Un deseo a las estrellas.
Draco Malfoy se levantó temprano como cada mañana lo hacía. Entró con aire superior al Gran Salón, listo para desayunar. Se sentó en la mesa de Slytherin. Crabbe y Goyle, sus corpulentos amigos, se sentaron a su lado.
Y otra vez la rutina. La misma rutina de los típicos y estúpidos días de clases junto a Crabbe y Goyle, que de todas las cosas que decían solo algunas eran interesante e inteligentes. Draco los miró con aburrimiento mientras ambos chicos se tiraban comida en los ojos, riendo tontamente.
Ahí llegaba Pansy Parkison y todas sus compañeras de Slytherin. Su fan club; estaba tan harto de todas.... Al principio le agradaba ser el centro de atención y sabía que todas las chicas, incluso las de 4° y 5° darían lo que sea por pasar un día con él a solas, y a Draco le encantaba hacerlas delirar con una sonrisa, o un guiño de ojos. Pero en dos semanas, ya se había aburrido de ellas, y de que en todos los recreos se le acercaran como buitres para poder oler su túnica. Sabía que era irresistible, pero, quería emociones... No aguantaba tener a esos bobos amigos y a un grupo de pequeñas niñas inmaduras en su vida!
Tomó una cucharada de avena, y con gesto aburrido dirigió su mirada hacia la puerta del Gran Salón, donde entraban los alumnos de Gryffindor, entre ellos divisó a Harry Potter, a la sangre impura de Granger y a Weasley, seguidos por Longbotton y Ginny Weasley, la hermana de Ron.
No apartó la vista de ésta última, ya que era la primera vez que la veía bien. Estaba en 5° y antes la recordaba como aquella niña molesta demasiado fanática de Potter, y por eso la detestaba. Pero ahora como había cambiado. Se veía más madura, con un porte elegante, y hasta podría decir que atractivo. Tenía el cabello rojo y ondulado, que le llegaba hasta la cintura, y unos grandes ojos azules; su rostro se cubría de pecas, lo que le daba un toque inocente. Era bonita, y Draco no se había percatado de eso hasta ahora. De todas las chicas que había visto en Hogwarts, era la más hermosa... Draco sacudió la cabeza, confundido... ¿Qué diablos estaba pensando? Era una Gryffindor, y lo peor del caso, una pobre Weasley.
Se puso de pie y se desordenó el cabello, para verse mejor. Chasqueó los dedos, indicándole a sus amigotes que lo siguieran.
Caminó por el pasillo entre la mesa de Slytherin y Ravenclaw, y sintió la mirada de las chicas del club de fans, que suspiraban y lo saludaban tímidamente. Y hasta a las de Ravenclaw también les gustaba.
Llegó hasta la puerta, y, encantado, vio que Potter y sus seguidores caminaban hacia allí, asi que los esperó para darle sus acostumbrados insultos del día.
-¿Agradeciendo que sigues viviendo, Potter?- dijo Draco, sonriendo astutamente y mirando a Harry con odio.
- Algo así, gracias por preocuparte, Malfoy.- respondió él, irónicamente.
-¿No tienes algo más importante que hacer que molestar a los demás, Malfoy? ¿Así de aburrida es tu vida?- acotó Hermione, con los puños cerrados de la furia.
- Saltó la sangre impura defensora personal de Potter... ¡Que miedo!- sonrió Draco, haciendo un movimiento de tembleque con las manos. Los de Slytherin rompieron en carcajadas.
- Por favor, Harry, no les hagas caso, no sirven para nada.- saltó Ginny de la nada, tomando a Harry por el brazo y sacándolo del Gran Salón. Miró a Malfoy con ojos sobradores, y se alejaron de allí.
Draco los observó irse, furioso.
- Sabes que esa Weasley esta enamorada de Potter, Draco, que no te importe.- dijo Pansy, caminando junto a Draco para ir a su clase de Encantamientos.
-¿Esta enamorada de Potter?- repitió Malfoy, mirándola.
