Autora: cherrycola69
Traducción: truecacuentos.
Disclaimer: Nada me pertenece, los personajes a JK Rowling y la historia a cherrycola que me ha dado su permiso para traducirla. No gano nada con esto.
CAPÍTULO 1.
Me quite una mancha de sangre de la mejilla, con cara de asco.
Si hay algo que odio de los ataques es que cada maldito mago del edificio parece decidido a cubrirme con su impura sangre
"¿Catorceava o diecisieteava?" Me preguntó Voldemort fríamente refiriéndose a que división acabábamos de oblitarear.
Miré al cuerpo delante de mí y me agaché tirando de una pequeña cadena que colgaba alrededor de su cuello.
"Catorceava" dije, mirando los detalles del hombre y dejando caer su chapa al suelo.
Dean Thomas.
Le conocí hace tiempo.
Ni siquiera era un sangre sucia.
Pero si había sido lo suficientemente loco como para cruzarse conmigo entonces merecía todo lo que tenia.
"Bien hecho mi Señor". Me dirigí a él formalmente, mis ojos recorriendo la ruinosa habitación que estaba frente a mí. "Esto será un gran golpe para Dumbledore y sus seguidores."
Voldemort sonrió fríamente, ni siquiera estoy seguro de que eso contara como sonrisa.
Esa era la tercera base enemiga que destruíamos esa semana.
Los informes de nuestros espías decían que incluso Dumbledore empezaba a desesperarse.
El mundo mágico estaba hundiéndose rápidamente en el caos.
El siguiente paso en nuestro plan iba a dejarlo ahogado en la más absoluta oscuridad.
"Míralos" me dijo, "tan inocentes, realmente creían que él podría protegerlos. Mira dónde les han llevado su confianza y su fe Draco y recuerda que nosotros no tenemos. Recuerda que ganaremos esta batalla".
"Siempre lo tengo presente mi Señor" murmuré respetuoso, mis ojos encontrando rostros que mostraban la vacía mirada de la muerte.
"Lástima que Potter no esté aquí para disfrutarlo con nosotros" Dijo adoptando un tono sarcástico. "Él es lo único que se interpone entre nosotros y nuestra victoria".
"Le encontraremos pronto" prometí "me encargaré de ello".
Asintió con la cabeza "debes hacerlo".
Había amenaza sonando entrelíneas.
Pero ya estaba acostumbrado
Tras tres años de ser la mano derecha de Voldemort había sido amenazado poco o mucho por todo el mundo.
Tampoco me preocupaba demasiado – nadie había llevado a cabo sus amenazas porque nunca les di la oportunidad de hacerlo.
"Estamos todos?" Levanté la voz para que se pudiera oír en toda la habitación.
"Sunley no está, señor" Contestó alguien
"Muerto" respondí inmediatamente, mi tono no contenía más que aburrimiento.
Era un loco al fin y al cabo
"alguien más?"
Silencio.
"Bien, apareceos de vuelta a la base" Ordené en un tono que no dejaba espacio para réplicas. "Zabini, Ball, Newton y Rutherton – Estáis de guardia esta noche. El resto a dormir. Reunión a las ocho. Os espero a todos, no quiero excusas-."
Eso significaba, básicamente, que si no estaban muertos y faltaban a la reunión, lo estarían.
"Vamos. Ya."
Inmediatamente las figuras de los mortífagos empezaron a desaparecer.
Voldemort me hizo un gesto de con la cabeza antes de desaparecer.
Suspiré, flexionando el brazo que me había herido en un descuido.
Cuando tuviera suficiente tiempo y energía me curaría a mi mismo pero hasta entonces tendría que soportar el dolor.
Eso me enseñaría a tener más cuidado la próxima vez.
Las ruinas que me rodeaban empezaron a humear y miré hacia a tras. Lo que había sido un techo era ahora un agujero al cielo nocturno.
Me encanta la noche – es cuando me siento realmente vivo.
Realmente irónico considerando que es el momento del día que relaciono con la muerte – irónico también que únicamente me sienta vivo mandando a otros a la muerte.
Contuve un bostezo, esforzándome en leer la pequeña letra de los últimos informes de las otras bases.
Eran muy aburridos
Sentí la necesidad de despedir a los comandantes y substituirlos por alguien capaz de escribir algo que me mantuviera despierto.
