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Disclaimer: Todos los personajes, criaturas, y hechizos mencionados aquí pertenecen a la talentosa J.

Summary completo: Cinco años a través de los cuales Draco ha tratado y fallado en besar a Harry Potter. Y la última vez, triunfó.

Advertencia: Un poco ofensivo. Slash – como es usual, así que retrocede si no apruebas las parejas homosexuales.

N/T: Espero que les guste este capítulo!!! Lo dividí en dos partes para que sea más amena la lectura…y disfruten :D A eso si, espero comentarios sobre el capi, correcciones, tomatazos, saludos lo que sea, para ir mejorando en mis escritos.

La primera vez que Draco Malfoy trató de besar a Harry Potter estaba lloviendo afuera

Y las nubes negras amontonadas arriba destacando los hoyuelos cautivantes sobre los labios de Harry y sus pálidas mejillas. Ojos verdes impávidos, encapuchado y un poco disgustado por algo, atravesó el Gran Comedor con el aire de alguien que había rechazado algo importante. Se sentó en la mesa de Gryffindor, su muro flexible enmarcado por dos inusuales espacios vacios al lado de él en donde la Sangre Sucia y la Comadreja deberían estar.

Draco tomo la oportunidad de deslizarse silenciosamente en la banca al lado del puesto de Harry.

El gryffindor de 13 años levanto su cabeza; la confusión grabada en la pálida piel entre sus cejas y al lado de sus cautivantes ojos esmeralda. Su ceño se frunció considerablemente cuando su mirada finalmente se encontró con la mirada gris-plateada de Draco, que sostenían una inusual, casi curiosa inocencia

El permaneció en silencio; la sospecha que se aglomeraba en sus ojos verdes fue pregunta suficiente para Draco.

"Solo quería venir a visitar" mintió suavemente, mostrando su más encantadora sonrisa al muchacho ceñudo. Harry no contesto el gesto, simplemente meneo su cabeza y se volteo para continuar con su cena."

"Eres un mentiroso" Harry murmuro mientras tomaba la sopa, su voz era notablemente más suave de lo usual.

A pesar que las cejas rubias casi plateadas de Draco se arquearon graciosamente, y su boca se torció en una curiosa sonrisa, Harry se rehusó a levantar la cabeza y ver la insultante mirada que era dirigida para él.

Draco suspiró; obviamente no había esperanza en tratar de agradar al chico al sostener una conversación. Así que trató una aproximación más verbal.

"Te ves delgado," trató con esa frase, y cuando lo dijo, se dio cuenta que no estaba mintiendo; el abdomen de Harry se veía hundido debajo de su buzo verde. Sus costillas huesudas creaban marcas inconfundibles en la tela fabricada a mano el cual colgaba le colgaba a los lados. Sus mejillas estaban hundidas, no precisamente con delicados huequillos que lucían atractivos en sus pómulos femeninos, como era lo normal, sino una forma casi cadavérica que sacaba más su ya tensa y delgada boca rosada.

Draco sonrió; Harry miró ceñudo a su sopa que estaba intacta, mientras sus brazos se movieron inconscientemente a su abdomen. "Cállate," el mago de pelo oscuro siseo; sonaba ronco, "Ni siquiera te importa. Porque tratas de apuntarme mis defectos? Creí que ya era lo suficientemente desagradable para ti Draco." El escupió el nombre del rubio con el suficiente veneno para que Draco se estremeciera ligeramente, como si Harry lo hubiera insultado abiertamente.

Mientras que el muchacho de cabello oscuro volteo la cabeza para mirar que era lo que Lee Jordan le decía a su izquierda, Draco sintió una extraño tirón directamente detrás de su ombligo y buzo. No era como la sensación desagradable como cuando usas un Translador. Pero ese tirón parecía enganchar su estomago y lo hizo tambalearse contra Harry, hasta que Draco se encontró casi recostado en la espalda del mago de pelo oscuro.

Harry volteo lentamente cuando tuvo la sensación de otra presencia detrás de él.

Draco miro fijamente y sin descaro a los cautivadores ojos esmeraldas y ellos miraron fijamente de vuelta a los ojos plateados inquisitivos. Hubo un momento de silencio tensionante como si ellos simplemente se conocieran al verse fijamente uno al otro, y luego Draco se encontró de repente solo en el banco.