- Se nota de lejos. Es una de sus más fieles seguidoras.- rió la chica, con maldad.- Si, como si Potter le fuera a hacerle caso. ¡Si es una estúpida y encima fea! Prefiero a Granger.- añadió Pansy, riéndose con ganas.
Salieron de su última clase, Pociones, y como siempre, Snape había bajado muchos puntos a Gryffindor, cosa que ponía a Malfoy de muy buen humor.
Dejo que Crabbe y Goyle se alejaran para cenar, pero él no tenía hambre. Se encaminó hacia la sala común de Slytherin, y en el camino vio a Potter y a sus amigos que se reunían con Ginny Weasley.
-¿Cómo estuvo su última clase?- dijo la chica, alegremente.
- Pociones, osea un asco!- exclamó Ron, fastidiado.
- Como siempre, por culpa de Malfoy, nos bajaron puntos a nosotros.- comentó Hermione, indignada.
- El próximo partido de Quidditch lo jugaré hasta dejar mi vida por ver perder a Malfoy.- dijo Harry, también furioso.
- Harry, es obvio que ganarás. Tu juegas mucho mejor que Malfoy.- sonrió Ginny, algo sonrojada.
Harry sonrió, y los cuatro se dirigieron al comedor para cenar.
Draco estaba furioso. ¿Asi que Weasley opinaba que Potter era mejor que él? No entendía porqué, pero ese comentario le había producido mucha ira hacia Potter.
Fuera de sí, y sin menos ganas de comer, entró a su habitación, y miró por la ventana. Era una noche calurosa, llena de estrellas...
Lo que no entendía de toda esta situación, es porque el comentario le habia molestado tanto, y quizás era, que Ginny lo había dicho. Se estaba obsesionando con aquella chica, y le preocupaba un poco. Era linda, y parecía mucho más inteligente que los demás, e incluso hasta le había empezado a atraer. Pero ella estaba enamorada de Potter, que, como siempre, tenía todo lo que él quería. la vida de Potter era interesante; tenia buenos amigos, admiradoras por todos lados, era bueno para el Quidditch, era famoso, y Draco envidiaba todo aquello que él siempre habría soñado tener... Claro que él también era popular, pero la gente que lo rodeaba no lo inspiraba demasiado. Y Potter tenía aquella hermosa colorada a sus pies, comiendo de la palma de su mano, y él la quería, quería a esa Weasley para él, quería conquistarla... Pero nunca podría siendo un Slytherin, y menos siendo un Malfoy, ya que la antipatía entre Potter y éste era asegurada, y ella no querría saber nada con él.
Pero...¿y si cambiar su vida por la de Potter fuera la solución? Podría, claro, hacer una posión multijugos no era tan complicado, pero, solo le serviría por un día, y en 24 horas no podria hacer nada. Y además, Potter no entendería lo que habría sucedido.
Miró al cielo, esperando encontrar alguna respuesta a su dilema. Y entonces la vio, allí estaba, justamente en el firmamento infinito, la solución a su angustiosa vida; una enorme y brillante estrella fugaz se cruzó por el azul cielo, iluminando el rostro de Draco.
Sin pensarlo dos veces, miró a la estrella fijamente y dijo:
- Quiero ser Harry Potter por una semana...
volvió a abrir los ojos, esperanzado, por si vea alguna transformación. La estrella ya había desaparecido velozmente.
No estaba seguro si funcionaría, pero, tenía confianza en que algo mágico sucedería...
La alarma del reloj despertador sonó a las 7 en punto. Como siempre, se levantó primero que todos sus compañeros y se dirigió al baño. Se dio una ducha rápidamente, para sacarse la modorra y el cansancio.
Entonces se miró al espejo y pegó un grito ahogado...
Su cabello no era rubio y platinado; sino negro azabache y estaba despeinadísimo, y mechones rebeldes le salían por toda la cabeza. Sus ojos eran verdes brillantes, casi esmeraldas, y le costaba ver, sino, que veía las cosas un poco borrosas... Y allí estaba, la flamante cicatriz en forma de rayo sobre su frente...
