Disclaimer: Harry Potter es propiedad de J.K. Rowling


Este fic es una petición realizada por izzyocampom.


29/10/2015 (Otoño)

La campana, anunciando el final de la última clase de aquel jueves, resonó por los pasillos y terrenos del castillo. Saliendo del aula dónde se impartía Encantamientos, habían dos jóvenes.

—Entonces, ¿al final te ha salido el encantamiento levitador, Dominique? —preguntó Max pasándose una mano por el cabello rubio en clara señal de frustración. Para toda respuesta la chica junto a él, Dominique, alzó los dedos índice y medio, en clara señal de victoria—. Menuda suerte.

—Seguro que te saldrá a la próxima, Max —tranquilizó Dominique a su amigo—. Seguro que te sale enseguida.

—Prefiero que eso me lo diga alguien a quién no le haya salido el encantamiento a la primera —refunfuñó Max—. Por cierto, ¿para que vamos a la biblioteca? Para mañana solamente tenemos la redacción esa de Pociones y ya...

—He quedado con James esta mañana —respondió la pelirroja.

—¿Tú primo? —preguntó Max mientras ambos tomaban el pasillo que llevaba a la biblioteca.

—¿Acaso conozco otro James? —Max alzó una ceja, mirando a Dominique. Los ojos azules de ambos se encontraron—. Bueno sí, esta James Taylor, de Ravenclaw, pero a ese apenas le conozco. —Entraron en la biblioteca, escogiendo una de las mesas del fondo, pero de la cuál se podía ver la puerta de la estancia—. ¿Crees que tardará mucho?

—Creo que los de Gryffindor y los de Hufflepuff tenía Herbología conjunta —respondió Max, sacando un pergamino, un bote de tinta y su pluma.

—¿Vas ha hacer lo de Pociones? —preguntó Dominique, mirando los utensilios que Max había sacado.

Max se encogió de hombros.

—Ya que estamos.

La chica sintió que su amigo tenía razón, así que ella también sacó sus cosas y se dispuso a hacer los deberes de Pociones, aunque de vez en cuando vigilaba la entrada de la biblioteca para ver si James aparecía.

Varios minutos más tarde Dominique vislumbro la caballera alborotada de color rojo oscuro de su primo. Estaba a punto de alzar la mano, para llamar su atención, cuando Max le sujeto del brazo.

—Espera —le dijo al ver la cara de confusión de la chica—. Veamos si el dúo cuatro ojos nos ve.

¿Dúo cuatro ojos? pensó Dominique, confundida.

Su pregunta interna fue respondida con la llegada de James Potter, un chico con el cabello rojo oscuro y ojos marrones ocultos tras unas gafas, y de Jasmine Jordan una chica de tez oscura, cabello y ojos negros que, sí, también iban tras unas gafas.

—¡Ey, Dom! —dijo James, sentándose enfrente de su prima. Jasmine hizo lo mismo enfrente de Max—. ¿Qué tal, Nott?

—Aquí, acabando lo de Pociones para mañana —respondió Max.

—Nosotros lo acabamos ayer —dijo Jasmine, examinando el pergamino de Max—. Aunque con el genio de las pociones aquí presente, no esperaba menos.

—Aún no soy un genio, pero estoy cerca —replicó James.

—Olvidemos lo de que James es un genio en Pociones, no sea que vayamos a subirle aún más el ego. —James miró mal a su prima—. James, ¿de qué querías hablar conmigo?

—¡Ah, sí! —James sacó un trozo viejo de pergamino amarillento del bolsillo y lo deposito sobre la mesa. Max y Jasmine lo miraron extrañados, pero a Dominique le brillaron los ojos al verlo—. Es por esto.

—¿El qué?

—¿Un pergamino viejo?

Max y Jasmine dijeron eso, totalmente confundidos. Pero Dominique negó con la cabeza.

—Eso no es un simple pergamino, Jasmine. —Dominique sacó su varita—. ¿Puedo hacer los honores, James?

—Todo tuyo.

Dominique colocó la punta de la varita sobre el pergamino.

