Holaaaa! ¿Cómo están amigas supernaturales? Yo aquí estoy con los nervios de punta porque nada más faltan once días y retornan los más hermosos hermanos de la televisión y también nerviosa porque mis fics se han suspendido ya que estuve trabajando en este AU prometido de comienzo de temporada.
Algo que nunca había hecho( o sea esta es mi primera experiencia) y como mi idea estaba dando vueltas desde que terminó el episodio 7x23 no pude resistirme escribirla porque al comenzar a leer los spoilers de temporada mis sentimientos comenzaron a causar problemas a mis musas (O sea que me obligaron porque no me gusta lo que estoy leyendo en los avances)
Así que acá estamos, me ha costado muchísimo dado mis horarios y rutinas diarias que no han cambiado sumado todo esto a mi segunda evaluación de inglés (así que tuve que estudiar bastante) y también se ha sumado que comenzó el campeonato de fútbol otra vez y como siempre sigo a mi equipo adonde va y juegue a la hora que juegue (por ejemplo estoy escribiendo esto para publicar y sólo faltan dos horas para que salga para la cancha) 14:30 hora Argentina.
En fin, espero que me disculpen las que leen Id die for you, Never say goodbye, Thank you for loving me y Blood on blood (loca de mi que se me dio por escribir tantas a la vez, xd! O_o (me repito eso cada vez que me siento mal por no tener tiempo para escribir ;_; ) pero no teman, voy a terminarlas, no perdí la inspiración y sé como siguen y como llegar al final (es más en Id die me faltan apenas dos páginas para terminar el capítulo pero estoy esperando a mi amiga adorada que pueda leer y dejar sus reviews porque como es dedicado a ella no quiero publicar sino pudo leerlo todavía (o sea que ya saben con quien enojarse, jajajajja *obviamente dicho en broma hermanita!*)
Además estoy en pausa para poder terminar esta historia días antes del tres de octubre (o el mismo día, xd) debí obligarme también a no usar internet para evitar distracciones así puedo avanzar (empecé tarde, lo sé pero no pude contener la inspiración y las hojas se están sumando, jajajjaja) Ahora tendrán ocho para leer, el capítulo siguiente está por la mitad así que entre lunes o martes lo publico. No serán más de cuatro así que si todo sale bien llegaré (casi para la internación pero llegaré, jajajaj) Me olvidaba agregar que mi hijo empieza el cursillo para la secundaria y por eso perderé martes y jueves mínimo cuatro horas entre llevarlo, esperarlo (porque no tengo auto y es lejos) y volver a casa. Además de que sigo yendo a inglés y a trabajar (buaaaahhh, estoy leyendo esto mientras escribo y ya me agarraron los nervios ¡NO SÉ SI LLEGO! ) Necesito apoyo moral!(o sea que ya de entrada estoy pidiendo reviews,jajajjajaj)
Bueno, dejo de divagar y me lanzo como kamikaze a la publicación, jeje, no sin antes hacer las aclaraciones correspondientes.
Disclaimer: No me pertenecen, no me pertenecen (y larputasjdnsjndfjfnasdkjasfh hdfjhdbs) pero sigo insistiendo en que soñar no cuesta nada y mi mente hace cada cosa con ellos que mejor no digo nada jajajjajaja (al menos no en horario de protección al menor, ajjajaj) (Sorry, hoy estoy jocosa O_o)
ADVERTENCIA: hay spoilers del final del episodio 7x23 y en general de todas las temporadas pero el comienzo de la Season 8 es mío,jijijiji ^_^
Aclaraciones:
*El título del fic es otra canción de Bon Jovi del álbum del mismo nombre (y tenía cinco opciones para este fic con canciones de él así que se pueden imaginar que quizás pueda llegar a usarlos en otros, jajajajj) Espero que les guste el título elegido!
*El avatar para esta historia lo hice yo solita! (Ya voy a ir agregando a mis otros fics, al menos en Blood on blood y Thank you for loving me ya los puse *_* (quiero saber si les han gustado)
*Este fic se lo dedico a mis amigas: *Cristina, apoyo incondicional de mis musas, seguidora de todas mis historias y que en todos estos meses de bajón y depre siempre estuvo a mi lado animándome a seguir escribiendo. Y lo más loable de todo es que ella no ha terminado de ver ni siquiera la quinta temporada y sin embargo ha leído todos mis fics y gracias a que nos pusimos en contacto por mail hemos forjado una hermosa amistad. Cuando leas esto amiga mía espero que me perdones la demora en responderte el mail pero la alegría que me has dado con tu nueva vida en tierras galesas y todo lo demás me ha entusiasmado a escribir (Sí, empecé después de leer ese mail!) Un besote entonces para Inugami35, mi querida amiga Cris. TKM!
