Capítulo 1

- ¡Allá va! Alcáncela! No dejen que se vaya! Denos la entrevista por favor! – Gritaba una multitud mientras una figura delgada de cabello rubio corría tan rápido como se lo permitía la falda del traje sastre negro que portaba y sus tacones del 15.

- Por qué se me ocurrió adentrarme tanto en el parque? - Se preguntó mientras miraba a todos lados como buscando a alguien y viendo que cada vez más gente se juntaba a la multitud que la venia persiguiendo.

- Solo una foto y ya! Por favor! – Le gritaban cuando se le acercaban lo suficiente.

Shaina atravesó la calle y muy a tiempo un Mustang GT de color negro y con una letra "S" marcada en color plateado en el capó, freno para que ella se subiera en menos de un segundo y arrancó de inmediato.

- Volviste a salvarme James - Le dijo a su chofer mientras se acomodaba su sombrero que le había caído hacia la cara al meterse al auto.

- Y a mí no me dices hola? – Dijo una voz masculina junto a ella

Ella lanzo un grito de sorpresa, se quitó el sombrero y los lentes obscuros y lo vio.

- Karl! – se abalanzo sobre el para abrazarlo de un modo muy efusivo – Cuando llegaste? Me da mucho gusto verte!

- Vamos Shaina! - dijo Karl sonriendo y regresando el abrazo – No dejas de ser mi segunda chiquilla favorita. Y mira que sofisticada eres ahora! Casi no puedo reconocerte! Cualquiera diría que eres toda una señorita de sociedad.

- Shhhht – dijo Shaina poniéndose un dedo sobre los sensuales labios pintados de rojo vivo y se incorporaba en su asiento – Recuerda que esa chica ya no existe. Soy Shaina. Shaina Wick.

- Jajaja , lo sé, solo me gusta hacerte enojar " Eli " – Dijo sonriente su apuesto acompañante – Personalmente me gusta mas el nombre de Shaina, pero para el propósito de esconderte te seguire el juego. Donde te hospedas aquí en New York? Sabes lo difícil que es seguirte el rastro?

- Bueno, si lo sé. Ese es el chiste y por lo mismo no frecuento hoteles. Tengo un pent-house aquí en la Quinta Avenida del otro lado de Central Park, por eso estaba caminando por aquí. Tratando de escapar de mis obligaciones por un momento… Pero tú? que milagro! Hacia casi tres años que no venias a verme! – Dijo Shaina – Pasa algo malo?

- Nada, nada… solo pasaba por aquí y decidí venir a verte. – Dijo Karl con una coqueta sonrisa y al ver la expresión de Shaina de "no te creo nada" – jajaja, tienes razón. Necesito de tu ayuda y solo tú puedes ayudarme.

Shaina lo miro con ternura - Claro que si Karl… Te debo toda mi vida como es ahora. Vamos a mi departamento a tomar algo. Ahí nadie nos va a molestar y podremos ponernos al día.

Flashback

Shaina estaba físicamente agotada después de su entrenamiento. Pero más que el cansancio físico, era su desgaste emocional.

Después de la última batalla con Hades, de sacrificarse infinidad de veces por Seiya, de salvarle la vida una y otra vez y confesarle su amor cada que lo hacía, el no parecía tomarle importancia. Siempre regresaba embobado a lado de Saori.

La última gota que derramo el vaso habia sido cuando tuvieron que ir a Japón por unas armaduras perdidas todos los caballeros plateados. Shaina se desvió buscando una de ellas y su cosmo la habia guiado a un barrio cerca de los muelles. Se llevo una desagradable sorpresa al ver a Seiy , el que ella solo sabía que había pedido permiso para ausentarse, y Miho, la eterna chica enamorada de Seiya justo en el lote frente a ella. Miho rodeaba con sus brazos a Seiya y estaban en un beso tan apasionado que hizo que Shaina se ruborizara. Seiya no estaba haciendo nada para evitarlo o para zafársela del cuello, lo que le dio a entender a Shaina que era algo a lo que estaba acostumbrado.