—A ver, ¿cómo eran las palabras? Creo que... Juro solemnemente que mis intenciones no son buenas.

Desde el lugar dónde estaba colocada la punta, una serie de líneas negras empezaron a aparecer en el pergamino, formando líneas que se sobreponían las unas a las otras. Al acabar lo que estaba enfrente de los niños de primer año no era un simple pergamino viejo, sino un mapa. Unas palabras, escritas en verde y con grandes caracteres, estaban en la parte superior.

Los señores Lunático, Colagusano, Canuto y Cornamenta

proveedores de artículos para magos traviesos

están orgullosos de presentar

EL MAPA DEL MERODEADOR

—¿El Mapa del merodeador? —exclamaron los dos a la vez.

—Bajad la voz —espetó James en voz baja.

—¿De dónde has sacado esto, Potter? —preguntó Max.

—Esto Nott, amigo mío, es un mapa de Hogwarts que hizo mi abuelo junto a sus amigos cuando era estudiantes aquí —explicó James.

—¿Cómo lo has conseguido? —preguntó Dominique—. Creí que tío Harry lo escondía en un cajón de su escritorio bajo llave.

—Y lo tenía —respondió James con cierto desdén en su voz, Dominique recordaba que, durante el verano pasado, James había intentado robar el mapa a escondidas de los demás. Lo que no sabía era que su padre había encantado el cajón, para que cuando alguien intentaba abrirlo a la fuerza su pelo se tiñese de verde. James estuvo con el pelo verde una semana entera hasta que finalmente se apiadaron de él y le regresaron su habitual rojo oscuro—. Pero papá me lo ha mandado esta mañana. Al parecer quería entregármelo antes, pero no quería que mamá se enterase ya que sabía que no le haría gracia.

—¿Qué tía Ginny no se enterase? —repitió Dominique—. ¿Crees que no se ha enterado?

—Oh, no. Estoy seguro que mamá lo sabe. Al fin y al cabo papá es incapaz de ocultarle algo.

—Perdonad por romper vuestra magnifica conversación de primos. —Max señaló el mapa—. Pero, ¿qué se supone que es esto?

—Me olvidaba que tú no conocías la existencia de este mapa, Max. Aunque me sorprende ver que Jasmine tampoco lo sabe. Pensaba que el señor Jordan se lo había comentado.

—¿Papá conocía la existencia de esto? —preguntó Jasmine.

James y Dominique se miraron.

—Bueno, es uno de los mejores amigos de nuestro tío George, y él conoce el mapa. Así que suponemos que sí —respondió el primero.

Jasmine bufó y se cruzó de brazos. Dominique pudo ver como los ojos de la chica brillaban con cierta furia tras los cristales de sus gafas. Suponía que en ese momento Jasmine no estaba muy feliz con su padre.

—¿Alguien me puede explicar que es esto? —volvió a pedir Max.

—Cómo ya te he dicho, Nott —comenzó a decir James tras un intercambio rápido de miradas con Dominique—, este mapa lo crearon mi abuelo y sus amigos en su época de estudiantes. Es un mapa mágico de Hogwarts que te permite ver a toda la gente que esta en el castillo a tiempo real.

—¿Qué?

—¿Cómo?

Jasmine y Max dejaron escapar esas exclamaciones.

—¡Qué bajéis la voz! —les susurró James—. Observad. —Escudriñó el mapa unos segundos y apuntó a un lugar de él, justo en la biblioteca dónde ahora se hallaban, más en concreto a cuatro puntos reunidos a un lado. En unos cartelitos debajo de cada punto, había escritas las siguiente inscripciones: Dominique Weasley, James Potter, Maxwell Nott y Jasmine Jordan—. ¿Veis?

—¿Esos...? ¿Esos somos nosotros? —preguntó Max mientras leía su propio nombre.

—Correcto —afirmó Dominique.