* Selenewinchester, hermanita del alma quien ha conseguido que gran parte de la luz que había perdido en mi espíritu de lucha regresara con más energía de la que pensaba. Siempre presente en mi pensamiento aunque las distancias y cosas de la vida nos separen por algún tiempo nuestras almas están unidas por esta relación de amistad que ya ha superado las barreras, los escollos y los problemas resultando fortalecida y en camino a convertirse en una amistad imperecedera. Te quiero mucho Sil!
*EDITO: Son las doce de la noche, volví de la cancha y de cenar en el shopping (queda cerca del estadio, jajaja) y me encuentro con que no subió el capítulo! GRRRR, qué bronca me agarró, a veces anda mal la página, también he notado que los reviews demoran en llegar (en mi bandeja de mails los recibo pero en la página a veces tardan días en aparecer! =_=
Dicho esto me retiro y espero que esta vez si se publique!
Ahora sí, a leer! Espero con ansiedad que les guste y que lo disfruten (aunque por como terminó la temporada yo realmente estoy sufriendo escribir esto!)
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Runaway (Fugitivo)
-Tenemos que salir de aquí-dijo Castiel y el mayor de los Winchester, quien había despertado gracias a la familiar voz del ángel, se sentó de inmediato y se puso de pie para darse vuelta y poder ver al guerrero de Dios.
Cuando lo vio parado frente a él con su eterna gabardina sobre ese pijama de hospital creyó reconocer, por primera vez en bastante tiempo, al ángel serio-hasta diría preocupado-que había sido durante mucho tiempo su mejor amigo.
Eso hasta que se le ocurrió meterse con su hermano y el sentimiento de amistad se convirtiera en el dolor de la traición.
-¿Dónde estamos?-preguntó de inmediato el joven, su ceño fruncido la clara muestra de que no entendía absolutamente nada.
-¿No lo sabes?-inquirió Castiel evidentemente no dándose cuenta de lo confuso que parecía Dean.
-Lo último que recuerdo es que matamos a Dick-respondió deseando que el ángel desquiciado dejara de hacerse el misterioso.
-¿Y dónde iría una vez muerto?-siguió preguntando Castiel, sin duda no entendiendo el mensaje claro de los ojos impacientes y molestos de Dean clavados en los suyos.
-Espera-el ceño del rubio se profundizó-¿Me estás diciendo que…?-comenzó a responder pero el ángel volvió a hablar para seguir con sus pistas en lugar de respuestas directas.
-Cada alma aquí es un monstruo. Aquí es donde viven, para cazarse mutuamente durante toda la eternidad-le había dicho y el mayor de los Winchester abrió sus ojos con sorpresa y temor mientras lo escuchaba y sin darse cuenta siquiera su mirada vagó por los alrededores sin poder creer lo que le estaba queriendo decir.
-¿Estamos en el purgatorio?-preguntó preocupado pero, de inmediato, el instinto de supervivencia comenzó a acelerar la sangre en sus venas e hizo que agregara-¿Cómo salimos de aquí?
-Me temo que es mucho más probable que nos rompan en mil pedazos-fue la lacónica respuesta del ángel quien seguía comportándose como el amigo que una vez había conocido: serio, conciso y con poca habilidad para la improvisación.
Dean recibió la noticia como un baldazo de agua fría, sin poder creer lo que estaba escuchando mientras una sensación de impotencia y horror-la del prisionero que sabe que tiene todo perdido-comenzó a crecer en su interior.
Pero la necesidad de encontrar una salida, de confirmar que no era una horrible pesadilla hizo que se volteara rápidamente para mirar a su alrededor. Ojos rojos y movimientos extraños en la maleza fue lo primero que vio pero sus instintos de cazador no le permitieron aterrorizarse y de inmediato giró sobre sus pies con una idea en la mente.
- Cass, pienso que deberíamos….-comenzó a replicar pero se detuvo cuando, al voltearse por completo, sólo lo recibiera el espacio vacío en el lugar donde antes estaba parado el ángel-¿Cass?-llamó el joven y lo único que recibió como respuesta fueron los sonidos de pisadas y la inmovilizante sensación de que el único humano destinatario de esas rojas miradas era nada más y nada menos que él-¡Cass! ¡Cass! ¡Vuelve aquí maldita sea!-el ronco sonido de su voz grave mezcla de furia e impotencia se perdió ahogado por los innumerables crujidos en la maleza apenas perceptibles para oídos humanos poco acostumbrados a escudriñar con todos los sentidos alertas un coto de caza.
