La hermana de Heero

By Nadesiko Takase

Notas de la autora: Muchas veces me pregunté qué pasaría si Heero tuviese una hermana. ¿Qué clase de hermano sería?. ¿Sería de esos celosos que no permiten que ningún chico se le acerque, o sería de esos bromistas y pesados que no dejan de molestar y hacer pasar vergüenzas?.

Creo que todas sabemos la respuesta, dado el "especial" carácter de éste personaje, pero aún así sería divertido ver a un Heero todo celoso y protector, cuidando a su hermana... Je, je. Hay que hacerle sufrir...

Dada la naturaleza de este fic, los personajes están un poco fuera de carácter (así es más cómico), y son siete capítulos. Las parejas son 03x04 y 05xS.

Advertencia: Un poco de yaoi, mucho doble sentido y malas palabras (sino, no sería un fic mío, ja, ja). Mmm... Ah, GW no me pertenece (si lo hiciera, sería prohibido para menores de edad). Espero que les guste, no sean muy duros conmigo, no sé nada de comedia... Por favor, dejen comentarios, siii?

Capítulo uno:

Presentando a Nijan Yuy

Se encontraban disfrutando de una época de paz. Aún así, los cinco pilotos Gundam decidieron vivir juntos en caso de que esa paz fuese interrumpida por algún motivo (N/A: Ya saben, la unión hace la fuerza... je, je. Pero la verdad, solo es una excusa para poner a estos cinco muñecotes viviendo juntos).

Claro, cada uno vivía su vida a parte. Wufei trabajaba como Preventor y ésto se convirtió en su nueva obsesión. Se desempeñaba tan bien, que Sally, su superior, le aumentó el salario (N/A: Me pregunto qué tan bien tuvo que "desempeñarse").

Quatre se ocupaba de los negocios de su padre y de sus hermanas, que muy a menudo también le realizaban visitas, volviendo loco a Wufei con todo ese estrógeno por la casa. Ah, también se "ocupaba" de Trowa... (Pero esa es historia para otro fic, clase xxx).

Trowa era "ocupado" por Quatre y también realizaba ocasionales actuaciones en el circo y se hacía cargo de la casa.

Duo trabajaba en una tienda de videos (N/A¡Y bueno, no se me ocurrió otra cosa!. No lo quería poner trabajando con Hilde porque la chica después me lo come, así que era eso o stripper... Aunque no es mala idea.) Eso era momentáneo, hasta que descubriera que quería hacer con su vida, a parte de parrandear y leer comics.

Y bueno, nuestra víctima, Heero Yuy, se dedicaba a cumplir con ciertas misiones que se le destinaban. Alternaba este oficio con el de ingeniero informático (N/A: Je, je. Esa idea la copié de algunas autoras brillantes porque sinceramente, nunca se me habría ocurrido).

Una noche tormentosa, por coincidencia del destino (o simplemente porque vivían en la misma casa) los cinco pilotos coincidieron en la sala, en la que cada uno estaba en lo suyo. Trowa y Quatre jugaban ajedrez, Wufei revisaba unos papeles del trabajo (N/A: les dije, está obsesionado... de nuevo. Me parece que hago DEMASIADAS acotaciones¿no?.) Duo leía unos comics y se mataba de risa desconcentrando a los demás, Heero preparaba un programa que debía presentar para que le dieran mucha plata .

Los truenos sonaban estrepitosamente, la lluvia caía con gran fuerza y el viento azotaba la morada de estos cinco regalos del cielo.

Trowa, te toca hacer un movimiento. – le dijo Quatre. El interpelado lo miró sorprendido, creyendo entender un doble sentido en las palabras de su koi. El rubio se sonrojó. – Ejem, de piezas, eso es. Te toca mover.

Ah.

Wufei los miró de reojo y soltó unas risitas burlonas, meneando la cabeza en sentido negativo. En eso sonó su móvil:

¿Diga?

-Wufei, necesito que vengas ahora... – le dijo una voz femenina del otro lado.

¿Eh?

-Tengo un trabajo para ti... – (¿adivinan quién es?).

¡Mujer¿te has vuelto loca!. Ya tengo suficiente trabajo aquí con estos documentos que traje. Además¿no has notado como llueve?. Es imposible salir, hay agua por todos lados.

