NOTA IMPORTANTE: He re-subido este capítulo así como todos los demás serán vueltos a subir en el futuro (de este fic y del resto que tengo) puesto que después de mucho decidí volver a retomar todos mis fics para continuarlos, sin embargo, mientras leía desde el inicio para inspirarme y ver en qué había quedado la trama, me percaté de la cantidad de horrores (errores) ortográficos y fallas gramaticales que tenían y decidí sin más que no podían quedarse así.

Si es la primera vez que lees esta historia espero te guste mucho y la disfrutes un montón.

Si ya habías leído te recomiendo darle una ojeada nuevamente pues si bien no cambió la esencia del contenido, si modifiqué varios párrafos para mejorar la lectura y hacer más entendible todo.

Sin más me despido por ahora pero descuiden, oficialmente he vuelto y tan solo termine de corregir todo me daré la tarea de continuar lo que dejé pendiente desde hace algunos años debido a mis obligaciones de la vida real.

A todos(as) mis lectores(as) que se han mantenido conmigo a pesar de la laaaaaaaaaaaarga ausencia, muchísimas gracias por su apoyo, por ustedes es que hoy he vuelto a este lugar. Los quiero muchísimo.

Atte: Naoko-chan

Disclaimer: Los personajes de Death Note no me pertenecen, solo los utilizo para mis locas ideas sin fines de lucro

Aclaraciones:

-Bla bla bla- dialogo que el personaje dice.

"bla bla bla"pensamientos del personaje.

_ Cambio de escena.

CAPITULO UNO

—…—

Una joven rubia observaba caer la lluvia desde su cuarto, notando cual apaciblemente caían las gotas una a una sobre el vidrio de la ventana.

—Misa se siente tan sola e infeliz… — murmuró mientras escondía su mirada bajo el flequillo y ponía su mano sobre la fría superficie.

Había vuelto a pelear con Light, aunque eso no era novedad, los últimos días habían transcurrido de ese modo. Pero esta vez… esta vez había sido sin duda mucho peor que las últimas veces. Si, Light solía gritarle, solía hacerla menos e incluso insultarla y rebajar su moral al grado de que ella se sintiese como si fuera escoria, pero nunca, nunca antes la había golpeado.

La mano que estaba sobre el vidrio ahora se encontraba sobre su mejilla dejando sentir una agradable frescura sobre su piel levemente inflamada.

—¿En qué se equivocó Misa? ¿Acaso Misa no le ha dado todo lo que podía a Light para que la amara? — decía mientras unas lágrimas comenzaban a caer sobre su rostro lentamente.

Se estremeció cuando escucho como se abría la puerta del baño, dejando ver a un Light recién bañado y con unas gotas de agua cayendo de su cabello. La chica lo miró de reojo tímidamente por un instante y luego volvió a voltear hacia la ventana para continuar observando la lluvia que caía sin cesar.

El castaño no dijo nada, ni siquiera parecía inmutarse por la presencia de la joven. Comenzó a vestirse sin prisa con el porte elegante y pulcro que siempre tenía, cepillo su cabello y lo arreglo tan delicadamente como de costumbre, se puso loción y finalmente tomo su billetera para ponerla en su pantalón.

—Me voy, espero que cuando regrese no tenga que escuchar tu chillante voz otra vez. — dijo secamente mientras le daba la espalda y tomaba un paraguas que estaba recargado en la entrada.

Cuando escucho que la puerta principal se cerraba fue cuando Misa finalmente reaccionó al darse cuenta que Light ni siquiera parecía haberse arrepentido de haberla golpeado.

Apretó los dientes conteniendo su tristeza a la vez que se levantaba y se ponía sus zapatillas para salir también.

Muchas veces había visto a su novio salir por esa misma puerta desde hacía casi un año que vivía ahí y nunca le había importado a donde iba, esta vez era diferente, sentía que algo no andaba bien desde hacía ya dos meses y justo esta noche lo había comprobado, quería y necesitaba saber el motivo de la extrema frialdad del que consideraba su amado.

Sin importarle la lluvia comenzó a caminar deprisa siguiéndole lo mejor posible, escondiéndose de vez en vez detrás de un poste o tras la esquina de un edificio mientras vigilaba a ese por el cual dejara su casa y a su familia, el cual había prometido brindarle amor incondicional al igual que protección y que ahora la había lastimado quebrantando su palabra.

Mientras sentía como su ropa comenzaba a pesar por haberse empapado al igual que su cabello y piel, vio como Light finalmente se detenía frente a un café muy elegante.

Ella se quedó parada del otro lado de la calle, observando fijamente cada movimiento que él ejecutaba.

Hasta ahora no había nada diferente o incorrecto; se había sentado en una mesa justo frente al ventanal que ella observaba, sin necesidad de ver el menú había ordenado al mozo y poco después le habían llevado una pequeña taza de café (el cual juraría sin duda que era expreso, la bebida favorita del castaño) la cual comenzó a beber sin prisa sentado de manera recta con su pierna cruzada elegantemente, dejando sus manos sobre la mesa luego de beber mientras parecía admirar el local distraídamente sin perder su porte perfecto.

