Disclaimer: Naruto y sus personajes NO me pertenecen. Solo los utilizo sin un valor pecuniario para un mero desahogo mental. Por tanto, la historia y los hechos que se cuenten a continuación y me pertenecen en su TOTALIDAD.

Notas del autor: Terminando un año y con un nuevo proyecto. Sin embargo, creo que este fanfic si tenía que escribirlo, es un desahogo y he de confesar es completamente una autobiografía. Todos sucedió tal y como se cuenta y creo que debía decirlo. Espero les guste.


Désespérément Vôtre.

Capítulo I

Bonjour, je vais vous présenter ce garçon.

Nara_Suri.

Otoño- Invierno de 2011,

Tenía 16 años cuando me fui de casa y concurrí a vivir sola a Tokio. Pese a no haber sido fácil convencer a mis padres dejar que su única hija se fuese a vivir sola a una ciudad tan grande, logré sin problemas pasar el examen de admisión de la Universidad, razón por la cual a los señores Haruno no les quedo más remedio que aceptar, todo claro con el compromiso implícito de visitar Konoha regularmente.

Irse de casa no es fácil, dejar todo lo que has vivido mal que bien toda tu vida para ir a probar suerte, realmente no lo es. El salir de la comodidad de tu hogar, dejar tu cama, tu habitación, tus recuerdos y tu historia para ir a seguir escribiéndola no es para todo el mundo, pero Konoha siempre había sido un lugar muy pequeño para mis grandes ambiciones, y habiendo las posibilidades de costear mi ida de casa lo mejor era que siguiese mis sueños.

Para entonces llevaba casi 11 meses con mi novio Sasuke. Era todo lo que yo quería guapo, alto, de buena familia, inteligente e interesante. Y eso precisamente es quizás el porque él y yo pudimos seguir en una relación a distancia. Éramos –pese a ser jóvenes, personas acostumbradas al éxito y a pensar en grande, y naturalmente estábamos enamorados. Sin embargo, nadie reprocho nada cuando él se fue a China a seguir con sus estudios universitarios y tampoco cuando yo me fui a Tokio. En el fondo ese idealismo y frenesí del primer amor nos llevaba quizás a pensar que las cosas duraran para siempre. Teníamos un plan, terminar nuestras carreras, vernos de vez en cuando, cursar maestrías en el mismo país, vivir juntos y casarnos a los 30 años. Simplemente todo parecía tan fácil.

Desde siempre he sido una chica comprometida y vale…algo ñoña. Mis notas son impecables, mis registros actividades extracurriculares son impresionantes y mi oratoria es excelente, en conclusión y sin ánimos de parecer arrogante o presuntuosa reúno las calidades para ser la mejor en mi profesión, es por ello que yo Sakura Haruno con 16 años empecé a estudiar Derecho en la Tōdai en el año de 2010.

Así después de un año estudiando logré el forjarme una reputación y empezar a enfocar mi carrera. Todo parecía perfecto: había perdido 15 kilos, tenía amigos geniales y pese a no estudiar ni residir en el mismo lado, tenía a mi novio del instituto que estudiaba en China. Quizás por ello en su momento nadie me habría vaticinado como se darían las cosas y dónde irían a dar las cosas para el año siguiente.

Comenzare por decirles en esta historia Sai supo de mí antes que yo supiese de él. Para entonces ya yo iba en el segundo año de Derecho y mucho tiempo después supe que efectivamente él y yo que compartíamos una pequeña clase magistral con otros 120 estudiantes en el primer semestre de ese año 2011. Fue allí, en esa misma clase de investigación jurídica –donde yo Sakura Haruno fui la alumna estrella y constantemente dejaba en ridículo a él pelmazo de Ebizu mi profesor del área. Esa misma donde Sai conoció de mi persona y de mis logros, y quién sabe si algo de mi historia.

En aquel tiempo él no me interesaba. Mi mente estaba ocupada en alguien más y en mis estudios. Me encontraba metida en mis proyectos de clubes de debate, presidencia escolar, y concursos interuniversitarios de oratoria y en cuanto a mi vida personal tenia los amigos que quería y una relación de más de dos años, y una pronta visita de mi amado.

En el segundo semestre de ese año, coincidimos por primera vez en dos clases: Laboral I y Civil IV, pero no fue hasta mediados de dicho semestre que repare en él. Sai no es típico tío que llama la atención, pese a ser bastante atractivo, era a su vez introvertido, callado, jodidamente tímido, enano, borde, amargado y sospecho que hasta bipolar, sin embargo cautivo mi atención con algo en especial, Sai se parecía mi novio Sasuke.