—Pero, ¿para qué nos lo enseñas? —preguntó Jasmine—. Entiendo que se lo enseñes a Dominique porque, aparte de ser tu prima, sois mejores amigos. Y puedo entender que me lo enseñes a mí, ya que mi padre sabía sobre la existencia del mapa (o al menos eso creo). Pero, ¿por qué a Nott? Aunque él sea amigo de Dominique, no le veo el motivo.

—Justamente porque es amigo de Dom que se lo enseño —respondió James—. El motivo por que cuál os lo estoy enseñando es muy sencillo. Quiero que nosotros cuatro... ¡seamos los nuevos Merodeadores!

Los otros tres lo observaron en silencio.

—¿Los nuevos Merodeadores? —repitió Dominique—. ¿Algo así cómo los Merodeadores 2.0? ¿Por qué nosotros cuatro?

—Ese es un buen nombre. Y que seamos nosotros cuatro tiene un motivo, Dom —dijo James—. Los Merodeadores originales eran cuatro. Así que es lógico que los nuevos Merodeadores sean cuatro también. Yo soy el nieto de uno de ellos. Dom tú eres mi mejor amiga, aparte de ser mi prima, así que también tendrías que estar en el grupo. Conocemos a Jasmine desde antes de ir a Hogwarts y sabemos que tiene su lado bromista, aunque trate de ocultarlo siendo una estudiante modelo. Y Nott es la mejor persona con la que te llevas en Slytherin, así que no creo que sea un mal chico, así que creo que también podría formar parte del grupo.

—Ya. ¿Qué se supone que hacen estos Merodeadores? ¿Merodear? —dijo Max.

—Así es —asintió James—. Más en concreto por la noche. Y gastar bromas también lo hacemos. Y sé me ha ocurrido una broma genial para este Halloween, que es justamente este sábado, es decir pasado mañana. Pero para eso necesito saber que estamos en el mismo barco.

Dominique soltó un bufido.

—¿Qué si estamos en el mismo barco? Ya sabes que, si no me hubieses invitado al grupo te habría pateado el culo, ¿verdad?

—Lo suponía —rió James—. ¿Jaz? ¿Nott? ¿Qué decís?

—Yo... estoy dentro —respondió Jasmine.

—Yo, creo que estoy dentro... ¡Qué demonios! Potter, estoy en el grupo —dijo Max.

—Perfecto. —James puso una sonrisa maliciosa y, haciendo un gesto con la mano para pedirles que se acercasen a él, empezó ha hablar—. Pues este es mi plan...

Luego de casi una hora debatiendo los pros y contras del plan de James, Max y Jasmine decidieron regresar a sus sala comunes. Dominique y James, por su parte, se quedaron en la biblioteca, la primera acabando su redacción de Pociones y el segundo ayudándola, sentándose al lado de ella para ver mejor.

—Y... ¡termine! —exclamó por fin Dominique, mientras recostaba su cabeza en el hombro de James.

Este, revisando la redacción de Dominique para ver si tenía fallos, le dio unos golpecitos en la pierna con el pie.

—¿Puedes quitarte? No recuerdo haberme convertido en tu almohada particular en ningún momento de mi vida.

—Es el precio que tienes que pagar por haber nacido en el mismo año que yo —señaló Dominique.

—Pero si yo nací en mayo y tú en agosto —replicó James.

—¿Y?

—Qué debería ser yo el que me apoyase en ti.

—¿Quieres apoyarte? Mi regazo es muy cómodo —dijo Dominique mientras se separaba de James y daba una palmaditas en sus muslos.

—Creo que paso —dijo James tras unos segundos.

Dominique volvió a su posición de antes.

—Pues entonces me apoyo yo en ti. —James simplemente suspiró, dando por perdida la pelea.

Tras unos minutos James devolvió la redacción a Dominique, declarando que no había ningún fallo. La chica simplemente cogió la redacción, la enrolló y se la guardó en la bolsa sin siquiera mirara.

—¿Qué hay con los apodos? —preguntó Dominique de repente.

—¿Cómo?

—Ya sabes: los apodos. Los Merodeadores originales tenían apodos, ¿verdad? —Dominique levantó la cabeza para mirar a James—. Si vamos a ser los nuevos Merodeadores necesitaremos apodos, ¿no?