Solo entonces Shaina comprendió. Ese imbécil no iba a quererla nunca.

Dio media vuelta, y regreso por donde vino. Cuando se reunió con los demás plateados, les informo que no encontró la armadura y mando a Misty a buscarla quedándose ella pensando en lo que tendría que hacer a continuacion.

Todos regresaron a Grecia al día siguiente. Todo su mundo se había derrumbado y algo se había roto dentro de ella. Seguía igual de agresiva con todo el mundo, pero a solas en la oscuridad de su habitación solo lloraba.

Ya ni siquiera sabía el por qué. Soledad? Humillacion? Decepción? Corazón Roto? Vergüenza? O la combinación de todos ellos?

Al día siguiente fue con Athena y le pidió permiso para ir a Visitar Delos, donde se encontraba el templo dedicado a Artemisa, Santa Patrona (por decirlo así) de todas las Amazonas.

Saori le concedió el permiso al sentir muy bajo el cosmos de Shaina. Tal vez necesitaba que su protectora le regrese su fe.

Shaina salió al Alba. Solo traía un pequeño morral en su espalda con artículos personales. Sus ropas y armadura estaban impecablemente pulcras. Había pasado toda la noche puliéndolas. Se dirigió caminando. Sin correr. Necesitaba tiempo a solas, de meditación y solo así podría tenerlo. Tardo muchas horas en llegar. Solo se había detenido algunas veces para admirar el paisaje y para almorzar. No estaba cansada. Se dirigió directamente al templo. Dirigió una oración a la diosa Artemisa y dio la vuelta hacia donde se encontraba el Oráculo.

El Oráculo era una sacerdotisa del templo. Muy joven, tendría unos 20 años. Utilizaba una máscara Dorada y diáfanas ropas y Dedicada en cuerpo y alma a la Diosa. Tal como los caballeros del zodiaco lo eran con Athena, con la diferencia de que esta debía permanecer virgen, pues la Diosa le hablaba a sus amazonas a través de su cuerpo y los caballeros del zodiaco… digamos que hacían lo que podían.

Shaina se arrodillo frente al Oráculo que estaba en un trono de piedra junto a una fuente de agua cristalina y de su morral saco una orquídea.

Se lo ofreció en silencio al Oráculo. Era su ofrenda para la Diosa Artemisa.

El Oráculo permaneció en silencio unos minutos contemplando la escena.

Lentamente se levantó y se dirigió hacia Shaina.

- Pequeña Shaina, la más fuerte de mis hijas, que te sucede. Ven. Acércate.

Shaina se acercó, beso el ruedo de su falda y se dejó caer a sus pies.

- Madre Artemisa. Necesito de tu ayuda y tu consejo. Tú sabes que como amazonas, y ahora nombradas Caballeros Femenino de Athena, aun cuando nos encomendaste que cuidáramos a tu hermana mientras tú no reencarnaras, tú sigues siendo nuestra Diosa Madre. He cumplido y te consta que arriesgando mi propia vida la he respetado y protegido como si fueras tu misma, y su tú lo mandas lo seguiré haciendo. Pero ya solo quedamos 4 amazonas. Marin, Geist, June y yo. No ha surgido aun una nueva generación. Pero mi corazón se siente fuera de lugar ahora en el Santuario.

- Hija mía. Siempre has sido la más fuerte y mi favorita de entre mis amazonas. – El oráculo acariciaba los cabellos de Shaina con ternura. Te he protegido y hecho que Athena te cure y reviva cuantas veces lo has necesitado. He visto tus sacrificios y se lo que te tiene así: La regla de la máscara.

Shaina asintió la cabeza sin moverse de su lugar

El Oráculo continúo.