Misa se sintió bastante tonta, ¿cómo es que había dudado de Light? ¿De su Light? Es decir, ¿no había abandonado el todo por el nada cuando decidió irse con él cierto?

Él era un joven adinerado de buena posición social, con un carácter solido que siempre sabía lo que quería y a dónde quería dirigirse en el futuro, eso además de ser alguien bastante atractivo. ¿Cómo no enamorarse de alguien así?

Cuando le pidió que se fuera a vivir con él, ella no lo había dudado ni un segundo y había aceptado gustosa, no por el dinero que tuviera ni los contactos que poseía sino simple y sencillamente porque lo amaba con todo su corazón.

Ella era popular, bonita, muy entusiasta e hiperactiva, tal vez no era de una posición social tan alta como lo era el castaño pero su familia tenía el dinero suficiente para poder vivir bien. Al ser una de las chicas más cotizadas en su escuela, no le sorprendió que Light la eligiera a ella por sobre todas. El siempre elegía lo mejor.

Misa estaba a punto de regresar a casa riéndose de sí misma por ser tan idiota y desconfiada cuando vio algo que la paralizo.

Llegó al lugar una joven guapa y refinada, traía un abrigo de piel que seguramente era carísimo y que al quitárselo descubrió que vestía de una forma muy elegante, portaba un conjunto color azul claro que se ajustaba a su piel y la hacía ver estética y bella. Su cabello corto y negro hasta los hombros estaba alisado cuidadosamente, además de que su maquillaje dejaba ver su rostro como si fuera el de una muñeca de porcelana.

Light tan solo verla se puso de pie haciendo una leve reverencia con la cabeza a modo de un caballeroso saludo para luego acortar la distancia y así darse un beso sensual e igualmente elegante que ellos. Después de esa escena y de que volvieran a sentarse, tomaron una simple y pequeña taza de café entre risas reservadas, al finalizar el castaño se levantó, tendió la mano en dirección de ella para luego ayudarle a poner el abrigo y luego, rodeándole de la cintura salían para abordar un automóvil lujoso y así partir a un lugar que Misa no podría seguir.

Tan solo el vehículo desapareció de su vista se derrumbó sobre la acera sin importarle si se lastimaba las rodillas en el proceso mientras todos pasaban a su lado sin prestarle atención, apurados por no mojarse más de lo debido por la lluvia. Su maquillaje se había corrido formando pequeñas líneas negras sobre sus mejillas, su cabello estaba tan mojado que se pegaba a su piel y ropa pero no le interesaba; el aire había comenzado refrescar tanto que ahora hacia un frio intenso pero no lo sentía, el frio que había en su corazón era tanto que lo que pasara a su alrededor era insignificante para Misa.

Él la había engañado, solo la había utilizado cuanto quiso para luego deshacerse de ella, de eso no le quedaba ni la menor duda. No podría compararse jamás a esa joven que ahora estaba a su lado, es decir, Misa era hermosa, sí, pero no podría llegar a ser tan elegante y refinada como la chica pelinegra.

Para misa, el coraje y la tristeza que había en su interior era tanto, que sentía que todo podía irse al mismo infierno, con Light incluido.

Le gustaba la lluvia, de alguna forma lo hacía sentirse relajado y a la vez nostálgico pero de forma agradable, por eso cuando tenía oportunidad salía a caminar bajo el clima torrencial por las aceras de la ciudad, eso sí, con su fiel servidor a un lado acompañándolo en su carro, para cuando tuviese que regresar a casa.

A sus veinticuatro, casi veinticinco años podría decir que lo tenía todo: una casa grande, dinero de a montón fruto de su trabajo como investigador privado además de la cadena de empresas que su padre le había heredado antes de que muriese junto con su madre en un accidente automovilístico; un sirviente fiel el cual fuese también tutor de sus hermanos menores y de su primo así como su mano derecha.

Un futuro brillante le sonreía y pese a eso no se sentía completo, porque aunque no lo quisiera admitir se sentía solo.

No es que no hubiese tenido propuestas de matrimonio ni mucho menos, pero solo habían sido de jóvenes interesadas en ellas mismas, riquillas malcriadas que deseaban ser libres de tener a su disposición cuanto pidiesen sin límites. Como las detestaba, le aburrían ese tipo de mujeres, lo cansaban hasta hastiarse y por ello cuando sus hermanos les jugaban bromas pesadas corriéndolas de maneras poco agradables no le importaba. Merecido se lo tenían.

Siguió caminando bajo la lluvia, con su postura algo encorvada, sus cabellos negros como la noche mojados a más no poder y sus tenis húmedos también.

Se detuvo frente a una cafetería, era una elegante donde algunas veces había tomado un café o comido un pastelillo exquisito. Un gruñido en su vientre le hizo saber tenía hambre, así que se adentró sin más y se sentó en su mesa favorita, la de la esquina a la derecha justo frente a un ventanal grande que daba vista hacia la calle. Ordeno su pastelillo favorito de fresas con crema y una taza de té.

Una vez que lo hubiese hecho se dedicó a contemplar el panorama lluvioso mientras esperaba su pedido.

