CAPITULO I

Candy era trabajaba en la residencia del duque de Granchester un aristócrata inglés que venía a Estados Unidos por negocios con frecuencia por lo que optó por comprar una casa en Chicago ya que la mayoría de sus negocios estaban en esa ciudad, Candy conocía al duque desde aproximadamente un año a pesar de que era distante y de pocas palabras hacia los empleados de la casa se sentía a gusto trabajando en aquella casa baja las ordenes de la dama de llaves María quien a pesar de ser estricta siempre se mostraba cariñosa y sobre todo paciente pues siempre era muy despistada en lo que hacía. Candy era descrita por todo el personal de casa como la alegría hecha persona pues siempre se le veía animosa a pesar de que tenía a su tía abuela enferma en casa motivo por lo que tuvo que trabajar como empleada en casa de los Granchester.

-¿A dónde vas con tanta prisa es como si llegarías tarde a una cita?- le preguntaba María el ama de llaves

-… bueno algo así quede con alguien…- respondió una sonrojada Candy

-me alegro espero que sea un buen muchacho…-

-lo es…no debe de preocuparse…

-espero conocerlo algún día… bueno vete muchacha no te retrasare más

- está bien… -

Hace un año

Candy conoció a Anthony casi al mismo tiempo que empezó a trabajar en la casa del duque un día de lluvia en que cayó accidentalmente tratando de guarirse de la lluvia.

-Se encuentra bien señorita…- decía un apuesto muchacho que descendía del caballo para luego ofrecerle su mano para que pudiera levantarse… Candy levanto su rostro y anotar lo apuesto que era se paralizo

-le ocurre algo… acaso se lastimo

-no… solo me caí…

-bueno espero que no se encuentre muy cómoda la lluvia amenaza con empeorar- le dijo con una sonrisa amistosa y alcanzando de nuevo su mano… Candy tomo su mano con nerviosismo el joven la ayudo a levantarse.

-Gracias… - respondía una nerviosa Candy para luego caminar en sentido contrario del muchacho hasta que él dijo

-¿Dónde vive?... ¿Yo la podría llevar?

-no se preocupe no es necesario… yo estaré bien gracias

-no es de caballeros dejar a una dama vamos – el muchacho se subió al caballo con gran agilidad se acerco a Candy y le alcanzo la mano con una sincera sonrisa-la misma que paralizo a Candy aceptando la invitación del joven él la rodeaba con sus brazos ella estaba muy nerviosa

-bueno dígame a donde la llevo señorita

-Yo… yo iba pueblo

El camino fue silencioso al llegar a las afueras del pueblo

-dígame que hacia lejos del pueblo en esta tormenta

-Es mi día libre por lo que decidí visitar a mi tía abuela

-Ya veo… supongo que trabaja en una de las mansiones del lugar ¿verdad?

-si trabajo en la mansión de los Granchester

-vaya entonces nos veremos continuamente… pequeña

Después de la bajo del caballo con delicadeza sus ojos verdes no dejaban de mirar la mirada azul de aquel joven que cierta manera la hipnotizo

-mi nombre es Anthony…- dijo esto mientras volvía a cabalgar su caballo

-el mío es Candy White

-un dulce nombre… adiós

-adiós…- le decía Candy mientras veía que el muchacho se alejaba

Después de dos semanas de aquel encuentro mientras ella paseaba por los alrededores en su descanso recorriendo los límites del mansión en dónde trabajaba observo un hermoso jardín de rosas que Expedia un inigualable aroma por el lugar se acerco y de pronto lo vio era aquel muchacho rubio que la había cautivado ella accidentalmente piso una rama lo que hizo girar al joven

-vaya eres Candy verdad…-

-Hola… siento interrumpirte

-de ninguna manera

-tú también trabajas aquí… supongo que de jardinero

-jajajajajajajajaja… se oyó una risa que se acercaba ambos jóvenes giraron para ver a los recién llegados

-JARDINERO… vaya que risa aunque esa descripción no está mal dicha de alguna manera

En ese instante Candy observo a dos jóvenes uno con anteojos que reía de manera tímida y el otro muchacho que no paraba de reír a carcajadas

-dime Anthony quien es esta señorita que te dice jardinero

-lo siento…no pensé ofenderle…- decía una nerviosa Candy

-No te preocupes Candy ellos siempre molestan… Archie… Steve… ella es Candy

- Hola mi nombre es Steve… él es mi hermano Archie… ambos somos primos de Anthony

Archie tomo la mano de Candy para depositar un beso sobre ella

-Mucho gusto… señorita – esto sonrojo a Candy-

-Igualmente…-

-tú no debes de ser de por aquí sino ya te habría conocido… - menciono Archie

-recién empecé a trabajar en la casa de los Granchester

-Trabajar…-

-si trabajo como empleada…

-Vaya vaya… es una broma verdad… tu eres una sirvienta…- decía en tono despectivo Archie

-Archie…compórtate- le recriminaba Anthony

-será mejor que me vaya…- respondía una apenada Candy

-no es necesario señorita debe perdonar a mi hermano a veces es un niño…verdad Archie- decía Steve

-Lo siento… será mejor que me retire- dijo esto mientras se marchaba del lugar

-fue un gusto Candy ya hablaremos otro día- decía Steve para luego ir detrás de su hermano

En ese instante Candy observo el broche que Anthony tenia era la insignia de la casa Andrew una de las familias más adineradas del lugar

-tú eres un Andrew

-así… - dijo Anthony observando su insignia

-lo siento señor yo no pensé… bueno es mejor que me vaya- dijo esto mientras se giraba para irse Anthony la sostenía del brazo para que no se fuera