Harry se había puesto de pie y desapareció a través de las puertas del Gran Comedor, dejando a Draco sentado a horcajadas en el banco con su corazón retumbando aterrorizado dentro de su pecho.

La segunda vez que Draco Malfoy trató de besar a Harry Potter estaban solos en el salón de Snape

Ya que todos los alumnos ya habían salido gracias al haber pasado sus exámenes escritos ese día. Harry coincidencialmente estaba encerrado en la enfermería durante toda la clase de Pociones por una herida menor hecha por el Quidditch esa tarde. Draco simplemente no había estudiado y recibió una terrible nota en la asignatura, demasiado tuvo con la decepción enmascarada de Profesor Snape.

Los dos chicos de 14 años estaban sentados en separados asientos en el húmedo y frio calabozo, plumas en mano, las puntas mojadas por tinta, quietas al igual que ellos, encima del pergamino, mientras leían la asignación escrita sobre la pizarra:

Describa las diferencias entre un Inferi y un fantasma.

Describa sus similitudes.

Escriba los ingredientes de la poción que destruye a los Inferi.

Escriba los ingredientes de la poción que desvanecería un fantasma a la otra vida en donde nadie pueda verlo ni oírlo.

Escrito de dos pies de largo.

SIN HACER TRAMPA.

"Dos pies de largo," tosió Draco, tratando de atraer la atención de Harry más que nada. "Esto es una pérdida de pergamino."

A pesar de la ligera molestia que le provoco la interrupción, Harry tuvo que reprimir una pequeña sonrisa. Él simplemente hizo un gruñido y asintió antes de devolver sus ojos a su propio pergamino amarillento totalmente en blanco.

Draco sonrió abiertamente sin sentirse apenado; había captado la pequeña, medio enmascarada sonrisa en los labios de Harry. Eso significaba que él estaba llegando a algo. La sonrisa de Draco se suavizo, antes de derretirse totalmente mientras llevaba sus ojos hacia su papel. Era un progreso.

En los siguientes 20 minutos, el único sonido que se escucho en el oscuro calabozo era el del constante rasgueo de dos plumas contra el pergamino, el murmullo ocasional de "demonios" cuando Harry se equivocaba en lo que hacía y se encontraba en la obligación de borrar algo y volver a escribir la frase, y Draco sentía un leve y triunfante aumento de la respiración cada vez que dirigía una mirada hacia Potter y encontraba que el mago de pelo negro lo miraba también, y que giraba su cabeza rápidamente a su pergamino para seguir escribiendo.

Draco se permitía esbozar una pequeña sonrisa cuando el miro por quinta vez a Harry y este fue forzado a voltear rápidamente su cabeza hacia su examen con unas manchas de color en cada mejilla.

El echó un vistazo a Draco con la esquina de sus ojos, sonrojado totalmente. " De que te ríes?" pregunto vehementemente. "No es como si no te hubiera atrapado mirándome todo el tiempo."

La risa de Draco murió en su garganta. Las manchas rojas aparecieron ahora sobre sus propios pómulos altos, tallados con delicadeza, idénticos a los parches que todavía brillaban sobre la cara de Harry. Ellos se miraron en silencio entre sí por algunos momentos tensos, y luego Draco se levanto de su escritorio con su conocido susurrar de la tunica, y cruzó rápidamente las baldosas donde se apoyaba el escritorio de Harry.

Se paro enfrente de el, colocando sus manos en ambos lados del mismo, y bajando hasta estar cara a cara con el chico sonrojado. "Ahora escucha, Potter," el siseo, pero los insultos y amenazas que intentaron salir por su garganta murieron antes de que pudiera abrir la boca otra vez.

Draco se encontró de repente muy cerca de Harry; la punta redonda de su nariz recta casi toca la nariz ligeramente más grande de Harry. Las bocas de ambos estaban abiertas, y el aliento caliente paseaba deliciosamente a través de ellos. Draco podía oler el débil aroma de hierbabuena que exhalaba Harry a través de sus labios separados, podía contar cada una de las largas pestañas negras del chico, podía prácticamente saborear la menta y la vainilla los cuales sin duda aguardaban en esos tentadores labios rosados…

Pero antes de que Draco pudiera mover otro musculo, las puertas del calabozo se abrieron y una figura oscura emergió como un murciélago superdesarrollado. Draco apenas tuvo tiempo para girar y alejarse del escritorio de Harry antes de que el Profesor Snape dirigiera sus famosas miradas frías a la pareja. Sus ojos negros sostuvieron la conocida mirada fria y calculada hacia Harry, al cual despreciaba.