Había criaturas por todas partes, bajo los árboles, entre sus ramas, moviendo la maleza invisibles sus cuerpos pero presentes sus aromas fétidos apenas escuchándose el jadeo pesado o el inquietante goteo de saliva cayendo de fauces repletas de dientes.
Gruñidos sordos, aterradores aullidos, extraños chillidos llegaban de todas partes, algunos lejanos, otros acercándose y unos pocos tan al alcance de la mano que helaban la sangre en sus venas haciéndole sentir como si su mente estuviera jugándole trucos.
Tal vez fuera la falta de luz solar pero la desorientación junto con sus oídos reuniéndose con multitud de sonidos estaban mareándolo por lo que levantó la vista tratando de concentrarse en algún punto fijo que lo anclara a la hojarasca lodosa que estaba pisando pero, la ausencia de estrellas y esa opaca luna rojo anaranjada que parecía bañada en sangre, no ayudó a aquietar el bamboleo bajo sus pies ni a calmar las náuseas que ese aroma que parecía impregnar cada molécula del aire que lo rodeaba estaba provocándole.
El aire quemaba, no como el azufre del infierno ni como el hedor de la muerte sino como una pavorosa mezcla de sangre, carne descomponiéndose, heces, orina y el intangible aroma del miedo todo junto pudriéndose en un mismo pantano estancado. El olor no sólo se quedaba en su nariz, parecía impregnarse en su ropa, en su piel, entrando en su boca y asfixiando su garganta con el empuje del vómito tratando de salir.
Afortunadamente-si es que podía llamarse afortunado a quien estaba atrapado en el escalón previo al infierno-el salado sabor de las gotitas de su propio sudor llegando a sus labios lo desconectó de la nauseabunda realidad por lo que Dean volvió a fijar su vista en la enorme y extraña luna mientras las palabras de su padre resonaron en su cabeza cuando, inconscientemente, su mente vagó hacia el pasado hacia el momento en que-con más de dos décadas menos-aprendiera que para sobrevivir en la naturaleza tenía que hacer uso de todos sus sentidos.
-¡Maldita sea, si sólo pudiera desconectar el olfato!-se quejó el joven cuando sofocó a duras penas otra oleada de náuseas-Territorio sobrenatural, fantástico-agregó arrastrando las palabras con ese dejo de ironía tan típico en él mientras sus ojos verdes vagaban por la densa vegetación y por esos árboles de retorcidas formas que lo rodeaban hasta donde le alcanzaba la vista-Imagino que si hay día en este lugar será menos peligroso, la mayoría de estos hijos de perra prefieren cazar de noche con luna llena y un montón de árboles que camuflen su acecho hasta que es demasiado tarde-reflexionó tratando de encontrarle la lógica a ese lugar, a ese purgatorio patria de origen de todas las cosas sobrenaturales, tratando de adaptarse a esa postal tenebrosa que parecía escapada de una película de terror, a ese conjunto resultante de todo tipo de infiernos, el pavor, la muerte y las pesadillas hechas realidad juntas en el mismo lugar.
Un territorio repleto de criaturas-cosas, entes, monstruos y vaya a saber qué más-que vivían bajo los árboles, sobre los árboles o lugares que no podía llegar a imaginar ni ver porque todo lo que podía vislumbrar en medio de esa penumbra eran sombras y más sombras de formas monstruosas y no podía estar seguro que eran ni como matarlas.
Brillantes ojos rojos rebotando arriba y abajo, mirándolo, siguiéndolo de cerca mientras lo rodeaban acechando a su presa como una jauría de hienas hambrientas, más el constante sonido del follaje crujiendo y de esos cientos de seres sobrenaturales exóticos goteando saliva en inquietante preludio del placer de degustar su carne sabrosa, le regalaron una oleada de escalofríos tan intensa que los vellos de la nuca se le erizaron cuando lo único que pudo pensar en ese instante que él era para esas criaturas un pedazo jugoso, fibroso y tierno de carne fresca.
Pensamiento que lo llenó de pavor dejándolo momentáneamente paralizado cuando a esa idea se le sumó la sensación de que estos no eran los monstruos normales a los que estaba acostumbrado, ya sea en el infierno o en la Tierra, y que sólo era cuestión de tiempo para que el intento de ataque que aún no se había llevado a cabo se produjera desde todas direcciones.
Dean había visto muchas cosas horribles e inexplicables, había tenido su parte de pesadillas, sus memorias del infierno paseando sin permiso por su cerebro y todo tipo de situaciones tenebrosas pero, a pesar de todo lo que había visto, de todo lo que había soñado, nunca podría haber llegado a imaginar un lugar tan malo, espeluznante y confuso. Los árboles crujían y un viento a veces helado y en otros momentos húmedo y caliente soplaba entre el follaje sonando tan parecido a un horripilante gemido fantasmal que no pudo evitar que un escalofrío recorriera de punta a punta su columna vertebral y que su corazón comenzara a latir salvajemente contra sus costillas.
