No sé qué es esto, pero necesitaba escribir un poco. No sé si está bueno, si le pongo continuación o lo dejo ahí, pero espero que les agrade.
Y bueno, Victorius no me pertenece, le pertenece a Nickelodeon y Dan Schneider.
Que la habían mencionado, sí. Que era increíble y que había dejado boquiabiertos al público, pues sí.
Pero ya estaba harta, quién era esa jodida Toro Vega de la que tanto hablaban.
Diablos, si hasta nombrarla me producía molestia; no la conocía porque no asistí a ese estúpido show de "talentos", no necesitaba ir, era ya sabida mi reputación en Hollywood Arts.
Yo traté de restarle importancia al hecho de que era el plato principal en las conversaciones de todos, al fin y al cabo, qué importaba. Pero importó cuando la vi entrar por esa puerta con su profunda mirada café y su sonrisa que revolvió mis entrañas... Quise vomitar y escapar, pero me contuve, y mi reacción natural claramente fue hacerle la vida imposible como todo lo que consideraba desagradable.
Al principio creí que era por su descendencia, pero no, un artista jamás debería tener ese tipo de prejuicios. Si quieres odiar a alguien, que sea por sus propios méritos.
Luego, por mucho tiempo pensé que le jodía la vida debido al beso que desafortunadamente, le correspondió a Beck, o él a ella, como sea, admito que el único culpable fue el idiota de mi ex, Vega por su parte no sabía que se trataba de mi novio.
Y ya después, supe que el principal factor de odio, era el miedo que me provocaba ser vulnerable, una jodida niñita débil frente a una exasperante latina.
Y es que lo soy.
Resumiré en parte como empezó esta fragilidad.
Tengo a Cat, pero ella nunca ha sido la parte objetiva de todo, debido a eso no me quedó de otra que recurrir a Tori cuando necesitaba volver con el estúpido canadiense. Me aconsejó y arrolló entre sus brazos más veces de las que estaría dispuesta a admitir, y yo... Yo me sentía bien, pero estaba ahí por Beck, entonces por qué cada día lo único que quería era tener un lío con éste, o causar un problema y que ella se viera envuelta en la situación para que intercediera.
Cuando no pude más, terminé con él y sentí un alivio, el mismo que vi reflejado en los ojos de Vega, pero más que eso, diría que se trataba de un brillo parecido al que te da la esperanza.
De remate, nuestro chiflado profesor nos dio la oportunidad de producir una obra, me quería morir, y no precisamente por el resto del reparto, más bien por las escenas netamente intimas entre ella y yo. Pero era un abrazo, cuántos no nos habíamos dado ya, habría sido mejor con un beso...
¡Stop! Alto ahí, pensé.
Yo quería besar a Vega.
Asumí que esa estupidez de pensamiento se debía a que en serio quería lograr una genial producción, después de todo un contacto entre, ugg... entre nuestros labios... Lo haría más creíble.
Esa era la idea, y esa era mi percepción de la realidad. Sin embargo, era frágil con Vega porque precisamente ella, provocaba cosas en mi que nadie más, ni siquiera Beck, habían conseguido.