No es que las medidas de defensa de las bases mortífagas no fueran del máximo interés para mí pero…
Porque no podía Voldemort hacer algo del trabajo?
Eran sus jodidas bases no las mías.
El se llevaba toda la gloria y la fama y yo estaba haciendo el trabajo duro.
Bueno, para ser justos, yo también tenía una fama considerable.
El precio por mi cabeza había subido rápidamente durante el año anterior y actualmente no era muy inferior al de VoldemortSólo que su precio era "vivo o muerto".
El mío era "vivo"
No estaba muy seguro de si eso era bueno o no.
Si los rumores eran ciertos acerca de los métodos de los Auror, preferiría estar muerto.
Hubo un ligero movimiento cuando alguien pasó frente a las velas del pasillo
Me puse alerta y cerré los ojos, concentrándome en encontrar a esa persona.
Hubo una exclamación cuando la persona se dio cuenta de que había aparecido justo en frente suyo.
"Porque no estás en la cama?"
El mortífago tragó saliva. "No puedo dormir"·
A punto de empezar una bronca y después posiblemente una maldición recapacité y me di cuenta de que estaba demasiado cansado para molestarme con un subordinado.
"Bien. Sé útil para algo y únete a la guardia".
Frunció el ceño. Obviamente no quería hacer nada.
Antes de que pudiera pestañear mi varita estaba en su garganta.
"Algún problema?" Susurré.
"No señor" contestó.
"Bien" me retiré, dejándole temblando de terror. "Y más vale que vayas ahora mismo. Si se mueve algo más grande que una hoja ahí fuera quiero saberlo."
Asintió silenciosamente.
"Inmediatamente" presioné
El asentimiento se hizo más rápido.
" A que estás esperando?"
Se giró y corrió hacia la salida
Respiré.
Necesitaba calmarme un poco.
Estaba cansado y estresado pero, porque? Muy pronto todos los mortífagos creerían que estaba tan loco como Dumbledore si seguía comportándome así.
Miré la hora.
4 am
Si me iba a la cama podría dormir unas dos horas antes de tener que levantarme de nuevo.
Normalmente habría desechado la idea y hubiera seguido trabajando.
Pero llevaba trabajando tres días sin parar y ya no veía bien.
No serviría para nada si nos atacaban.
Me aparecí en mi habitación demasiado cansado para andar.
Con un suspiro me tiré en la cama con dosel, completamente vestido
Reposé la cara en las sedosas y suaves sábanas y finalmente dejé que mis ojos se cerraran
El sueño vino tan fácilmente como se fue.
Se oyó un crujido fuera de mi habitación.
Varita en mano, estaba en pie antes de que la manija de la puerta se girara.
Zabini.
Me relajé un poco.
"Que?" espeté.
"Intruso"
"Solo?"
Asintió.
"Capturadle. Le quiero vivo. No os entretengáis luchando – simplemente cazadle desprevenido. Y RÁPIDO." Ordené.
Zabini desapareció al instante.
Demasiado para dormir.
Miré con tristeza a mi cama antes de resignarme a otras 24 horas de vigilia.
Intentando despejarme decidí ir caminando hasta la sala de interrogatorios.
Fuera quien fuera el intruso iba a sufrir el doble por haber interrumpido mi dueño.
Lancé una mirada a una silla deseando sentarme.
Pero necesitar sentarse era una debilidad, una que no podía permitirme ahora que iba a encontrarme frente a un futuro prisionero.
El aire se agitó y apareció un equipo de cuatro en la habitación.
Realmente necesitaban trabajar el tema de las apariciones simultáneas.
"Le tenéis?" pregunté.
Zabini asintió. "Sí señor".
Un cuerpo fue lanzado al suelo, a mis pies, aterrizando de cara y revelando un rostro que había soñado con ver.
Potter
Era demasiado bueno para ser cierto.
"Su varita?" pregunté.
Zabini me la entregó triunfalmente.
Le hice un gesto afirmativo. "Lo has hecho bien. Ve e informe a nuestro Señor. Debo quedarme a vigilar al prisionero. Quiero guardias afuera."
Mientras las ordenes se acataban, me giré y contemplé a Potter en silencio.
Todos estos años intentando encontrarle y aparece en nuestra base, solo y desarmado excepto por su varita.
En que diablos estaba pensando para venir a una base mortífaga?