—Había pensado en usar los apodos originales a modo de homenaje —respondió James—. Yo sería Cornamenta y tú Canuto. Jaz sería Lunático y Nott Colagusano.

—¿Colagusano? ¿Pero ese tipo no resultó ser un traidor?

—Correcto. Y como Nott es un Slytherin, he pensado que le vendría como anillo al dedo.

Dominique se separó de James, dándole un puñetazos en el brazo.

—Te recuerdo que yo también soy de Slytherin.

—Era broma, era broma. Joder, pegas fuerte —masculló el chico—. A decir verdad no había pensado en los apodos. Creo que es mejor si simplemente nos llamamos por nuestros nombres, ¿no te parece?

—Supongo que no hacen falta —admitió Dominique, echando un vistazo al reloj que James tenía en la muñeca—. ¿Ya es esta hora? Casi es la hora de cenar ¿vamos tirando?

—¿Ya es la hora de cenar? —James miró su reloj—. No me extraña que tuviese hambre.

—Eres un Weasley —replicó Dominique, poniendo los ojos en blanco—. Siempre tienes hambre.

—Te recuerdo que tú también eres una Weasley —señaló James.

—Por eso te estoy diciendo que vayamos tirando al Gran Comedor. Yo también me muero de hambre.


02/03/2019 (Invierno)

—A veces no entiendo si eres un idiota o un temerario —suspiró Albus, el hermano pequeño de James, mientras observaba a su hermana postrado en la cama de la enfermería.

—Idiota y temerario se pueden considerar sinónimos, Albus —dijo Molly a su primo pequeño.

—Creo que no son sinónimos —señaló Dominique.

—Pues con este idiota tendrían que serlo.

—Vaya, Molly. Cualquiera diría que estás picada conmigo —dijo James con el brazo izquierdo en un cabestrillo—. ¿Por qué será? ¿Tal vez por qué Gryffindor ha vencido a Hufflepuff? ¿O por qué he atrapado la snitch antes que tu novio?

Molly soltó un bufido, aunque no podía negar las palabras de James. Hacía una pocas horas que el partido entre Gryffindor y Hufflepuff había acabado tal y como había dicho James, es decir con la victoria de la casa de los leones.

—La verdad es que no sé porque me preocupo por ti —dijo Molly. Se dio la vuelta y salió de la enfermería con paso digno. Lucy, su hermana pequeña, soltó un suspiro.

—No podías aguantar las ganas de molestarla ¿verdad, James?

—Culpa suya por estar diciendo que su novio atraparía la snitch antes que yo —se defendió James—. Cómo si eso fuese posible.

—Te recuerdo que en el último Gryffindor-Slytherin yo atrapé la snitch —señaló Dominique.

—Eso es un tema aparte, Dom —replicó James con las mejillas sonrojadas—. ¿No tenéis nada que hacer o qué?

—Creo que ver a Dominique avergonzarte es suficientemente entretenido para mí —respondió Rose mientras se encogía de hombros.

—Pero hay que admitir que la última jugada de James fue muy buena —dijo Roxanne—. Aunque una completa idiotez. Bueno, supongo que eso encaja con él.

James puso los ojos en blanco.

—Ya notó el cariño familiar. Anda, iros de una vez o la señora Pomfrey os acabará echando.

—Si no armamos mucho jaleo no vendrá —dijo Fred como si nada.

—No me habéis entendido. Si no os vais, llamaré a la señora Pomfrey y le diré que me estáis molestando —amenazó el herido.

Y con esas palabras sus primos y su hermano salieron de la enfermería, diciéndole palabras amables a James al salir. Y sí, con palabras amables nos referimos a insultos.

—Son un encanto —dijo James mientras Roxanne cerraba la puerta—. ¿Y bien? ¿Qué haces tú aquí y por qué motivo te estás quitando los zapatos? —Dominique, sentada en el borde de la cama de James, dejó los zapatos del uniforme al lado de la cama y la túnica cuidadosamente doblada sobre una silla y, a continuación se estiró al lado de su primo—. ¿Y por qué te tumbas a mi lado?