Pero él era un cazador, lo llevaba en la sangre, por lo que momentos después de que el ángel que estaba perdiendo cada vez más su cordura desapareciera de su vista quizás en búsqueda de más abejas y miel-pensamiento que dibujó una mueca molesta en el rostro tenso del joven cazador-la confusión, la desesperación, la sorpresa se borraron junto con la pequeña esperanza de que alguna vez las cosas no saldrían mal para un Winchester.
Y entonces el hombre le dejó lugar al soldado entrenado, al cazador implacable y todo su cuerpo se tensó preparando los músculos, calmando respiraciones demasiado agitadas que confundían a sus oídos con el sonido del aire entrando y saliendo de unos pulmones que trataban de adaptarse a una atmósfera cargada de fétidos olores, de sangre y de muerte disminuyendo de a poco la intensidad de los latidos de su corazón para que dejaran de retumbar en sus oídos y le trajeran la calma que su cerebro necesitaba para procesar las emociones y dejar salir al guerrero letal que él podía ser.
Su mirada ya más clara despejó la húmeda neblina que la primera sensación de desesperación al saber que estaba en el purgatorio había reflejado en sus pupilas y un brillo peligroso destelló en sus ojos cuando el cazador en plena potencia desplazó al humano abrumado por las intensas emociones que lo habían aturdido cuando, en pocos minutos, tuvo que procesar que había sido arrastrado a esa fosa de almas perdidas en contra de su voluntad y que quizás la única posibilidad de salir de ahí-ese ángel que alguna vez había sido su mejor amigo-había desaparecido dejándolo a su suerte en el lugar que él había abierto y desde donde había liberado a los malditos leviatanes que asesinaron a Bobby y casi se adueñan del mundo conocido.
La cercana aparición de múltiples pares ojos rojos mirándolo desde la tenebrosa penumbra de ese fantasmagórico bosque que lo rodeaba, más las negras siluetas de inimaginables bestias desplazándose casi como si fueran sigilosas figuras incorpóreas, le impidieron seguir a la deriva con sus primeros pensamientos haciendo que el cazador en él retomara con fuerza su lugar.
El mayor de los Winchester sintió su corazón martillando en su pecho por la emoción de esa adrenalina que estaba fluyendo con fuerza por sus venas y su paciente observación del entorno llegó a su fin cuando se dio cuenta de que, a pesar de que normalmente tendría un plan-descabellado muchas veces, geniales otras-lo mejor que podía hacer-lo que mejor sabía hacer-era hacerles frente con todo lo que tuviera, con todo ese valor que como el mejor cazador del mundo se jactaba de poseer y así aplacar el miedo y mantener la calma.
Él podía improvisar, ver y aprender del enemigo, pensar rápido, mantenerse en movimiento, seguir concentrado y, sobre todo, disparar primero por lo que, lentamente, llevó una mano detrás de su espalda y sacó su Desert Eagle de la seguridad del cinturón de sus pantalones vaqueros sintiéndose inmensamente agradecido de que el arma había hecho el viaje con él.
Al sentir la dureza de la nacarada culata en la palma de su mano el joven cazador dejó que sus instintos absorbieran la peligrosidad que transmitía la firmeza con la que sujetaba su arma preferida mientras hacía un lento barrido a su alrededor escudriñando cada sombra, escuchando cada sonido, oliendo el espeso aire que llegaba a las aletas de su nariz con flagrantes olores que lanzaban invisibles ataques a su estómago con la fuerza de sus pútridos gases.
Tratando de hacer cortas inspiraciones y exhalando con un suave soplido-como cuando tratara de relajarse en ese maldito viaje en avión que había repetido nuevamente cuando Lucifer escapó de la jaula del infierno- Dean intentaba sofocar las náuseas que pugnaban por derrotar los intentos de su saliva de empujar hacia abajo esa bilis que subía por detrás de su garganta mientras trataba de no pensar en como demonios todavía continuaba respirando.
¿Es que había oxígeno en el Purgatorio?
Contaminado con fétidos olores, eso sí pero oxígeno al fin.
¿O es que estaba muerto?
Pero si así fuera no sería posible que su estómago se estuviera retorciendo como lo estaba haciendo o que su corazón retumbara como los redobles de un tambor apenas aplacado por el zumbido de su sangre acelerada latiendo con fuerza en sus oídos.
