Capítulo 1: Total Drama Remake

─En cuatro, tres, dos… ─el camarógrafo dio la señal de que podía comenzar.

─¡Hola a todos! ─habló una chica que solo podía ser descrita como una punk lolita, con largo cabello fucsia atado en una coleta alta y ojos color carmesí─. ¡Soy Coco!

─¡Yo, Cheik! ─saludó al estilo militar un chico pelirrojo, no muy alto y delgado quien vestía tal y como lo haría un fan obsesionado con las películas de Rambo.

─¿En serio tengo que hacer esto? ─susurró por lo bajo el muchacho más alto y fornido del set quien parecía ni querer estar ahí, tanto por la forma de vestir gamberra que traía como porque justo en ese momento un reflector le caía justo a un lado a modo de advertencia─. De acuerdo, de acuerdo… Soy Reaper.

─¡Y esto es Total Drama Remake! ─finalizó Coco a la vez que guiñaba un ojo y apuntaba a la cámara.

Con aquel coqueto movimiento la imagen de los chicos se fue desvaneciendo para dar paso a una música tecno donde los bajos comenzaron a alternar sonidos graves y agudos y varios flashes aparecían mostrado distintos paisajes: una piscina lujosa, un cuarto con cama dúplex, un bufet lleno de las mejores delicadeces, una cancha de bolos, otra de tenis, y más lugares solamente dignos del hotel más lujoso de Dubai.

Las palabras "Total Drama Remake" era la única letra del remix, repitiéndose una y otra vez en distintos tonos y velocidades, hasta que lentamente el nombre del programa fue apareciendo junto con su distintivo logotipo, centellando en colores neón.

Ocurrió un corte de escena y apareció Cheik, pero esta vez se encontraba solo en lo que parecía ser un club nocturno. El chico sonreía seguro de sí mismo, apoyado casualmente en la barra mientras veía a varios chicos bailar y divertirse.

─Seguramente estarán pensando, ¿qué pasó con la temática tradicional de Drama Total? ─comenzó a explicar el. A pesar del volumen de la música que había y el griterío de la gente, la voz de Cheik se escuchaba a la perfección─. Viejos, seamos sinceros: La televisión hoy en día está muerta, lo que gobierna hoy en día es la web… y eso fue lo que le hicimos entender a los productores.

La escena se cortó y esta vez era Reaper el que estaba en pantalla, bañándose en un jacuzzi mientras una bella chica le llevaba una piña colada.

─Además que eso de unos adolescentes viviendo en apestosas cabañas sin electricidad, gas, agua potable o conexión a internet está muy gastado, nosotros los llevaremos a la nueva era y los trataremos justo como se lo merecen ─sonrió el chico de medio lado, recibiendo la bebida de la modelo pelirroja─. Gracias, cielo.

Hubo un último cambio más de panorama y esta vez estaba Coco en una habitación recubierta con fibras de carbono y cerámica azul, con varios monitores LED pegados a la pared que mostraban recortes de las temporadas anteriores: el desafío del despiertaton, Heather quedándose calva, el beso accidental de Cameron y Courtney, Ezequiel mutante, y hasta la foto de una albina riéndose psicóticamente.

Debía tratarse del centro de control sin lugar a dudas.

─Lo mejor de todo es que esta vez no habrá un desquiciado conductor con desafíos sacados debajo de la manga, no ─dijo Coco comprensivamente mientas negaba con la cabeza, para luego sonreír enigmáticamente, dar una vuelta sobre sí misma y extender los brazos:─ ¡Porque esta vez serán sus amigos, familiares y conocidos quienes escogerán sus desafíos!

La cámara enfocó a uno de los monitores, donde aparecían unas gráficas que subían y bajaban constantemente.

"Cada semana pondremos en nuestra cuenta oficial de Twitoon un hashtag, entonces el público podrá comentar que desafío quieren que los participantes realicen. Se hará un sondeo general a los comentarios y el que tenga más votos será el desafío de la semana"

─En conclusión, nosotros no somos quienes tienen el control aquí. ─apareció Cheik por una puerta lateral para pararse al lado de Coco.

─Solo somos un medio para que puedan ganarse el codiciado premio de… ¿de cuánto era que era? ─preguntó Reaper fue de la cámara─. ¡Oh, sí! ¡Un fuarrillón de dólares!

─Un momento, esa cantidad ni siquiera exis… ─

─¡Tienen todas las de ganar! ─le cortó Coco a Cheik, adelantándose una vez más a la cámara─. Así que, ¿qué están esperando? ¡Envíenos su audición ya! ¡Los estaremos esperando!

Una vez más la chica terminó apuntando hacia la cámara, quedándose así por largo rato hasta que su sonrisa pareció congelarse.