-Es MUY importante... – insistió la seductora voz femenina.

No me puedes obligar a trabajar horas extras¡INJUSTICIA!. ¡Eso se llama abuso de poder! – se oyó el suspiro de Sally del otro lado luego de un breve silencio.

-Dragoncito, es la clase de trabajo para el que te ENCANTA trabajar horas extras... – le contesta ella, con voz melosa, dejando muy clara la categoría del trabajo y la gran importancia de éste. Wufei piensa, piensa, piensa, piensa, piensa... Finalmente reacciona:

Estoy ahí en cinco minutos... (N/A: Así me gustan los hombres: fáciles).

El chino se pone de pie rápidamente de un salto y bajo la mirada de asombro de sus compañeros, toma sus cosas y se dispone a salir a enfrentar la lluvia torrencial por el "amor" de una rubia hermosa.

No pensarás salir con esta lluvia. – le dice Quatre, algo preocupado. Wufei adopta una expresión de empleado abnegado.

El deber llama...

Si, es el "deber" el que llama... – se mofó Duo, que sabía de las cochinadas de su compañero.

¡A callar, Maxwell!.

¿Oye, Fei, es esa una magnum en tu bolsillo o solo estás contento de tener que salir a trabajar con esta lluvia?. – se burló, matándose de risa. Wufei miró sus pantalones, pero ni siquiera se sonrojó.

No es una magnum, es un rifle. – dijo con orgullo.

O.O Aw, Fei-chan, no sabía eso de ti... – comentó sonrojado Quatre.

¡Y tú, qué miras!. – gritó ofuscado Trowa, tapándole los ojos.

Ay, Trowa, no seas celoso...

Rayos, yo me largo. – gruñó el "bien dotado", dirigiéndose hacia la puerta.

Casualmente, alguien estaba golpeando. Apresurado por cumplir con su deber, la culebra (léase Wufei) la abre, encontrándose con una persona parada en la entrada, totalmente mojada. Llevaba un gran abrigo con capucha que le cubría el rostro.

Los rayos rasgaban el cielo y los truenos resonaban haciendo vibrar los vidrios. El viento llevaba una gran velocidad, lo que hacía que la lluvia lastimara al caer.

Pero a Wufei, amable y sensitivo como es, no se le ocurrió invitar a la persona a pasar. En lugar de eso, permaneció parado en el dintel, y muy delicadamente le preguntó al desconocido:

¿Qué rayos quiere?. – se puso argel porque estaba todo cachondo y no le permitían salir a descargarse aún.

-Eh... Busco a Heero Yuy. – dijo una voz desde abajo del pesado abrigo empapado, apenas audible por el fuerte aullido del viento. – Me dieron esta dirección, me dijeron que aquí podría encontrarlo.

De mal grado, y un poco extrañado de que buscaran al mal humorado de Heero, nuestro viril WuWu abrió la puerta y le hizo un gesto para que pasara. Condujo al recién llegado hasta la sala, dejando huellas todo el trayecto.

Heero, tienes compañía. – anunció. Todos levantaron la vista. Heero dejó su computadora para mirar al recién llegado con indiferencia.

La persona retiró la capucha dejando ver un rostro femenino, empapado por la lluvia y afectado por el frío, con los labios temblando, muy pálida y con ojeras. Pero aún así tenía una pequeña sonrisa en el rostro cansado.

¿Quién lo busca?. – preguntó Wufei.

Nijan Yuy. – replicó la chica, con unos hermosos ojos azules brillando. - Su hermana.

Silencio sepulcral.

Crí, crí Crí, crí

Grillos cantando

Los cinco pilotos se quedaron con las bocas abiertas. ¿Habían oído bien?. No sabían que Heero tenía una hermana. Hubo un breve silencio en el que solo se oyó la tormenta arremeter contra la casa, hasta que finalmente reaccionó Quatre para ofrecerle un té caliente y Trowa le trajo una toalla. Como Heero seguía sin reaccionar, solamente miraba a la chica como bobo, Duo tomó el saco mojado de la hermana de su compañero y la invitó a tomar asiento.

¿Eres la hermana de Heero?. – le preguntó incrédulo con una gran sonrisa, mirando a Heero para disfrutar la expresión de desesperación en el rostro de éste.