Moviendo la cabeza para despejar esas ideas complicadas Dean volvió a respirar profundamente-a pesar de que al instante pensó que había sido una mala idea-para tratar de recuperar la entereza de cazador que había logrado establecer minutos antes de que esos pensamientos lo aturdieran nuevamente, el entorno ya era lo suficientemente tenebroso como para que le agregara nuevos problemas a su precario estado.
Después de todo oxígeno o no, vivo o muerto, él iba a vender cara su derrota.
Como el Winchester que era.
Sin dejar de observar las siniestras formas de los árboles retorcidos que en la penumbra circundante semejaban irreales serpientes anudándose unas con otras trató de aguzar la vista para captar cualquier movimiento que anticipara el posible ataque de esas bestias ocultas de las que sólo sus ojos rojos podía ver.
La sola idea de que muchas de las criaturas que él y otros cazadores habían matado, más esos monstruos que quizás nunca había visto-ni siquiera en sus peores pesadillas después del infierno-hicieron que un escalofrío recorriera su espina dorsal de punta a punta.
-Genial, estoy en la Disneylandia de los monstruos-murmuró el joven cazador mientras repasaba mentalmente las balas que había cargado esa mañana en su arma antes de asaltar Sucrocorp, interiormente agradecido de que la fuerza de la costumbre hiciera que pusiera las bendecidas, las marcadas con la cruz, las de hierro, las de plata y las de punta hueca rellena con sal gruesa.
Por lo poco que sabía del purgatorio todas las almas de los monstruos que Eve, la Madre de Todos, había creado y que alguna vez caminaron sobre la Tierra-y las que no-estaban por ahí.
¿Pero iban a servirle cualquiera de esas balas?
Ese lugar no parecía regirse con las mismas reglas de supervivencia que allá arriba. O abajo o donde diablos fuera que estuviera su anterior vida.
Ni tampoco parecía que alguna de esas bestias estuviera pronta a atacarlo sólo lo rodeaban por todas partes ojos de todas formas y tamaños-algunos amarillos, la mayoría rojos-que parecían mirarlo con una curiosidad lejana al brillo letal del feroz depredador.
Aunque quizás estaban estudiándolo con la satisfacción perversa con la que el invencible cazador acecha seguro de que el terrible ataque de sus garras convertiría a la presa en víctima.
O quizás estuvieran confundidos.
No era común que un hombre que había sido habitante del cielo, la Tierra y el infierno caminara por ahí.
-¿Me tienen miedo apestosos hijos de perra?-preguntó con voz grave y ronca el mayor de los Winchester sintiéndose por primera vez desde que llegara al purgatorio con una energía renovada. La sola idea de que él era el único que podría decir que recorrió los tres lugares más nombrados por la humanidad lo habían entusiasmado brevemente regalándole una sonrisa fanfarrona a sus labios tensos.
Hasta que se le ocurrió pensar que la única otra persona que había visitado cielo e infierno podría haber sido arrastrado a ese lugar con él y que quizás por una broma macabra del destino había caído en otra parte del bosque tenebroso de la que él y el ángel desquiciado habían caído.
Y la sonrisa se le borró de inmediato.
Y el cazador imponente, la muralla infranqueable que reflejaba su cuerpo en tensión, los músculos contraídos listos para entrar en acción, la mandíbula apretada, el arma presta y la peligrosidad emanando por cada poro de su piel comenzó a desmoronarse como un castillo de arena abandonado a orillas del mar.
-No…no... no …no…no-repitió en una letanía desesperada, negándose con todas sus fuerzas a aceptar esa posibilidad. No iba a resignarse a creer que algo así hubiera sido posible a pesar de que sabía que su hermano menor estaba en el mismo lugar que él cuando el bastardo de Dick Roman explotó o lo que demonios haya sido.
Sam no podía estar en ese lugar, no Sam, eso no.
Un sollozo estalló desde el interior de algún lugar profundo dentro de él y quedó atrapado dolorosamente en su garganta mientras sentía como su estómago descendía a sus pies y su corazón parecía querer salir por su boca cuando esa sola idea desequilibró al imperturbable soldado que había construido en su fachada externa para enfrentar los peligros que lo rodeaban agrietando con la poderosa fuerza de sus instintos protectores al temible cazador para dejar salir al igual de temible pero mucho más impulsivo hermano mayor quien, en pleno aumento de su preocupación por su hermanito, era capaz de convertirse en una bomba de tiempo peligrosa para todo cuanto lo rodeaba.
Incluso para sí mismo si se detenía a pensar en la cantidad de veces que se lanzaba como kamikaze frente a él para ser su escudo o apartarlo de las garras, dientes o balas del enemigo de turno.
