombría luchaba por su lugar en el cuerpo del moreno – Lo siento, tengo que irme, luego hablaremos, lo prometo Bakagami – al decir esto, Kagami no pudo evitar sonreír y tranquilizarse al ver a Aomine normal como antes –Ahomine- fue lo último que escucho el moreno al salir del restaurante, mientras que todo tipo de palabras y maldiciones salían de su boca, por sentirse de la manera en que lo estaba haciendo.
Por lo que ahora el mensaje que había recibido de Tetsu, era una muestra de que aún tenía un asunto pendiente que discutir con el moreno, el solo tecleo en su celular mandado una respuesta afirmativa a su invitación, pero lo haría solo para confirmar la sospechas de Tetsu y para poder confirmar si en verdad el demonio había cedido su sentimiento a otra bestia como él.
Aomine entro a la escuela rápidamente buscando el salón que se le había otorgado la club de Básquet, el festival estaba abierto al público así que no hubo ningún problema con la entrada, al pasar por los salones veía todo tipo de temáticas y se preguntaba cual habría elegido Seirin.
Cuando encontró el número de salón, se quedó un momento shockeado al ver como estaba decorado este, estaba lleno de plantas y flores tropicales, dudo por entrar por eso y por escuchar varios gritos de chicas, en la entrada se encontraba el "Corazón de Hierro" mejor conocido como Teppei, pero Aomine se quedó atónito al verlo vestir con solo un pedazo de tela en sus caderas, camino hacia él aun con un poco de duda.
-Yo~ - menciono Aomine, mientras alzaba la mano para saludarlo, cuando este lo observo le sonrió sorprendido – Aomine que bueno que llegas, Kuroko estaba esperándote – lo jalo de la espalda, para que el moreno pudiera entrar al salón, cuando entro vio que el salón estaba convertido en una selva y el lugar estaba infestado de chicas y chicos, todos los de Seirin cargaban el mismo vestuario que el de Teppei, busco con la mirada a Tetsu, pero no logro encontrarlo, tomo una mesa vacía y se sentó, mirando cómo era un escándalo ese lugar.
-Aomine-kun - De pronto y sin aviso apareció el peliceleste, asustando un poco al moreno – Tetsu ¿A dónde me has traído? – dijo mirándolo arrogante y mientras que señalaba con la mirada el lugar – Lo siento, nuestra temática para el café era basarnos en una película y lo hicimos de "Tarzan" pero creímos que no tendríamos muchos clientes, pero resulto lo contrario gracias a la buena cocina de Kagami-kun – Al escuchar el nombre, volteo enseguida a ver a Tetsu, que de alguna manera se veía agotado, mientras se sentaba en una de las sillas de la mesa.
- Hablando de eso, donde esta… - Pero por suerte sus plegarias se escucharon antes de ser mencionadas, y encontró al pelirrojo entrando por la puerta, Aomine quedo impactado, al parecer el traía otro tipo de vestuario, era cierto que estaba vestido con el mismo pedazo de tela envuelto en su cadera, pero este pedazo de tela tenía un estampado de tigre, no solo era eso, si no en su cabeza tenía orejitas de tigre y del pedazo de tela sobresalía un cola de tigre, Aomine al ver esto se tapó la boca para no reír y miro a Tetsu, para preguntarle -¿Por qué el… - Kuroko lo volteo a ver y dijo suspirando – Kagami-kun cocino tan bien, que la entrenadora se enojó por ello y pues como castigo, lo vistió así – Kuroko se levantó del asiento, para atender personas que habían llegado atrás de Kagami, Aomine hizo lo mismo pero para saludar al pelirrojo, pero cuando él se acercó, fue empujado por un grupo de chicas que se acercaron para tomarle fotos, mirando como el tímido Kagami asentía y se quedaba quieto, estaba en apuros, pero no iba ayudarlo, se lo merecía por estar en tremendas prendas, enseñando su formado abdomen, y por estar tan sonrojado de la cara. Pero el moreno no soporto mucho esa escena, no cuando una chica lo jalo del brazo para tomarse una foto con él, y el acepto mostrando esa sonrisa tímida, no, Aomine no soportaría ver más eso, se acercó como una vez lo hizo en su primer partido contra Seirin y paso su brazo, abrazando su cuello, al sentir esto el pelirrojo se quedó en shock al ver que Aomine estaba ahí pero, una sonrisa apareció en su cara, en esa posición sus caras no tenían mucha distancia y Aomine pudo sentir esa diferencia, tanto que sintió como sus intestinos se movieron, y las palabras de Tetsu le vinieron a la mente, se quedó mirando fijo los ojos del pelirrojo, parecía ser absorbidos por ellos.