Era inusual que el soldado perfecto reflejara algún sentimiento en el rostro, pero en ese momento, su sorpresa era más que clara. Parecía que iba a caerse de la silla.

Eso dice él... – contestó la recién llegada, secándose la larga melena castaña con la toalla que Trowa le había proveído..

Yo me llamo Duo. Ellos son Trowa, Quatre y Wufei... Y el idiota que no dice nada, es tu hermano.

Ni que lo digas. – gruñó la chica, que se desenvolvía con toda naturalidad. – ¡Hola!. Mucho gusto. – saludó amablemente a todos, haciendo una leve inclinación, para luego dirgirse a Heero. ¡Oye!. Hace tiempo no nos vemos¿no te molestarás en fingir al menos que te alegra verme?.

Heero: OO ¡Bam!. Cayó de la silla completamente durito. Todos lo observaron unos instantes con perplejidad. O.o

Entonces – comenzó a decir Quatre animadamente, retomando la conversación como si nada. - eres la hermana de Heero¿eh?. – la observó unos instantes. - Tienes un parecido con él.

Oye, no la ofendas tanto de entrada... Al menos espera que se acostumbre. – la defendió Duo. Luego le dedicó una de sus sonrisas, esas con el brillito en el diente. – Tú eres mucho más bonita.

¿Verdad que sí?. Todo el mundo lo dice. – admitió ella muy modestamente.

Y dime¿tienes novio?

Todos los demás: -.-U

Heero se reincorporó súbitamente como si tuviese resortes en las patas al escuchar eso, y tomó a su hermana del brazo para alejarla unos pasos del baka trenzado.¡Jamás tendría sobrinitos trenzados!. ¡Sobre su cadáver!.

¿A qué has venido?.

Ay, Heero, si que eres desconfiado. ¡Te vengo a visitar y me tratas así!. T.T

Hn

Heero, no seas grosero. – intervino Quatre, compasivo. – Tu hermana vino de lejos a verte, bajo la lluvia y cansada, y la recibes así.

¡Cierto Heero!. – exclamó Duo, poniendo un brazo alrededor del hombro de Nijan, que fingía llorar amargamente en su pecho. – Hace tiempo que no ve a su hermano querido y vino de lejos con la esperanza de ver tu resplandeciente sonrisa... Tu no lo sabes, pero eres una persona muy entrañable, Hee-chan.

Cállate Maxwell. – miró a su hermana. – Necesitas donde quedarte¿no?.

Sí, perdí mi trabajo en Hooters – replicó recuperándose al instante, sin rastros de lágrimas. Obviamente estaba fingiendo. - y me desalojaron porque no pude pagar el alquiler ya que mis compañeros de cuarto no vendieron toda la mercancía, así que no pudieron pagar su parte, entonces todas mis cosas se quedaron en la calle y se mojaron con la lluvia, y yo no tengo donde quedarme y mi novio no me dejó quedarme con él... creo que tiene algo que ver con la zorra que estaba desnuda en su cama en ese momento.

Todos: o oUUU

Viéndola mejor, no se parece a Heero en NADA. Parece mas la hermana de Duo, a juzgar por la manera de hablar sin parar.

¿Entonces, Heero?. . ¿Me dejas quedarme contigo...? Eso es, si ustedes están de acuerdo, claro. – les dijo a los demás, con una resplandeciente sonrisa de dientes blancos estilo Colgate. (N/A: Y sí... me pagaron por poner eso, y qué. No puedo vivir con lo que gano escribiendo fics... o mejor dicho, LO QUE NO gano.)

Claro, no hay problema. – contestaron,

Nos encantaría que te quedaras. – agregó Quatre muy amable y sonriente.

¡Compartías el cuarto con otros hombres!. – reaccionó tardíamente Heero, saliendo de su asombro. �¡Tú sola?

Todos: O.O

crí, crí crí, crí

Sonido más grillos cantando.

Puedes compartir el cuarto conmigo... – se ofreció Duo, muy caritativo. Heero sacó su magnum (quién sabe de dónde, pero todas querríamos ser esa magnum) y apuntó con ella a Duo a la cabeza.

Ni lo sueñes. Tú duermes conmigo y Wufei. Quatre se va con Trowa.