– Debido a que Zeus aun no me permite bajar a la tierra, no he podido ocuparme de ese asunto. Desgraciadamente un error de traducción hace cientos de años es lo que te ha ocasionado tantos problemas. La regla impuesta a las amazonas nunca fue "Matarlo o Amarlo" sino "matarlo o morir"- Los ojos de Shaina se abrieron como platos - Esto solo fue con la finalidad de que ninguno de los dos comprometiera su valor y su honor en batalla. Tú no podías saber esto hija mía, por lo que tú estarás exenta de cumplir esto último. Hoy, al salir de aquí, Ve por el camino a los acantilados. Ahí tomaras una decisión que cambiara tu vida para siempre. Tendrás mi bendición sea cual sea el camino que elijas (yo ya se cual vas a elegir) y volverás a ser feliz. Tú nunca dejaras de ser una amazona para mí. Regresa al Santuario y haz mi voluntad.

El Oráculo dio la media vuelta y regreso a su asiento. Como salir del trance era muy agotador, el Oráculo se quedó dormido.

Shaina solo se quedó mirando. No entendía a que tenía que regresar. Como era que la regla de la máscara no era como toda su vida lo había entendido? Que dirían las otras amazonas al oír esto? Debería decírselo? Que quería decir? Iba por respuestas y la dejaron más confundida.

Y a pesar de toda esta confusión, cuando paso por la estatua a Artemisa presento sus respetos y se dirigió de regreso al Santuario. Tomo un camino diferente, por los acantilados como le dijo la diosa.

Ya era tarde y el sol comenzaba a bajar dejando entre ver que habría un atardecer rosado.

Justo a la orilla de la parte más alta de los acantilados había un Sauce Llorón, donde Shaina decidió tomar un descanso.

Saco su cantimplora y se sento al pie del Sauce. Después de unos minutos que le parecieron horas con su mente en blanco fijamente en el horizonte se levantó del lugar para apreciarlo mejor.

- Que hermoso… Los dioses están de buen humor. – Pensó – Ojala yo también lo estuviera… Matarlo o Morir… - susurraba acercándose cada vez más a la orilla.

- Y si ella muriera por su propia mano… podría salir de ese letargo y dolor que cada vez era más fuerte? – Pensó mientras llegaba a la orilla del Acantilado y miraba hacia abajo.

Se podían ver las olas azotando las filosas rocas debajo de ella. Moriría por una simple caída? Después de todo, habia soportado cosas peores que una caída de 50 metros y sobrevivio.

- Matarlo o morir… matarlo o morir… - Y conforme más lo decía, más las fuerzas escapaban de sus piernas. Nunca había pensado que eso era una opción.

Era la amazona más fuerte como había dicho Artemisa. La más fiera y a la que todos le tenían miedo con solo mencionar su nombre. Como es que llego a ese estado de derrotismo?. Artemisa le dio su bendición… Ella quería eso? Queria que ella muriera? Acaso no podría ni siquiera despedirse de sus amigas?

Todos esos pensamientos se amontonaban en su cabeza hasta que escucho claramente una voz masculina que le decía.

- No seas cobarde!

Shaina volteo sorprendida. No había visto a nadie alrededor.

- Quien está ahí. Muéstrate! – Dijo Shaina en posición de ataque y encendiendo su cosmos

- Tranquila… antes de que vayas a hacer algo de lo que te puedas arrepentir, baja la guardia. No vengo en plan de ataque. Solo soy un turista perdido!

Shaina volteo para arriba y lo vio sentado en una de las ramas más altas del Sauce.

- Baja y dime cara a cara lo que acabas de decir! – Dijo Shaina al ver que definitivamente tenia finta de turista. Camiseta polo, short blancos y su cámara al cuello.

- Bajare, pero no te vayas! – Dijo mientras se acomodaba para hacerlo.

Tardo unos cuantos minutos en hacerlo y al ultimo metro solo dio un salto. Se incorporo se desarrugo sus pantalones cortos y se presento.