─¿Ya salimos del aire? ─preguntó por la comisura de los labios, cuando el camarógrafo alzó el pulgar, afirmándolo, la chica suspiró y adquirió una pose agotada.

─Bien, creo que de las treinta y tres tomas que hicimos esta es la que queda ─especuló Cheik, luego se encogió de hombros─. De todas maneras tampoco tenemos más tiempo, los transportistas ya están aquí.

─¡Ya escucharon todos, es hora de desmontar este lugar! ─gritó Reaper a los trabajadores, quienes comenzaron a cargar las monitores y demás equipos tecnológicos─. Sky, quita esa cosa, me está dando dolor de cabeza.

El camarógrafo en cuestión, un chico de baja estatura y piel morena que vestía una camisa de manga blanca, bermudas y sandalias, se dirigió en silencio a la laptop que estaba a su lado, tecleando un par de comandos.

Con eso la pantalla verde se desactivó, mostrando que los chicos en realidad se encontraban en un tipo de bodega maltrecha.

─Al fin ─Reaper suspiró mientras se desplomaba en el piso─. Viejos, esto es más pesado de lo que creí, ¿cómo dejé que me convencieran a hacer esta farsa?

─No te quejes, es mejor esto al servicio comunitario que te estaban imponiendo la corte ─terció Cheik, mientras ayudaba a los de las mudanzas empujando un par de cajas pesadas.

─Además, papá te dijo que por castigo me tenías que ayudar con mi proyecto de verano… es como matar dos pájaros de un tiro, ¿no? ─sonrió Coco, mientras tras de ella pasaban con la mesa tipo buffet que habían mostrado en los cortos─. ¡Por cierto chicos, si no quieren sangrar internamente les recomiendo que no prueben esa comida! ¡Es utilería! ¡Y recuerden que las pantallas de humo se quedan, los necesitamos para los desafíos de terror!

Se perdió la pequeña chica mientras corría tras los muchachos.

─Por cierto, ¿Encargaste los pedidos de comida? ─preguntó Cheik a Reaper.

─¿Tú crees que haya inconveniente que le demos suplementos alimenticios para ganado? ─preguntó el moreno a su vuelta, Cheik lo miró con desgana y Reaper se encogió de hombros─. Dicen que cumplen con todos los nutrientes y vitaminas que requieren las vacas para un óptimo funcionamiento.

Cheik lo consideró unos segundos y luego se encogió de hombros.

─Por mí no hay problema… ─un chillido se escuchó en la bodega, alertando al par de chicos.

─¡Obvio que la jaula de los leones se queda! ¿En que estaba pensando? ─perseguía Coco a uno de los ayudantes quien corría desesperado.

─¡Perdón, perdón, perdón!

─Creo que mejor me voy, quiero aprovechar el jacuzzi antes que lo llenen de pirañas ─dijo pensativamente Reaper mientras se ponía de pies y se desperezaba─. Si necesitan algo, no me busquen.

Cheik observó como el hermano de su amiga se iba sin darle importancia a nada ni nadie, como era costumbre de él. El pelirrojo suspiró y con pasos resignados caminó hasta donde se hallaba Coco, quitándole de un tirón el hacha que había sacado de la cabina roja de en casos de incendio.

─Coco, ¿En qué quedamos antes de comenzar con todo esto? ─preguntó el pacientemente.

─Uh… ¿Qué si nos apoderábamos del control de Drama Total no sucumbiría más a futuros ataques de ira psicóticos, ni desmembraría a nadie intencionalmente o no? ─preguntó inocentemente la pequeña. Mientras, el mensajero se iba alejando lentamente, con miedo a que la chica cumpliera su amenaza de tirarlo a los leones en pedacitos.

─Exactamente ─asintió Cheik con solemnidad─. Recuérdalo, ahora somos conductores y tenemos responsabilidades que cumplir, Coco. Es nuestro deber que el show de conserve de manera íntegra, debemos preservar el bienestar de los concursantes, que ellos mantengan buenas relaciones con sus compañeros, que lleven una sana competencia, y por sobre todo…

─¡Ah, sáquenme de aquí! ─se escuchó un grito totalmente aterrado.

─…se volvió a despertar Mclean ─murmuró Cheik con algo de recelo, luego volteó hacia Sky─. ¿Podrías encargarte de eso?

El chico asintió con tranquilidad, tomando el hacha que le entregaba Cheik, haciéndola girar en sus manos con suma facilidad mientras se perdía en una de las puertas del cuarto de control.

─¿De qué estaba hablando? ─preguntó, intentando retomar el tema Cheik.

─Uh, ¿De lo que íbamos a cenar esta noche? ─preguntó Coco, con una sonrisa juguetona.

─Ah bueno, en este caso se me antoja pizza.