"Malfoy, te sugiero que dejes de molestar a Potter (por increíble que parezca) y regreses a tu escritorio antes de que me vea forzado a darte una detención." Draco asintió y obedientemente se devolvió a su escritorio a través del salón. "y tu Potter," Snape murmuro, dirigiendo su oscura mirada hacia Harry, "Deja de fastidiar a Malfoy y vuelve a trabajar."

Harry gruñó pero asintió.

Al otro lado del salón, el corazón de Draco latía fuertemente en su pecho. Pero estaba sonriendo. Esta vez estaba progresando en la dirección correcta.

La tercera vez que Draco Malfoy trató de besar a Harry Potter era el día de la final de Quidditch entre Gryffindor y Slytherin.

Y la sangre de Harry palpitaba por sus venas. Su corazón latía fuertemente, sentía golpes fuertes en su manzana de Adán entre respiros rápidos y profundos. Sus palmas sudaban mientras cogía la escoba y se giraba para ver a Angelina, quien estaba llamando su atención al frente de los vestidores.

Su pelo oscuro estaba amarrado en una larga y bien sujeta cola de caballo, mientras gesticulaba bulliciosamente cada frase que decía.

Harry la observo entretenido ligeramente; Angelina nunca fallaba en calmar los nervios de cada uno con su humor infantil. Pero luego su expresión se volvió gravemente seria; sus manos se posaban en sus caderas sobre su uniforme de Quidditch rojo y dorado, su vista se convertía en una fina línea, sus ojos oscuros peligrosamente estrechos bajo su frente transpirada. La mirada en su cara retaba a cualquiera a interrumpir su charla sobre el plan de juego y reducirlos a todos.

Harry junto al resto del equipo trotaban hacia el campo de juego con poco tiempo; los latidos de Harry eran peligrosamente rápidos, sonando dentro de él como un arpista frenético que jugaba con una melodía incomprensible con las cuerdas de su corazón.

Madame Hooch coloco el pito cerca a su boca una vez que lo Gryffindors y los Slytherins habían montado sus escobas con gran rapidez. Abrió su boca y con un gran bramido, gritó a través del campo de juego, "1…2…3…A JUGAR!"

Harry pateo fuerte el suelo casi después de que las palabras se escaparan de la boca de la señora Hooch.

El viento cruzo agradablemente por su cara desprotegida y las partes de sus brazos que no cubría su uniforme de Quidditch. Un inolvidable cielo se encontraba sobre él, con nubes que parecían algodón cruzando por el sol y pasando rápidamente por el profundo telón color zafiro. Era el clima perfecto para un partido de Quidditch, y Harry se sentía confiado en el momento que se elevó sobre el resto del equipo quienes luchaban con las bludgers, las quaffles y entre ellos a través del campo lleno de pasto verde.

Cruzando el campo, Draco estaba escaneando el aire para poder hallar la snitch dorada, pero el trataba de mantener su mirada fija en Harry que flotaba 30 pies sobre sus compañeros Gryffindors. También se halló inconscientemente observando al chico.

Su pelo se veía oscuro y azotado por el viento, más de lo usual , y esto enmarcó mas su mandíbula y pómulos altos y atractivos. Sus ojos, con el hermoso color verde, quedaron grabados con fuego en la mente de Draco, los cuales estrechó por el viento detrás de sus gafas redondas. Era un espectáculo digno de ver, el infame Harry Potter estaba arriba tranquilo sobre su escoba con un metro treinta pies de distancia, su cara encantadora retorcida en una expresión del placer extremo. Pero de repente se puso rígido y bajo un poco cuando su mirada fija se encontró con la de Draco, cubriendo su cuerpo con el mango de su escoba, su expresión se enfrió, y sus ojos se enfocaron en algún punto detrás de la cara consternada de Draco.

Tomo un momento para darse cuenta que era lo que significaba el extraño comportamiento de Harry, y cuando finalmente se concentró en el lugar que se encontraba, Harry estaba acelerando y pasó a Draco en un borrón de ropas rojas y doradas, acercándose a la brillante y dorada pelota flotando veinte yardas detrás de Draco, cerca del poste de gol del Slytherin.