-Aomine, ¿Qué haces a…? - Pero Kagami se alejó de golpe y se dio la vuelta, tapando su propio cuerpo con sus manos, típico de un tsundere como él. – Ja, Kagami no tienes por qué esconderte, tiger… - menciono Aomine con un tono de burla, que hizo girar la cara de Kagami enfadado, pero tanto como sus mejillas y orejas estaban tan rojas como su propio color de cabello. Las chicas que los rodeaban fueron alejadas por el aura atemorizante que se sentía alrededor del moreno, Aomine se acercó y tomo a Kagami del brazo, jalándolo fuera del salón, buscando un salón vacío.
-Aomine ¿A dónde vamos? – Menciono Kagami mientras que caminaba atrás de Aomine, un poco confundido por la situación.
-Kagami-kun – Al escuchar la voz de Kuroko, ambos se detuvieron y este se les acerco – Es hora de tu descanso, por mientras deberías de comer un poco de lo que tú mismo preparaste – le dio una caja donde envolvían las rebanadas de pastel - deberían ir a la azotea, para comer en paz, ten Aomine – le dio también una caja, y le dedico una sonrisa, que el moreno la rechazo porque sentía que jugaban con él .Aomine jalo de nuevo a Kagami dirigiéndose a las escaleras para subir a la azotea, este era el momento que el buscaba para averiguar si en verdad sentía algo hacia Kagami o solo era su imaginación, jugándole una mala broma.
Al llegar a la azotea, los 2 se sentaron, pegando su espalda a la pared, mientras que abrían la caja para comer un poco de pastel.
-Antes que nada, ¿Qué haces aquí Aomine? Tu escuela no está teniendo un festival, justo ahora – dijo mientras destapaba su caja, abriendo la cuchara desechable que había dentro, y tomando una cuchara del pastel de chocolate, saboreando con delicadeza el pan que el mismo había cocinado, esto ocasiono que Aomine se perdiera un momento y vacilara al contestar.
- Eso no tiene importancia, lo que si tiene importancia es… - saco su celular de su bolsillo, dejando a un lado su caja de pastel, lo abrió, entrando a la aplicación de cámara, tomando una foto al desprevenido Taiga que comía su pastel, mostrando una imagen exótica, que al mirarla Aomine solo pudo sonreír; al sentir el flash Kagami se quedó perplejo y miro a Aomine asombrado -¿Qué hiciste? – dijo un poco asustado, entonces el moreno le mostro la foto, agitando su celular – Cuando todos vean esto, se burlaran mucho de ti Bakagami – al decir esto, Kagami soltó su caja de pastel y se abalanzo para quitarle el celular a Aomine, pero el moreno claro que no se iba a dejar, alzo sus brazos, haciendo que el pelirrojo tropezara y cayera arriba del cuerpo de Aomine, dejando a este tirado en el suelo con los brazos extendidos, aun en esa posición a Kagami lo que más le preocupaba era esa imagen, así que jalo su cuerpo para poder conseguir el móvil de Aomine, pero este no se había percatado de la posición en la que estaba, si no fuera porque Aomine hablo en ese momento – Cualquiera que nos viera, pensaría que el tigre está atacando a un pobre estudiante- al escuchar esto Kagami regreso a la realidad, viendo cómo se encontraba totalmente arriba de Aomine y más con esa poca ropa que cargaba, miro al moreno con una cara roja, que hizo que el mismo Aomine se exaltara al ver a Kagami de esa manera, soltó el teléfono – Maldición, lo siento –Menciono Kagami mientras que se dispuso a levantarse, pero una mano en su cadera lo aferro a que su pelvis estuviera presionando con la de Aomine, volteo a ver a Aomine un poco enojado por esa broma, pero lo que no fue broma, fue algo abultándose cerca de su pelvis, y no era precisamente Kagami el que se había puesto de esa manera, las orejas de Kagami se pusieron rojas, y miro a Aomine –Oye, suéltame- lo pidió de una manera amable, pero al ver la sonrisa de Aomine, un escalofrió le paso por la espina dorsal –Claro que si – y al decir esto, Aomine despojo rápidamente el pedazo de tela que Kagami cargaba tirándolo lejos de donde se encontraban, dejando al pelirrojo en sus apretados boxers, al ver esto, Kagami se molestó por la mala broma y empujo a Aomine para que lo dejara levantarse.
-Vamos, maúlla como el tigre que eres – y como buena señal, encontró rastros de chocolate cerca del labio del pelirrojo, primero dudo un poco, pero ya no había vuelta atrás, lamio las sobras de chocolate, haciendo que Kagami lo mirara y se pusiera rojo esta vez como un tomate, callando a este antes de que replicara, esta vez tocando el trasero de Kagami, masajeándolo para sentir esa suavidad.
