¡¡Hola!!

Aquí voy con un nuevo fic. ¿Realmente pensaron que se habían librado de mí?

Nooo n_n

Tengo dos aclaraciones "técnicas" respecto de este fic [Sí se lo puede llamar así]: Es en un Universo Alternativo [O no tanto] y otra es que tiene ciertos detalles por los que no quiero demandas por traumas psicológicos. Igual no son abundantes y no son de lo peor. Por eso no restringí con otra clasificación que "PG"

Simbología: []Mis acotaciones; () Pensamientos de los personajes; */*/ Cambio de escena.

Ya saben a quién pertenecen los personajes [¬_¬u]

¡Qué lo disfruten!

El destierro en la Tierra

Las expulsiones

La niña, de unos catorce años, salió de la cabaña y avanzó hacia un tacho cargado de agua que estaba fuera.

Ahora vamos a lavar la ropa de mi hermano, siempre ensuciandosé ese niño... - dijo mientras daba pequeños saltos hacia el recipiente. Se arrodillo e iba a sumergir el kimono cuando...

¡¡No!!-

El tacho se volteó haciendo que una serpiente de un tamaño respetable cayera a la tierra. Al verse descubierta se perdió entre los matorrales.

¿Qué demonios fue eso?- pregunto la chica con el susto reflejado en sus ojos negros.

Querrás decir que ángel fue eso.- refunfuño una joven, cuando la niña se alejo.

Ella era muy bonita. Tenía el cabello negrisimo que le llegaba por debajo de los hombros, los ojos color café y su rostro trasmitía una gran paz.

Siempre es lo mismo. Uno los salva de cualquier peligro y luego te confunden con un demonio.- expresó con indignación el ser, batiendo sus largas alas blancas.

¿Batiendo sus largas alas blancas?

Así es. La niña no la había visto por el simple hecho que esta mujer en cuestión era un ángel. Aparentaba unos 17 años.

Mejor me voy. Sino tendré problemas.-

La mujer extendió las alas y emprendió vuelo.

La niña volvió con el tacho cargado y cuando lo apoyo en el pasto vio una pluma blanca. La tomó.

Sería posible que... No. Ya estás grande para creer en esas cosas, Rei.- se reprocho la chica.

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¡No! ¡Pod favod Youkai- san! ¡No me coma!- grito un niño de tres años, quién corría lo más rápido que era capaz fuera del alcance de un enorme Youkai con forma de tigre.

¿Qué sucede ahora? ¡Oh no! ¡Por Kami!- exclamo la joven ángel quién, casualmente, pasaba por esa montaña. El niño esta acorralado entre la bestia y un precipicio. El pequeño cerro los ojos y espero lo peor.

¡¡Dejaló!!-

La joven, sin medir lo que hacía, alzó en brazos al niño y con un pase durmió al Youkai. Dejo al infante a unos metros.

El niño no acertó a decir mucho:

Mutas gacias, senorita ángel.- el pequeño observo contento una pluma blanca que había quedado en su túnica.

La mujer le sonrió y emprendió, una vez más, el regreso.

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¿¿Dónde demonios esta ese hanyou??- gruño un hombre de cabello negro y ojos del mismo color.

¿Qué quieres, Naraku?- preguntó un muchacho que aparentaba unos 19 años. Tenía el cabello blanco largo y los ojos dorados. En su cabeza sobresalían unas orejas de perro.

Enma Ho- sama te esta buscando. Necesita que lleves a uno nuevo a su correspondiente lugar.- Le informo el tal Naraku.

¡Feh! ¿Por qué lo haría?- atacó el hanyou.

¡Por qué te lo ordeno y es tu superior!-

¡No lo haré!- el muchacho contestó cortante y se bajo del añejo y sequisimo árbol donde estaba recostado.

Haz lo que quieras. Le informaré a Enma Ho- san.-

¡Bien! ¡Hazló!-

El mensajero se dio la media vuelta y desapareció en las profundidades del Jigoku.

Pues sí. Estos dos "buenos amigos" son habitantes del Jigoku, es decir del Infierno. El paraje era desolador. El calor sofocante, permanentemente iluminado con una luz rojiza. Todos los árboles, o algo parecido a ellos, estaban secos, delgados y añejos.

El mitad demonio frunció el entrecejo y murmuró.

- ¡Estúpido Naraku! Por mí puede hacer lo que quiera... -

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¿Dónde esta esa niña? ¡Oh, estamos en serios problemas! ¡Muy serios!-

Esta mujer contaba 19.000 años de edad, aunque aparentaba solo 19. Se parecía mucho a nuestra conocida joven. Incluso en el hecho de que ambas eran ángeles. Pero esta tenía el cabello más largo, amarrado en un cintillo blanco, y su rostro mostraba preocupación. ¿Dónde se habría metido su pupila? Estaban en serios problemas, serios...

