Este fic esta hecho basado en el fic de E-HERO-KnightMare "La Leyenda de Issei, Aprendiz del Hakaishin" basada en un 40% en varios sentidos.
Obviamente, esta hecha con el permiso de este gran autor, planeo hacer mi propia versión, solamente que cambiare ciertas cosas:
No hay cosas de la saga Dragon Ball.
Naruto no es un Dios de la Destrucción ni hay títulos similares, y en vez de ser un maestro sería más como una reencarnación de este.
En particular, este Naruto es descomunalmente poderoso, y sus enemigos están fuera del nivel de los de DXD, y eso es mucho.
Si bien no soy mucho de leer el genero de traición en DXD, esta historia simplemente me atrapo desde el comienzo, E-Hero-KnightMare sabe como hacer buenos fics.
Bueno, no tengo nada más que decir, excepto que vamos a la…
ACCIÓN
Prologo
Divina Retribución
Era una suave brisa que movía los cabellos de los seres vivos en la ciudad de Kuoh, un viento ancestral y caliente como las calientes ráfagas solares del cosmos, y entre la tierra surgía un Dios maligno destinado a traer justicia divina al mundo mortal.
El cabello blanco como la ceniza, un tatuaje en toda su cara de piel pálida, el resto de su cuerpo cubierto por una especie de armadura negra que parecía piel de roca, con pies de tres dedos y ojos morados, miro al grupo de mujeres enfrente suyo.
—Ninguna de ustedes tiene su fuerza— les dijo con una voz rasposa mientras sacaba su pie del pecho de una mujer vestida con una armadura roja, mientras el ser flotaba, miro cada una de ellas con las manos detrás de la espalda.
Una esfera negra salió de la nada a un lado suyo y bloqueo sin siquiera inmutarse unas esferas pequeñas hechas de una energía rojiza, hasta que los disparos cesaron, el hombre de cabello blanco no disperso su barrera, y vio como una de las mujeres, la líder por lo que sabía, se le agotaban las reservas de energía al bajar lentamente su brazo, agarrotada y derrotada.
—Fútil— declaro flotando hasta ella, extendiendo su mano y doblando el dedo índice, golpeándola en la frente con él, haciendo que en segundos fuese lanzada a decenas de metros con una colosal fuerza.
Frente a él estaba dos chicas, una castaña y una peli-platina, ambas estaban muy heridas y cubiertas por partes de lo que parecían ser armaduras. Roja para la castaña y blanca para la peli-platina. Las dos veían con un miedo profundo al ser frente a ellas, aquel que las derroto sin el mínimo esfuerzo y que hirió el orgullo de ambas.
—Debo decir… que estoy sumamente decepcionado— decía el hombre de cabellos blancos.
Esto llamo la atención de los presentes que aún estaban conscientes quienes veían al chico.
—Se supone que aquí debía estar el legendario hijo del Dios de Dioses… pero solo me topé con un grupo de chiquillas malcriadas que se creen la gran cosa, pero que no podrían ni enfrentarse al más débil de mis clones de sombra— hablaba el guerrero de armadura mirándoles con desprecio.
La temperatura rápidamente descendió y el poder del chico se incrementó de golpe.
—Ustedes ya no me sirven de nada— decía de manera fría el guerrero y acto seguido en su mano apareció un brillo gris que empezó a desplazarse por toda la zona cubriendo a las chicas heridas.
—Desaparezcan— susurro mientras sus ojos se volvían morados y un gran resplandor blanco llenó la zona y cuando desapareció solo estaba presente aquel guerrero.
—Fueron transportadas antes de que las matara— declaro mientras miraba el cielo, antes de empezar a pisar el suelo en forma de berrinche—. ¡Estoy muy decepcionado... yo quería un reto!— chillaba de manera inmadura el peliblanco.
En ese momento se detuvo de su rabieta al sentir una nueva energía que se aproximaba...
Frente a él cayo una figura desde el cielo y levanto una gran nube de polvo.
Cuando la nube se disipo se pudo ver a la figura de un joven de unos 17 años, de cabello blanco con un mechón castaño. Vestía una camisa negra y encima una chaqueta blanca con tonos rojos, unos pantalones de mezclilla rasgados de la parte de la rodilla y unos zapatos deportivos negros con vivos blancos. Sus ojos cafés no mostraban brillo alguno...
—¿Y tu eres?— preguntaba aquel hombre de cabellos blanquecinos.
El chico de mechón castaño veía a su alrededor con su mirada perdida y sin mostrar sentimiento alguno en su rostro, pero la voz del peliblanco lo saco de su trance y le hizo ver al hombre… pero no hablaba.
—Pregunte ¿quién eres?— aquel hombre volvía a repetir la pregunta al tiempo que veía los ojos del chivo y pudo percibir una profunda gama de emociones negativas, desde soledad hasta tristeza, pasando por abandono, furia, odio y anhelo por sentirse aceptado y ser querido por alguien.
—Yo me llamo Issei...
Al escuchar ese nombre, el peliblanco abrió los ojos, antes de que una malvada sonrisa apareciese en su cara.
—Bien, Issei, tienes mucha suerte, Keiku Arayo será quien va a terminar tu existencia— declaro el llamado Keiku, mientras en un instante sacaba una enorme guadaña hecha de la oscuridad de su armadura.
