Notas:
Capitulos no muy largos, mostrando poco a poco el avance de la pareja, en este caso: Harry Potter y Draco Malfoy.
Personajes originales, algo de OCC y no muy sujeto a la redacción de los libros.
Abarcado a partir del séptimo libro, ignorando el epilogo. La guerra terminada y nuestros jovenes regresando a Hogwarts para terminar su último curso.
De secretos y entidades
Capitulo 1
I know you want me
Nunca se lo hubiera imaginado. Ni en sueños ni en pesadillas; era hilarante.
Hace meses, desde que la guerra se dio por finalizada y todos comenzaban un nuevo mundo, reconstruyendo tanto sus casas como sus vidas, regresó a Hogwarts para terminar su último curso, junto con sus demás compañeros Gryffindor.
Más sin embargo, había decidido el ser otro. Vivir su vida al máximo, sin preocupaciones más que las de un adolescente: encontrar una novia, tener una aventura, un romance, divertirse, jugar; tantas cosas de las cuales no pudo hacer mientras había un loco psicópata queriendo dominar el mundo e imponer sus ideales sobre la pureza de la sangre.
Con lo que no contaba era que una de sus más grandes preocupaciones de adolescente sería el descubrir que era gay. Ni quería pensar quien fue el causante de su verdad, aquella cosa que logró –desde que lo conoció– ponerle de cabeza su mundo.
Entrar en detalles sobre su descubrimiento de preferencias sexuales, sería contar toda una historia de mártir. Empezando como todo gay –según él– en la negación. Mentiría si dijera que ya se había salido de ese punto, cosa contraria porque aún seguía negándose al hecho de que le gustasen los hombres.
–¿Otra más, bombón? –ese tono coqueto consiguió sacarlo de sus pensamientos y, a la vez, sonrojarlo de sobre manera.
–Por favor. –extendiendo el vaso vacío para que le sirvieran otro brandy con coca-cola bien fría. Esa era una de sus únicas bebidas que consumía en los antros gay.
Irónico. Aún se negaba al aceptar que le gustaban los de su mismo sexo y se metía de lleno aún local lleno de puros gays.
–Es experimentación. –Se dijo mentalmente.
Ante un cambio de música, fijo de nuevo su vista en aquella silueta que se contorsionaba al ritmo de la canción que ahora sonaba. Al ver el movimiento de caderas de aquella persona hizo que la garganta se le secara, dejándolo sin aliento y con ojos bien dilatados.
Lo volvía a decir: Nunca se lo hubiera imaginado.
–No soy gay. –Tragando duro.
Sabía que esa era una de las canciones de moda. Donde todos los antros la ponían a lo que daba su máximo volumen y los espectadores se movían al son de la canción. Sin mencionar que Seamus la ponía todas las mañanas los fines de semana, y ya se encontraba harto de ese sonidito reggaetonero, él no era mucho de bailes y música, ni mucho menos si se trataban de ése tipo de canciones, que se bailaban con movimientos mortales, o como el decía: con puros roses y fricciones.
Pero debería admitir, que ahora le valía un comino el escuchar por milésima vez el "i know you want me" si es que se tenía semejante espectáculo a menos de unos cinco metros de distancia.
Dale,
one-two-three-four
Uno-do'-tres-cuatro
I know you want me
You know I want cha
Tenía la terrible sensación de que esa canción se estaba burlando de él y más el que la bailaba.
–¿Hermoso y candente, verdad? –y otra vez esa voz cantarina con deje coqueto.
–Hmm… –apartando la mirada de la pista de baile.
–Siempre viene, todos los sábados. No hay sábado que no venga. –Sin más, el bar tender se despidió del moreno con un guiño de ojo.
Ese dato se lo había hecho saber a costa, sabiendo lo interesado que estaba Harry Potter-el-niño-que-vivió-para-ser-gay-y-negarlo sobre aquel joven de tez pálida que se seguía moviendo en medio de la pista. Con esos pantalones negros mega ajustados, que contorneaban sus piernas, muslos, cadera y trasero; camisa maga larga de un color que asemejaba al plata, la tela brillaba –pero no más que su cabello rubio, pensó–, y tenía los primeros tres botones desabrochados, a la vista se observaba un pecho liso, lampiño y cubierto por una pequeña capa perlada de sudor.
Si e' verdad que tu ere guapa,
Yo te voy a poner gozar
Tu tiene la boca grande
Dale ponte a jugar
Esas simples palabras lo hicieron delirar, en trago seco y de jalón, se bebió todo el contenido de su vaso. Quizá era momento de pedir algo mucho más fuerte.
Sus sentidos comenzaban a traicionarlo, al igual que los instintos.
–No lo deseo… Claro que no. –Ya ni sabía que negaba. Su mente o razón, hablaban de manera enlucida, perdiendo fuerza.
En un giro acompañado de movimientos tanto de cintura, cadera, piernas y brazos, la mirada plata se fijo en los ojos castaños claro de Henry, en muda invitación.
I know you want me
(Sé que tú quieres)
Como resorte, Harry –Henry, debido a la transfiguración– se puso de pie e instantáneamente avanzó con pasos decididos hacia su presa. Olvidándose de todo menos de ese cuerpo que lo incitaba a tocarlo.
You know I want cha
(Tú sabes que yo quiero)
Agradecía el hecho de haber tomado otro físico –conservando su misma complexión–, porque si el joven Slytherin se enteraba que a quien acababa de invitar a bailar era nada más y nada menos que Harry Potter, el héroe del mundo mágico bajo la apariencia de un muchacho moreno de cabellos castaño oscuro y ojos café claro, le daba un soponcio ahí mismo.
–Ya era momento de que te acercaras –susurró el rubio con mirada lujuriosa.
–No me atrevía. –Fue la contestación de Harry/Henry con una sonrisa encantadora y brillo en los ojos.
Draco se quedó paralizado ante el gesto, cayendo más en la cuenta de que esos ojos, esa mirada penetrante, le recordaban a alguien, sin saber muy bien a quien.
–Mejor bailemos. –Ni bien terminó la frase, comenzó otra nueva canción, mucho más movida y fogosa.
Contento y agradeciendo mentalmente a Seamus por ayudarle en el tema de baile moderno –o baile de restriegos– feliz de la vida no se separó por más de tres horas de ese cuerpo incandescente.
–Soy gay. –Pensó animadamente mientras bailaba, sus brazos rodeando la pronunciada cadera de Draco Malfoy.
–Y a mucha honra.
Notas Finales:
I know you want me (Calle Ocho) - Pitbull
Corto el capitulo, lo sé.
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