—¿No has oído hablar de ello? —preguntó Dominique mientras abrazaba el brazo derecho de James, es decir el sano, con sus brazos y presionaba la mano del chico entre sus muslos—. Dicen que cuando estás herido, si una chica guapa se abraza contigo, te sanarás antes.

—¿De verdad? Pues entonces tráeme a la chica guapa que yo no la veo —bromeó James, aún sabiendo que se acabaría arrepintiendo de la broma.

No se equivoco, ya que segundos después, Dominique le dio un golpe en el estómago.

—Ugh. ¿No te han enseñado a cuidar a los enfermos o qué? —jadeó James.

—¿Qué enfermo? Yo solamente veo a un idiota —replicó Dominique.

Tras eso los dos primos permanecieron en un cómodo silencio que fue roto por Dominique a los pocos minutos.

—¿James?

—¿Mmm?

—¿Crees que son pequeñas?

—¿El qué?

—Mis tetas.

—¡¿Eh!? —James abrió los ojos como platos y miró a Dominique, quién estaba ocupada mirándose sus propios pechos como para percatarse de la mirada de su primo—. ¿A qué viene esa pregunta?

—Ya sabes que estuve en Francia, en casa de mis abuelos maternos, esta Navidad, ¿no? Pues bien, no pude evitar darme cuenta que comparada con mamá, Vic, tía Gabrielle o mi prima Sophie, mis tetas son más pequeñas. ¿Tú que dices? ¿Crees que lo son?

James observó a Dominique, quién estaba toqueteando su pecho sobre el uniforme con el ceño fruncido. Tragó saliva.

—¿De verdad? Porque a mí me parece que están bien —respondió James.

—¿Tú crees? Mira, toca y dime que te parece —dijo Dominique mientras tomaba la mano derecha de James y la ponía sobre su pecho izquierdo—. ¿Cómo la ves? ¿Pequeña? ¿Grande?

James, quién el mayor contacto físico que había tenido con una mujer era en sueños, se sonrojo profundamente.

—E-están bien —respondió a media voz.

—¿De verdad? Aunque creo que por encima del uniforme no puedes comprobarlo bien. Espera un segundo. —Dominique se quitó el jersey gris y se desabrochó la camisa blanca que llevaba debajo. Una vez desabrochada James pudo ver como los pechos de Dominique, sellados por un sujetador azul, salieron al aire. Sin embargo ese sello no duró mucho, ya que Dominique tiró su sujetador para arriba, dejando libres esos dos montículos de carne, coronados cada uno con una punta rosa—. Mira, prueba a tocar ahora.

Y, repitiendo la acción de antes, Dominique volvió a poner la mano de James sobre su pecho izquierdo. Al instante James sintió como su mano era colocada sobre una suavidad que no había sentido antes.

—Sí. Están bien. Yo las encuentro muy bien. Blanditas y eso. Y... ¡Eso no! Dom, ¿acaso no te das cuenta de lo que estás haciendo?

—¿Lo que estoy haciendo?

Dominique bajó la mirada, fijándose en la mano derecha de James, puesta sobre un pecho izquierdo que estaba al descubierto. Y conectada a esa mano derecha, estaba la propia mano izquierda de Dominique, quién estaba evitando que James se fuese.

Pareció que finalmente su cerebro proceso lo que estaba mirando, ya que automáticamente soltó a James mientras su piel se tornaba de un increíble color rojo. Se arreglo su uniforme, se calzó los zapatos y huyó de la enfermería sin siquiera despedirse de James, dejando atrás al chico con una sensación extraña dentro de él.


Hola gente (o más en concreto izzyocampom)

Primer capítulo de dos subido. La primera parte, la que ocurre en otoño, sucede en el primer año de James y Dominique. Mientras que la segunda parte, invierno, sucede durante el cuarto año.

En fin, espero que haya gustado este primer capítulo.

Se despide,

Grytherin18-Friki