¡Había funcionado! El deseo que había pedido a la estrella se había echo realidad. Cerró los ojos y los volvió a abrir, para comprobar que todavía era Potter. Y en el espejo le devolvió la mirada un muchacho moreno. ¡Era Harry Potter!
Sonrió con maldad como lo hacía siempre, pero, sabía bien que Potter no hacía esas cosas, así que, se cambió rápidamente, para ir a buscar a Harry antes de que se diera cuenta de este tremendo cambio y provocara un escándalo.
Salió del baño, y fue conciente que todas las miradas de sus compañeros estaban sobre él.
-¿Qué les sucede? ¿Acaso nunca habían visto a alguien salir de un baño?- exclamó con enojo, cuando Goyle dejo caer su túnica por la impresión.
-¡Potter! ¿Qué estas haciendo aquí?- gritó Crabbe, furioso.
- Lo siento, ya me iba, ustedes nunca me vieron aquí.- se apresuro a decir Draco, y salió velozmente de la habitación, tratando de acostumbrarse a su nueva apariencia.
Corrió de la sala común y se dirigió hacia la torre de Gryffindor. Ahí estaba la dama gorda, cantando alegremente. Vio que Hermione salía por el retrato hablando con Parvati Patil.
Se aclaró la garganta y se dirigió hacia ella.
- Hola, Gran... Hermione! jeje...- dijo Draco torpemente.
- Hola, Harry, ¿te encuentras bien?- preguntó ella, con el entrecejo fruncido.
- Si, de maravilla, pero olvidé la contraseña...- dijo, tratando de parecer precupado.
- Es Pluma de Fenix... – respondió Hermione, aún con expresión extrañada.
-¡Ah, si! Que distraído, lo siento, te veré en el desayuno.- sonrió Malfoy, metiéndose rápidamente a la sala común de Gryffindor.
-¡Si ves a Ron dile que se apure!- gritó Hermione, pero él no le respondió nada.
La sala común de Gryffindor era mucho más amplia que la de Slytherin, con mullidas butacas, y había un gran desorden allí, así que Draco se dirigió rápidamente por la escalera izquierda. Abrió la puerta, y una chica profirió un grito agudo.
-¡Harry! ¿Te has vuelto loco? ¿Qué estas haciendo?- gritó Lavender Brown tapándose con una toalla; parecía que se había estado cambiando.
-¡Lo siento...! estoy algo distraído, nos vemos después.- respondió Draco, asustado, sin saber el nombre de su nueva compañera, cerró rápidamente la puerta, y vio que Ron Weasley se reunía con Hermione en el medio de la sala común.
-¿Dónde esta Harry? ¿Lo has visto?- le preguntó Hermione.
- Todavía esta durmiendo, sabes que es el último en despertarse, Hermione.- contestó Ron, de mala gana.
- Que extraño, lo acabo de ver entrar!.- exclamó Hermione, arqueando una ceja.
- Es muy temprano todavía, Hermione, ya lo veremos en el Gran Salón, vamos a desayunar.- dijo Ron, tomándola del brazo, y se alejaron discutiendo.
Draco, apresuradamente, subió la otra escalera de caracol y entró a la habitación de los muchachos de 6°. Agradeció que no había nadie adentro, salvo alguien que seguía durmiendo.
Se acercó a la cama sigilosamente y, asombrado, se contempló a el mismo durmiendo y roncando. Había funcionado a la perfección; ¡ahora Potter era él!
Lo sacudió con violencia para despertarlo.
-¡Que, que sucede!!!!- exclamó Potter, asustado, dando unos golpes y despertándose sobresaltado.
Miró a Draco y gritó.
-¡Callate, Potter!- se apresuró a decir Malfoy, moviendo los brazos.
-¿¡Quien eres?! ¿Por qué diablos luces igual a mi?!!!- gritó Harry, poniéndose de pie, y señalando a Malfoy como si fuera un criminal.
- Cálmate, Potter, soy Malfoy. Tomé tu cuerpo, nada más.- respondió Malfoy, complacido.
-¿Qué diablos dices? Tu no eres Malfoy!- replicó Harry, cada vez más confundido.
