¡Heme aquí con un nuevo fic! ¡Esta vez de Overwatch! Estoy obsesionada con esta pareja, de verdad. Y espero que mi obsesión les llegue.
Solo me queda decir que: Los personajes de Overwatch no me pertenecen, reverencias a sus respectivos autores.
Ahora sí, ¡Ojalá disfruten de la lectura!
Alive
En la mira
Decir que estoy parada aquí frente a ti por extrañarte, sería mentirte. Incluso te mentiría si te dijera que estoy aquí por nuestros recuerdos juntos.
Porque esos recuerdos... murieron el día que yo te asesiné.
Poco queda de lo que fui, poco queda de lo que fue mi vida contigo... y poco siento por ti. Por no decir nada.
Ya que yo, en realidad... No puedo sentir.
Así que te preguntarás, ¿qué me ha traído aquí otra vez? Bien, no lo sé. Mis pasos todos los años, el mismo día y a la misma hora, me traen a este lugar.
Pero... no siento nada cuando miro tu tumba. Ni tristeza, nostalgia, culpa, rencor, odio... u amor.
Nada siento por ti, y a pesar de todo aquí me tienes, ¿étrange, verdad?
Para mí también lo es.
Espera... creo que al final si te he mentido. Sí hay algo que puedo sentir últimamente, además de la costumbre satisfacción de matar. Hay algo...
Hay una femme... una molestia, mejor dicho. Hay algo en ella que no me permite quitar el foco de sus ojos.
Literalmente le apunto, pero nunca le doy. Me dio cierto regocijo aquel hecho al principio. Es decir, por fin había encontrado un buen adversaire.
Sin embargo, cuando la situación comenzó a tornarse muy reiterada, la impaciencia empezó a tomar el control de mi mente. Y esa emoción es algo que nunca experimenté... no que yo recuerde.
¿Tu as entendu ce que je t'ai dit? Emoción... Oui, así es. Ella me genera emociones que provocan que mi corazón vuelva a su ritmo normal, o aún peor, a acelerarse en el momento de disparar.
Es por ello que fallo. Es por eso que me da impotencia, y es por eso que... la busco tanto también. Me divierte.
Creo que de alguna forma me hice adicta a la única persona que puede hacerme sentir un poco viva. Y también creo que eso es un gran problema... porque al probar la sensación de justamente, sentir de nuevo, por más mínimo que sea el sentimiento, ya no quiero dejarla... no quiero olvidarla.
Pero esta se esfuma tan rápido como lo hace ella. Al perderla de vista, a los segundos mi piel vuelve a tornarse tan fría que casi quema.
Estoy programada para ser calculadora y meticulosa, soy consciente de que no puedo cambiar eso, y un lado mío... tampoco quiere.
No recuerdo lo que es sufrir, pero por lo que observo a mí alrededor, no es una emoción muy recomendable. Por eso no quiero sentirla.
Merde...
Mi cabeza empieza a doler... Já, siempre lo hace cuando tengo este tipo de reflexiones, no sé por qué. Hay tantas cosas que no sé...
Solo sé que cuando llegue al cuartel de Talon me espera una deliciosa inyección que me hará aliviar esta extraña jaqueca.
—Adieu, Gérard. Fue lindo hablar contigo.
Mis pasos voltearon con una lentitud poco común en mí, y casi sin darme cuenta, otra vez allí estaban esos fastidiosos latidos que aumentaban pesadamente. Y de nuevo, aquel molesto rostro, adornado de una infantil sonrisa, invadía mi mente.
Pourquoi?
Me aferré el pecho con la mano al percibir el agudo dolor que esa imagen me provocaba.
Merde... de verdad necesito esa inyección.
-/-
La oscuridad de la noche la ocultaba. Solo las rojizas luces de su visor iluminaban su precioso y simétrico cuerpo, resaltando aquellas perfectas y natas siluetas.
Descendió un parpado con lentitud, y con extrema cautela posicionó el rifle por encima de su brazo.
Su visión automáticamente se volvió carmesí. Ahora lo único que podía contemplar era su blanco. Aquel del cual pensaba que iba a enorgullecerse.
—Je te vois... —susurró para sí, delineando una maliciosa sonrisa.
Colocó el dedo sobre el gatillo, preparándose para lo inevitable. Sin embargo, un casi imperceptible sonido, que pudo llegar a escuchar, disipó su concentración.