Los dos últimos intercambiaron unas miradas libidinosas.

Emmm... En ese caso, nos vamos a preparar los cuartos. – dijo Trowa, súbitamente muy voluntarioso. Subieron corriendo las escaleras tomados de las manos.

¡Arg, no en mi cuarto!. – protestó Duo, sabiendo bien a qué iban esos dos. – Me recuerda a cuando por culpa de Wufei y de Sally, tuvimos que quemar el antiguo sofá. ¡Quedó inservible!.

Eso me recuerda; - dijo Wufei. - tengo... eh... trabajo. Adiós. – y se fue como alma que lleva el diablo (N/A: je, je. Siempre quise usar esa expresión. ¡Esta buenísima!. T.T Ya sé. Doy lástima.)

Mi hermana trabajaba en Hooters... T.T – murmuró en shock, llorando un río.

Cuando Heero se calmó un poco, observó detenidamente a su hermana, como diciendo: "Aquí estás de nuevo, dándome problemas". Nijan conocía esa mirada muy bien. Heero se la deba desde que eran pequeños y ella incendió al gato por accidente.

Sé lo que piensas y no es cierto. – se defendió la chica.

Sí lo es. Solo apareces cuando estás en problemas. Esperas a que yo los resuelva y luego desapareces hasta que me necesites nuevemente.

Ay, Heero-kun. Eres un gruñón. ¡No puedes negar que te encanta tenerme aquí!. – tomó a su hermano por la fuerza y le dio un beso en la mejilla. ¡Ah, por cierto, necesito un dinerín para pagar mis cuentas. Les debo dinero a unos tíos no muy amigables, a quienes les encantaría romperme las rodillas si no les pago.

Hn. ¿Cuánto?.

No sabría decirte... Dime¿tienes auto?.

Hooters: Es un restaurante en donde las meseras son mujeres bonitas con las lolas (léase: pechos, parachoques, cocos, etc, etc) muy, muy grandes. El uniforme es una camiseta ajustada y unos pantaloncillos cortos (acá les decimos shorts).

o0o

Duo le mostró a la hermana de Heero el que sería su cuarto, ya que su hermano aún se recuperaba del shock. Permanecía sentado, con la vista perdida y murmurando maldiciones.

Para su sorpresa, Quatre y Trowa SI habían preparado la habitación de la invitada... Pero después se perdieron y no se volvió a saber de ellos hasta que a media noche, algunos escucharon sonidos muy raros provenientes de quién sabe donde.

Está muy bonito, me gusta mucho. – dijo ella, sonriendo.

Ejem, gracias... – contestó Duo, pateando bajo la cama una revista para cuestionables fines para que Nijan no la viese. – Verás, me encanta mantener las cosas en orden. – mintió. La verdad era que era un desordenado sin remedio, y Quatre siempre se encargaba de arreglar la habitación que compartían. – Pero mejor me callo. Dime¿tienes hambre?. Seguramente sí, esta lluvia le da hambre a cualquiera... – comentó al mismo tiempo que sentía su estómago gruñir.

No tuvo tiempo de seguir hablando, pues la joven puso su bolsón sobre la cama, lo abrió, sacó un poco de ropa y comenzó a desvestirse frente a él con toda naturalidad.

Duo pegó un gran salto, alejándose lo mas posible de una Nijan topless. Era un extraño mecanismo de supervivencia que estaba comenzando a desarrollar. De ser otra mujer... bueno, digamos que no desaprovecharía la oportunidad. Pero no quería ni pensar lo que le haría Heero si...

¿Oye, qué tienes?. – le preguntó sorprendida Nijan. – ¿Nunca viste una mujer en ropa interior o qué?. – le dijo sin el más mínimo rastro de pudor al ver la expresión de susto del muchacho, que retrocedía tropezándose con todo.

No... es que... bueno, sí, pero... osea...

¡Uh, lo siento. Lo que pasa es que estoy acostumbrada a desvestirme frente a otras personas (je, je. Qué mal sonó eso). Sobre todo en el trabajo. Todos lo hacen. (N/D: Mmm... parece que la hermanita de Heero es todo un caso)

Por Shinigami, niña¿en qué clase de trabajo andas metida?. – replicó el chico, cerrando fuertemente los ojos y topándose con la pared. Estaba "atrapado". (N/A: Sí, como no �� ). ¡Cúbrete, ponte algo, pero ya!.