-acaso me juzgaras por mi condición…

-no no eso… es solo que no es correcto señor…

-deja de decirme señor solo dime Anthony quieres o me sentiré ofendido… o deseas que yo te llame señorita White

-no solo dígame Candy… - le decía Candy acompañada de una sonrisa

-eres más bonita cuando ríes…-este comentario sobre enrojeció a Candy lo que hizo sonar una sonora carcajada en el lugar

-jajajajajajajaja… pequeña solo digo la verdad

Así entre bromas ambos platicaron durante el resto de la tarde ella era una muchacha de dieciocho años y el de veinte años que venía de vacaciones a estados unidos pues junto a sus primos estudiaba en la universidad de Londres. Anthony quedo prendado de la belleza de Candy pero al conversar con ella se dio cuenta que era más que una cara bonita era muy sencilla e inteligente Candy se la pasaba leyendo los libros de la biblioteca del duque en su ausencia claro con el permiso de la ama de llaves algún día quería ser enfermera ella era autentica a diferencia de las chicas que constantemente lo acosaban no se avergonzaba de sus orígenes era huérfana de padre y madre su tía Pony se había hecho cargo de ella es por ello que trabajaba en la casa del duque Anthony se divertía con cada anécdota que le contaba en sus ratos libres… durante las semanas siguientes se unieron a sus pláticas Steve quien le mostraba gustoso los inventos que realizaba a demás de que ella siempre estaba dispuesta a colaborar con él ante las constante objeciones de Anthony… Archie nunca pensó que una sirvienta alborotaría a su primo y hermano que al parecer parecían pasarla bien en compañía de ella. Así que un día decidió acercarse al grupo que no paraba de reír por uno de los inventos fallidos de su hermano al ver la cara llena de ceniza de Candy no pudo aguantar la risa… ella en vez de molestarse hizo muecas graciosas lo que causo más risa entre los muchachos. Así se pasó el verano esas tardes maravillosas con los tres muchachos eran inigualables ellos nunca habían conocido a una chica tan libre y espontánea.

En Anthony nacía un sentimiento nunca antes experimentado se sentía seriamente atraído por Candy… cuando llego el momento de separarse pues Anthony tenía que volver a Londres junto a sus primos a continuar con sus estudios… una tarde cuando ambos estaban solos junto al rosal

-Candy este verano fue maravilloso… espero que cuando regrese nos podamos volver a ver promete que estarás aquí a mi retorno

-lo estaré… no me olvides

-ya estás muy metida en mi querida Candy te prometo que no dejare de pensar en ti ni un solo día te escribiré todos los días y espero que me respondas.

-Anthony…yo también les escribiré todos los días… los extrañare…- dijo esto mientras abrazaba a Anthony y unas lágrimas salían de su rostro.

-ya te mencione que eres más hermosa cuando ríes que cuando lloras verdad- menciono Anthony mientras limpiaba su rostro con su mano para posteriormente darle un beso en la mejilla

Así el muchacho se marchó del lugar mientras Candy acariciaba su rostro justo donde le había besado.

Hoy

En casa de Candy

-Vaya muchacha… estas muy despistada el día de hoy… dime quien es el dueño de tus pensamientos – le replicaba su tía a manera de broma

-tía… él es muy especial ya te lo traeré algún día para que lo conozcas- le dijo mientras la abrazaba, ella se había hecho cargo de ella cuando sus padres murieron era como su madre y le daba un beso en su frente-

-estas enamorada de él… porque desde que lo conociste no dejaste de hablar de él aunque aun no me has dicho su apellido

Candy sabía bien que su tía no aprobaría que estuviera con un chico rico, por eso solo lo describía como un chico de un rancho que estudiaba en otra ciudad y venia de vacaciones a ayudar en el rancho de sus padres…

-ya te lo presentare…buenas noches tía tengo que descansar bien para verme linda

-te aseguro que ya eres linda querida… lo tendrás cautivado

Al día siguiente

Ella corría presurosa durante los meses que estaban alejados no había dejado de escribir un solo día e igualmente recibía cartas de los muchachos en especial de Anthony quien le contaba de su pronto regreso… ella había ahorrado para comprarse un vestido quería verse linda para ellos en especial para él…

Candy corría al lugar donde se encontraría con él, luego subió a un árbol con suma agilidad para observar si Anthony estaba cerca al verlo descendió con la misma agilidad, él tenía un gorro que le cubría el pelo y una chalina alrededor lucia más alto - Cuanto tiempo sin verte… -mientras se acercaba emocionada poco a poco a la orilla del lago sin percatarse que el joven que observaba no era Anthony sino otro muchacho quien había observado toda la escena- una dama que sube árboles vaya eso nunca lo había visto, pensó para si mismo.

-vaya vaya tengo admiradoras por todo el mundo no pensé que las tenía en América…-mencionaba aquel joven que se levantaba del pasto después de tirar el cigarrillo y se acercó a Candy de manera amenazante – Señorita disculpe pero no la recuerdo- Candy retrocedió ante la proximidad del joven

-jajajaja… me tiene miedo no se preocupe no me gustan las niñas llenas de pecas y menos con tendencias de monos

-no me diga me vio trepando… es usted muy maleducado…-ella se llenó de furia

-vaya… vaya… creo que está molesta será mejor que me retire no me vaya a golpear… jajajajajaja- diciendo esto se apartó del lugar

-que chico tan mal educado

-¿Quién es mal educado?, decía Anthony quien llegaba

HOLA SEGUIDORAS ESPERO Y ME SIGAN EN ESTA NUEVA AVENTURA… COMO SIEMPRE AGRADESCO SUS COMENTARIOS…