- Entonces, lo que Kuroko dijo era verdad… -menciono entrecortadamente Kagami, por lo que Aomine se quedó quieto, deteniendo cualquier actividad – ¿Que dices? – y de pronto reacciono, a lo que él estaba haciendo. Kagami lo miro con toda la fuerza de voluntad que pudo, se sentía incómodo, a lo que Aomine se acomodó dejando que este se sentara, aun sus piernas rodeando la cintura de Aomine y quedando cerca de este.
- Kagami ¿Qué fue lo que te dijo Tetsu? – menciono alterado de su voz. – Pues… - Kagami dudo un poco encogiéndose al ver al moreno actuar así, pero después tomo valor y sonrojado de pies a cabeza hablo – El menciono que, quizás yo, a ti… te gustaba o algo por el estilo – volteo a ver Aomine con mucho cuidado y este solo se quedó en silencio, "Maldito Tetsu, esto lo tenías planeado" murmuro dentro de si el moreno, mientras que un silencio aterrador se hizo presente, Kagami intento moverse un poco pero, le fue imposible.
- No estoy seguro aun… – Menciono Aomine mirándolo seriamente, sin mostrar otro tipo de expresión, por lo que Kagami abrió los ojos como platos – En… tiendo, entonces… - pero Aomine lo interrumpió – Por eso estaba aquí hoy – Kagami lo miro, pero esta vez haciendo ojos de cachorrito, que el incluso al moreno le impactaron, Kagami podía ser igual de engreído que él, pero hoy actuaba sumamente diferente, totalmente indefenso y se estaba aprovechando de eso, bueno, iba a seguir haciéndolo.
- Podemos probar si estas curioso – Sonrió Aomine tomando de la cintura al pelirrojo haciendo que el color carmesí de sus mejillas que ya se había atenuado, volviera aparecer. Kagami lo miro dudando y sabía perfectamente que las palabras que no entendía de Aomine, cuando este sonreía, tenían un mal significado, sintió el tacto del moreno.
-¿Probar? – Decidió preguntar arriesgándose, a lo que al parecer supo de inmediato que cavaba su propia tumba, Aomine acerco el pastel de Kagami y tomo un poco de merengue con su dedo índice, se lo enseño al pelirrojo, frunciendo el ceño al no entender que ganaba con eso, cuando de pronto el merengue de chocolate fue dejado en los labios del indefenso de Kagami, a lo que el reacciono rápidamente – ¿Oeh? ¿Qué se supo… - Pero eso es todo lo que pudo decir al sentir como una lengua entro a su cavidad oral, y sus manos fueron sujetadas de repente, ejerciendo presión, Kagami pudo sentir como Aomine succionaba, chupaba, lamia, saboreaba toda su cavidad, entre ratos también devoraba sus labios, el pelirrojo lo único que pudo hacer fue cerrar sus ojos sintiendo como era violado de esa forma; claro, ya había sido besado muchas veces antes por su entrenadora Alex, pero a ella la veía nada mas como eso y no sentía nada, pero ahora la situación, la forma y quien lo hacía era diferente y el mismo admitía que se sentía bien, nunca lo habían besado de esa forma, pero para ser la primera vez, bueno, le gusto.
Aomine solo sentía como la lengua de Kagami se apartaba cada vez que se topaba con ella, abrió un poco los ojos y encontró a un tomate, en vez de a Kagami, estaba rojo completamente y sus manos estaban temblando, el moreno no quería parar se sentía bien, muy bien, siempre imagino que besar a una chica sería lo más extraordinario en este planeta, pero ahora se arrepentía de esas palabras, podría ser que Kagami no tuviera los pechos que el moreno tanto deseaba, pero su miembro excitado con solo verlo de esa forma no le importaba en lo más mínimo si era hombre o un animal salvaje, de pronto por la necesidad de aire, soltó los labios junto con una línea de saliva que se había acumulado, Aomine chupo el labio inferior para no dejar rastro, pero los labios del tigre estaban rojos, enseñando lo evidente.
-Creo que con esto nos queda claro varias cosas – Hablo Aomine, haciendo que Kagami mostrara una cara de espanto al escuchar esas palabras, y bajara su cara.
- ¡Hey Bakagami! – Le grito para que le prestara atención, surtiendo efecto al alzar la cara de pelirrojo de repente y evidenciar su puchero.
-Ahomine… - Menciono molesto.