—Quoi?
Otra vez aquel sonido resonó, en esta ocasión más potente, para luego dar lugar a una hilarante voz que entraba en escena.
—¡Cheers, luv!
Ascendió la vista de golpe y se encontró con su némesis en el aire, saludando de una heroica manera.
No pudo evitar dibujar un gratificante gesto al observarla. Por fin había aparecido la causante de su diversión.
—Salut. —Fue todo lo que llegó a decir, ya que al instante comenzó a esquivar de una agraciada manera los rápidos disparos que aquella pequeña le regalaba.
—¿Intentando arruinar otra fiesta, cariño?
Sonrió de lado, mientras extendía el brazo y lanzaba el gancho. Se elevó varios metros, pasando por encima de su cabeza en un atlético giro, hasta caer en el techo de otro edificio. Se volteó hacia ella con arrogancia y amplió aquella confiable mueca. Eso solo consiguió que su competencia se emocionara.
—¡Whoa! ¡Nunca dejas de sorprenderme! —exclamó Tracer, activando su acelerador cronal y deslizándose con velocidad por los techos.
—Ni tú a mí, petite. ¿Cómo es posible que siempre aparezcas en mi camino? —inquirió, tratando de perderla de vista.
—¿Petite? —repitió, alcanzándola— ¿Debo tomar ese apodo como un avance en nuestra amistad?
Widowmaker se detuvo en seco al contemplar como su pequeño cuerpo estacionaba frente al suyo. Fue incapaz de ocultar su complacida sonrisa.
—Peut-être... —susurró de una seductora manera, para acto seguido elevar el rifle con rapidez y apuntarle; disparó.
Antes de que la bala se incrustase directo en su pecho, Tracer desaceleró el tiempo y volvió a su anterior posición.
Soltó un gracioso respingo en el acto —¡Eso estuvo cerca! ¿tratas de matarme o me parece a mí? —bromeó, y en un audaz movimiento quedó frente a su alta persona de nuevo.
Widow, que no se movió del lugar, la detalló de arriba hacia abajo, inexpresiva —Parece que tú siempre estás cerca —Elevó su comisura, arrogante— Pourquoi insistez-vous pour me déranger?
Lena arqueó una confusa ceja e incrustó el dedo en su torso —¡Oi! Entiendo que me tienes cierto rencor por ser un poco molesta...
—¿Un peu?
Bufó —¿Pero podrías al menos hablar en mi lengua? ¡Apenas entiendo lo que dices!
Widowmaker rió por lo bajo —¿No te gusta?
Lena pestañeó varias veces, extrañada —¿El francés?
—Que te hable así. —contestó, inclinándose y quedando a escasos centímetros de su rostro.
Tracer examinó aquel perfecto semblante, y un incontrolable rubor la asaltó.
Widow, sin perder la razón y la causa por la que se encontraba allí, le sonrió y en un ágil movimiento alzó el rifle y amenazó su cuello, paralizándola.
La castaña lo elevó hacia atrás en un impulso, mientras sus labios delineaban una tensa sonrisa.
—Debo serte sincera; me encanta.
—¿Vraiment? —cuestionó, acrecentando aquella confiable mueca que la destacaba.
—Pero como ves, —prosiguió, delineando una divertida sonrisa y ladeando un poco la cabeza de costado, en un intento de evitar la punta de su arma— , me distrae tal sensual acento, así que si fueras tan amable de...
—¿Sensuel?
—¡Oh, vamos! ¡Te dije que me distrae! —Se burló; a pesar de ser consciente de que su cabeza estaba en juego.
Su némesis comenzó a reír en un inesperado murmullo, descolocándola.
Algo andaba mal; su actitud no era normal. Usualmente se mostraba más callada... soberbia, pero callada.
¿Por qué se estaba comportando así? ¿qué demonios le pasaba a la gran agente de Talon?
—¿Qué sucede, luv? ¿quieres jugar? —preguntó, y en un rápido movimiento que su pálida enemiga no previó, activó el acelerador y reapareció detrás de ella. Rodeó con el brazo su cuello por detrás, acorralándola.
Con su ya conocida tranquilidad, Widowmaker giró un poco el rostro y se topó con aquellos marrones ojos que trataban de descifrarla.
