Los personajes no me pertenencen.
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Brothers
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Jason sabía que ir hacia esa casa era mala idea. Había esquivado cualquier invitación a ella durante casi 2 años; bueno, a menos que Alfred le pidiera venir por alguna misión con los demás o simplemente para conversar entre ellos. A ese hombre no le se podía negar nada; por mucho que lo desearás.
Pero ese día ese no fue el caso. Ni Alfred, ni Bruce, ni mucho menos Tim o Dick.
No, ese día el que lo llamo a través de su comunicador fue nada más y nada menos que la pequeña y molesta bolita de odio con los genes Wayne a flor de piel: Damian. Damian lo llamó. No, más bien, le rogó porque viniera a encontrarse con él.
Esa situación fue tan hilarante que no pudo negarse a ir. Ver a ese mocoso insolente pedirle que, escuchen bien, que POR FAVOR viniera a Gotham para encontrarse en la Mansión Wayne fue demasiado para su sentido común. Verlo humillarse después de portarse siempre tan prepotente le dio el empujón que necesitaba para ir. Es que necesitaba verlo con sus propios ojos, debía ser una situación demasiado graciosa como para perdérsela.
En su cabeza tuvo una imagen clara de Damian dirigiéndose hacia el lloriqueando hacia él porque ni el consentidor de Dick le había hecho caso. Pobre e inútil niño psicópata. Le haría pagar por todos sus berrinches y todos los problemas que le había causado.
Nadie se metía con Jason Todd, sin pagar las consecuencias, querido hermanito.
Con esa mentalidad, tomó su casco rojo y su chaqueta. Encendió su motocicleta y partió hacia Gotham.
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Cuando llegó a la misión, se sorprendió de encontrarse con Damian con ropa formal y no con su traje de Robin.
-A ver mocoso, que es lo que tanta urgencia me hizo venir aquí. Porque no he visto ni al Joker ni a su palanca mientras pasaba por allí-
-Tt- Sin decir una palabra, se dio la vuelta y camino hacia el segundo piso.
Se detuvo en medio de las escaleras- En primer lugar, Todd, me es inaceptable hablar con alguien que ni siquiera sabe la diferencia entre una chaqueta formal y una camiseta con una mancha de condimento. Más el hecho que es tu traje para las misiones, te sugiero que subas y busques entre las antiguas pertenencias de mi padre y te cambies si es que quieres que te de alguna información-
OK, en otra ocasión ya lo hubiera mandado directo a la mierda a ese pequeño petulante y lo hubiera hecho con gusto, pero la curiosidad sobre lo que había pasado le gano y decidió seguirlo.
Además, si iba a usar la ropa de Bruce, usaría ese Dolce & Gabbana recién comprando y que parecía guardado cuidadosamente para alguna ocasión especial. Si definitivamente ese es el que usaría…y quizás se comería unas costillas con extra salsa con él.
Una vez vestido y eliminado esa molesta corbata, se dispuso a buscar a Damian en la cocina. Había llegado a ese lugar con intención de molestarlo y, porque no, quizás armar una pelea que destruya medio vestíbulo para oír los reclamos de Bruce de vez en cuando.
Pero ver esa escena como que…movió sus emociones. Genial, ahora sonaba con Grayson.
Allí se veía a Damian, en una esquina del gran comedor Wayne frente a un pastel de cumpleaños con una vela casi consumida y un par de platos a su lado.
-Esto es una estupidez y concuerdo con cualquier frase sárcastica se te ocurra, así que retírate si es piensas que puedes huir de mí-
-Tsk, no sabes cómo me muero por irme y dejarte sólo y desamparado, ya lo hice por cierto, pero digamos que tu cara cachorro a punto de ser lanzado de la azotea me asqueo tanto que no puedo moverme. Así que, me darás un pedazo del pastel que hizo Alfred o ¿qué?-
-Estás jugando con fuerzas que no puedes controlar, Todd-
-Sí, si lo que sea, dame un pedazo que me muero de hambre y este traje no se ensuciará solo-
Sabía que lo estaba molestando y que posiblemente el pequeño psicópata se le lanzará encima en cualquier momento, pero estaba haciendo un buen gesto al quedarse con Damian, él había pasado muchos cumpleaños sólo y que decir del niño cuyo única amiga era su katana. Aunque que podía decir él, una gárgola tampoco es tan conversadora.
Así que se sentó a su lado y entre burlas y provocaciones disfrutaron o al menos intentaron convivir como una familia. Al menos no era un idiota como las personas que los espiaban por la ventana.
¿Qué cómo los había descubierto?
Fácil, escuchar a Dick y Babs suspirando cuando los vieron era suficiente para saber que media (si no toda) la Batifamilia los veía a lo lejos.
Ya se las pagarían, especialmente Dick que se burlaba como si no hubiera notado que tanto él como Damian lo habían escuchado pero había decido dejarlo de lado.
Al menos por ahora.
A decir verdad, había algo que le agradaba de Damian.
Ese niño planeaba buenas venganzas.
Y quién mejor que Red Hood para decirlo.
Solo tenía que meter una carta y lápiz labial de Babs en su amado traje y ¡Boom! Ardería Bludheaven. Especialmente, su amada y hipster noviecita.
Pero esa, ya sería otra historia.
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Cuando hace mucho no escribes un fic y decides volver con otro fandom XD. Hola, soy nueva en el fandom de Batman, al menos escribiendo fics. Jamás pensé entrar a escribir por acá aunque debo admitir que ya me había leído muchos fics de acá. Pero a lo que iba, agradezco mucho su lectura. Este fic está dedicado a mi amiga Lovely Shy – Girl que AMA a los Robins, así que le dedico este OS, con posibilidades que se vuelva una serie de drabbles. Pero bueno, BROOO sabes que te quiero mucho espero haber hecho un buen trabajo y que te guste, trate de hacerlo más corto para que estuviera mejor redactado pero no pude, igual ójala te haya gustado y que al menos te haya sacado una sonrisa.
Besos. Espero leerlos pronto. BYEE.