-Chupa – Al escuchar esto, persiguió la mirada que yacía debajo y encontró al miembro de Aomine erecto, reaccionando que el volteara hacia enfrente sumamente rojo – ¿Te gusto verdad? Si es mutuo, yo también quiero que me hagan sentir bien – Hablo fuerte y claro, sin mostrar duda alguna en su cara, Kagami lo miro arqueando una ceja, intentando con todas sus fuerzas a no mirar hacia abajo.
-¿Qué dices? – Hablo lo más fuerte que pudo, desgarrando la voz como ya era costumbre, pero de pronto sintió una mano en su cabeza, la cual le empujaron hacia abajo, quedando cerca del miembro que yacía afuera del pantalón del moreno.
- Al parecer no me escuchaste bien, chupa – Engrueso su voz para que fuera escuchada, mientras que Kagami tomo las piernas del moreno sujetándolas fuerte –Oye… - Pero lo que hizo el moreno para responder a esto, es pasar muy lentamente su dedo índice por las hermosas vertebras de su espalda que se le resaltaban a estar en esa posición, lo cual hizo que el pelirrojo se arqueara por los escalofríos que causaba.
Tenía razón, Kagami desde hace tiempo había tenido ese sentimiento especial por Aomine, pero se había decidido por callarlo, incluso ese día que había visto irse a Aomine y no poder charlar un rato con él, lo había estado inquietando, pero no solo por eso, si no por lo que Kuroko le había dicho.
Se sentó en la mesa observando como Kuroko sonreía de lado, dándole escalofríos al pelirrojo.
-¿Kuroko? ¿Estás bien?- dijo mientras mordía su primera, de tantas hamburguesas que esperaban pasar por su boca.
-Kagami-kun te diré un secreto – El otro solo siguió mordiendo la hamburguesa normalmente, no encontraba nada en especial en los dichosos secretos, así que no esperaba mucho de eso.
- Se trata de Aomine – hablo su sombra mirando el espejo, cuando este casi se atraganta; pero si el secreto se trataba de Aomine claro que le importaba, bajo su hamburguesa, mientras se quedó en silencio, a lo que el peliceleste se dio cuenta, burlándose por dentro, este ya sabía lo que sus dos luces sentían, pero eran tan idiotas que si no se les habla claro, nunca iban a poder estar juntas.
- Aomine tiene una persona especial – Al decir esto Kagami se quedó en shock al escuchar las palabras, ¿a que se refería?, que a ¿Aomine le gustaba alguien?, tomo su hamburguesa y le dio un pequeño mordisco, intentando parecer normal.
-¿Persona especial? – Fue lo único que pudo decir Kagami, aun masticando su hamburguesa, no quería escuchar ese tipo de cosas, dolor fue lo único que pudo sentir.
- Si – dijo Kuroko con su cara de póker, conteniendo demasiado bien su risa, aunque se sentía mal por Kagami y su reacción, no era nada parecida a la del moreno. Kagami soltó su hamburguesa esperando el nombre de aquella persona, lo único que le pasaba en la cabeza por ese momento, era la entrenadora pelirosada, era el tipo de chica que quizás a Aomine le gustaría, además de que eran amigos de la infancia, y claro no podía competir contra eso, bueno ni siquiera se encontraba en el papel de competir, al ver que Kuroko no hablo más, prefirió preguntar, no se iba a quedar con una duda como esa.
-Y bueno… ¿Quién es? – Kuroko lo volteo a ver con detenimiento por unos momentos y con su dedo índice lo señalo, confundido el pelirrojo miro hacia atrás buscando a la chica, pero no encontró a nadie – Eres tu Kagami-kun – este abrió los ojos como platos, las manos se quedaron quietas y lentamente volteo a ver a Kuroko, que este le señalaba, con una tranquila y nada vacilante expresión.
-¿Qué dices…? – Pregunto para reafirmar y hacer que su cabeza funcionara mejor – Que tú eres la persona que Aomine le gusta – Kagami sintió como su cara se puso roja en ese momento, y aunque intento hablar, no pudo.
-Bueno, me tengo que ir, nos vemos en la escuela Kagami-kun – Y con esa facilidad de palabra, se levantó de la mesa y camino hacia la salida, dejando a su luz shockeado por la noticia, quizás era mejor que lo dejara solo en ese momento.