Draco agarro su escoba rápidamente y fue tras Harry, sus ojos grises plateados se estrecharon contra el viento que sin piedad los azotaba, sus puños enguantados se apretaban fuertemente contra el pulido mango de su escoba. Harry se sobresalto violentamente por el aire, delante de Draco, para evitar un bludger que de repente se dirigió hacia él, sus cristales quedaron torcidos sobre su nariz. Se ajustó las gafas con impaciencia antes de acelerar a máxima velocidad y salió disparado de las nubes hacia la cancha, donde la diminuta pelota de oro brilló insultantemente en los parches de luz nebulosa del sol que se abrían camino por las nubes.

La pelota salió revoloteante detrás de los postes rápidamente, y Harry y Draco fueron forzados a girar sobre sí mismos soportando las burlas y hurras de los Slytherins cubiertos en verde y de plata, para poder dirigirse detrás de los altos soportes de madera, fuera de vista de los admiradores bulliciosos.

Estaba un poco silencioso afuera a comparación del campo de Quidditch, y Draco posó sus ojos una vez más en como Harry se inclinaba en su escoba y se dirigía rápidamente hacia la snitch. Se encontraba casi veintitrés pies cerca del estadio, entonces Draco de repente se posiciono frente a él, cambio su expresión a una dura y fría. Harry se vio forzado a retroceder en su Saeta de Fuego para evitar atropellar al chico de pelo rubio sentado con sus brazos cruzados sobre su pecho, desafiante.

"Que, Malfoy?" Harry escupió impacientemente, sus ojos iban de lado a lado, mientras que la snitch estaba flotando tranquila entre las ramas de un pequeño árbol justo fuera de las paredes de los soportes, su respiración era forzada y baja como si jadearan sus pulmones.

Draco apenas levanto una ceja, sus brazos aflojándose sobre su pecho mientras volteaba a ver qué era lo que intentaba mirar Harry, luego suspiro cuando encontró la pequeña y brillante pelota escondida dentro de las hojas color esmeralda del viejo árbol de sauce. El cambio su peso ligeramente, guiando la escoba cada vez más cerca de Harry, quien estaba todavía concentrado en la snitch inmóvil que estaba en el árbol.

Draco tomo la oportunidad y se ubicó al lado de Harry, poniendo su cara nivelada a la del chico de quince años con una expresión de incrédula calma.

Harry se congeló y levantó su mirada lentamente hasta encontrar la gris de Draco. Se encontraba muy impaciente nadando dentro de los irises verde oscuro, pero otra emoción llego ahí a la cual Draco no le pudo dar nombre….

"Solo escucha," le dijo Draco después de una pausa de segundos. Quito el pelo de su cara y se agacho un poco poniendo su boca cerca de la de Harry por tercera vez en tres interminables años. "Solo…..solo quiero probar algo," aclaró contra los labios del chico.

Y cerrando sus ojos, Draco no gasto tiempo en balancearse hacia adelante en su escoba y llevar su cara cerca a la de Harry. Otra vez capturo el olor atractivo de hierbabuena fresca y la rica vainilla caliente sobre los rosados labios separados de Harry.

Se estaba acercando, Draco casi alcanza su cometido, su boca estaba a pulgadas de la boca de Harry, había pocos centímetros entre su boca y la suave boca de Harry, sus labios abiertos…

Y luego un frio repentino paso sobre Draco mientras su pelo fue desordenado sobre de su cara y su uniforme se cruzo en sus piernas. Con sus ojos bien abiertos. Harry se había ido, deslizándose suavemente hacia la cima de los soportes, la diminuta snitch atrapada en su puño, una sonrisa sobre su cara mientras la sostuvo para los Gryffindors que chillaban y los Slytherins burlándose dentro de la cancha del juego.

Los dedos de Draco temblaron sobre el mango de su escoba mientras miró subir a Harry lejos y más lejos de él. Sus manos se sacudieron violentamente sobre la escoba. Cerró sus ojos otra vez, inhalando profundamente, intentando calmar la cólera y la emisión de impulsos de fracaso dentro de él a ritmo de su corazón errático, antes de cambiar su direccion hacia arriba y nivelar su escoba con la de Harry otra vez, y esta vez colocando una expresión malhumorada sobre sus rasgos para enmascarar la derrota y un leve triunfo por acercarse cada vez más a su objetivo.

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