Como una Virgen canción de Madonna.

Personajes de Mizuki e Igarashi.

‹‹ Estaba tenebrosa, pues no sabía cómo actuar era mi primera vez, yo vestía un Beibidol color blanco transparente, que se le hacía notar con facilidad mis pezones rosados y mi diminuta panty con abertura en la parte inferior, ese día me recogí mis rizos dorados y me maquillé sutilmente resaltando mis ojos verdes, él estaba allí parado en la puerta del dormitorio sin camisa, aprecié cada detalle se su bien esculpido y lampiño pectoral, descalzó con su pantalón de vestir color negro desabrochado incitando a ver más allá. Ese rubio de ojos azules claros me hizo acceder a lo que ningún otro había logrado conseguir en mí.››

―Candy, mi tierna Candy. ―Le dijo acercándose a ella, haciéndole a un lado uno de sus rizos que tapaba sus ojos verdes como las esmeraldas.

― Albert, Conseguí pasar a través del desierto de alguna forma lo conseguí. No sabía lo perdida que estaba, hasta que te encontré.

― Candy, sé lo que has pasado, lo que has tenido que vivir. Quiero hacerte feliz.

Candy, se dejó besar a medida que pensaba: ‹‹Estaba vencida, incompleta, había sido engañada, triste y deprimida. Pero tú me hiciste sentir, sí, tú me hiciste sentir, radiante y nueva.››

Albert, acariciaba a Candy delicadamente, ella se sentía como una virgen, tocada por primerísima vez.

― Me siento como una virgen, cuando tu corazón late junto al mío.

― Eres mi ángel, sólo tú me das la paz que necesito.

―Voy a darte todo mi amor, Albert,
mi miedo se está desvaneciendo rápido,
lo había estado guardando todo para ti,
porque únicamente el amor puede durar.

Albert, lentamente la fue recostando en la cama, posicionándose sobre ella.

‹‹ ¿Puedes oír mis pensamientos, Albert? ¿Puedes? Eres tan agradable y eres mío, me haces fuerte, me haces valiente. Oh, tu amor me descongeló, sí, tu amor derrite, lo que estaba asustado y frío.››

Albert, no paraba de besarla por cada rincón de su inocente cuerpo.

― No temas mi pequeña pecosa. Te trataré con dulzura.

― Necesito decirte ―dijo Candy tragando en seco y sosteniéndole la mirada―, eres tan agradable y eres mío, seré tuya hasta el final de los tiempos, porque me hiciste sentir, sí, me hiciste sentir, que no tengo nada que esconder.

― Eres una mujer admirable, esa fue la razón que me llevó a desposarte a hacerte mi mujer, sin importar las clases sociales, sólo nuestro amor. ―Albert, le besaba el cuello; Candy gemía, diciéndole:

― Me haces sentir como una virgen, tan bien por dentro. Cuando me sostienes, y tu corazón late, y me quieres. Oh, nene, ¿puedes oír el latido de mi corazón, por primera vez?

― Puedo oírte y disfrutar a detalle todo el amor que me profesas. Candy te amo con todo mi corazón y en esta, nuestra noche de bodas te haré mujer, mi mujer.

― Albert…

Los rubios se unieron en una danza de besos y caricias, que los llevó a unirse no sólo carnalmente sino espiritualmente, sellando su amor, su eterno amor.

Fin.

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