En la estación de King-Cross, una chica de brillante cabello rojo, se despedia de su familia.

-Adiós mama, adiós papa-dijo mientras les daba un fuerte abrazo, tendria que esperar a navidad para verlos de nuevo.

Le tendió la mano de manera formal a la chica junto a sus padres, la cual desvió bruscamente la mirada, al tiempo que fruncía el ceño, sin responder al gesto de de ojos esmeralda bajo la mano lentamente, mientras que la furia y la tristeza la invadían

-Bien, adiós.-Dijo bruscamente

-Cuídate Lily, y escríbenos.-Dijo la madre en un intento de salvar la situacion.

Lily se dirigió a la barrera y corrió, atravesándola, se encontró con una neblinosa estación, y un gran tren destinado a Hogwarts.

-E! Evans!

-Piérdete Potter-La irritación que irradiaba la chica no detuvo al azabache,que la miraba.

-¿No vas a saludar al futuro padre de tus hijos?

-Ni aunque me fuese la vida en ello-Ella ni siquiera le había dirigido la mirada.

El chico se acerco y le puso una mano en la cadera, y antes de poder acercarla, ella se había soltado, y se había plantado frente a el.

-Potter... Si me vuelves a tocar, vas a sufrir las vez junto al calamar-La manos le temblaban y su voz sonaba a rabia contenida.

La pelirroja se dio media vuelta, y había avanzo unos pasos cuando oyó a James llamarla por su nombre de pila.

-Lily...-El tono que usaba era un suplicante, pero jugeton.

-¡Potter!-Grito-No me llames Lily, No me digas pelirroja, ni princesa o cariño. Evans. Para ti soy solo Evans, la chica que NO va a salir con tigo!

Eso logro borrar la sonrisa de suficiencia que el chico mostraba, se paso la mano por el cabello distraidamente, mientras observaba a la chica caminar hacia el tren."Es realmente bonita" Pensaba con tristeza.

-E! Cornamenta!-Grito el ojigris-Encontré a Lunático...

-Bien

-¿Por que esa cara? ¿Fue Evans?

James negó con la cabeza, a su amigo-hermano ya le caía mal la pelirroja, no queríainfundirle mas odio.

-¿Te han dicho que no sabes mentir?-Pregunto Remus.

-Gracias por la ayuda-Respondió con sarcasmo.

-Amigo, tengo una Ravenclaw preciosa...

Esto llamo la antencion del azabache.

-Cinco galeons a que la beso primero.

-Hecho.

-Oigan las chicas no son para...- dijo la voz de la razón (a la que, por supuesto, nadie escucho)

-¡Lupin! ¡Cállate!-Gritaron los amigos al unisono.