—¿Te gustan los juegos rudos? No te imaginaba así, ma petite —musitó. El cuerpo de Tracer tembló de pies a cabeza por aquella frase que escondía un visible doble sentido.
Tragó saliva con rudeza, al sentir unas frías manos apoderarse de sus brazos. Aquel contacto por alguna extraña razón la congeló; y no necesariamente por su baja temperatura corporal.
—N-No trates de conquistarme, cariño. ¿Sabes? Hace poco empecé a ver a alguien, y creo que tengo futuro con esa persona. —Comenzó a decir con cierta entonación burlesca que su oponente poco se tomó en broma.
—Oh, ¿alguien? Eso es nuevo…
—¿Qué pasa? ¿te molesta? —continuó provocándola, sin saber bien el porqué. Era casi adictivo continuar con aquella conversación.
—¿Molestar? —repitió, ensombreciéndose— . Desconozco esa emoción.
Lena abrió los ojos de par en par. Aquella frase ocultaba una gran verdad, era imposible no pensar en ello. ¿Desconocer una emoción? ¿a qué se refería? La curiosidad la estaba atacando sin compasión.
Poco duró su meditación, ya que la hermosa joven que tenía atrapada, aprovechando su estancando estado, atinó a agacharse con rapidez, para luego dar un gran y acrobático salto en el aire, escapándose de ella.
De inmediato tomó el rifle que yacía en su espalda, y le apuntó directo a la cabeza. Tracer elevó sus pistolas al instante.
La tensión se sentía en el aire. En especial porque la asesina no se dignaba a disparar, dejándola en suspenso. Solo la amenazaba con una maligna sonrisa de fondo, como si quisiera que su muerte fuera lenta y dolorosa.
—¿Cómo quieres morir, petite? —Derivó la punta del rifle a su pierna—. Quizás un poco de dolor te vendría bien —Lo deslizó hacia su pecho— ¿O tal vez destruir tu corazón de un solo disparo te sentará mejor?
Tracer frunció el ceño —¿Por qué... me odias tanto? —preguntó casi en un murmullo.
Era consciente de que aquella pregunta tenía una fácil respuesta; era su enemiga. Aún así, no pudo evitar formularla.
Los labios de Widowmaker tiritaron sin su permiso. Y por primera vez en mucho tiempo su corazón se aceleró un poco... muy poco; pero lo suficiente para sentirlo a la perfección. La prueba estaba en que el disparo que le proporcionó al escucharla, falló, solo haciéndole un insignificante rasguño en el rostro.
La heroína se limpió la herida con el pulgar, contemplándola de reojo.
—¿Détester? —contestó por fin, emitiendo una tenue y ronca risita que enrareció todavía más el ambiente—. Ma chérie... odiar está lejos de lo que pienso de ti. Tu le savais?
Lena elevó una intrigada ceja, cada vez más confundida por su extraño comportamiento.
Widowmaker era la mejor asesina de Talon; malévola y fría. No obstante, hoy se mostraba diferente. Algo emocional, algo… frágil.
—¿Huh? ¿qué quieres decir?
Con una confidente sonrisa adornando su semblante, bajó un poco el rifle —Al luchar contigo haces que me sienta más viva que nunca.
—¿Qué...?
Widow descendió la visión, conservando aquella indescifrable sonrisa —El único placer que puedo experimentar es el de la satisfacción de haber cumplido mi misión.
Tracer la detalló, desentendida.
¿Por qué me está diciendo esto?
Se preguntó, en demasía confundida. Su némesis no era así; era la primera vez que tenían una verdadera conversación. Y lo que menos esperaba era que le confesara tal cosa.
—¿El único? —cuestionó. Empezaba a sentir cierta lástima hacia su persona. Una lástima que no pensó percibir tan rápido.
—Eso pensaba... —continuó, entrecerrando los párpados—… Hasta que te conocí.
Widowmaker la miró de reojo y se encontró con unos apenados y castaños ojos. Algo en su interior se oprimió al examinarla.
¿Por qué se estaba confesando de esa manera con aquella molesta intrusa? ¿y por qué dolía tanto hacerlo?
Clavó las uñas en su palma, frustrada, y arrepintiéndose de haber hablado de más. No era normal; ella para nada era así.
Intentando mutar aquel melancólico ambiente que generó sin querer, elevó el mentón, altanera.