Vale lo acepto. Ver a Sai en mis clases era como ver una versión de menor estatura y de piel más bronceada de Sasuke. Tenían sus diferencias, el estilo de Sasuke era sexy, constantemente traía el cabello alborotado y Sai era más conservador. Además su mayor y sustancial diferencia era efectivamente la altura, Sasuke era un hombre de metro ochenta y Sai pese a su metro setenta de estatura no llegaba a ser lo suficientemente alto para mí que media lo mismo él. Para mí al ser una mujer naturalmente alta cualquier hombre de menos o igual estatura que yo un enano. Sin embargo, sus gestos eran idénticos y tenían las mismas manías, pese a que Sasuke tenía un carácter más tosco. Y bueno, vale por más enfermo y pervertido que suene ambos tenían una buena retaguardia. Sí, soy de esas románticas que aun les mira las nalguitas.

La primera vez que repare en la presencia de Sai fue antes de una clase de Laboral I, no recuerdo el mes ni la hora, pero puedo decirles que era jueves. Yo me quejaba a viva voz de un trabajo de Penal I, materia en la que detestaba a los profesores.

−Malnacido hijo de la puta que lo parió−gritaba quejándome como siempre. − ¿10 citas bibliográficas? ¿Es acaso que el capullo de Orochimaru se cree que yo tengo tiempo para andar haciendo sus pendejas? ¡Como si en esa puñetera biblioteca hubiera libros muy actuales! ¡Maldigo a él y a toda su puñetera descendencia con el maricón de Kabuto!- Hinata y Tenten me escuchaban muertas de risa. En ese momento una mano masculina tocó mi hombro.

−Conozco una página donde puedes descargar uno de los libros para el trabajo, ahora solo te faltarían 9…-me hizo la explicación en la que yo ni siquiera repare.

−Vale, gracias− dije algo extrañada. Él se sentó con Matsuri una chica la mar de rara diagonal a Hinata y a mí, justo a la izquierda de Tenten. − ¿Y este tío quién es?−pregunte bajito y ellas se encogieron de hombros tan desconcertadas como yo.

Poco después, supe su nombre. Y no fue sino hasta una clase de Civil donde me di cuenta el pavoroso parecido que tienen él y Sasuke. Son tan parecidos que hasta podrías decir que son gemelos. Sin embargo, solo me dedicaba a mirarle de manera inocente, bueno vale y a su trasero de manera pecaminosa. Yo era feliz con Sasuke pero hacia más un año que no nos veíamos. Siempre había una excusa y eso empezaba a cansarme. En mitad de ese semestre fui al Concurso Nacional de Oratoria por una semana y al regresar Tenten estaba indignada.

−¡¿Es que puedes creerlo?! ¡Esa mal nacida pecho inflado de la Tsunade me folló! ¡Tengo un 0! ¡Y todo es culpa de ese pendejo! ¡Él sabía la respuesta! ¡Ojala se le exploten las tetas!-gritaba histérica.

La clase de Tsunade sensei era una de mis clases preferidas. Ella era una rubia de metro setenta, con senos descomunales, cuerpo de infarto y la mujer con más estilo que yo haya conocido jamás. Hinata y yo adorábamos sus tacos, sus vestidos y sus bolsos de marca. Ella era suelta a la hora de hablar, y una mujer jodidamente sensual, de esas que pese a ser completamente heterosexual sientes como si te coqueteasen. Ella no solía preguntar en clases y si lo hacia las participaciones eran completamente libres, así yo siempre le salvaba el pellejo a todos aquellos vagos como Tenten que no leían ni los títulos de las voluminosas sentencias que ella solía dejar para estudiar. Sin embargo, en la semana que estuve fuera en Kyoto en el Concurso de Oratoria al no tener ningún voluntario –entiéndase por este a mí, para que le hablase de sus sentencias decidió tomar la lista de clases estampillando unos cuantos 0 a más de la mitad del curso. Hasta que después de semejante masacre ese chico Sai levanto la mano tímidamente y le hablo hasta de las firmas en la sentencia. Tenten por supuesto se lo puteaba con ganas.

−No sé porque te gusta ese tío, es un puto ñoño y sobra decirte que un pesado− ella puso los ojos en blanco seguimos tomando café.

−Yo no sé de que hablas, a mi ese tío ni me va−le espeté molesta. –Solo me recuerda a Sasuke es todo−le dije mientras tecleaba en mi teléfono hablando con el susodicho.

Y era cierto, en aquel tiempo yo no estaba interesada en Sai. No le veía como hombre, no le pensaba a menudo. Solo me gustaba observarle, era muy callado. El solía sentarse en la primera fila en clase de Tsunade, justo delante de mí. Bastante reservado siempre parecía analizar demasiado a todos y enseguida me di cuenta que realmente Sai era un hombre bastante inteligente. Sus notas no bajan de 4.0 sobre 5.0, se sabía las cosas casi que de memoria, pero había una constante que no encajaba... él tenía materias abajo, es decir no daba enteramente las materias de el IV semestre. Y eso era bastante raro, además que no le había visto sino hasta ese semestre, cuando yo podía decir que conocía a todos los que habían empezado conmigo incluso los que ya se habían atrasado.

− ¿Y de donde salió ese tío?− un día tomando limonadas en la cafetería llego el tema.