Y, así como en ese instante ese pensamiento desafortunado le había regalado un escalofrío mortal que heló la sangre en sus venas, el pánico que antes no había sentido a pesar de saberse atrapado a medio camino entre el cielo y el infierno comenzó a filtrarse por todo su cuerpo desde el calor que anudó su estómago extendiéndose como la ola expansiva de una bomba molotov ante el pensamiento de que Sam podía estar perdido, herido o quizás muerto en ese lugar horripilante, apretándole el corazón y paralizando sus sentidos como no había conseguido ninguna de esas criaturas que lo miraban fijamente.
Pero años de afilados instintos protectores, años de profundos sentimientos por quien había sido su principal responsabilidad, su trabajo, su todo desde que tenía memoria hicieron que reaccionara de esa breve parálisis de terror y volviera a convertirse en el arma mortal que podía llegar a ser, su peligrosidad aumentando a la misma escala que su preocupación que no dejaba de gritarle que Sam lo necesitaba hizo que la determinación por encontrarlo y protegerlo creciera hasta desplazar la cautela que estaba manteniendo desde que sacara su arma.
-¡Sam! ¡Sammy!-gritó sin importarle el inmediato despliegue de membranosas alas partiendo desde los árboles en respuesta al sonido de su voz.
Diversas criaturas empezaron a planear sobre su cabeza-bichos a los que nunca se habría atrevido a imaginar porque nunca había visto nada igual-una mezcla horrenda de murciélagos, lagartos y ratas peludas de todo tamaño y grosor que salieron volando en distintas direcciones en cuanto comenzó a caminar apresuradamente mientras miraba atentamente a su alrededor en la búsqueda de alguna señal de su hermano.
Y por primera vez desde que llegara al purgatorio las criaturas comenzaron a dejarse ver moviéndose junto con él, siguiendo sus pasos, al parecer sin intención de atacarlo pero con la intención de no perderlo de vista por lo que el preocupado hermano mayor pudo ver con espanto como, entre la maleza, aparecían grandes cabezas con mandíbulas llenas de dientes, cuernos puntiagudos, garras afiladas, enormes lagartos prehistóricos que parecían escapados de la película Parque Jurásico y bichos gigantes de gruesos caparazones con cabezas triangulares que parecían el mutante resultado de una fiesta entre serpientes y cangrejos pero, aunque ese festival de terror hubiera distraído-aterrorizado-a cualquier otra persona él se concentró únicamente en encontrar alguna señal de que el sasquatch de su hermanito hubiera pasado por ahí.
Mientras caminaba los ojos avizores de Dean no dejaban de revisar de derecha a izquierda, de izquierda a derecha mientras sentía su cuerpo cada vez más tenso preparándose anticipadamente a cualquier amenaza más directa de parte de las criaturas que lo seguían entre los árboles, su mano apretando con tanta fuerza la Desert Eagle que ya sentía calambres en ella aunque-a pesar de ello-el muchacho no aflojaba el control sobre la culata del arma como consecuencia del torbellino de pensamientos que en ese momento eran más importantes que las molestias o dolores que su entorno o sus acciones le causaran.
¿Y si no lo encontraba?... ¿Y si cuando lo encontrara ya era demasiado tarde?... ¿Y si no volvía a verlo nunca más?... ¿Y si Castiel había vuelto a la Tierra sin él dejándolo estancado en ese lugar para siempre?...
El joven cazador pasó su mano libre con firmeza por su cabeza en un intento por despejar su mente y concentrarse en los peligros que lo rodeaban demasiado agobiado por esos últimos pensamientos que amenazaban con hacerle perder el poco control de sí mismo que había conseguido en cuanto pudo recuperarse del primer impacto de esa horrible idea.
No podía dejarse ganar por el pánico aunque su cabeza tuviera otras ideas porque, en su mente, dos pensamientos se afirmaron con fuerza regalándole a su piel la frialdad del miedo.
Sam estaba ahí. O Sam estaba solo en casa.
Dean trató de no pensar en la otra lista de posibilidades para poder cumplir con su principal responsabilidad. Cuidar a Sam, protegerlo y salvarlo de cualquier lío en que pudiera haberse metido.
Después encontraría la forma de salir de ahí. Juntos, si el chico estaba en algún lugar del purgatorio o solo para volver con él.
Si Sammy estaba en la Tierra sólo podía esperar-porque se negaba a rezar-que se quedara de esa manera.
Esos eran los dos únicos razonamientos en los que estaba dispuesto a meter el dedo preocupante de la duda. Necesitaba creer que el destino no había cometido el error fatal de enviarlo a ese infierno selvático junto con él porque no quería bajo ningún concepto que éste fuera otro tipo de averno que el chico tuviera que experimentar, todavía profundamente enterrados en su alma el dolor, la preocupación y la angustia que le causaran las consecuencias de la ruptura del muro, las alucinaciones y el progresivo desgaste físico y mental al que Lucifer lo estaba arrastrando como para que tuviera que ver a su hermanito atravesar por este nuevo calvario.
