Los personajes de esta historia no me pertenecen, son propiedad de Stephenie Meyer, quien creó la saga de Crepúsculo. Yo solo los tomó prestado.

Nueva Vida:

Capítulo I: El comienzo.

Siempre pensé que cuando la muerte llega, el dolor físico desaparece y todo se vuelve un eterno sueño, lleno de paz y recuerdos de los bellos momentos de nuestra vida terrenal. Solo espero que lo mismo suceda con los dolores del alma.

Es curioso, sin dudas, lo que se viene a la mente en los instantes previos a tu muerte. En medio de todo el dolor y toda la tristeza solo puedo pensar en aquel doctor que vi una vez en mi hogar en Ohio, cuando tenía 16 años. Siempre pensé que distinta hubiera sido mi vida si él no hubiera partido y hubiera podido tratarlo más. Ahora mismo pienso que hubiera sido de mí y de mi hijo si él hubiera sido el padre.

Mi hijo, lo único decente y realmente bueno que tuvo mi matrimonio con Charles Evenson. Algo tan pequeño y sin embargo provoco tantas cosas diferentes: solo tenía tres meses de embarazo, cuando supe que lo tendría, me dio el valor suficiente para huir de la tortura que fueron mis 4 años de matrimonio. Tome lo suficiente para llenar 1 maleta pequeña y fácil de cargar, junte todo el dinero que encontré y hui tan lejos como pude llegar. Empecé a trabajar y a cualquiera que me preguntaba le decía que era una viuda de la Gran Guerra y que buscaba comenzar de cero.

Recordé que ya no lo volvería a ver sonreír, nunca lo oiría decir Mamá, ni verlo dar sus primeros pasos, ni siquiera me quedaba el consuelo de sentir el calor de su cuerpito pegado a mi pecho. Vi como todo se volvía borroso a medida que las lágrimas caían por mis mejillas. Ahora que mi pequeño ya no estaba, al recordar que solo pude disfrutarlo por algunos días hizo que las lágrimas salieran con mayor intensidad que antes, en esos momentos estaba realmente enojada con Dios y hasta pensaba que él debía odiarme a mi tambien; la vida no tenía ningún sentido para mí, no ahora que mi bebé había muerto.

Me acerque al borde del acantilado y mire hasta el fondo, respire profundo y levante la vista al cielo, tal vez no lo volvería a ver después de lo que estaba por hacer, realmente dudaba poder estar a su lado en el cielo, donde estaba segura que mi niño sería un ángel más, limpie mis lágrimas por última vez y salte al vacío.

Me sentí flotar como en un limbo, supongo que es lo más normal ya que había decidido suicidarme, supongo que ese era mi justo castigo. Sentía el dolor de mi cuerpo, aunque no sabía si estaba viva o estaba muerta. Trate de abrir los ojos y así confirmar si estaba viva, pero no pude, tampoco logre mover mis manos cuando lo intente. No sabía que pensar o que hacer, sentía mucho frio, pero no sabía cómo lograr mover mis labios para decirlo.

A lo lejos comencé a oír voces que lentamente se hicieron más fuertes y logre comprender parte de lo que decían.

-Es una pena que siendo tan joven y tan hermosa decidiera hacer esto- Creó que la voz era de un hombre, pero la sentía tan lejana que no sabía si era así o no.

-Si es verdad, según me comentaron su hijo murió hace unos días- Esta vez estaba segura que la voz era femenina y tambien note ser movida- Supongo que no lo soporto y x eso se arrojó-

-Tal vez, aunque…

Lao voces comenzaron a apagarse, aunque todavía sentía el monótono ruido de sus pasos y el repiquetear de la camilla donde estaba. Sin duda estaba muerta o al menos pronto lo estaría definitivamente.

-Buenas tardes ¿Traen a la paciente que se arrojó desde el precipio?- Escuche una voz sedosa y suave que me recordaba algo o a alguien.

