Era al fin domingo, lo había estado esperando desde hace 6 días 22 horas 56 minutos y 47 segundos.

Me levante ansiosa a las 7 am., tome una muda de ropa interior, mi una remera básica blanca y una camisa escocesa larga, mis jeans celestes y el tallón, me entre a bañar para relajar mis músculos y despertarme, después de una noche casi en vela debido a los nervios.

7.30, media hora después salí de la ducha y una vez que me seque el pelo y lo peine en una media cola, me dirigí a la cocina me prepare un café, ya que no tenía hambre, simplemente quería que sea ya la hora, esa hora que se me hacía demasiado lejana durante toda la semana pero al momento en que llegaba se me pasaba rapidísimo, se iba como un suspiro, me mataba por dentro pero a la vez me hacia tan feliz y me dejaba soñar aunque sea por unos escasos 60 minutos.

Termine el café y tome la taza para dejarla en la pileta para luego lavarla, mire el reloj y cuando faltaban apenas 20 minutos para las 9 guarde en mi bolso la billetera, el celular, luego de corroborar que estaba en vibrador, y me dirigí a la puerta. Antes de salir me mire al espejo dándome ánimo para luego cerrar la puerta tras de mí.

Empecé a caminar las 15 cuadras que me separaban de aquel lugar, sabía que iba a llegar unos minutos antes, pero eso me ayudaba a conseguir un buen lugar, suspire al darme cuenta que me encontraba de pie frente a aquella edificación algo antigua que generaba un nudo en mi garganta al verla, y ahí me daba cuenta del grado de locura importante que poseía, pero era tarde, y poco me importaba al sentir a mi corazón latir desbocadamente.

Tome aire y di un paso, adentrándome en aquella instalación, camine por el largo y alfombrado pasillo encontrando un lugar sobre el mismo en el 3 banco, con una sonrisa nerviosa me senté mientras esperaba que se llene un poco mas y recorría el lugar con la mirada preguntándome que hacía yo allí.

Todas mis preguntas y mis dudas se vieron disipadas cuando una música de fondo empezó a sonar, no podría decirles cual ya que mi vista estaba fijada solamente en él. Él y su larga túnica blanca decorada por su estola violeta, quien recorría la alfombra con una sonrisa llena de paz y serenidad, acompañado por dos niños de no más de 13 años y se detenían frente al enorme e imponente altar.

Solté un suspiro mezclado de amor y resignación. Sí, yo Isabella Marie Swan con tan solo 27 años, estoy enamorada de un sacerdote, nose como, ni cuando paso, pero acá me encuentro como cada domingo, sentada frente a él y Dios escuchándolo y suspirando en secreto por este amor.

Acá les dejo una introducción a la historia que se me ocurrió escuchando la canción de Kapanga- Amor secreto, nose que saldra de esto, solo espero que disfruten y critiquen si tienen que hacerlo.

Voy a tratar de publicar una vez por semana si o si.

Muchas gracias!

Srita. Butchen-