NA: He de admitir que nunca antes había hecho esto, pero aquí va: esta historia está dedicada a MissKaro y su historia 'Algo tiene el destino', que me ha dado la inspiración para escribir para este fandom y además volver a hacerlo en español. Seré sincera, hace años que no escribo nada en mi propio idioma, pero espero no estar del todo desgastada. Les agradezco que hayan dado clic en mi historia y espero no decepcionarlos.
Advertencia: Probable OoC. Me esforzaré por hacerlo mejor, lo prometo.
Disclaimer: Itazura na Kiss no me pertenece. Hago esto con el único objetivo de entretenerme y a ustedes (espero).
Siempre él
Capitulo 1
...
―Sal conmigo.
Aquellas palabras, dichas con una seguridad agobiante y proviniendo de la boca de Naoki Irie, llegan a los oídos de Kotoko Aihara, quien en ese momento se halla de camino a la sala de maestros, llevando las fotocopias que el profesor de matemáticas le había pedido.
Se detiene y mira a Irie con la boca abierta, sus grandes ojos estudiándolo con sorpresa.
Manos en los bolsillos, Irie la observa desde su altura con lo que Kotoko tan solo puede describir como arrogancia. Se ve imponente, pies separados en una pose cargada de masculinidad y confianza, suficiente para hacer caer rendida a sus pies a cualquier chica.
Después de unos segundos, los labios de Kotoko se elevan ligeramente. ―¿Es una orden?
Irie pestañea con confusión, para alegría de Kotoko abandonando aquel porte altivo. Niega con la cabeza. ―Te lo estoy pidiendo. Kotoko Aihara, sal conmigo ―y de nuevo su voz rebota por los pasillos, áspera, impaciente.
―Suena como una orden para mí ―refuta ella, dándose media vuelta y continuando con su camino. Naoki la sigue, frunciendo el ceño.
―¿No vas a darme una respuesta?
―Me niego ―aquello deja plantado en el suelo a Irie. Kotoko lo mira por sobre su hombro, sonriendo, y dice, al mismo tiempo que un grupo de chicos da vuelta la esquina en el pasillo donde se encuentran. ―No quiero salir contigo. Yo… odio a los hombres como tú.
Y con eso se voltea, dejando no solo a Irie, sino al grupo de estudiantes viendo como desaparece dentro de la sala de maestros.
El rumor de que Kotoko Aihara, estudiante de la clase F, había rechazado a Naoki Irie, genio de la clase A, se extendió por toda la escuela como fuego.
―Es ella.
―Escuché que rechazó a Irie de la clase A.
―¿De verdad puede ser esa la chica a la que Irie-san se confesó?
―Lo sé, yo también pensé que sería más bonita.
―¿Pero no está en la clase F? ¿Cómo pudo llamar la atención de alguien como Irie?
―A lo mejor perdió una apuesta…
Por favor, ¿podrían guardar sus comentarios para ustedes? Puedo escuchar todo lo que dicen, piensa Kotoko mientras da un suspiro de cansancio. Si hubiera sabido que había gente escuchando, se habría guardado su respuesta hasta que ella e Irie estuvieran solos. ¿Y por qué solo me atacan a mí? Fue Irie-san quien se me confesó, y aun así…
Aunque decir 'confesar' sería adornar un poco las cosas. Esa no había sido una confesión, lo que Naoki Irie había hecho rayaba en una orden. Como si debiera sentirse afortunada porque, de entre todas las chicas que tenía para escoger, la hubiera elegido a ella como destinatario de sus sentimientos.
Si es que un hombre cómo él los tiene, claro.
Sabía lo que todos sabían de Naoki Irie: estudiante número uno de Tonan, posiblemente de Japón, guapo, rico, futuro heredero de una de las más grandes compañías de juguetes en la ciudad, y completamente frío y desprovisto de emociones y apego hacia otras personas. Muchas habían sido las chicas quienes se le habían confesado en su momento, y que él, sin un ápice de remordimiento, había rechazado, sin importarle sus duras palabras o miradas de desprecio.