-Si doctor, pero temo que ya está muerta- Quise abrir los ojos y decirles que se equivocaban que aún no estaba muerta, pero no lo logre. Tal vez mi mente estaba viva, pero mi cuerpo ya no me respondía- La íbamos a llevar atrás hasta que alguien venga por su cuerpo-

-Muy bien, yo lo hare, pueden irse a casa ya-

-Gracias doctor Cullen. Buenas noches- Ese nombre me resultaba tan conocido y a la vez tan lejano pero no recordaba el porqué.

El silencio se hizo profundo. El cuerpo aun no me respondía y pensé que al fin había muerto. De pronto algo frio toco mi pecho, la sensación de frio comenzó a subir por mi cuello y después a mis muñecas. Parecía que recorrieran mi cuerpo con un bloque de hielo.

-Esme- La voz sedosa había regresado y acompañada de un aroma irresistible, aun no comprendía si ya estaba muerta como podía escuchar y oler lo que me rodeaba- Esme Pratt. Sé que aún estas viva, aunque la vida se te escapa lentamente- Cuando la voz me llamó por mi nombre de soltera, el cual hacia casi 5 años no usaba, creí reconocer a su dueño, pero por más que lo intente su nombre no venía a mi mente.

- No mereces morir y menos de esa forma pequeña- Volvió a hablar y supe que era el doctor Cullen aquel que dominaba mis sueños y fantasías románticas desde el día que me atendió por mi pierna cuando solo tenía 16 años- No puede devolverte esta vida, pero si puedo darte una vida nueva, no será como la anterior, pero estaré a tu lado siempre, solo te pido que me hagas compañía, algunas décadas está bien, no tiene que ser para siempre-

Décadas, la voz estaba completamente loca, pensé, como podía pedirme que le haga compañía algunas décadas cuando sabía perfectamente que solo me quedaban horas o tal vez minutos de vida.

Entonces lo sentí, sentí algo tomar mi garganta y desgarrar mi piel. Al principio no sentí nada más, pero luego sentí algo frio entrar en mi garganta. A medida que la sustancia helada comenzaba a bajar por mi cuerpo, mi sangre comenzó a arder y sentí como abrasaba todo mi ser por dentro.

-Es difícil, pero dura solo pocos días– apenas podía entender lo que la voz me decía, sentía un dolor lacerante en todo mi cuerpo y parecía que me quemaba desde adentro hacia afuera. Pensé que terminaría reducida a cenizas en cuestión de unos instantes- Te llevare a mi casa- creí escuchar entre lo que parecían rugidos de algún animal salvaje.

No sé cuánto duro la tortura de mi cuerpo ardiendo por dentro y mi cuerpo convulsionado de dolor, solo recuerdo dolor… dolor lacerante… la terrible agonía de la muerte que se negaba a terminar de llegar. Sentía el líquido burbujear dentro mío, quemar cada rincón de mi cuerpo y lentamente subir en busca de mi corazón. El dolor era aún peor que el ardor: sentía cada musculo y hueso de mi cuerpo ser estirado, desgarrado y reinsertado de nuevo en su lugar.

Cuando el fuego finalmente logro llegar al corazón sentí claramente como lo quemaba, como acero hirviente en lugar de sangre, circulaba en su interior. Cuando finalmente el hirviente liquido lleno todo mi corazón, todo desapareció; el dolor, la sensación de ser calcinada viva todo desapareció. Abrí mis ojos y vi el comienzo de mi nueva vida.

Hola a todas este es el 1° fic que me animó a publicar en la página, espero que les guste la historia, la cual vino a mi mente cuando pensé que era una lástima que Stephenie Meyer no hablara más sobre las demás parejas, solamente nos contó fragmentos de sus vidas y bueno quise intentar contar un poco más sobre el resto de la familia.

Cualquier comentario, crítica constructiva o queja, serán bien recibida.

Saludos y espero pronto publicar el capítulo número 2.