Hola a todos, espero que este One-Shot sea de su agrado, he de decir que me costó trabajo adaptar esto a 500 palabras porque me salía de más y recorté mucho, pero bueno aquí esta.

Como saben los personajes de Once Upon a Time no me pertenecen y solo escribo como diversión y para entretenimiento. Espero lo disfruten.

Este fic con título "La esperanza muere a lo último" participa en el Reto Drabble "Nueva vida en Storybrooke" del foro Once Upon a Time. Y su protagonista es Gruñon-Leroy.


Regina subió sus manos triunfante mientras el hechizo cobraba efecto en el bosque encantado. Su risa maligna inundo los alrededores, el eco era su aliado, pero eso no fue lo peor, el inminente fin se acercaba tomando a todos los habitantes del bosque encantado por sorpresa.

Primero se nublo todo, seguido por rayos y centellas y truenos desde el centro del bosque para luego una neblina de color morado presentarse, cubriendo así la mayoría del reino a una velocidad sorprendente, para los habitantes que la presenciaban y los pocos concejales de la reina Blanca Nieves, que sabían de sus planes, depositaban en su decisión la última esperanza.

Estos eran precisamente los sentimientos de Gruñón, el enano enojón que era el más cercano a Blanca Nieves, este pequeño peleaba valientemente en contra de los soldados de la reina mientras sucedía la maldición y entonces el fin llegó. Aunque algunas historias tienen que terminar para comenzar nuevas historias llenas de esperanza y amor.

O es lo que se cree…


El ruido de los autos pasar, con el poco trafico de Storybrooke molestaba en demasía al corpulento Leroy. Quien sufría de una cruda… realidad por tanto beber la noche anterior. El hombre volvía al Rabbit.- Mhphh…- Bufó el hombrecillo.- ¡Dame una cerveza!- Ordenó al barman.

Leroy…- Dijo con tono de cansancio.- Sal de aquí, ayer te pusiste muy difícil.- El hombrecillo gordinflón entrecerró los ojos.- ¡Te he dicho una cerveza hermano!- Contesto el ebrio problemático del pueblo neceando. – ¡Te he dicho que no, Leroy, haz el favor de irte o llamo a la policía!

Un breve espacio de lucidez paso por la mente perturbada por la falta de alcohol del hombrecillo, se bajo del banquillo en donde estaba sentado y refunfuñando majaderías, clavo sus manos en los bolsillos de su pantalón y comenzó a caminar a la salida, solo que su cerebro no estaba muy bien en esos días, porque esa lucidez realmente fue breve, tanto que todo dentro de sí hizo corto circuito, regresó nuevamente a la barra e inesperadamente se lanzó al barman para intentar darle un par de golpes, que uno acertó y el otro falló.

Te lo advertí Leroy.- Dijo amenazadoramente el barman mientras le hacía manita de puerco.- ¡Aaaah! - Todo en el lugar era un escándalo mientras lo sacaba, casualmente, el pueblo es tan chico que los alborotos del pobre ebrio alerto a la policía donde el Sheriff acabo llevándoselo a prisión.

A veces Leroy se preguntaba si estaba pagando alguna culpa o algo, pero se sentía terriblemente amargado. Una semana en la cárcel del pueblo sirvió como desintoxicarte del alcohol que llevaba encima por varias semanas y es que no encontraba una razón para vivir.

Al salir, la vida le pareció pesimista, pero entonces la vio pasar en un grupo de monjas y una leve esperanza se instaló en su corazón, formándole un pequeño sueño. Fue así que Leroy comenzó a vivir de una forma diferente a pesar de su pesimismo en la vida y amargura.