Ni siquiera recuerdo cuando comencé a sentirlo, simplemente un día me desperté y Ron Weasley acababa de ser el protagonista de un sueño surreal, simplemente perfecto. Ese mismo día sonreí como una tonta mientras lo único que hacía él era ignorarme y comer.
Día tras día lo veía en mis sueños, me gustaba más y más; día tras día lo único que hacía era ofenderme, tratar de pelear conmigo y fingir que mi mera presencia era molesta para él.
Las peleas se hacían cada vez más frecuentes y duras; a veces repetía su tarea completa y no había ni siquiera un "gracias", colmó mi paciencia, y al no recibir nada a cambio de su tarea me alejé llorando como una loca, preguntándome porque yo tenía que soportar esos tratos si yo no era mala. Después de dar un largo paseo por los terrenos y pasillos de Hogwarts tomé la firme decisión de olvidarme de la absurda obsesión por Ron Weasley de la que era víctima. A pesar de tratar todas las maneras, él se adhería cada vez más y más a mi inconsciente y comenzaba a hacerse molesto y triste.
Ya todos alrededor lo sabían, todos lo habían notado pero él estaba vendado de ojos y oídos y me convertí en foco de susurros, algo de lástima y todo lo que pudiera parecérsele a eso, cosa que me enfurecía porque en ningún momento yo había deseado enamorarme del ser más despreciable del mundo (o por lo menos de mí mundo).
Cansada de mis fallidos intentos y de mis lágrimas por la noche tomé una medida extrema: no hablarle más, no dirigirle ni una mirada, ni soportar tan solo estar cerca de él y fue hasta ese momento que lo comprendió todo y se arrepintió. Fue muy tarde; se había ganado mi rechazo y no lo perdonaría tan fácilmente.
Las disculpas se hicieron presentes varias veces y de todas las maneras posibles, pero las mismas veces y con el mismo tono fueron evadidas. Después de tanto tiempo de persecución de sus labios salieron las palabras que hicieron que mis nuevos ideales y mi determinada actitud cambiaran por completo "Hermione, te quiero y lamento todo el daño que te he hecho" después de escucharlo mi actitud de hielo e indiferencia se fue por la borda, no se me va a olvidar su mirada de arrepentimiento y ruego.
Ese te quiero marcó una diferencia bien grande y al irme a dormir reconsideré la oportunidad de perdonarlo y tal vez intentar algo más que una nueva y regenerada amistad. Esa noche soñé con él, otra vez el mismo sueño perfecto, después de tanto tiempo y al despertar tenía la misma sonrisa tonta en la cara de la primera vez.
La confusión me envolvió, comencé a dudar de todo y creí conveniente hablar con Harry, quien comprendía los pensamientos de Ron mejor que nadie; no me dio un consejo muy útil aunque sus torpes balbuceos lograron aclararme un poco la mente.
Concluí que después de todo Ron Weasley era mi mejor amigo y no podía botar su amistad así por así. Lo perdoné, sí, lo perdoné, pero no sin antes aclarar nuestros problemas de comunicación y todos los defectos que tal vez nos llevarían al quiebre otra vez. Decidimos intentarlo porque milagrosamente corrigió todo.
Hace 4 años que sucedió esto. Y no pasa ningún día que no me recuerde que Ron Weasley es y siempre será mi mejor opción.