Kagami miro el miembro y con algo de temblor abrió su boca para lamer la glande de Aomine e introducir todo el miembro en su cavidad, haciendo que el moreno sonriera al ver como el as de Seirin estaba haciendo eso, pero el sentimiento de culpa era algo que jamás iba a sentir, así que disfruto ese momento, porque bueno, planeaba tener otros, era la primera mamada que recibía y el tigre lo estaba haciendo bien, sentía como cuidadosamente era lamido, mientras que con su mano empujaba la cabeza de Kagami para que lamiera más a fondo, mientras que con la otra acariciaba la oreja de este, haciéndolo estremecer, los movimientos de Kagami aceleraron sintiendo como el miembro de Aomine se hacía más grande, el moreno estaba por venirse, nunca pensó que él, Kagami Taiga iba a ser correspondido, ni que tampoco estuviera haciendo ese tipo de cosas en la azotea de su escuela, se sentía tan apenado, pero trataba de ignorar eso, hasta que sintió como el semen de Aomine lleno su boca teniendo que sacar este de golpe, alzando su cara, a lo que Aomine reacciono para abrazarlo por la cintura, mientras que este se tragaba la esencia del moreno.
Se despejaron un momento para verse, y Aomine tomo su manga, para limpiar el rostro rojo de Kagami, le iba a besar, pero de pronto sonó un teléfono que corto con ello, era el de Aomine.
-Contesta – le pidió Kagami, mientras recuperaba el aliento perdido, y sin poder renegarse, Aomine se estiro para buscar el celular y contestar.
- ¿Qué quieres? Tetsu – Tenia un sonido de celular para su sombra exclusivamente, por lo que pudo saber de antemano.
- La entrenadora quiere a Kagami aquí, su límite de tiempo ya paso, además no es lugar ni momento para que hagan cosas aquí en la escuela – Comento remarcando bien lo que quería decir.
- Maldito, me las pagaras – Y colgó el teléfono, mirando como el pelirrojo se ponía de nuevo el pedazo de tela en sus caderas y guardaba el pastel que estaba a medio comer.
- ¿Escuchaste? – Kagami le daba la espalda, pero movió la cabeza con afirmación, Aomine se acomodó su ropa y se levantó, le dio la vuelta con la ayuda de su brazo y le dio un beso pausado pero lento en sus labios, mirando como este se ponía rojo con esto.
-¿Kagami traes tu celular a la mano? – Le pregunto, caminaba hacia la puerta, mientras que el pelirrojo recobrando un poco de aire, le respondió – Ah, sí lo traigo guardado en mis tenis – dijo sacándolo, dicho esto se ganó una mirada rara de Aomine.
- ¿Que es esa forma de guardarlo?, Bakagami – Le dijo mientras bajaba las escaleras, burlándose un poco, a lo que un Kagami aun recuperando la tranquilidad de su corazón le respondió.
-Estoy prácticamente desnudo, ¿Dónde demonios quieres que lo guarde? Ahomine – A lo que el moreno lo único que pudo hacer fue sonreír, sintiendo una tranquilidad en su corazón.
Cuando llegaron al salón se vieron regañados por la entrenadora que estaba alterada por que Kagami era la atención especial del Café, Koganei se acercó a preguntarle algo a Kuroko, por lo que el otro solo pudo hacer señal de silencio, Kagami fue arrastrado por la entrenadora y el capitán furioso, hacia abajo para atraer clientes, mientras que Aomine abrió su celular, tecleando un mensaje de texto y terminando de escribir cerrándolo, este abrió su caja para comer el pastel que tanto había deseado probar, era un pastel diferente al de Kagami, tenía chantilly** y un fresa, por lo que Aomine destapo su cuchara y probo por primera vez algo preparado por Kagami.
Fue poco decir que los ojos de Aomine brillaron al comer el primer bocado, parecía que se derretía en la boca, a pesar que el moreno no tenía afición a lo dulce, el sabor se equilibraba bastante bien, entreteniéndose con el pedazo de pastel por el momento.
Kagami sintió vibrar su celular por lo que silenciosamente y escondiéndose de sus senpais, saco su móvil, abriendo el mensaje que a su paso era de Aomine.
De: Aomine.
Asunto: Baka.
Señor tigre, tendría el honor de salir conmigo. Para poder patearte el trasero con seguridad.
Kagami no pudo evitar reír al leer el mensaje, cerrando el celular, haría sufrir un poco al moreno por ese estilo de mensaje, guardo el móvil, y se acercó a los senpais, claro no intentando cubrir esa sonrisa de felicidad que brotaba dentro de su ser.
Nota de la autora: Continuar o dejarlo como One-shot, eh aquí el dilema, todo depende de mi tiempo y si la inspiración me llega, no olviden dejar sus comentarios, con algo pequeño me conformo, bueno nos vemos la próxima vez, bye bye!
*El porque de idiota 2 veces, bueno baka significa idiota o tonto.
**Es una crema batida ligeramente azucarada, que su autora ama comer con fresas.