—Resulta ser que me siento más viva cuando la competencia es digna de mí —resaltó, provocando que el rostro de la pequeña volviese a su estado de alerta—, y es un poco petite... —agregó, riendo por lo bajo.
—¡Oi! —La señaló— ¡No es mi culpa que tú seas tan alta!
—Tú eres la petite.
Tracer presionó las mandíbulas, nerviosa. Algo extraño estaba sucediendo en su interior, y no le gustaba para nada aquella, quizás no tan nueva sensación, que la estaba irrumpiendo.
¿Por qué? Porque debido a sus palabras le estaba costando la rutinaria tarea de verla como una enemiga. Y tal cosa le imposibilitaba reaccionar.
Pero no podía engañarse; tenía que admitir que no era la primera vez que le ocurría eso.
Unos lentos pasos comenzaron a aproximarse. Apretó con fuerza las pistolas a sus costados al notarla, pero no pudo levantarlas.
Widow se detuvo frente a ella y la observó de arriba hacia abajo con desdén. Le sonrió, y tomándola desprevenida, atajó su mentón y lo ascendió con delicadeza.
—Como sea, chérie. Tardaré un poco más en acabar con tu vida... ya que haces que la mía parezca divertida. —concluyó a escasos centímetros de sus ahora, temblorosos labios.
Lena carraspeó, intentando centrarse. Cosa que le estaba costando; su cercanía y aquel embriagador aroma que emanaba no ayudaba.
—Eres una arrogante, luv.
Widowmaker alzó una ceja, sonriente —Y tú una molestia necesaria.
Sus ojos se encontraron de un penetrante modo, como si de un duelo de miradas se tratase. Duelo que solo las confundía más.
Algo… algo está pasando aquí.
Pensó Tracer, perdida en aquellas doradas pupilas que la hipnotizaban cada vez más.
Esa mujer que siempre consideró como una incógnita, y que por alguna extraña razón nunca se había atrevido a matar, hoy había subido la apuesta. Ahora siquiera podía apuntarle con sus armas.
Con una potente frustración navegando por su cuerpo, atajó su brazo de repente, generando que Widow la soltara. Ésta última contempló el agarre de reojo, que no parecía querer soltarla, sintiéndose extraña.
Cálida…
Pensó, a pesar de no darle permiso de emigrar a tal pensamiento. Regresó la visión a ella y chocó con unos curiosos ojos que miraban aquel tatuaje en su brazo con atención.
—¿Qué significa eso? —Lo señaló.
Deslizó con lentitud la mirada a su propio brazo, encontrándose con el lastimoso recuerdo que habían sellado en su piel tiempo atrás.
—Cauchemar... Pesadilla.
Se maldijo en sus adentros por contestar con tanta honestidad. No sabía la razón de aquello; de responder con naturalidad. Lo único que podía pensar es que la actitud de la heroína, que hoy se mostraba más callada y serena que en otras ocasiones, le estaba resultando un misterio.
Un delicioso misterio…
Tracer se quedó contemplando su tatuaje, sin liberarla. Parecía como si se hubiese perdido en un mar de pensamientos.
Pensamientos que su némesis deseaba averiguar con una incoherente urgencia.
Widowmaker, mientras la observaba, otra vez lo sintió; un poderoso latido que le quitó el aire. Sus pupilas se ampliaron, horrorizadas. En un arranque se llevó la mano al pecho y lo aferró con fuerza, sofocando un quejido.
Sus rodillas flaquearon por tal inesperado dolor. Lena, reaccionando, la atajó por la cintura, evitando que cayera. Acción que despertó una inmediata ira en su contrincante.
Con cierta vergüenza, Widow se desligó de su agarre con rudeza —¿Qué crees qué haces? ¿ayudando al enemigo?
—¿Q-Qué? No es así, yo solo...
—¿Por qué no aprovechaste la oportunidad para matarme? —preguntó, con una tonalidad algo desquiciada que no la caracterizaba.
La castaña la miró, perpleja. Es verdad, ¿por qué no había aprovechado esa oportunidad?
Librarse de ella sería un alivio para todos los ex agentes de Overwatch. Pero simplemente... no pudo. Todo se estaba tornando demasiado problemático.
Desvió la mirada, intimidada por aquella ferviente visión sobre ella —No sería justo así —mintió—. No contigo en ese estado.