- Hola. Soy Karl, Karl Riber. No te extiendo la mano porque por tu mascara infiero que vienes del santuario de Athena que está más adelante. Solo soy un turista perdido, pero que me atreví a interferir porque no creo que lo que estés pensando en hacer sea lo mejor para ti.

Shaina lo barrio de arriba abajo y le dio la espalda cruzándose de brazos.

- Lo que yo haga o deje de hacer no es asunto suyo. Lárguese y déjeme en paz.

- No me voy y no te dejo en paz. Lamento decirte que no tengo nada que perder al igual que tú. Ademas, soy un poco metiche y me gustaría saber si puedo ayudarte en algo.

Shaina lanzo tremenda risotada.

- Vaya que no tienes nada que perder si no te doy miedo. Puedo matarte con solo desearlo. Sabes? Y no me gusta la gente metiche. Lárgate.

- Si me matas, además de que no ganaras nada estarás rompiendo una de las reglas de los caballeros de Athena que dice que no se debe lastimar a gente inocente.

Shaina dio una patada en el suelo de forma muy infantil.

- Carajo! Te estas aprovechando de mi buena voluntad y de mi lealtad para con el Santuario. Que quieres. Dilo para que ya te vayas y me dejes en paz.

- Te pido que me cuentes lo que te pasa. Si después de que me lo cuentes no consigo ayudarte o darte una solución, me iré pacíficamente y te dejare continuar con lo que estabas haciendo… trato?

Ella se le quedo viendo. Vaya que era impertinente, metiche y osado. Mas sus ojos y su sonrisa reflejaban algo que no había visto en mucho tiempo. Admiración, bondad, alegría, paz….

Artemisa dijo que tenía que tomar una decisión… Seria a esto a lo que se refería?

Fin de Flashback

Le dio un toque a su chofer en el hombro y este comprendió las instrucciones y se dirigió hacia el rascacielos ubicado en el 538 de Fifth Avenue.

Pararon en el edificio, donde apresurado un portero vestido de escarlata abrió la puerta de la lujosa puerta de latón. Karl como todo caballero la ayudo a bajar del auto. Ahora de nuevo tenía su gracioso sombrerito y sus lentes obscuros. Para subir a su Pent-house, tomaron su elevador privado que abría directamente en su departamento.

- Wow! Que bien decorado esta Shaina – Dijo Karl dando un vistazo al lobby – Si querías presumirme tu nueva riqueza y buen gusto, le diste justo al clavo.

- Jajaja Karl – No voy a llevarme el crédito. Contrate a un decorador profesional. Voy a ponerme más cómoda – Estas en tu casa. Como recordaras, no me gusta tener servidumbre, así que sírvete lo que gustes del bar. No sé ni para que tengo todas esas botellas si yo no tomo alcohol. Regreso en un momento.

Subió al segundo piso donde tenía su recamara y cambio su hermoso traje sastre por unos leggins color carne y un vestido suelto tipo imperio color azul rey. Se soltó su cabello rubio dejando su melena suelta y retoco su maquillaje. En realidad no necesitaba mucho más que un poco de brillo labial. Por lo demás tenía tan buen cutis que con un poco de delineador y rímel era más que suficiente.

Mientras tanto Karl fue a la barra y se sirvió un whisky en las rocas. Lo saboreo como si no lo hubiera probado en muchos años. Se acercó a la ventana desde donde podía ver las luces que comenzaban a ser encendidas en central park y los edificios de enfrente. En lugar de verlas, comenzó a ver su reflejo y también arreglar su cabello castaño obscuro. No cabía duda que el traje deportivo que usaba le quedaba mucho mejor que su uniforme militar.

Escucho el tarareo de una canción popular que bajaba de la escalera y se acercó. Shaina bajaba las escaleras muy tímidamente. Le dio la mano para ayudarla con el último escalón y la acerco al bar.

- Vaya que te has vuelto experta en los cambios de look. Te sirvo algo? – Dijo Karl

- Solo agua mineral con una rodaja de limón por favor. – Grito Shaina antes de correr a tumbarse en los cojines mullidos de su sala.