−Vieras que él iba en el semestre de Sui− Suigetsu había sido mi pareja en el Concurso Nacional de Oratoria y habíamos hechos buenas migas. –Se cambió de psicología después del primer semestre, volvió a derecho dos semestres después, por eso tiene algunas materias abajo.- decía Mohegi. – ¿Cierto que está como un tren?− Tenten casi le escupe la limonada encima.

−Pues para mí no es más que un enano cretino y cabrón.− dijo Tenten. – además ¿Lo habéis escuchado hablar? Parece que tuviera un pepino dentro del culo. Os juro que es gay−

−Es un buen tipo, pero compite mucho con su hermana− al parecer Mohegi le había hecho el trabajo de inteligencia completo. –Ya sabéis, Sai kun se mata estudiando su hermana Setsuko está en la lista del decano y al parecer su madre le riñe mucho por ello, según escuche. Además que se mete unas trancas horrendas− a esta historia le faltaba algo, Sai no me parecía ese tipo de tío que se embriaga hasta perder el conocimiento.

− ¿Habéis escuchado eso Sakura?− sabia iba a decir algo vergonzoso. –Le gusto chupar tanto como a ti− le entorne los ojos. Vale, si me gusta beber pero no por ello puede juzgarme.

−Bah…está comprometido−dijo Mohegi algo decepcionada. –Su novia es horrenda, también es del semestre de Sui kun− recién descubría que el también tenía pareja.

¿Cómo sería aquella chica? Me entro un poco de curiosidad, sin embargo no me puse en la labor de inteligencia. Andaba demasiado emocionada porque al fin Sasuke kun me había dado fecha para su visita. Al parecer vendría en 2012 dado que su madre Mikoto ya se encontraba del todo bien con el cáncer que le había descubierto el año pasado, el pobre Sasuke la había pasado muy mal con ello y yo había tenido que estar con él en las buenas y en las malas.

No pasó mucho tiempo hasta que la vida trajo la casualidad y conocí a la novia de Sai. Un buen día iba con Suigetsu acompañándole a hacer unas vueltas por la universidad en el edificio del Maestrías más puntualmente. Entonces el saludo a una chica. Metro y medio, cabello rubio hasta la mitad de la espalda en una coleta desaliñada y las pintas más horrendas que hubiese podido ver en mi vida.

−Saku te presento a Ino chan−la chica que inicialmente me miraba de manera dulce entorno los ojos enseguida.

−Un gusto Sakura Haruno−dije tratando de ser educada.

− ¿Así que tu eres Sakura Haruno?−vale que no entendí aquello. Ella se acomodo el reseco cabello y se dio vuelta.

−Nos vemos luego Sui kun−dicho esto se marcho. Vale, que me pareció extraña pero no dije nada.

−Esa es la novia de Sai, creo que esta en tu semestre− ¿Qué? La tipa lucia terriblemente mal arreglada e insípida, y aun que Sai no fuese el idol de la universidad tampoco era tan feo para una chica como esa. –Debe andar en sus días ella no suele ser tan grosera− él intento hacer un chiste al respecto pero la verdad yo no le di importancia.

Ese semestre fue rápido, realmente no recuerdo nada del otro mundo salvo esos sucesos puntuales. Porque a decir verdad Sai era realmente reservado y salvo la vez del libro para el trabajo de penal no hablamos de nuevo. Sin embargo, por causas ajenas a mi terminaba sabiendo mas de él de lo que quería y de su horrenda novia. Ino Yamanaka inevitablemente se convirtió en objeto de nuestras burlas desde que Yoruichi asevero que tenía cara de sirvienta y que sus atuendos eran claramente un atentado contra la moda.

Así en el invierno de 2011, después que decidí descongelar mi cupo para el semillero de investigación en Derecho de la universidad, empecé a ver la lista de mis nuevos compañeros en la comodidad de mi habitación en Konoha, cuál fue mi sorpresa al ver el nombre de Sai entre ellos. Telefonee inmediatamente a Hinata con las manos temblando.

−Te vas a morir−le dije.

−¿Ha vuelto Naruto de Corea?− preguntó emocionada. Naruto era mi mejor amigo en aquel entonces, y Hinata estaba muerta con él.

−¡Que le den a Naruto! ¿Adivina quién es mi nuevo compañero de Semilleros?−le pregunte chillando.

−No lo sé… ¿Naruto?−

−Necesitas un terapeuta− le dije hastiada. –Este tío Sai, el de Laboral−

−¡Santa mierda!−chilló emocionada. −¿Qué vas hacer? Sasuke kun viene a visitarte en enero− de solo pensarlo se me ponían las piernas como gelatina.

−Pues nada, Sai solo me parece lindo− dije sonrojada. –Además que yo amo a Sasuke kun y nunca lo traicionaría−

Y era cierto, Sasuke era mi primer amor. Jamás le traicionaría, sin embargo el saber que Sai y yo estaríamos en la misma clase donde somos los únicos conocidos me emocionaba. Era un mero desliz inocente, como una pequeña paja mental. Y finalmente vino enero, y Sasuke de nuevo no volvió a Japón.


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