-¡Si, PoTTer! No es tan dificil de entender, ¿sabes? – dijo Draco, irónicamente.
- Entonces explícame.
Draco prosiguió a contarle lo que había sucedido. Potter lo escuchaba con la boca abierta.
- Mírate al espejo.- le dijo Draco, para complacerse viendo a Potter tan desesperado.
- Oh no!!! No puede ser!!!- aulló Harry, angustiado, agarrándose el rostro, sin saber que hacer. Se estiró los pómulos y unos ojos grieses le devolvieron la mirada.
- Lo siento, Potter, tendrás que aguantártelas... Solo te diré una cosa; no me averguenzes...- aclaró Draco, apuntándole con el dedo.
-¡No puede ser...!- dijo finalmente, abriendo los ojos como platos.- Por una semana seré tu???? ¿Tendré que ir a Slytherin, y vivir tu vida?...
- Exacto, ¿no es genial?- respondió Draco, contento.
-¡No, no lo es! Malfoy, voy a matarte, el sabado es nuestro primer partido de Quidditch!!!- gritó Harry, horrorizado.
-¿Y que tiene, Potter? Jugarás como buscador, ¿no? Ese es tu puesto.- analizó Malfoy, divertido, tomando los anteojos de Harry.- Necesitaré estos..
-¡Pero jugaré a favor de Slytherin, Malfoy!!!!!- gritó Harry, fuera de si.
- No me digas que eso te preocupa...
- NO es solo eso, es todo!!!! Debo ser como tu! Ir a Slytherin, ser un Slytherin...¡Oh, voy a matarte, Malfoy!- rugió Harry, furioso.
- Tranquilízate, Potter, es solo una semana, agradece de que no he escogido más días...
-... ®..
- Escucha, Potter, solo tienes que actuar igual a mi, será algo complicado, pero podremos hacerlo. – le dijo Malfoy, para calmarlo.- Ahora, necesito que me des tus túnicas, aquí te traje las mías.
Le tiró una bolsa con tres túnicas de Slytherin. Harry urgó en su baúl, resignado, y le dio otras tres de Gryffindor.
-¿Y bien? ¿Luzco exactamente igual a ti?- le preguntó Draco, radiante, mirándose en el espejo.
- Si, si, claro que si...- respondió Harry, vagamente.
- Potter, ¿no piensas peinarte? Sabes que yo no ando con los pelos asi!!!- exclamó Malfoy, y con un movimiento de varita, el rubio y brillante pelo se acomodó prolijamente.- Mucho mejor... ahora sabes bien como son las cosas. No debes decirle a nadie de este cambio, ¿de acuerdo?
-¿Por qué haces esto, Malfoy?- inquirió Harry, de repente tomando una actitud curiosa.
- Solo por diversión lo sabes. Piénsalo, Potter, no será tan malo... En esta semana podrás descansar de ser el famoso Harry Potter, ¿sabes?
- Si, en eso tienes razón...- dijo Harry, asintiendo.
-¿Entonces es un trato?
-¿Prometes tratar bien a Ron y Hermione y no hacer cosas malas en mi lugar?
- Lo prometo...
- Entonces es un trato.- respondió Harry, extendiendo la mano. Draco la tomó, sonriendo.
Hola a todos!!! ¿cómo estan? Espero que bien.
Bueno, aquí les traigo un nuevo fic!!! Espero que les guste, la idea la saqué de una película, la verdad ni idea como se llama jaja, creo que se llama Un deseo a las estrellas, pero nose bien, como sea, me pareció basta buena, ojalá que a ustedes también les guste.
Dejen sus reviews!!! Para saber si les gusto o no P
Perdón si me demoro en actualizar, me iré de vacaciones a la playa :) y quizás me demore MUCHO! Jeje, pero paciencia, llevaré unos capítulos conmigo,si es que puedo publicar.
En fin, muchos besos a todos
Dedicado con mucho cariño a mi consejera y amiga Personal! Mely la loKi jaja
R&R!!
VeRo GraNGeR...
