Disclaimer: Ningún personaje me pertenece, solo la idea de esta historia.
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Era solo un hechizo de amor hecho por una niña. Una niña con fe y, lo más importante, con poderes de verdad.
— ¿Ya lo tienes? —Preguntó su madre—. Ten cuidado con lo que deseas.
—Sí, mami. —contestó la niña, con una tímida sonrisa.
No era algo tan complicado. Ella esperaba conocer un día a su verdadero amor y esa carta iba dirigida a él. A un hombre que fuera tan inteligente o más que ella y que conociera la soledad, igual que ella. Quería encontrar a alguien que también hubiera sufrido rechazo y que lo hubiera superado. Quería a alguien muy fuerte.
Sus palabras fueron diferentes, en partes más simples y en otras más específicas, pero eso era, en resumen lo que quería. Su madre le dijo que tenía que enterrar la carta junto al árbol viejo de la finca y que su deseo se cumpliría algún día. La niña reforzó el hechizo dotando la carta con el firme propósito de que, sin importar el tiempo o el espacio, la carta llegaría con bien a su destino.
Antes de regresar a casa, Jean Granger, junto con su esposo, se dispusieron a exhumar la carta para conocer los deseos (y miedos) de su hija, pero no encontraron nada.
Pensaron que ella era demasiado introvertida y que probablemente habría recuperado la carta para que nadie, por error la leyera.
En realidad la carta sí llegó al destinatario.
Un año después, otra carta cambió la vida de la familia Granger. Era una carta que anunciaba la próxima visita de un profesor de un colegio llamado Hogwarts, nada menos que de magia y hechicería. Al principio pensaron que era una broma, pero en el fondo sabían que era verdad.
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Bienvenidos a mi primer Sevmione, espero no salirme (tanto) del canon y que les guste. A veces actualizo pronto y otras veces no tanto, pero tengan por seguro que mientras siga viva, continuaré la historia, que por lo demás, es bastante sencilla.
Saludos y gracias por leer.
Se aceptan todo tipo de comentarios.
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