-¡Sam! ¡Contéstame! ¿Sammy?-volvió a gritar el mayor de los Winchester desacelerando el trote con el que estaba manteniendo el ritmo de su búsqueda aunque estuviera vagando sin rumbo como náufrago sometido al vaivén de las olas sosteniendo el arma aferrada con fuerza en la palma de su mano como si ésta fuera su tabla de salvación-¡SAM!-llamó con más intensidad cuando no recibió la anhelada aunque temida respuesta.
Su hermano menor no parecía estar por ahí, ni tampoco el ángel que estaba perdiendo cada vez más su lucidez y su confianza, por lo que la soledad comenzó a hacer sentir su peso en el alma de Dean a pesar de que comenzaba a tener la leve esperanza de que algo le había salido bien y que el único Winchester en el purgatorio era él por lo que el joven cazador suspiró suavemente, algo ahogado, deteniendo poco a poco su marcha sintiendo la ausencia de Sam como si alguien aplastara su pecho socavando ese agujero indescriptible que solo el chico podía llenar.
-Espero que estés bien Sammy-murmuró cuando la preocupación comenzó a ganarle terreno al breve alivio de no encontrar al menor y, aunque todavía no tenía la seguridad de que fuera una posibilidad real que Sam estuviera ahí, una leve esperanza se afianzó en su pecho quizás gracias a sus instintos-o a esa conexión inexplicable que siempre lo había unido a él-que le decía que Sam lo necesitaba pero que no estaba en ese ensayo de infierno con él.
Había corrido, trotado y caminado varios metros desde que comenzara su búsqueda aunque no tenía idea si había avanzado o sólo había girado en círculos volviendo adonde había empezado-mejor dicho donde había caído-por lo que la frustración creció a niveles que se acercaban a la preocupación que atenazaba su garganta.
El tiempo que había pasado no lo podía decir porque, como sucedía en cercanía de todo ser sobrenatural, el reloj no funcionaba desde las doce treinta y cuatro hora de su entrada triunfal al purgatorio y, aunque para él su búsqueda desesperada parecieron horas, no pudo dejar de preguntarse si en realidad habían sido minutos o días y ni siquiera quería pensar en la posibilidad de que hubieran sido años si es que el tiempo en el purgatorio funcionaba de alguna manera cercana a lo que lo hacía en el infierno.
Tal pensamiento hizo que Dean se estremeciera profundamente por lo que intentando evitar que las emociones se apoderen nuevamente de él trató de concentrarse en las enseñanzas de su padre para sobrevivir en situaciones extremas en la naturaleza.
-Tengo que calmarme-se repitió mentalmente ordenando a su cerebro una tranquilidad que no podía darle a su corazón el cual palpitaba desenfrenado como consecuencia de la idea de que no iba a volver a ver Sam nunca más-Vamos maldita sea, yo puedo hacerlo-se animó Dean inspirándose la confianza necesaria para volver a compenetrarse en el papel para el que había sido entrenado la mayor parte de su vida.
Pero todo lo que le habían enseñado John y Bobby para orientarse en un bosque si no contaba con una brújula le resultaba inútil en ese maldito lugar.
No había musgo que creciera en los retorcidos troncos de los árboles que le indicara donde estaba el norte o el sur o si ya había pasado por allí antes. Intentar guiarse por las estrellas tampoco era una opción ya que no había ninguna en esa mancha grande de oscura nada que parecía ser el cielo.
La enorme luna rojo anaranjada parecía estar siempre en el mismo lugar pero era demasiado opaca como para ser la causante de ese extraño resplandor que iluminaba con brumosa palidez esa selva sobrenatural otorgándole esa aterradora apariencia fantasmagórica que erizaba todos los vellos de su nuca y, en ese momento, el pensamiento de que la redonda esfera semejaba una gigantesca calabaza en ese festival Halloween que era el purgatorio llegó a su mente atribulada la que frenéticamente intentaba encontrarle algún sentido a su nuevo hábitat.
Así que, tratando de despejar su cabeza de ese torbellino de ideas, el joven cazador decidió seguir caminando en línea recta no sin antes palpar si el cuchillo que llevaba en su bota seguía en su lugar y asegurándose de que su Desert Eagle estaba lista para disparar en cuanto la necesitara.
Desorientado o no sabía que estaba invadiendo territorio y que en algún momento alguna de las criaturas iba a cansarse de que él siguiera caminando por su terreno como si fuera el nuevo comisario del pueblo paseando fanfarrón delante de los malhechores de turno.
