Ah, no se...Esta es mi historia más preciada, llevo haciéndola desde hace 3 meses y aun continúo xD emmm les compartiré los primeros 3 capítulos ya que sigo sin saber como terminaré este fic (seguramente haré un libro XDD)
Basada en la canción Elsa Maria de la vocaloid3 Mayu. So, disfruten -sonríe-
Veía a ese chico con un hacha en las manos, ese chico que había conocido desde siempre. ¿Qué había hecho para merecer eso? Su sangre derramada por todo el lugar era espantosa, pero más lo era aquel pequeño ser que no logró vivir como un infante. ¿Qué había hecho para que su pequeño tuviera ese cruel destino? Ellos no habían hecho nada malo, ¡nada!
-Un mes antes-
Una chica de cabellos color chocolate veía el paisaje acariciando su vientre. Tenía una tierna sonrisa en su rostro, nunca había sido tan feliz. Estaba embarazada de su gran amor.
-¡Felicia!- Aquella voz la sacó de sus pensamientos. Dirigió su mirada a aquel chico casi idéntico a ella.
-Oh, fratellino, ¿Qué pasa?-
-¿Dónde está Ludwig?- Se acercó a ella y se sentó en el suelo, apoyando su cabeza en las piernas de su hermana.
-Mmmm creo que está trabajando, ¿Porqué? ¿Alguien lo busca?-
-No…quería saber que hacer de comer, pero bueno, supongo que haré pasta-
-No te olvides de sus salchichas, jeje-
Una plática muy común, el chico acariciando el vientre de su hermana mayor, mirándole con tristeza y a la vez, alegría.
-Sorella…te envidio-
-Perché?-
-Tendrás un hijo de la persona que amas, tienes una vida muy buena…tienes a la persona que ama a tu lado…y el te ama…- Su voz se hacía cada vez más melancólica, a lo que la mayor solo le acarició el cabello, tratando de tranquilizarlo.
-Fratellino, algún día, esa persona que tu amas te amará también, te casarás con ella y…bueno, tendrán un fruto de su amor…solo espéralo, ve~-
-No creo que eso pase…- Se levantó y se dirigió a la cocina. –Haré pasta y salchichas, como dijiste…ya vengo-
Desde que había sabido que se embarazó, siempre pasaba eso, hablaban tranquilamente y de la nada le decía que la envidiaba. Pero ella siempre se sentía culpable, aunque nunca supo porqué.
-¡Yo haré jugo de naranja!- Se levantó animada y fue a la cocina. Minutos después llegó un fornido hombre.
-¡Ludwig!- Los dos hermanos fueron a donde estaba el otro, totalmente felices. -Benvenuti!-
-Oh, danke, eh vuelto- El rubio besó a Felicia, abrazándola cuidadosamente, tratando de no aplastar al bebé. Luego vio al otro y le sonrió tiernamente, este se sonrojó completamente y le devolvió la sonrisa.
La tarde pasó tranquilamente, con algunas miradas tristes del otro chico, mientras Ludwig y Felicia no le daban tanta importancia. Reían y jugaban, inclusive llegaron a hacer una pequeña escena dramática al acabarse la comida. A la hora de dormir, Felicia y Ludwig fueron alegremente a su habitación, mientras el otro se iba a su pequeña y solitaria habitación.
-Fratellino se ve triste… ¿le pasará algo?-
-¿Quieres que vaya a hablar con él? Ya sabes, me tiene mucha confianza y esas cosas…-
-Grazie amore! Me eres de gran ayuda, no quiero que mi hermanito esté triste…-
Ludwig salió de la habitación para ir a la del chico. Al abrir la puerta, el dueño de la habitación estaba apuñalando con sus tijeras a un pequeño oso de felpa que le había reglado Felicia. Éste, al verlo, dejó al oso y sonrió.
-¡Lud! ¿Qué pasa? ¿Quieres dormir conmigo? ¡Que felicidad!-
-Ah…n-no es eso, es solo que Felicia esta preocupada por ti-
El semblante del gemelo de Felicia se tornó serio.
-Oh…es eso…No tengo nada…puedes decirle que deje de preocuparse, Lud-
-Está muy preocupada por ti, si es algo que te moleste de ella, entiéndela, está embarazada y sufre varios cam-
-¡ME MOLESTA TODO DE ELLA! ¿FELIZ?-
Guardó silencio, el rubio fue hasta el otro y lo abrazó, diciéndole al oído que no la odiara.
-Ella es tu hermana mayor, tu única familia, no la odies…-
El menor se sonrojó y lo abrazó, más el abrazo no duró mucho ya que Ludwig se iba de su lado.
-Bitte, no la odies…ahora descansa, te quiero…-
Eso fue todo lo dicho en esa noche. Más al día siguiente todo transcurrió como si nunca hubiera pasado nada.
-Sorella…voy por algunos dulces, ¿quieres algo?-
-¿E-Eh? P-P-Pues, algo dulce, no lo se, ve~ ¿porqué tiene que ser tan difícil elegir un dulce~?-
-Traeré chocolates, ya vengo-
Salió, pero vio la sonrisa tranquila de Ludwig y no evitó sonrojarse. Felicia lo veía confundida y curiosa, mas hiso silencio y no dijo nada. Pasaron varios minutos y el otro llegó con muchos dulces. Los comieron entre los tres, aunque el rubio no comía muchos como los hermanos, pero guardaba algunos para su amada, ya que siempre se quejaba de que quería cosas dulces.