Widow arqueó una disgustada ceja —Pardon? —emitió, con la furia hirviendo en sus frías venas. Su oponente la estaba subestimando; y si había algo que odiaba con lo poco que quedaba de su alma, era ser subestimada— . Grosse erreur.
Tracer inclinó la cabeza de lado —... Otra vez no te entiendo.
Widowmaker, que aún se encontraba casi de rodillas en el suelo, chocó los dientes y se alzó rápidamente. Con una irascible visión de fondo, atajó su cuello de golpe con la mano y lo presionó sin piedad alguna.
La heroína cerró los ojos, percibiendo la creciente asfixia. Ya no sabía qué hacer ni cómo reaccionar. Su oponente la confundía, y eso no era correcto. No debía sentirse así.
Con una cautelosa lentitud, ésta se acercó a su oído —Cuando el momento llegue... Je te tuerai —susurró, sujetando su cintura. La apegó contra su cuerpo, provocándole unos inevitables escalofríos—. Je te tuerai, ma petite —repitió. Y en un acto que terminó por opacar a su cordura, llevó los labios a su suave lóbulo y lo besó con delicadeza.
Lena se sobresaltó, mientras un molesto calor se atrevía a trepar por su entumecido cuerpo, a pesar de estar siendo ahorcada de un violento modo.
—N-No sé qué dijiste, luv, ¿pero tengo que tomarlo como una confesión de amor? —Se animó a bromear. Sabía que no era el momento, pero era imposible no hacerlo.
Una sarcástica risita le fue dedicada —Qu'est ce que l'amour?
Tampoco entendió a lo que se refería, pero algo estaba claro, no era una confesión de amor. Porque al instante de emanar aquellas palabras, Widowmaker golpeó con fuerza su estómago, dejándola sin aliento por unos importantes segundos, y liberó el gancho. Salió volando de allí, alejándose a una increíble velocidad.
Aferrándose el vientre, tosió con fuerza —¡E-Espera!
Se incorporó con dificultad y saltó, activando el acelerador. Le costaba reducir la distancia entre ellas.
Widow la contempló de soslayo y lanzó de nuevo el gancho, intentando perderla de vista. Trataba de mantener su mente en blanco; fría, como siempre estaba acostumbrada a tenerla. Pero tal cosa le estaba costando, para su sorpresa.
Obligándose a pasar desapercibido aquello, continuó columpiándose sobre las casas y edificios, hasta aterrizar en el techo de una zona cercana donde su presa aún esperaba por su muerte.
Debo terminar mi misión... debo escapar de ella.
Ordenó a sus pensamientos. Poco tardó en darse cuenta que su propia voz interna sonó en una súplica.
Ella me confunde.
Miró hacia atrás, asegurándose de que no la seguía, para luego volver la visión hacia adelante y rápidamente elevar el rifle; posicionó el ojo en la mira.
Su presa apareció. Sonrió por ello. Aunque su sonrisa ahora dejaba mucho que desear.
—Ahí estás de nuevo... —murmuró, relamiéndose los labios, mientras examinaba a uno de los pocos pacifistas que todavía quedaban en la ciudad, durmiendo plácidamente.
—No sentirás nada... mon chérie.
Deslizó el dedo hacia atrás lentamente sobre el gatillo. Su pupila se amplió y aquella sensación de satisfacción que juró haber perdido por unos tediosos instantes, resurgió; la deliciosa sensación de matar.
Sin embargo, antes de disparar, un imprevisto y nuevo latido la sacudió, quitándole el aire de golpe.
—Mais quoi?! —exclamó, atónita, presenciando como su propio brazo empezaba a temblar. Arrugó la frente, impotente— ¡Basta de esto!
Su mano libre aferró su pecho, tratando de controlar la embestida que este le brindaba una y otra vez. Dolía... dolía mucho, y no estaba acostumbrada a tal dolor.
Entrecerró un ojo de nuevo, tratando de visualizar a su presa —Debo… matarlo —Tiritando, posicionó otra vez el dedo sobre el gatillo. Le estaba costando demasiado mantenerlo en su lugar.
Merde… ¿qué me sucede?
—¡Detente!
Aquel conocido alarido que surgió de la nada misma, la sobresaltó. Volteó el rostro hacia atrás y detalló a esa pequeña molestia que se aproximaba velozmente hacia ella.