En su mente dos objetivos reclamaron nuevamente su lugar y ningún peligro o amenaza potencial iba a desviarlo de lo que tenía que hacer.
Encontrar a Sam si el chico estaba ahí o encontrar alguna puerta secreta para salir de ese infierno y volver con Sam.
No le interesaba nada más y, aunque por unos segundos sus pensamientos fueron hacia el recuerdo de su antiguo amigo perdido quien sabe donde, se negó a preocuparse por algo que no podía evitar ni prevenir si a Castiel se le daba por aparecer y desaparecer en su loca búsqueda de insectos recolectores de miel.
-Aquí vamos de nuevo-se animó el rubio antes de dar sus primeros pasos en dirección a una arboleda un poco más alta que las demás que veía a su alrededor gritando nuevamente el nombre de su hermano y sonriendo satisfecho cuando una nueva serie de aleteos y patas dispersándose en todos los sentidos llegó a sus oídos en respuesta al sonido de su voz-¿Me tienen miedo malditos apestosos?-preguntó Dean algo divertido del resultado de la firmeza de su decisión.
Él seguía siendo el cazador temible y las criaturas eran las que deberían sentir miedo, no él, por lo que siguió caminando sin demostrar ningún atisbo de duda a la multitud de criaturas que se dedicaban a seguirlo menos sigilosas que antes cosa que no pasó desapercibida para el mayor de los Winchester quien, en respuesta, martilló su arma preparándose para el ataque por venir.
De repente, luego de una breve caminata, entró en un claro lleno de un lodo pantanoso que burbujeaba con repugnantes sonidos, fétidos gases escapándose de la burbuja después de que ésta llegara a su máxima extensión volvieron a causarle una oleada de náuseas por lo que no pudo evitar llevar una mano a su rostro para cubrirse nariz y boca.
-¿Hay algo que no apeste como baño de elefantes en este lugar?-dijo el rubio mientras daba media vuelta para volver por donde había llegado.
Lo que vio-y olió-de ese pantano fue más que suficiente para que no lo eligiera como ruta de reconocimiento y búsqueda así que retrocedió sobre sus pasos unos cuantos metros hasta que de improviso algo cambió y, a pesar de que el entorno estaba caliente y húmedo como una selva tropical, la sangre se heló en sus venas cuando una sensación electrizante elevó los vellos de su nuca como siempre lo hacía cuando sus instintos le gritaban que la locura se iba a desatar.
Con todos los sentidos alerta el hermano mayor detuvo su andar y fijó su vista en la maleza que tenía delante desde donde unos atropellados sonidos comenzaron a acercarse cada vez más y apuntó su arma en esa dirección con toda la intención de darle un balazo en el medio de la cabeza a lo que fuera que apareciera por ahí.
Pero lo que no esperaba era que donde él pensaba disparar fuera un cráneo acorazado perteneciente a la vil mezcla de un cocodrilo de enormes escamas con un jabalí verrugoso súper desarrollado. Y, por si la imagen de la monstruosa criatura no fuera suficientemente horrorosa, ésta emitió un feroz rugido que espantó a varios habitantes del purgatorio que salieron corriendo-y volando-en distintas direcciones.
Su saliva sanguinolenta se deslizaba por unos curvados colmillos mientras la bestia no dejaba de gruñir y bufar enojado como perro al que sólo una apretada correa sobre el cuello lo mantenía en su lugar quebrando ramas y maleza mientras emergía en su totalidad desde los yuyales donde estuviera oculto y parándose desafiante a unos pocos metros de Dean mirándolo desde aterradores ojos rojos mientras asentaba con firmeza sus poderosas patas en el lodazal para, de vez en cuando, rascar la tierra como toro embravecido a punto de embestir balanceando una cola escamosa de cocodrilo de acá para allá.
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Ayyy,xd, pobre Dean! Ya se complicaron las cosas más de lo que estaban! Tenía que pensar en Sam, no hay duda así que preparen sus mentes maquiavélicas a ver si adivinan lo que vendrá,muahuahahahah
Lamento dejar a nuestro adorable hermano mayor en esta situación comprometida (cliffhanger que le dicen (o algo así no me acuerdo,xd, jajajja) lo sé, lo sé, les estoy copiando la maldad, jajajja) pero es que iban ocho hojas y tenía que parar. Además de que todo el momento que está atravesando el pobre hermano mayor es terrible así que cortarlo acá o cortarlo antes casi no hubiera hecho la diferencia. ¿O si? *_*
Nos leemos pronto! Espero con ansiedad sus opiniones! Gracias a todas por leer y por la paciencia con esta aprendiz de escritora.
Abrazos a todas!
Nanci