¿Es qué en qué demonios pensaba esa chiquilla? [Por ahora en ninguno.] ¡Ellas ya tenían una advertencia al respecto! La mujer tembló pensado en el futuro inmediato de su pupila.

Fue entonces, cuando con el rostro desencajado y el susto impreso en el rostro, vio llegar a nuestra conocida muchacha.

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La vida, o la muerte, transcurrían tranquilas en el Jigoku. Tranquilas dentro de lo posible. El suelo tembló con un resplandor rojizo y Naraku afloro de las profundidades.

Inuyasha, hijo de Inutaisho - empezó Naraku con voz solemne.- Se te condena al destierro por desobedecer a Enma Ho- San. Amo y Señor del Jigoku.- sentenció el demonio de ojo negros.

Inuyasha, el hanyou, bajo del árbol y lo enfrentó:

Pues que bien. Ya estaba deseando largarme de aquí.-

Estás deshonrado a la gran estirpe de demonios de la que provienes.-

¡Ja! Gran estirpe... Mi padre fue un maldito aprovechado que embarazo a mi madre humana.- le soltó el hanyou.- Para hacerle honra a esa gran estirpe tienes a mi hermano Sesshomarú. Yo me largo.-

Inuyasha se dio media vuelta y entro en una especie de ascensor.

¡A la Tierra!- ordenó.

El artefacto partió con un zumbido veloz.

Algún día lo pagarás.- sentenció el mensajero, dispuesto a informar a su señor.

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La joven ángel aguardaba fuera, presa del más profundo pánico.

- (¿Cómo pudiste ser tan estúpida?)- se reprocho.- (¿En qué demonios pensabas?) (Tú ya lo sabías. ¡Ni una pluma más debías dejar caer! De lo contrario... ¡Es qué 17.000 años de vida no te enseñaron nada! ¡Kagóme tonta!)-

Su guía salió de la nada, pálida.

¿Qué le han dicho, Kykio - sama?- pregunto asustada Kagóme. [¡No puedo creer esto! ¿Kykio es la maestra de Kagóme! x_x Adónde iremos a parar...]

Kykio no le respondió nada. Parecía demasiado aturdida.

¡Por Kami- sama! ¡Tengo que hablar con Uzume- sama!- dijo apresurada Kagóme, emprendiendo vuelo.

Lo lamento.- susurró suavemente Kykio, al tiempo que cargaba su arco, el que siempre llevaba consigo, y disparaba.

¿Qué dices?- preguntó Kagóme, abriendo grandemente sus ojos y volteandosé, haciendo que la flecha, en lugar de matarla, le arrancará sus alas. Comenzó a caer en picada.

¿El destierro?- pensó cada vez más asustada la joven.

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Los aldeanos abandonaron la improvisada aldea que habían armado en la ladera del volcán, cuando este entró en erupción.

Inuyasha salió con esfuerzo del cráter humeante y se puso de pie. El ambiente de la Tierra le sentaba a las mil maravillas. Después de todo, él había nacido allí. Se sacudió la ropa y echo a caminar. Observando con alegría el paisaje y dejando que los recuerdos de su madre, los únicos agradables de su vida, lo envolvieran.

Mientras tanto los pocos valientes aldeanos que habían vuelto a sus casas salieron huyendo despavoridos y en minutos por toda la región corría la noticia de que un Youkai Inu había salido del volcán en erupción. Lo que quiere decir, como todo el mundo sabe, que proviene del Jigoku.

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El miedo de Kagóme aumento a niveles insospechados cuando cayó en la cuenta que estaba cayendo a gran velocidad ¡Sin sus alas! El pánico la invadió. Se daría un gran golpe. No sabiendo si para su alivio o desconcierto, caía sobre un grupo de árboles. Eso significaba unos raspones y cortaduras más. Pero también que amortiguarían su golpe...

Pero había algo más que amortiguaría el golpe de Kagóme...

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Inuyasha, cansado, se acostó bajo un frondoso árbol y cerro sus ojos, sonmoliento.

Pero su sueño fue interrumpido por el ruido de ramas al quebrarse, se negó por un momento a abrir los ojos.

Lo hizo a tiempo para ver como una chica caída del cielo aterrizaba en sus rodillas.

¿Quién demonios eres?- pregunto el hanyou.

Otra vez esa fastidiosa pregunta.

CONTINUARÁ...

Antes de que lo olvide: los datos de mitología casi todos son proporcionados por Sayuri, muchas gracias. Excepto lo de la diosa Uzume que lo saque de u libro y no sé que maneje esta diosa. n_nu.

Lo de que los volcanes expulsan demonios es un mito occidental. No sé si en Japón lo crean.

No sé que les haya parecido a sí que... ¡Dejen Rewiens! [Claro que por ahora no pueden decir mucho. Recién empiezo.] Haga su buena acción del día solo apretando ese pequeño botón de allá bajo...