—Tsk…
Ignorando aquella voz que seguía llamándola, regresó la vista al frente y elevó el rifle.
Tengo que terminar esto.
Disparó, sin muchas esperanzas de que acertara; sus condiciones no eran las mejores. Sin embargo, para su asombro, detalló casi en cámara lenta como la bala se incrustaba de golpe sobre la frente de su víctima. Un tiro exacto… de puro milagro.
No era lo que esperaba; jugar con la suerte no encajaba con sus típicos y metódicos asesinatos, pero al menos había completado su misión.
Sonrió de lado, agitada y aún con el corazón en su contra, pero satisfecha de haber cumplido la tarea que le asignaron.
Todavía funcionaba, todavía era útil.
—¡NO!
Giró el cuerpo de golpe, pero no pudo evitar que un conocido y pequeño cuerpo la embistiera con fuerza, generando que ambas rodasen sobre el suelo en un trayecto que parecía interminable.
Terminó debajo de ella, ahogando un quejido, mientras detallaba la jadeante figura de Lena sobre sí. Esta última atajó sus muñecas con rudeza y las estampó a los costados de su cabeza, aprisionándola.
—¡¿Por qué hiciste eso?!
Ah... tan molesta.
La examinó desde lo bajo, sin expresión alguna. Sus marrones ojos solo emanaban honestidad y pureza, al contrario de los suyos, que carecían de emociones. Los envidió, sin saber bien el por qué. Algo se estaba revolviendo, incómodo, dentro de su ser.
Con una extraña pesadez recorriendo a sus frías venas, elevó un poco el semblante y comenzó a reír de una grave y maligna forma.
La castaña la observó, perpleja, y negó con la cabeza. No entendía a esa persona... no entendía qué sucedía con ella. Y aún así, no podía odiarla por sus acciones. Hecho que no le hacía ninguna gracia.
Un repentino y ruidoso sonido a sus espaldas la sobresaltó. Tracer volteó el rostro y detalló a una gigantesca nave que se aproximaba hacia ellas.
—Talon... —susurró, observando la clara insignia a lo lejos de esa malévola organización terrorista.
Un forcejeo en el cuello de su chaqueta la hizo girarse de nuevo. Quedó de frente contra su némesis, que ahora sonreía de soslayo con una, a su parecer, falsa confianza. Había algo diferente en sus dorados ojos… algo ocultaban. Algo que provocó que su pecho se achicara con una punzante dolencia.
Analizó su distante rostro, sintiéndose extraña. Una incoherente cuestión estaba irrumpiendo a su mente.
Ella… ¿quién es ella? Yo… la conozco.
Pensó, y no se refería exactamente a Widowmaker.
Unos helados dedos empezaron a delinear su desencajada mandíbula, dejándola más que detenida.
—Nos veremos, petite. Sorpréndeme la próxima vez con una verdadera batalla. —musitó, estacionando las yemas en su mentón.
Su pecosa frente se arrugó tanto debido a su descaro, que juró que se desfiguraría.
—¡Eres una...!
Un nuevo forcejeo impidió que continuase. Pero la verdadera razón de su calla fue que sus labios ahora se encontraban sellados con los fríos de su adversaria.
Abrió los ojos de par en par, mientras un irremediable calor comenzaba a invadirla. Era un beso tan amargo... tan triste y desesperado, pero al mismo tiempo tan profundo.
Así de rápido como se unió a ella, se despegó, dejando en su lugar una angustiosa sonrisa que Tracer no pudo descifrar.
—Adieu, chérie.
Sin ser capaz de reaccionar, se dejó llevar por aquel estilizado cuerpo que atinó a girar hacia atrás, provocando que ambas cayesen hacia la nada. No obstante, la astuta asesina estiró el brazo en dirección a la nave y lanzó el gancho, colgándose de ella. Lena, detallando su huída en plena caída, se estrelló contra el suelo de un estrepitoso modo.
Widowmaker, ahora asentada en la nave, la observó desde lo alto, indiferente. Sin embargo, sus ojos poco tardaron en convertirse en una afligida mirada.
Una mirada que imploraba salvación.
Espero que les haya gustado el primer capítulo. Vi que no había muchos en español de esta pareja. Definitivamente tenía que escribir algo sobre ellas.
En fin, ¡los leo en el próximo! :)
Saludines.