Ahí fue cuando la vio.

Una joven de no más de veinte años, estaba sentada apoyándose contra la pared del edificio tras de sí, completamente empapada de pies a cabeza y tenía su mirada escondida bajo el flequillo de rubios cabellos de su cabeza agachada, sus manos estaban a sus costados inertemente y sus piernas semi flexionadas como si hubiese estado hincada antes de quedar en tal posición. Su ropa negra tenía un poco de lodo debido a la banqueta sucia llena de agua.

—Mmmm… Pobre, debe ser alguna persona que no tiene a donde ir. — se dijo a sí mismo justo cuando le llevaban su postre a la mesa. Comenzó a comerlo sin tardanza mientras ponía mucha más azúcar de la debida en su té, tanta que comenzó a volverse espeso.

Después de haber tomado su bocadillo y de haber pagado se quedó sentado un momento más, observando fija y analíticamente a la joven que seguía sin moverse de su estado aparentemente inerte.

Sintió algo vibrar en su pantalón y descubrió que era su celular, lo sacó y supo de inmediato quien era.

—¿Si? — Contestó monótonamente – De acuerdo, estoy frente a la cafetería "LE FINITTE", si, aquí esperare, gracias Watari- agregó para finalmente colgar.

Se levantó pues su mayordomo ya venía en camino por él, era tarde y tenía que volver a casa.

Salió y espero enfrente de la cafetería. Sin pensarlo observó el lugar donde había divisado a la chica pero solo vio una multitud de gente caminando, suspiró cansino, de seguro esa joven finalmente se había ido a su casa, pero, cuando las personas se fueron disipando descubrió con asombro que seguía igual, sin moverse.

Maldita curiosidad, pensó cuando finalmente había decidido acercarse, cruzó la calle y se posó frente a la lastimera figura de la rubia.

—Oye… ¿Estas viva? — preguntó mientras se ponía de para observarla mejor.

No obtuvo respuesta, así que tomándole cuidadosamente de la barbilla le levantó el rostro para toparse con unos hermosos ojos verdes entornados y llenos de lágrimas, inmediatamente noto como su pómulo derecho estaba inflamado por lo que probablemente fue un golpe, su maquillaje se había corrido y ahora estaba manchada. Y no solo eso, al tocar su piel y ver sus mejillas sonrojadas supo que tenía la temperatura muy elevada.

—Oye, no debes estar aquí es peligroso, si quieres te llevo a tu casa para que te sientas mejor y descanses—

—Misa… no tiene… casa…— contestó levemente mientras su mirada se fijaba sobre el pavimento— La casa donde Misa vivía… ya no es más su casa… Misa… no quiere volver ahí… nunca— agregó en un murmullo.

— Pero si te quedas aquí sufrirás un resfriado muy agudo y fiebre— le contestó mientras la observaba analizando sus reacciones.

—Prefiero… morirme aquí… que volver ahí…— respondió al tiempo que se ladeaba lentamente, la temperatura había aumentado tanto que finalmente había caído en la inconciencia.

Un auto se detuvo frente al joven azabache y de él descendió un hombre maduro y de tierno parecer. Se acercó al joven colocando un paraguas sobre ambos y lo observó al igual que a la joven que ahora estaba desmayada.

—¿Todo está bien, Ryuzaki? — preguntó.

—Sí, pero… me preocupa la salud de esta joven, no me agradaría para nada dejarla aquí a la intemperie y con los peligros de los asaltantes y violadores que pueden rondar esta área— contestó mientras se levantaba.

—Entiendo, creo que es mejor llevarla a la mansión para atenderla y luego la llevaremos a casa, ¿No está de acuerdo? –

—Si será lo mejor – dijo tomándola en brazos para levantarla y así meterla al asiento trasero del carro. —Averiguaré quien es ella y dónde vive mientras tanto tu ponla en la recamara de huéspedes y atiéndela para que pueda estabilizarse y así evitar que su salud empeore— agregó yendo al asiento del copiloto para subirse.

—Así lo hare joven Ryuzaki— respondió captando la orden mientras conducía.

—Veremos quién eres y de dónde vienes… – dijo al tiempo que volteaba a ver a la inconsciente chica.

CONTINUARA…

Bueno pues aquí les traje el primer capítulo de este fic.

Espero sus reviews y ojalá les haya gustado.

Tal vez parezca trágico en un principio pero también pondré un poco de humor y ¿Por qué no?... también un poco de lemon o lime.

Tratare de subir el siguiente capítulo lo más rápido posible.

¡NOS VEMOS!

¡Sayorana dewa matta!

Pd: Si alguien ve esta (u otra) de mis historias en otra página de fics (no mencionaré el nombre para evitar spam o propaganda no pagada (?) ), no se preocupen, soy yo, solo que decidí expandir mis horizontes para que otros puedan conocer mis escritos, mismos que ustedes me han dado la confianza de llevar más allá y por quienes me esfuerzo para mejorar cada línea que hice hace años cuando no tenía sentido de buena escritura(?) y que por eso es que quedaron tantos errores de por medio.

Nuevamente… ¡MIL GRACIAS A TODOS POR SU APOYO! :D