Era un movimiento más estúpido aún de lo que yo habría esperado de él.
Hubo un pequeño gemido desde el suelo y vi como su cuerpo se movía ligeramente. Los famosos ojos verdes se abrieron y vi como sus pupilas se dilataban para ver en la penumbra que reinaba en la atmósfera.
"Dónde estoy?" susurró confuso.
"Vamos Potter, puedes hacerlo mejor".
Saltó evidenciando que no esperaba esa respuesta.
"Quien eres?" Escupió, mirando ansiosamente por toda la habitación.
Di un paso para salir de las sombras y sus ojos mostraron una ligera sorpresa al verme.
"Potter" Saludé alargando perezosamente las letras.
"Malfoy" Su mirada podría haberme matado.
"Que detalle por tu parte reunirte con nosotros" le dije sonriendo.
"Bueno, gracias por la invitación."
"No estaba al tanto de haberte mandado ninguna" mis ojos mostraron una sarcástica preocupación "pero, en cualquier caso, me alegro de tu presencia".
"Al menos uno de los dos está contento" Sus ojos me miraban con una frialdad que no parecía suya.
Hice un sonido de disgusto "No estás contento de verme Potter?"
Un silencio sepulcral me contestó.
"Que pena" dije limpiándome una uña.
Su boca se abrió para contestar.
La puerta se abrió de golpe y Voldemort entró, luciendo toda su maldad.
"Harry Potter" Dije Voldemort contento, frotándose las manos.
Se parecía demasiado a Crabbe y Goyle acercándose a un pastel de chocolate.
Me regañé mentalmente – tenía que dejar de hacer esas comparaciones – o le perdería todo el respeto.
"Lord Voldemort" El tono burlón de Potter arruinó lo formal de tratamiento.
"Espero que el señor Malfoy le haya recibido correctamente" me miró con una pequeña sonrisa.
Mierda, sabía que olvidaba algo – dolor!
Se suponía que debía estar torturándolo!
"Pero la noche acaba de empezar" Dijo Voldemort en tono siniestro.
"De hecho ya es por la mañana" Le corrigió Potter.
"Perdóna?" Preguntó Voldemort fríamente.
"Si te perdono? bueno perdonar y olvidar siempre ha sido una de mis frases favoritas"
Se oyó un crack y la cabeza de Potter ladeó como si le hubieran abofeteado.
Interesante hechizo, debo aprenderlo.
Voldemort sonrió.
La sangre caía de la boca de Potter cuando se enderezó.
"Joder esta sangre impura sabe fatal" dijo escupiendo al suelo "ahora os entiendo."
Wow.
Desde cuando Potter tiene sentido del humor? sobretodo con esta gran habilidad.
Porqué no lo tenia en Hogwarts? habría hecho mi vida mucho más divertida.
"Para cuando se ponga el Sol ya no te quedará" siseó Voldemort "me rogarás que te mate. Desearás no haber nacido y te arrepentirás de haberte cruzado en mi camino!"
"Oh, que miedo! me aburrirás hasta la muerte?"
Me pegué a mi mismo, casi me había reído.
"Te tragarás tus palabras antes de que acabe contigo Potter" los ojos de Voldemort brillaban de rabia.
"Draco" dijo girándose "te apetece divertirte un poco con tu prisionero?"
Divertirme?
Divertirme?
Ah.
Tortura y mutilación.
Cuando no estaba dispuesto a eso?
Me estremecí.
Porque dudaba?
De repente me di cuenta.
No quería tener ningún tipo de "diversión" con Potter.
Pero no había manera pensable de que fuera a decirle eso a Lord Voldemort.
Y pensando en ello, porque demonios no me apetece?
Odié a Potter desde el primer día.
"Por supuesto mi Señor" respondí rápidamente, dándome cuenta de que había tardado demasiado en contestar.
Me indicó con las cejas que debía empezar.
Saqué la varita de mi bolsillo, sintiéndola resbalar en mis sudadas palmas.
'Que coño te pasa?' me espeté mentalmente ' Es Potter, la cruz de tu existencia. La persona por la que has hecho todo esto.'
Parpadeé en shock
La persona por la que había hecho esto?
Que estaba pasando?
No había pensado en Potter ni una sola vez en los cinco últimos años tras dejar Hogwarts.
Bueno, quizá una o dos veces, pero de una manera violenta y sedienta de sangre – totalmente natural.
