Bitácora del capitán. Fecha, 01-032-5469, 10:78. Coordenadas estelares, 101-89-403 Ky-87.
Mi tripulación y yo continuamos con nuestra misión de recolección de muestras en el sector. Los miembros del equipo de exploración han mostrado constantes quejas debido a la falta de actividad reciente. Pues los planetas de los últimos sistemas solares que hemos explorado han sido carentes de formas de vida lo suficientemente evolucionadas, o siquiera inteligentes como para ser meritorias de una recolección. Es más. No había ni indicios de organismos siquiera unicelulares habitando. O al menos de una atmosfera sustentable para cualquier forma de vida.
He de reconocer que el tedio ha sido una constante presente en mi juicio. Incluso he accedido a las peticiones de Hyx-Ralts de volar algunos meteoritos con los cañones, simplemente para comprobar que la artillería aun funciona. Y aunque podríamos volver a alguna de nuestros puntos de control, con el propósito de realizar una revisión preventiva, y así ver señales distintas a las de la tripulación, es nuestro deber continuar recolectando muestras. Más especies han ido mostrando indicios de alcanzar la tecnología de colonización. Así que debemos estar preparados para cualquier guerra contra ellos. Los Morphix no hemos logrado nuestro esplendor, únicamente confiando en nuestras armas…
"CAPITAN. SE SOLICITA SU PRECENCIA EN LA BAHÍA DE MANDO. CAPITAN. SE SOLICITA SU PRECENCIA EN LA BAHÍA DE MANDO"
Una voz grabe y mecánica pronto invadió una amplia y plateada habitación. Una larga figura de larva color blanca de longitud de metro y medio separa su mirada de la pequeña esfera resplandeciente ante ella. La misma en cuanto deja de ser observada por el raro organismo, se desvanece, pasando a ser una esfera negra de un tamaño mucho menor, y que desciende con lentitud sobre la mesa de metal sobre la que levitaba.
La larva, que portaba una banda color negra alrededor de una de las 6 patas ubicadas debajo de su cuerpo, con ojos rosados reflejantes y una mandíbula que exhibía cuatro colmillos pequeños baja de la capsula abierta que usaba de asiento, y marcha con paso firme hacia una puerta ovalada que se abre a su paso. La criatura recorría los pasillos metálicos, siendo ocasionalmente saludado por otros similares a él, pero con bandas de distintos colores. Su marcha no duro más de unos pocos minutos, cuando llega a una a otra puerta de mayor dimensión a la que le permitió salir de su habitación.
-¡Capitán en el puente! – exclama otra larva más, descendiendo de su asiento junto a otros más como él, todos volteando con respecto hacia el recién llegado.
-Descansen. – Responde con voz solemne, haciendo que la mayoría volviera a sus asientos, y continuaran con las labores. El aludido capitán sigue caminando, dirigiendo su mirada hacia el gran ventanal en el frente del lugar. Una gran y maravillosa vista de un profundo espacio, centenares de estrella, unos pocos planetas a lo lejos era lo que alcanzaba a la simple vista. – Ralts. ¿Por qué interrumpen mi descanso? – pregunta con apenas un toque severo a otra larva con banda gris.
-Señor. Las lecturas muestran indicios de un planeta con actividad orgánica. Aun a esta distancia las lecturas muestran una enorme variedad de unidades genéticas. ¡Es un Clase Rials! – la mirada de la criatura de ojos rosados se ve intrigada.
-¿Señales de energía?
-Unas muy extrañas. Parecidas a las provenientes por los desgarros desli-espaciales, pero muy distintas al mismo tiempo. Al menos, no se ven que son producidas de forma artificial, por sus variaciones. Tampoco podemos comprobar si hay edificaciones. Necesitamos acercarnos más. – el capitán adquiere una expresión pensativa, dirigiéndose al enorme tazón flotante en el centro del puente que reclama como asiento.
-¿Qué tan lejos se encuentra?
-Está a 87 venz. Llegaríamos ahí en ¼ de ciclo planetario hogar, usando el desli-espacio. – oyendo eso, una decisión toma.
-Primer oficial, comunique a los grupos de exploración. Infórmenles que pronto bajaran a un planeta. – el de banda gris asiente, antes de acercarse a un dispositivo delgado, y empezar a hablar por él. – Pilotos. Preparen el híper-vuelo.
-¡Si, capitán! – responden los que ocupaban los asientos con más monitores. Monitores encargados de mantener el control sobre la gran nave plateada con forma de disco que flotaba en la deriva del espacio.
Sirenas empezaron a escucharse en el interior, mientras los demás gusanos gigantes, autoproclamados "Morphix", se lanzaban a más asientos de los que pronto correas los sujetan a modo de seguridad. Fueron requeridos varios minutos de preparativos antes que del frente de la nave un rayo es disparado, estallando a poca distancia, y generando un enorme agujero azul que contrastaba enormemente con el negro absoluto de la galaxia. Luces amarillas aumentan de intensidad de brillo, sacando del estado de reposo del vehículo espacial, e impulsándolo hacia el portal que generó. Apenas tuvo que hacer contacto con él para ser succionado con tal intensidad y rapidez, que parecía que lo estiró como hule, para luego desaparecer antes que el portal.