Karl, le sirvió y se lo llevo. Se lo entrego a Shaina y le pregunto:

- Que paso con tu cabello verde? Te veias tan linda! aunque desde luego el cabello rubio que traes con el color esmeralda de tus ojos, es una combinación para seducir a cualquiera

- Mi transformación debía ser completa querido, y Mama creyó que me ayudaría mejor a la situación de mi nueva posición social. Yo tambien extranio mi cabello verde – Sus ojos se ensombrecieron un poco al hablar de su recién fallecida madre.

- Lamento la muerte de tus padres Shaina – Se acercó y la abrazo.

Un abrazo de hermano donde Ella escondió su cara en su hombro. Apenas le llegaba ahí, después de todo el media poco más de 1.80 de estatura y ella solo 1.66.

- Gracias Karl – dijo después de un momento limpiándose las lágrimas – De verdad llegue a amarlos en estos tres años que pasamos juntos. Pero basta de tristezas. Dime a que has venido? Me dijiste que necesitabas de mi ayuda. Espero que no estes en problemas.

Karl se sentó junto a ella, tomo un trago de su bebida y pregunto:

- Como está tu vida en este momento Shaina? Hay alguien especial en tu vida? Algún enamorado? Definitivamente con esa figura y esa cara angelical tuya no pasas desapercibida en ningún lado.

Shaina se ruborizo.

- Creo que aparte de ti, nadie se ha atrevido a admirarme abiertamente Karl, y tú sabes que solo un hombre entro en mi corazón pero yo no en el suyo.

Karl se levantó y se dirigió a servirse otro trago. Parecía nervioso. Shaina se preguntaba por qué daba tantos rodeos.

- Y que tal tu entrenamiento físico?. No puedes negarlo. Tu figura sigue idéntica a cuando te saque del Santuario hace ya 3 años y medio. – Dijo Karl sin voltearla a ver aun.

- No. No tendría por qué negártelo. Está en mi sangre. – Dijo Shaina jugando con su bebida – De hecho en casa tengo mi propio centro de entrenamiento. Mi papa me regalo varias hectáreas en la parte más lejana para que no lastime a nadie, pero tampoco puedo explotar mi cosmos muy fuerte o se enterarían en el santuario. Creo que el que mi padre no intentara cambiarme influyo mucho en que mi amor por ellos creciera.

- Entiendo… - Ahora Karl se sentó en los cojines y Shaina se paró a servirse un jugo - Que te parecería entrenar a alguien en este momento.

Shaina tuvo que hacer malabares para no romper el vaso que se le deslizo de la mano de la impresión.

- No me sueltes así las cosas Karl! como que entrenar a alguien? con quien quieres pelear y para qué? Creí que a ti no te gustaba la violencia.

- Y así es. – Le hizo señas a Shaina para que se sentara junto a el - Recuerdas la historia que te conté de mi vida cuando nos conocimos?

Shaina lo miro a los ojos. Como no recordarlo si en ese momento le pareció la historia más descabellada que hubiera oído. Aun así, hizo una mueca con los labios como tratando de recordar los detalles.

- En realidad recuerdo solo lo básico. Como que venias del futuro, que vivías en una nave espacial llamada … Va.. ve… vi…

- Voltron! – asintió Karl

- Si! Voltron, que estabas probando una técnica alienígena para viajes en el tiempo o algo asi y que… mmm…. Eras militar? Oh Karl! me pusiste en aprietos! Hacia mucho tiempo que no pensaba en esa historia.

- Pues no tienes tan mala memoria. Efectivamente. Sigo comandando la nave Voltron por el momento. Misiones de reconocimiento nada más. Una que otra fricción con los Invid y los Drull de vez en cuando para salir de la Rutina.

- Pero dime entonces para qué quieres que tome un alumno ahora?

- Déjame que te explique. Mientras tanto, ve arreglando tus asuntos porque en una semana te vas a Grecia.