-Ve~ Oh! Por cierto, fratello, ¿Cómo te va en la universidad?-
Un silencio sepulcral en la habitación, la mirada del aludido se había apagado y su sonrisa se había transformado en una extraña mueca.
-Muy bien…- De un momento a otro cambió su expresión a una alegre y orgullosa –Soy el mejor de la clase-
-Y-Ya veo, ve~ eres tan inteligente como Ludwig-
-Grazie, sorella ti voglio!-
-Volviendo a lo sucedido, unos minutos antes-
El vientre de Felicia había crecido más, su pequeño hijo había crecido considerablemente en ese corto mes. Estaba orgullosa. Veía las cosas con más alegría, inclusive reía por cualquier cosa, pero siempre acariciando a su pequeño. Lo amaba, siempre le cantaba canciones de cuna antes de tomar su siesta y antes de dormir. Comía cosas dulces, para el deleite de su pequeño. Ludwig también estaba feliz, su semblante serio había cambiado a uno tranquilo, con una sonrisa hacia su amada e hijo cada vez que la veía. Pero el único que era infeliz era el otro castaño. Siempre mirando a su hermana con odio, pero con alegría al novio de esta, pues adoraba sus sonrisas.
Felicia ahora veía por la ventana, como siempre, tratando de olvidar lo que había a su alrededor. Tarareaba una pequeña canción que había inventado. Su suave voz resonaba en aquella casa vacía, ya que tanto su hermano como su novio estaban fuera, uno en la universidad y el otro en su trabajo. Escuchó que alguien abrió la puerta y sonrió totalmente feliz.
-Bienvenido a casa, amore-
-Oh, grazie sorella, eh vuelto-
-¿Eh? O-Oh, fratellino, eras tu, jeje~ bienvenido, ¿te fue bie-?- Volteó a ver al castaño. Su rostro se llenó de miedo. -¿Q-Que traes en las manos?-
-Un hacha, me la eh encontrado fuera de la casa, y pensé que sería nuestra- Sonrió inocentemente.
-V-Ve~ ya veo…jejeje, había pensado en lo peor…- Eso ultimo lo había susurrado, pensando que el menor no la escucharía. Más se equivocó.
-¿Lo peor? Oh sorella, ¿tanta desconfianza me tienes? Eres mala…pero…es bueno que desconfíes de mí-
-¿Que?-
No vio cuando el portador del arma se acercó a ella y le pasó el hacha por el estomago, cerca del vientre. Gritó agonizante, las lágrimas no tardaron en salir y sus brazos trataron de cubrir la herida. Se retorcía del dolor, sus gritos no cesaban y sus lágrimas se hacían más gruesas. Lograba preguntarle a su hermano el porqué de aquello, a lo que este, con una mirada que daba miedo, le contestó
-¡PORQUE TE ODIO! ¡ODIO QUE TE HAYAS ROBADO A MI LUDWIG! ¡EL ERA MIO, PERO TU ME LO ARREBATASTE, TE ENREDASTE CON ÉL Y AHORA ESTÁ SIEMPRE CONTIGO CUANDO SE SUPONE QUE ESTARÍA CONMIGO! Se supone que él y yo seríamos felices…completamente felices… ¡PERO TU INTERRUMPISTE Y TE LO LLEVASTE! ¡LAVASTE SU CEREBRO Y DE UN MOMENTO A OTRO TU Y ÉL ESTABAN COMPROMETIDOS! ¡TI ODIO TROPPO! ¡MUORE, SORELLA!-
Volvió a cortarla, dando en el vientre. Felicia lloraba, rogando a su dios que esto fuera una pesadilla.
-Sorella, creo que mi sobrino no quiere estar contigo-
Con su mano sacó el pequeño feto, y lo tiró al suelo, aun unido a su madre por el cordón umbilical, cosa que con el hacha cortó.
-¡NO! ¡FRATELLO! ¡BASTA! ¡PER FAVORE!- La poca voz que salía raspaba su garganta llena de sangre.
-¿Eh~? Pero si es divertido- Sonrió malicioso, puso su elegante bota sobre el feto y lo aplastó cruelmente, mientras Felicia lloraba, gritaba y se retorcía, no soportaba aquello, todo se volvía negro, se desvanecía todo frente a ella. ¿Por qué le pasaba eso a ella? Ni ella ni su pequeño tenían la culpa, ¿por qué? No habían hecho nada…
-F-Fe…Feli…cia…no….-
-¿Feliciano? Oh, pero si soy Luciano, soy su yo malvado, oh eso creo- Su risa psicópata resonó, y Felicia creyó que eso sería lo último que escucharía, pero logró escuchar un "buonanotte Felicia", antes de borrar aquella imagen mental de ella, Ludwig, Feliciano y su bebé, aquella hermosa vida que hubieran tenido.
Lo siento…no me di cuenta a tiempo, ¿puedes perdonarme? A pesar de que los tres siempre discutíamos, fue a ti a quien más quise, más que a él, Te quiero, mi preciado Feli...