Recordaba con mucho detalle aun como, una chica del B, había intentado entregarle una carta de amor que él ni siquiera se había dignado a aceptar. Y si bien Kotoko comprendía que cada quien era libre de salir con quien quisiera, era su forma de tratar con estas chicas lo que le molestaba en sobremanera.
Él podría ser guapo, pero no era la clase de hombre que quería para ella.
―Tienes agallas Kotoko.
Eso es lo primero que escucha apenas entra a su salón de clases. Kotoko voltea para ver a sus dos mejores amigas: Satomi Ishikawa y Jinko Komori, esperándola con brazos cruzados y expresiones que delatan incredulidad. Sin saber qué más hacer, Kotoko simplemente les sonríe, mientras se abre paso hacia su asiento, muy consciente de todas las miradas sobre ella.
Satomi y Jinko la siguen, la primera estirando la silla del pupitre frente al de Kotoko y sentándose mientras la última permanece de pie. Ambas la observan, esperando a que hable primero.
Kotoko suspira. ―Sé lo que están pensando, pero sinceramente, ¿ustedes se esperaban que el genio Naoki Irie, fuera a pedirme salir con él? Porque yo no.
―Nadie lo esperaba ―concuerda Satomi con un asentimiento.
―Pero hay algo mucho más impresionante ―dice Jinko mientras levanta un dedo, como si estuviera dando una lección. ―Y eso es que tú, Kotoko Aihara, fuera a rechazarlo.
―Cualquier chica en tu posición habría aceptado de inmediato.
―Y sin embargo, no te tomaste ni un segundo para mandarlo a volar, por lo que hemos escuchado.
Kotoko frunce el ceño. ―¿Y por qué debería haber aceptado? Y no, por favor, no me vengan con 'es Naoki Irie' y todo lo que eso acompaña. Él no me gusta, y no veo porqué debería salir con alguien que no me gusta solo por ser tan popular.
―No es eso lo que queríamos decir ―dice Satomi, sonrojándose un poco y demostrando que sí planeaban decir algo parecido a aquello. Kotoko suspira.
―Lamento si sueno un poco hastiada, pero es que realmente lo estoy. Hoy día, no he podido cruzar ni un solo pasillo o siquiera ir al baño tranquila sin escuchar a alguien hablando de mí e Irie. Estoy… molesta…
―No te preocupes Kotoko ―se apresura a decir Jinko, regalándole una sonrisa. ―No hablaremos de eso si no quieres. Es tan solo que esta historia es tan…
―Inesperada ―completa Satomi. ―Todo el mundo pensaba que a Irie no le interesaban las chicas en absoluto, además de tener algunos problemas como ser humano, pero al final…
―Chicas…
―Oh, perdón, no hablaremos más de ti e Irie. ―Jinko y Satomi cubren sus bocas con sus manos, causando que Kotoko ría suavemente.
―Gracias.
―Entonces, ya que no podemos hablar sobre el evento del momento, ¿qué tal van las cosas con tu nueva casa? ¿Ya te has mudado por completo?
Los ojos de Kotoko brillan mientras asiente con emoción. ―¡Sí! Es más, mi padre quiere hacer una pequeña celebración esta noche, y me ha dicho para invitarlas. ¿Qué dicen?
―¡Por supuesto! ―Jinko dice mientras le enseña un pulgar arriba.
―No me lo perdería por nada ―Satomi asiente. Kotoko sonríe, antes de que cierta voz llame su atención. Voltea en dirección a la puerta de la clase, y sin ser consciente de ello, suspira mientras en su rostro se dibuja una sonrisa embelesada. Satomi y Jinko siguen la mirada de Kotoko, y enseguida sienten la necesidad de estrellar sus rostros contra el pupitre.
―Aún no puedo creer que sigas enamorada de Kin-chan ―dice Jinko mientras niega con la cabeza.
―Uno pensaría que tras ser rechazada tantas veces, al fin desistirías pero…
―¡Hey! ―Kotoko se queja, ofendida. ―¿Qué quieren decir con eso?
―Nada Kotoko, tan solo que… ¿no crees que deberías darte por vencida de una vez?
―Exacto. Mira hacia otros horizontes. Hay muchos otros peces en el mar.
