Disclaimer: Pertenece a The Meyer. God, hacía mucho que no escribía de Crepúsculo xD.

Now, notas: esto es para Anna, I love you, girl y espero que te guste (no terminó quedándome como lo que te quería hacer, pero creo que es más o menos decente xD)

Aclaraciones:

Have you ever seen the rain? Es una canción de Creedence Clearwater Revival.

La frase "And we are leaving some things unsaid, And we are breathing deeper instead" es de la canción Unsaid, de The Fray.

Y, por último, escribí el fic escuchando una y otra vez Skinny Love, de Birdy. Eso es todo xD

En fin, ¡muchísimas gracias por leer!


Cuando tiene veinte años, y suficiente dinero ahorrado como para alquilar un departamento en Nueva York, empaca las maletas y se marcha.

La despedida es acogedora, cálida y preciosa. Toda la manada y sus familiares, junto con sus amigas de la reserva, se reúnen fuera de su casa para decirle adiós.

Rachel no para de darle recomendaciones sobre los lugares que debe visitar, o las tiendas que venden la mejor ropa y los mejores libros. A lo que Paul niega con la cabeza, divertido, sus ojos mostrando ése brillo de "te amaré por siempre" mientras su novia parlotea sin parar.

El refugio que son Seth y Sally, su corazón rompiéndose un poco más ante las lágrimas de su madre.

El pequeño nudo que se forma en su garganta cuando lo ve a Sam abrazando a Emily (el pequeño bulto que sobresale en el abdomen de ésta).

Jake rodeándole los hombros con el brazo mientras la empuja hacia su coche porque: "Venga, Leah, que se nos hace tarde"

Su último viaje juntos, "Have you ever seen the rain?" de fondo, ellos cantándola al unísono, sus voces sonando casi como ladridos. La risa de Leah cuando la nota termina, la expresión de él cuando la contempla.

Suspiros a medio tiempo, y "And we are leaving some things unsaid, And we are breathing deeper instead" que les retumba en sus corazones porque ya no hay vuelta atrás. Ya no.

Jacob la acompaña hacia la línea de abordaje, una de sus manos envolviendo la de Leah, apretándola un poco más de la cuenta, como no queriendo dejarla ir. Viejos recuerdos flotando en sus mentes como partículas de polvo diluidas por el tiempo. El rocío de la mañana que ya no se asemeja a polvo de hadas. La risa de él, familiar y cálida, grabada en su subconsciente.

Cuando llegan a la fila, Jake la besa, lento y despacio, sus palmas acariciándole las mejillas mientras lo hace, una despedida agridulce que provoca que le tiemblen los labios.

Al terminar el beso y mirarse a los ojos antes de que ella se marche, las posibilidades estallándoles en la cara, es que se permiten admitir lo que han sabido desde hace mucho tiempo:

Nunca perteneció allí.

(Las leyendas y los fantasmas la seguirán por siempre.)