From the begining/ Desde el comienzo

-Yo le doy un 8.5, mira que cabello tiene.

-Ginny yo creo que debes dejar de salir con tantos muchachos.

-Y yo creo que tú debes salir con más muchachos, Hermione. Bueno, o por lo menos salir con alguno.

En parte tiene razón, si algo le faltaba a Hermione Granger era más contacto con la humanidad. Y no es que no le gustaran las personas, era que no confiaba mucho en ellas. Opinaba con mucha decisión que las relaciones humanas tenían puros fines prácticos, algo que con pesar había aprendido a lo largo de sus 22 años, por eso no era extraño que pasara navidad, pascuas, o vacaciones sola. Bueno, casi sola.

Ginny Weasley era su mejor amiga y la única que tenía. Era algo así como "su destino", o al menos así llamaba a esa relación nacida a sus prematuros 11 años, en la infancia. Porque fue inevitable no terminar queriéndola. Así que para ella, Ginny no entraba en el concepto de "la gente" a la que se refería; era Ginny y la "otra gente".

-Y no te excuses en ese libro mujer, sabes que tengo razón.

-Pero si lo mismo va para ti, acabas de terminar a Dean ayer y hoy ya te estas fijando en el Señor cabello de comercial de shampo.

La quiere mucho, como nunca quiso a otra persona en el mundo. Es amistad de la buena, lo único en lo que podía creer, lo único seguro que tenía. Y sabía que debía estar muy agradecida por ello, porque valla que si le dio razones para que se alejara. Valla que si la empujo a abandonarla. La soledad era más facíl, y en su caso, era lo que conocía de sobra. Así que cuando Ginny no se fue, y al contrario, prácticamente la obligo a escupir las palabras para poder mantener una conversación, conoció eso, amistad.

-¿Qué dices? No te escuche "señorita perfección"

-¡Ah! Ya empezaste Ginny Weasley…

Y esa era toda su vida, casi no veía a su familia ni tenía más amigos, no distracciones. Escuela y notas perfectas, vida saludable, centrada y claro, Ginny. No había más. Tenía lo necesario, por el tiempo necesario, incluyendo a las personas necesarias y el tiempo en su vida necesario. Y estaba bien con ello, ella era todo control.

-No, enserio Hermione. Eres inteligente, eres bonita y buena persona, a veces hasta puedes resultar graciosa—bromea, y ríe al encontrar su sonrisa de lado y forzada de "¿en serio?"—Oh vamos, eso era un chiste. Pero lo digo de verdad. Eres todo eso y más, entonces ¿por qué te desperdicias?

-Estamos muy en desacuerdo sobre lo que desperdicio significa—conversa mientras escribe fervientemente sobre su cuaderno de apuntes—para mí, las horas que has gastado en citas y fiestas y todo eso, bien pudieron servirme para comenzar a planear mi tesis.

-¡Que! No lo dices en serio, ¿verdad? Ya tendremos tiempo para eso, pero cuando vas a comenzar a vivir amiga. A ver más allá de la escuela, y las responsabilidades y todo eso aburrido que hacen las personas de 30.

No era un modelo de belleza, pero también era cierto que no era exactamente desagradable a la vista. Si, tampoco era tan guapa como Ginny, con su cabello rojo, piel clara y facciones delicadas, pero no le disgustaba su pelo castaño alborotado ni sus ojos color café-ámbar. Es solo que no le daba mucho aprecio a las cualidades físicas, quizá porque sabía que el desempeño académico y laboral que tendría nunca dependería de ello.

-¿Acabas de llamarme vieja?—levanta la cabeza de sus notas con expresión de ofensa cómica

-Mmm… pues no te distingues por tu espíritu joven exactamente.

-Eso no lo vi venir, lo admito—mueve la cabeza a los lados pero ríe—aunque tal vez así la gente deje de molestarme tanto, nadie busca a una aburrida. Ese es el lado bueno.

Se quedan en silencio un rato, varios chicos pasan en sus patinetas y un grupo de chicas se ríen escandalosamente de lo que parece la cosa más graciosa del mundo. Ha regresado a escribir en su cuaderno porque las ideas han vuelto a fluir con el paro de la conversación, pero aún siente como su amiga la observa cuidadosamente. Algo que hace Ginny a veces, a lo que ya se ha acostumbrado. Está apunto de sugerir que regresen al salón de clases, porque no falta demasiado para que comience la próxima. Ambas estudiantes de derecho.

-Ese no es tu lado bueno Hermione—le dice por fin.

Le cuesta un poco regresar al hilo de la charla anterior.

-Eso de la inteligencia, la responsabilidad y el control, no es tu lado bueno. Mucho menos lo es tu increíble capacidad para mantener a las personas a limite—su amiga sonríe un poco hacia el final.

-Pues si no es eso lo mejor que tengo… no sé qué podría ofrecer entonces—y lo dice en serio por su tono de voz apagado.

-Amabilidad y calidez, honestidad, lealtad, apoyo, amistad… tienes muchas cosas más, Hermione. Por eso creo que no compartirle esto al mundo es desperdiciarte.

Justo ahí, por eso Ginny es la única persona de su vida. Ve cosas en ella que ni ella misma ve. Ginny no necesita investigar ni analizar exhaustivamente para hacer un descubrimiento, lo intuye y lo siente con un sexto sentido especial que la distingue. Fue ese don el que le dijo, contra toda probabilidad, que si seguía haciéndole escupir palabras, un día la boca de Hermione Granger le soltaría los más íntimos secretos tan fácilmente como le es respirar.

-Quiza tenga que hacer algunos ajustes—es todo lo que dice Hermione.

-¡Ja! ¿Algunos?—sonríe Ginny—ya hasta te puse en mi lista de propósitos de año nuevo. Y no pensaba en solo "algunos".

Mueve la cabeza lentamente de un lado al otro, con ojos entrecerrados. Se apresura a recoger sus cosas en la mochila y se levanta con paso directo al salón. Unos instantes después una apresurada Ginny ríe mientras corre para no perderle el paso.