―No dejaré que hablen mal de Kin-chan ―Kotoko se cruza de brazos mientras hace un mohín. Jinko y Satomi suspiran.
―No estamos hablando mal de él. Tú sabes que a nosotras nos agrada mucho Kin-chan.
―Y que nos encantaría que los dos pudieran ser una pareja…
―Pero han sido casi dos años Kotoko, y él no ha mostrado la más mínima señal de que esté comenzando a sentir lo mismo por ti.
―Y siendo Kin-chan, quien es tan directo, sería imposible que esté fingiendo el no estar interesado.
Kotoko siente como la respiración le falla. Sabe que sus dos amigas tienen razón, pero a veces es tan difícil separar el corazón de la razón. Y es que aunque esté consciente de que Kin-chan no la ve como algo más que a una amiga, no puede evitarlo. No puede evitar quererlo.
No había sido amor a primera vista. Kotoko y Kinnosuke (Kin-chan para los amigos) habían terminado sentándose uno junto al otro en primer año. Entre conversaciones y bromas, Kotoko no había podido evitar enamorarse perdidamente de él.
Kotoko se le había declarado, incapaz de mantener sus sentimientos como secreto por más tiempo, durante el festival cultural de primer año, mientras bailaban una danza tradicional alrededor de la fogata. Siendo tan cercanos, ella había creído que él le correspondería, pero inmensa fue su sorpresa cuando en lugar de ello, Kin-chan le sonrió apenado, y dijo:
―Te aprecio mucho Kotoko, pero deberíamos permanecer tan solo como amigos.
Y su corazón se partió en ese instante.
Pero siendo como era, lo único que hizo Kotoko fue sonreírle y aceptar su respuesta. Más tarde tendría tiempo para llorar y decidir qué hacer, en ese momento lo único que hizo fue disfrutar lo que quedaba de la danza con Kin-chan antes de huir, rezando porque nadie la viera y así pudiera mantener aunque sea un poco de su dignidad.
Se había planteado la posibilidad de alejarse de él, pero la perspectiva de no disfrutar más de sus sonrisas o conversación le dolía mucho más que el rechazo, por lo que no pudo hacerlo. Así que disfrutaba de su compañía, tan solo como amiga, mientras guardaba en su corazón la esperanza de algún día ser correspondida.
―Iré a invitarlo ―Kotoko dice de repente, y sin otra palabra se levanta y corre hasta Kin-chan. Satomi y Jinko tan solo pueden observarla mientras suspiran.
―Me pregunto si Irie sabe sobre los sentimientos de Kotoko hacia Kin-chan ―dice Jinko pensativamente.
―Estoy segura de que sí, si realmente le gusta y es tan inteligente como dicen que es.
―Eso quiere decir que tomó un riesgo.
―Lo que significa que tiene un plan.
―Y esto está lejos de acabarse ―las dos chicas se miran, pequeñas sonrisas tirando de sus labios. Las dos quieren a Kotoko, pero es hora de que la chica por fin se rinda y busque la felicidad. Y aunque no están seguras de que alguien como Irie pueda dársela, es un comienzo.
Tras terminar las clases, Kotoko camina feliz en dirección a su casa. Satomi y Jinko han ido cada una por su cuenta, prometiendo que irán a la celebración a la hora establecida, mientras Kin-chan también había aceptado, e iría con sus dos amigos. Tarareando para sí misma, se preguntaba qué podría cocinar para sus invitados.
Mi padre y yo teníamos planeado comprar unos cuantos snacks y refrescos, pero ahora que sé que viene Kin-chan, ¡tengo que lucirme!
No era buena en la cocina, todo lo contrario, pero por la persona que quería, daría su mejor esfuerzo.
Lamentablemente, estando tan perdida en sus ensoñaciones, no miraba por dónde iba, por lo que no fue ninguna sorpresa cuando, al atravesar el amplio portón que conectaba la secundaria con la calle, al dar vuelta a la derecha chocara contra alguien. Kotoko trastabilla hacia atrás, su maletín cayendo al piso, pero un par de fuertes brazos la sujetan antes de que pueda darse contra el suelo.
―¡Lo lamento mucho, no miraba por donde iba y…! ―Kotoko comienza a disculparse profusamente, abriendo los ojos solo para quedarse de piedra al ver quien está frente a ella.