Entonces, porque me asaltaba este sentimiento de resistencia?
Nuestros ojos se encontraron y sentí algo atravesándome desde sus ojos verdes, llenos de desafío y dolor.
"Algún problema Draco?" La voz de Voldemort congelaba y reaccioné al oírla.
"No mi Señor" Mentí muy nervioso, y volviéndome otra vez hacia Potter.
'Sólo dilo Draco' me ordené a mi mismo 'es sólo una palabra'
Incluso Potter me miraba ahora, curioso.
Curioso del porque no estaba ahora mismo gritando de agonía.
Debido a la mirada de Lord Voldemort tan sólo tuve otro momento de indecisión.
Era yo o Potter.
Puesto así.
"Crucio"
Un rayo de luz salió de mi varita, golpeando a Potter en el pecho.
Una sonrisa cruzó el rostro de Lord Voldemort cuando escuchó los gritos.
Era, evidentemente, música para sus oídos.
Y para los míos?
Por primera vez en mucho tiempo… sólo eran gritos.
Gritos de agonía que te helaban hasta los huesos.
La clase de gritos que te hacen dar cuenta de que todavía tienes alma porque la están partiendo en pedazos.
La clase de gritos que no quería oír.
De repente pararon y el único sonido era la dolorosa respiración de Potter.
Cerré los ojos ligeramente.
Porque me preocupaba tanto?
La falta de sueño me afectaba más de lo que creía.
"Por mucho que disfrute viendo como te tragas tus palabras Potter" se burló Voldemort " me temo que ya es hora de ir la grano. No queremos ningún intento de rescate antes de que termine todo, no?"
Sabéis?
Creo que me gustaría lanzar el Crucio otra vez.
Estaba tan concentrado con el hechizo que olvidé lo que pasaría ciando terminara.
"He estado esperando este momento mucho tiempo Potter" aunque floja, la voz de Lord Voldemort llenó hasta el último rincón de la habitación.
Estaba empezando a enfermar.
No podía imaginarlo.
Potter – muerto.
Siempre supe que estas dos palabras serían inseparables un día, pero ahora que tenía la oportunidad.
Él no es de los que mueren.
Nunca conocí a nadie más lleno de vida
Y la idea de un mundo sin él.
Mi mano agarró la silla, en parte para aguantarme, en parte para no temblar tanto.
"Alguna última palabra Potter?"
Si no hubiera estado luchando tan terrible batalla interna habría bufado ante el cliché.
Los ojos verdes me miraron y me tensé cuando encontraron los míos, incapaz de respirar.
Algo fluyó entre nosotros – más expresivo que cualquier última palabra que pudiera decir.
"No" dijo simplemente.
Rompió la conexión.
Tragué saliva.
Mi corazón empezó a latir a toda prisa y un vago sentimiento de pánico empezó a inundarme.
Él no podía morir.
Yo no podía verle morir.
Oh Dios.
Que puedo hacer?
Tengo que hacer algo!
Pero si me movía Voldemort lo sabría.
Y yo estaría muerto.
Como Potter.
Mi respiración era errática y la sangre me inundaba la cabeza. Voldemort levantó su varita.
"Avada Kedavra!'
Miré en silencio absoluto como el rayo cruzaba la habitación.
Luz salida de mi varita
Oh mierda.
Cuando la luz golpeó el cuerpo de Lord Voldemort sentí que mi corazón se paraba.
Que demonios había hecho?
Miré con morbosa fascinación como el cuerpo de Lord Voldemort de deslomaba.
Pero todavía no estaba muerto.
De alguna manera seguía luchando.
Puse más magia y más energía en el hechizo.
Era demasiado tarde para volverse atrás.
Mis sentidos se estaban agudizando y por un momento sentí el dolor de Lord Voldemort como el mío propio.
Y entonces, con un repentino destello la luz se apagó.
Me tambaleé un poco.
Oía los latidos de mí corazón en mi cabeza.
Así que así se sentía uno al morir.
Caí sobre mis rodillas intentado recordar como respirar.
"Malfoy?"
Leí la palabra de sus labios más que oírla.
Los ojos verdes me miraban y sin darme cuenta de lo que hacía levanté una mano y le acaricié la mejilla, notándola húmeda.
Mi último pensamiento antes de caer en la oscuridad fue que Potter parece un Ángel cuando llora.