¡Oye!. ¡Ya sé que no entreno hace tiempo, pero no estoy taaaan mal!. – soltó ofendida.

¡Duo¡Nijan¿Dónde diablos se metieron?. – era la voz de Heero que había salido de su estado catatónico, y sonaba bastante molesto. La mueca de terror de Duo era bastante obvia, pero la chica no entendía qué pasaba, así que continuó desvistiéndose como si nada.

¡Estoy arriba, en el cuarto de Duo!. – vociferó, al mismo tiempo que se sacaba los pantalones empapados.

¡SHHHHHH!. – la reprendió Duo, llevándose un dedo a los labios en señal de silencio. – ¿Qué te has vuelto loca?. ¿Acaso no te caigo bien?. ¿Quieres matarme o qué?.

Nijan lo observó sin entender bien lo que le quería decir. Para ella, Duo estaba hablando con alguien más, pues ella no tenía ni idea. Lo acababa de conocer, pero le parecía que era bastante dramático.

¡Eres muy gracioso, Duo!. – comenzó a reír mientras meneaba la cabeza en sentido negativo.

En ese preciso instante entró Heero a la habitación.

¿Necesitas algo?. – le preguntó con suavidad, dejando de lado su tono frío. Al parecer no había notado a Duo sentado en la esquina del cuarto, encogiéndose lo más posible para que Heero no lo viese.

No, estoy bien. Solo quiero dormir, estoy cansada. – se acostó en la cama y se cubrió con la cobija. Heero dio media vuelta y se dirigió a la puerta, pero se acordó de algo.

¿No has visto al trenzado?.

Nijan señaló la esquina en la que Duo permanecía de piedra y luego apagó la luz y se acomodó para dormir. El trenzado se tensó al sentir los ojos punzantes de Heero sobre él. Lo iba matar. No haría sin dudar. Nunca había visto esa expresión en sus ojos. Realmente estaba furibundo.

FUERA – siseó el soldado perfecto, apuntando al trenzado con su arma favorita, su eterna compañera. Antes la había usado para matar enemigos, ahora... la usaría para matar otro tipo de enemigos.

Heero sacó a Duo del cuarto y cerró la puerta con delicadeza para no despertar a su hermana. Luego se dirigió a un Duo temeroso.

¿Qué rayos hacías espiando a mi hermanita mientras se desvestía?. ¿No te da vergüenza?. ¡Es apenas una niña!. ¡Eres un pervertido, hentai, enfermo...!

¡Oye, amigo, relájate¿si?. No la estaba espiando. – se defendió Duo contra las injurias hacia su honorable persona. – Le mostré el cuarto, hablamos, le ofrecí algo de comer y ella se quitó la ropa... Me imagino que me quería demostrar lo agradecida que estaba...– bromeó Duo para calmar los ánimos.

¡Aaarg!. ¡Eres un enfero, te voy a matar!. No te quiero cerca de mi hermana de nuevo¿me oíste?. Para mí sigue siendo la niñita molesta que corría hacia mí para pedirme que la hamacara en el columpio. – soltó Heero, y pareció ponerse pensativo unos instantes. Su mirada se ablandó; pero pronto volvió a ser la fría de siempre. ¡Así que ya sabes, no te le acerques!. No te quiero ver reptando cerca de mi hermana.

Oye, amigo, ella ya no es una niña... – comenzó a decir en tono libidinoso. Ni terminó esa frase, y Heero tenía la magnum apuntando directamente a su frente. ¡Oye, oye, cálmate!. – comenzó a gritar mientras agitaba los brazos. ¡Era broma, era broma!. ¡No quiero nada con Nijan, no me gusta, no es mi tipo!.

Heero lo observó dubitativo. Bajó el arma. No quería después arrepentirse por haberlo matado. Mejor esperaría a estar seguro que se lo mereciera. Duo respiró aliviado. Un extraño brillo apareció en sus ojos, junto con una sonrisa maliciosa.

Oye, Heero... Nijan no es nada inocente... Además se ve muy bien en... – no pudo terminar porque tuvo que emprender huida. Heero se había vuelto a enfurecer y lo perseguía con su arma.