Naoki Irie levanta una ceja, antes de que una sonrisa socarrona cruce sus labios. ―¿El gato te comió la lengua, Aihara?
Su nombre es lo que hace que Kotoko espabile. Sin pensarlo dos veces, lo empuja y se aleja unos cuantos pasos, mirándolo con desconfianza.
―Lo siento, la próxima tendré más cuidado ―se agacha para recoger su maletín. Irie tan solo la observa, poniéndola nerviosa por la forma en la que sus ojos permanecen en ella. Es como si la estuviera analizando… no, es como si la estuviera estudiando. Kotoko decide ignorarlo, y con una pequeña reverencia, continúa su camino.
Pero Irie no está listo para dejarla ir. ―¿A dónde vas con tanta prisa, si se puede saber?
―No es de tu incumbencia ―contesta ella, porque sus buenos modales no le permiten ignorarlo sin más cuando le está hablando, pero no por eso él debe saber a dónde va.
Irie asiente, dándole la razón. ―Me disculpo entonces. En lugar de eso, ¿puedo preguntarte otra cosa? Y esta vez sí me concierne a mí.
Kotoko aprieta las manos contra el pasador de su maletín, pero asiente. Una parte de ella sabe ya lo que está por preguntar, e Irie no la decepciona.
―¿Qué quieres decir con 'odio a los hombres como tú'? Que yo sepa, tú no me conoces de nada.
―No necesito conocerte, con lo que he oído y visto de ti me basta. Eres frío, rechazas a todas las chicas que se te acercan sin siquiera dar una explicación, y sé que piensas que los de la clase F no son humanos ―contesta ella, pero el estar bajo aquella mirada gris suya la hace sentir cohibida. ―Si salgo con alguien, quiero que sea alegre, que me haga sonreír… tú no pareces divertirte con nada…
―¿Quieres decir alguien como Ikezawa? ―los ojos de Kotoko se abren a más no poder. Da un paso atrás, algo asustada.
―¿Cómo sabes tú eso?
―Antes de que tu mente se imagine cualquier cosa, déjame decirte que no hay estudiante en esta escuela que te conozca, que no sepa que estás enamorada de Ikezawa ―se mofa mientras pone una mano en su bolsillo, la otra sujetando su maletín. ―Y eres realmente prejuiciosa, ¿no lo crees? Si pensara que los de la clase F no son humanos, ¿entonces por qué pedirte salir?
―… ―Kotoko no dice nada, porque sinceramente no tiene respuestas para darle. Sacude la cabeza, no queriendo dejarle ganar. ―De cualquier modo, piense bien de ti o no, nunca aceptaría salir contigo. Mi corazón le pertenece a nadie más que a Kin-chan, y eso nunca cambiará.
―¿Aunque te haya rechazado incontables veces? ―bufa mientras da media vuelta, tomando un camino opuesto al de ella. Kotoko se muerde la lengua para no soltarle alguna palabrota. Entonces, justo cuando parece que va a dejarla tranquila, para, y la mira por sobre su hombro. ―Y una cosa más, Aihara-san. Esto no se termina aquí ―le sonríe con seguridad y continúa.
Kotoko lo mira irse boquiabierta ante sus últimas palabras, pero antes de que desaparezca por completo, sacude la cabeza y le grita: ―¡Nunca me gustarás! ¡No importa lo que intentes, nunca saldré contigo!
Su respuesta es una risa grave, llevada por el viento y que desaparece al mismo tiempo que su dueño, quien dobla la esquina. Kotoko gruñe para sí.
Aparte de frío, ¡engreído!
Nunca pero nunca, se enamorará de Naoki Irie.
NA: ¿Qué tal? ¿Le dan una oportunidad? Sé que es bastante corto y no pasa realmente nada interesante, pero les prometo que se pone mejor (al menos me lo parece a mí, ya dirán ustedes). La historia no seguirá al anime (y si lo hace será de forma muy esporádica) aunque claro que algunas cosas clave permanecerán.
Si les gustó ya saben, escucho (leo) comentarios, y ¡nos veremos en la próxima!
